Historia de la Península Ibérica: Del Reino Visigodo al Fin de Al-Ándalus (Siglos V-XV)

El Reino Visigodo: Origen, Organización Política y los Concilios

En el siglo V d.C. penetran en la península tres pueblos germánicos: vándalos, suevos y alanos.

Los romanos, incapaces de frenarles, firmaron un tratado, o foedus, con los visigodos, asentados en territorio francés: al expulsar a los invasores, podrían asentarse en Hispania. Gracias a ello, se expandieron desde la Galia hasta la Península Ibérica. Tras la caída romana (476 d.C.) y la derrota frente a los francos en la batalla de Vouillé (507 d.C.), su reino se limitó al sur de los Pirineos, fundando el Reino de Toledo.

El Proceso de Unificación Visigoda

Sus monarcas llevaron a cabo un proceso de unificación política y social:

  • Leovigildo (m. 586) y Suintila (m. 634) vencieron al resto de poblaciones germánicas.
  • Recaredo (559-601) se convirtió al cristianismo (catolicismo) para unir a visigodos e hispanorromanos (unidad religiosa).
  • Recesvinto (m. 672) creó una ley común para todos los habitantes peninsulares, el Liber Iudiciorum (o Fuero Juzgo), logrando la unidad jurídica.

Organización Política y Concilios

Su sistema político estaba compuesto por un monarca electo por los demás nobles, una situación que generaba continuas rivalidades por el trono. Gobernaba junto a su círculo de confianza:

  • El Oficio Palatino.
  • El Aula Regia, conformado por clérigos y nobles que asesoraban al rey.

Relevantes eran también los Concilios de Toledo, asambleas de clérigos y el rey en las que se tomaban decisiones políticas y religiosas. En el III Concilio, Recaredo se convierte al cristianismo.

Cultura Visigoda

En cultura será relevante la figura de San Isidoro de Sevilla, autor de las Etimologías. También es importante la labor orfebre visigoda, como demuestra el tesoro áureo de Guarrazar, perteneciente a Recesvinto.


Al-Ándalus: La Conquista Musulmana, Emirato y Califato de Córdoba

La Conquista Islámica de la Península Ibérica

En el año 711, los musulmanes dirigidos por Musa y Tariq inician la conquista de la Península Ibérica desde el norte de África. En la batalla de Guadalete derrotan al rey Rodrigo (688-711) y se expanden por el territorio rápidamente.

Serán detenidos en el norte en la batalla de Covadonga (722) por los astures y en el sur de Francia en la batalla de Poitiers por los francos (732). Tras la conquista se fundará un emirato dependiente del califato de los Omeyas, que será llamado Al-Ándalus.

Composición Social

La sociedad estará compuesta por una minoría de árabes y una mayoría compuesta por:

  • Bereberes.
  • Muladíes (población convertida al islam).
  • Mozárabes (población cristiana no convertida).
  • Judíos.

El Emirato y el Califato de Córdoba

Tras el destronamiento de los Omeyas por los Abasíes, Abderramán I llegará a Al-Ándalus, donde fundará el Emirato Independiente de Córdoba (756-929), independiente políticamente de los Abasíes, pero no religiosamente.

Bajo Abderramán II el emirato alcanzará gran esplendor, aunque se desarrollaron importantes luchas entre árabes y bereberes y rebeliones de muladíes, mozárabes y judíos.

En el año 929, Abderramán III funda el Califato de Córdoba, independiente política y religiosamente. Durante este periodo se alcanzará el máximo esplendor, llegando a controlarse los problemas internos y a desarrollarse importantes campañas contra los cristianos, a los que frenaron y atacaron. Tras los gobiernos de Al-Hakam II, Hisham II y Almanzor, el califato entra en un periodo de crisis y comienza a disgregarse en taifas en 1031.


Al-Ándalus: Reinos de Taifas y el Reino Nazarí

Los Reinos de Taifas y las Invasiones Norteafricanas

En el año 1031, el Califato de Córdoba se disgregó en Taifas, pequeños reinos musulmanes independientes. Esta división conllevó un periodo de fragmentación y debilidad que fue aprovechado por los cristianos en su proceso de conquista, lo que posibilitó la toma de Toledo por Alfonso VI en 1085.

Esta situación despertó las alarmas en las taifas, que decidieron pedir ayuda a la población musulmana almorávide del Magreb, que accedieron a luchar para frenar el avance cristiano. Sin embargo, en el proceso acabaron con la independencia de las taifas y unificaron de nuevo Al-Ándalus (1091-1145).

A pesar de ello, las revueltas de la población andalusí, especialmente en Zaragoza y Córdoba, provocaron su caída y el ascenso de las Segundas Taifas, que sucumbirían pronto ante un nuevo califato, el de los almohades (1145-1232), caracterizado por su rigidez religiosa. Este nuevo pueblo bereber había conseguido expandirse por el norte de África, llegando a la península en el siglo XII, poniendo fin a las segundas taifas.

El Fin del Dominio Musulmán

Su ejército fue lo suficientemente fuerte como para derrotar a los cristianos en la batalla de Alarcos (1195) y mantener el poder en Al-Ándalus hasta el siglo XIII. Finalmente fueron derrotados por Alfonso VIII junto a los demás reinos cristianos peninsulares en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), contienda que disgrega el poder almohade y permite el avance cristiano.

El territorio musulmán quedará limitado a la taifa nazarí de Granada, sometida al pago de parias a los reyes de Castilla. En 1492, los Reyes Católicos tomaron finalmente el palacio fortaleza de la Alhambra, poniendo fin al dominio musulmán en la Península Ibérica.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *