La Prehistoria en la Península Ibérica: Paleolítico y Neolítico
Durante el Paleolítico (1.000.000 – 10.000 a.C.), los humanos vivían en cuevas o al aire libre y se organizaban en tribus nómadas dedicadas a la caza, la pesca y la recolección. Esta etapa se divide en tres fases:
- Paleolítico Inferior (hasta 100.000 años): Coincide con el Homo Antecessor y el Homo Heidelbergensis, cuyos utensilios eran todavía toscos.
- Paleolítico Medio (hasta 35.000 años): Dominado por los Neandertales, una especie europea que practicaba enterramientos y fabricaba utillaje diverso.
- Paleolítico Superior (hasta 10.000 años): Corresponde ya con el Homo Sapiens (originario de África), que empleaba un instrumental depurado.
El yacimiento de Atapuerca es el más importante en el estudio del Paleolítico peninsular. A nivel artístico, destacaba la pintura rupestre, plasmada sobre paredes de cuevas y abrigos rocosos. Tenía una finalidad mágico-religiosa y representaba animales aislados, de gran naturalismo y policromía. Sobresalían las cuevas cantábricas (como Altamira).
El Neolítico (5.000 – 2.500 a.C.) supuso una revolución en la forma de vida, con el descubrimiento de la agricultura y la ganadería (paso de una economía depredadora a una productora). Esto, a su vez, llevó a la sedentarización (primeros poblados), la división del trabajo y la aparición de la propiedad privada. También se desarrollaron la cerámica y los tejidos. El arte neolítico estuvo dominado por la pintura levantina, en la que predominaba la figura humana, formando escenas con sentido narrativo. Las figuras eran estilizadas, esquemáticas y monocromas (ejemplo: El Cogull).
La Repoblación y la Sociedad en la España Medieval
A medida que avanzaban las conquistas, se llevaba a cabo la repoblación con cristianos procedentes del norte. Los principales modelos de repoblación fueron:
- La Presura o Aprisio (siglos VIII al XI): Empleada al norte del Duero y en la zona pirenaica, consistía en ocupar tierras despobladas con campesinos libres que las trabajaban y defendían.
- La Concejil (siglos XI y XII): Se dio al sur del Duero y en los valles del Tajo y Ebro, y se basó en la creación de concejos formados por una villa y su territorio (alfoz), a los que se concedían fueros (libertades y privilegios).
- La realizada por las Órdenes Militares (inicios del siglo XIII): En la Submeseta Sur, Extremadura, el interior de Aragón y el norte de Valencia, mediante latifundios concedidos por la Corona por su participación en la conquista y defensa de esas tierras.
- Los Repartimientos (siglo XIII): Típicos del valle del Guadalquivir, fueron grandes latifundios que se entregaron a los nobles que realizaron la última fase de la conquista cristiana.
La sociedad medieval se organizaba en tres estamentos principales:
- La Nobleza (bellatores, los que luchan) y el Clero (oratores, los que rezan), que disfrutaban de privilegios (exenciones fiscales y leyes propias).
- El Pueblo Llano (laboratores, los que trabajan), compuesto por campesinos y burgueses, que carecían de privilegios.
Además, existían minorías religiosas (judíos y musulmanes) y esclavos. Nobleza y clero eran los grandes propietarios de feudos (conjuntos de tierras entregadas por el rey), en los que trabajaban los campesinos que pagaban rentas a los señores.
La Guerra de Sucesión Española y la Política Exterior Borbónica (Siglo XVIII)
Al morir Carlos II sin descendencia y dejar como heredero a Felipe de Borbón, se inició el pleito sucesorio con el Archiduque Carlos de Habsburgo. La Guerra de Sucesión Española (1700-1713) fue un conflicto de alcance europeo, al enfrentarse el bando borbónico a una gran coalición (Austria, Holanda, Gran Bretaña, etc.). También fue una guerra civil, con Castilla apoyando al candidato francés y los territorios de la Corona de Aragón (recelosos del centralismo borbónico) al Habsburgo.
La contienda estuvo igualada y, en 1711, los ingleses presionaron para alcanzar la paz, al ser el Archiduque Carlos elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. En la Paz de Utrecht (1713-1715), Felipe V fue reconocido como rey a cambio de importantes cesiones territoriales (los Países Bajos y dominios italianos para Austria y Saboya; Menorca y Gibraltar para los británicos) y comerciales (Gran Bretaña obtuvo el Asiento de Negros y el Navío de Permiso).
Felipe V (1700-1746) trató de recuperar los territorios perdidos aliándose con Francia a través de los Pactos de Familia:
- Con el Primer Pacto de Familia (1733) se recuperaron Nápoles y Sicilia, dejando como rey a su hijo Carlos.
- Con el Segundo Pacto de Familia (1743) se conquistó el ducado de Parma.
Tras la época de neutralidad y rearme naval de Fernando VI (1746-1759), Carlos III (1759-1788) firmó el Tercer Pacto de Familia (1761), involucrando a España en la Guerra de los Siete Años (donde se perdió Florida) y en la Guerra de Independencia Americana. Esta última terminó con el Tratado de París (1783), en el que se recuperaron Menorca y Florida.