Medidas de los Gobiernos Socialistas ante la Crisis
Ante esta situación de crisis, los socialistas tuvieron que tomar una serie de medidas fundamentales para la modernización del país:
- La reconversión industrial: Exigió el cierre de numerosas fábricas, lo que desencadenó una etapa de violentas huelgas y disturbios sociales.
- Mejora de la gestión fiscal: Se aumentó el cuerpo de inspectores de Hacienda, persiguiendo más intensamente el fraude y elevando los impuestos para sostener el gasto público.
- Plan de Empleo Rural (PER): Para solucionar el gran problema de subsistencia provocado por la situación de la agricultura andaluza y extremeña, se estableció este plan con el fin de mejorar la situación de los jornaleros.
- Reforma educativa: Se llevó a cabo mediante la aprobación de la Ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE), que imponía el control público de los centros privados «concertados». Más tarde, en 1990, se amplió la enseñanza obligatoria hasta los 16 años mediante la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE). Las reformas también alcanzaron la enseñanza universitaria.
- Relaciones con la Iglesia: Tras continuas batallas entre el Gobierno y la Iglesia, el Ejecutivo, temeroso de que volviera a darse el clericalismo y anticlericalismo que ya había existido en España, trató de estabilizar su relación con la institución.
- Democratización del ejército: Se buscó mediante la reorganización política y militar de los tres ejércitos. Además, se fortaleció el Ministerio de Defensa, que estableció un nuevo régimen disciplinario y suprimió el Consejo de Justicia Militar. Se manifestó en varias ocasiones la supremacía del poder civil sobre el militar.
- Política exterior: El hecho más importante fue la firma del Tratado de Adhesión el 12 de junio de 1985, que permitió la posterior entrada de España y Portugal en la Comunidad Europea en enero de 1986.
Aunque inicialmente los socialistas estaban en contra de la OTAN, Felipe González se dio cuenta de que la salida de esta no favorecía en nada los objetivos fundamentales de su Gobierno. Por ello, convocó para el 12 de marzo de 1986 el prometido referéndum, llevando a cabo una previa campaña a favor de la permanencia en la OTAN que fue decisiva para el «sí» del pueblo español.
Segundo Gobierno del PSOE (1986-1989)
En las dos siguientes elecciones, las de 1986 y 1989, el PSOE consiguió gobernar en solitario, aunque su apoyo electoral iba en declive. En las primeras, aun con los triunfos de la CEE y la OTAN y el empuje de la economía por la inversión extranjera a favor, perdió más de un millón de votos por el debate de la OTAN.
En este periodo se pulieron las reformas que ya se habían puesto en marcha. Cabe destacar los siguientes hitos:
- Ámbito académico: Se produjo la masificación de las universidades, lo que acarreó numerosas manifestaciones estudiantiles.
- Ámbito económico: Se introdujo el IVA y se formaron nuevas entidades financieras.
- Ámbito social: Se consolidó el Estado del bienestar gracias a la mejora de las prestaciones por desempleo, las pensiones y la sanidad.
Además, se manifestó el rechazo sindical al gobierno, con sucesivas huelgas generales en las que influyeron decisivamente los sindicatos UGT y CCOO.
Tercer Gobierno del PSOE (1989-1993)
En el siguiente gobierno apareció la corrupción (especialmente vinculada a cargos del PSOE), con el enriquecimiento rápido de representantes políticos al desviar fondos públicos. A pesar de esto, fue una etapa de despegue económico para España, marcada por la Expo Universal en Sevilla y los Juegos Olímpicos en Barcelona, ambos en 1992, donde mejoró notablemente la infraestructura de las telecomunicaciones. Además, Madrid fue elegida Capital Cultural de Europa.
En 1993, tras los grandes acontecimientos, se reactivó la crisis económica. Por esto, la derecha reorganizada en el Partido Popular (PP), liderada por José María Aznar, exigió elecciones, que Felipe González convocó anticipadamente para junio de 1993.
Cuarto Gobierno del PSOE (1993-1996)
El declive de los votos se manifestó claramente en las elecciones de 1993, donde ganaron los socialistas, pero a pocos escaños de la mayoría absoluta. Al contrario de su mensaje electoral, Felipe González pactó con PNV y CiU en vez de con la coalición IU para formar gobierno. En 1994, salió a la luz que la corrupción permanecía, con altos cargos enriquecidos mediante los fondos antiterroristas y escándalos financieros como el de Banesto.
Primer Gobierno del PP (1996-2000)
Mientras tanto, el PP avanzaba con fuerza: ese mismo año ganó las elecciones al Parlamento Europeo y, al año siguiente, las autonómicas y municipales. Esto desembocó en que, en las elecciones de 1996, el PP ganara, aunque de forma muy ajustada (lo que el PSOE denominó su «dulce derrota»). Aznar consiguió formar gobierno junto a CiU, PNV y CC. Estas concesiones a los nacionalistas también se vieron negativamente por parte de la opinión pública, tal como pasó con el PSOE en el anterior gobierno.
Las medidas tomadas incluyeron la privatización de empresas públicas (proceso iniciado con el gobierno socialista), reduciendo así el déficit público. En el ámbito del terrorismo, ETA siguió con sus atentados y asesinó al concejal del PP Miguel Ángel Blanco y a otras personalidades políticas influyentes. En 1998 se desmanteló la estructura económica y mediática de la banda, y esta dio una tregua de 14 meses.
Segundo Gobierno del PP (2000-2004)
En marzo del 2000, el PP ganó las elecciones por mayoría absoluta. Ante este nuevo escenario político, el PSOE cambió de líder eligiendo a José Luis Rodríguez Zapatero, mientras que Izquierda Unida (IU) pasó a ser liderada por Gaspar Llamazares.
