Historia de la industria textil en Cataluña

LA INDUSTRIA SIDERÚRGICA EN EL País Vasco

El País Vasco era rico en minas de hierro. Pequeñas fábricas de hierro dulce (hierro virgen) habían sido explotadas desde hacía siglos en las minas de Vizcaya. Estas fábricas exportaban hierro en el resto de España y las colonias americanas, pero con la independencia de éstas, las fábricas de hierro vascas entraron en crisis. Los comerciantes vascos aprovecharon este período de crisis para crear nuevas industrias y sustituir los productos que tradicionalmente habían importado. Aprovechando la política proteccionista y la supresión parcial de los fueros (1841), lo que permitíó el libre comercio con el resto de España, Bilbao y San Sebastián se convirtieron en puertos por donde pasaban productos provinientes de España y del valle del ‘Ebre. Esta política porteccionista fue una de las razones del apoyo de la burguésía comercial donostiarra y bilbaína en el Estado liberal y de su hostilidad hacia la causa carlista que propónía la reinstauración de los fueros.

OTRAS ACTIVIDADES INDUSTRIALES MINERAS

Además de la industria textil en Cataluña y la siderúrgica en el País Vasco, la industrialización en España afectó a otros sectores como el agroalimentario, el químico, el mecánico y el de la explotación minera. En cuanto a la industria agroalimentaria, cabe destacar las fábricas de harina, las empresas de elaboración de vinos y alcoholes y la producción de aceite de oliva, proceso que se tecnificar fuerza

EL CASO CATALÁN: LA INDUSTRIA TEXTIL

Además de capital, mano de obra e innovación tecnológica, hay otras dos condiciones básicas para que la industria textil pueda prosperar: la existencia de materias primas o fuentes energéticas abundantes y baratas y una buena demanda de tejidos. En Cataluña no se daba ninguna de las dos: el algodón y el carbón se tenían que importar y el mercado español tenía poca capacidad de compra. En el principado se creó una importante industria textil, sobre todo algodonera, gracias al avance de la economía catalana respecto del resto de España. En Cataluña se había aprovechado la libertad de comercio con las colonias americanas. Las exportaciones de tejidos y vestidos dieron fuerza beneficios. Las fábricas de indianas, testigos de la presencia previa de una tradición artesanal y manufacturera, a las que se pueden añadir las ferrerías, los molinos papeleros y las curtidurías, ponen de manifiesto la existencia de una red manufacturera. La agricultura también se había de modernizar y se había ido orientando hacia el mercado.

1832-1833: El ARRANQUE

Los hermanos onaplata junto con Joan Vilaregut y Joan Rull, fundaron la sociedad Bonaplata, Vilaregut, Rull y Compañía que entre el 1832 y en 1833 construyó la primera fábrica que funcionaba con vapor. Aunque se destruyó en 1835 por un motín popular y la primera guerra carlista (1833-1840) retrasaron el proceso de industrialización. Se establecíó en Sants, El Vapor Vell (1840) establecido por Joan Güell y en 1849 la Espanya Industrial construyó le Sprim hitos del patrimonio industrial catalán.

LAS COLONIAS INDUSTRIALES

La industria textil catalana siguió inicialmente el modelo inglés, basado en el uso del carbón para alcanzar la presión de vapor necesaria para mover la maquinaria, pero a partir de 1860 ante el elevado coste del carbón, se buscó la aprfoitament los saltos de agua a las corrientes de los ríos para mover las turbinas. Así, se crearon muchas clones industriales en las cuencas medias del Ter y del Llobregat.

El proteccionismo

La superioridad inglesa en los precios y en el control del mercado obligó a la industria catalana a proteger su producción. Por ello se evitó la importación de tejidos ingleses en España y en sus últimas colonias. Este proteccionismo permitíó la existencia de la industria textil. Fuera del ámbito mencionado, los precios elevados le impedían competir con los tejidos británicos en otros países.

LAS FASES ECONÓMICAS

En cuanto a la evolución económica en general, las fuentes señalán claramente una expansión constatnt finas al final de la década de 1850, seguida de un período de crisis durante la década siguiente. Las causas de esta crisis hay que buscarlas en las nuevas posibilidades de inversión como la construcción del ferrocarril y la compra de tierras de la segunda desamortización y también el encarecimiento del algodón debido a la guerra de Secesión americana (1861 — 1865). El último cuarto de siglo, se caracterizó por una recuperación lenta y constante hasta 1898, fecha de la independencia de las colonias americanas, mercados que entonces absorbían casi el 20% de la produccón catalana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *