La crisi del 1917

ANALIZA LA CRISIS GENERAL DE 1917: SUS CAUSAS, MANIFESTACIONES Y CONSECUENCIAS

A comienzos de 1917, en España existía una situación de descontento social que se vio agravada por la coyuntura de la Primera Guerra Mundial, que supuso un aumento de la desigualdad (empobrecimiento de las clases populares en un momento de grandes beneficios empresariales). En este año confluyeron tres problemas:

El problema militar


El malestar dentro del ejército por los bajos salarios, la falta de medios técnicos, la escasez de presupuesto y la excesiva burocratización, con un excesivo número de cuadros militares (oficiales). A esto se unía un sistema de ascensos que primaba los méritos de guerra por encima de la antigüedad lo cual favorecía a los oficiales africanistas en detrimento de los peninsulares. El resultado fue la creación de las Juntas de Defensa, organizaciones corporativas de militares peninsulares que reclaman la mejora de sus condiciones profesionales y económicas, así como políticas al verter duras críticas al gobierno y demandar un gobierno de concentración para regenerar el país.  El 1 de Junio, tras un ultimátum al gobierno, el presidente Dato se plegará a las exigencias de las juntas y serán legalizadas como órganos representativos del ejército.

El problema político


Los partidos de la oposición, contrarios al sistema del turno, ganan cada vez más apoyos, frente a unos gobiernos que, envueltos en casos de corrupción, adoptan posturas autoritarias. Con las Cortes clausuradas desde Febrero, Cambó, líder de la Lliga Regionalista, convoca en Barcelona una Asamblea Nacional de Parlamentarios (senadores y diputados) para el 19 de Julio en la que acuerdan formar un gobierno provisional, la celebración de unas Cortes Constituyentes para elaborar una nueva Constitución y la descentralización del Estado. Esta Asamblea, acusada de separatista, fue disuelta por la Guardia Civil y los parlamentarios fueron detenidos.

El problema obrero


Ante el deterioro de las condiciones de vida, agravadas por la 1ª Guerra Mundial, la conflictividad social (huelgas, manifestaciones) aumentó de forma importante desde 1916

El sindicalismo de masas (UGT y CNT) crecíó en número de afiliados y en capacidad de movilización. La crisis estalló en Marzo de 1917 cuando la CNT y la UGT convocaron una huelga para protestar ante el encarecimiento de los productos de primera necesidad (un 37%) y la pérdida de poder adquisitivo. Ante esta situación, el Gobierno de Dato suspendíó las garantías constitucionales, clausuró las Cortes e impuso la censura de prensa. La tensión estalló de nuevo en Agosto de 1917, cuando a raíz de un conflicto ferroviario en Valencia, la UGT llamó a la huelga general para el 10 de Agosto. La huelga tuvo una incidencia desigual. En Madrid, Barcelona, País Vasco y Asturias, lugares donde se sumó la CNT, llegó a paralizarse la vida ciudadana y se produjeron incidentes violentos.  La protesta adquiríó un sesgo revolucionario al reclamar Cortes Constituyentes y la República. La reacción del gobierno fue represiva: la huelga fue duramente reprimida por el ejército y se encarceló y sometíó a consejo de guerra a los miembros del comité de huelga, entre ellos Largo Caballero y Besteiro.

La acción conjunta de los tres conflictos podría haber provocado la quiebra del sistema de la Restauración. Sin embargo, cada uno se organizó por separado y defendíó posiciones contrapuestas. Ante el miedo a una revolución social o de una ruptura del país, el ejército y los grupos políticos burgueses apoyaron al gobierno y a la monarquía. El fracaso del movimiento permitíó que el sistema se mantuviese cinco años más.

EXPLICA LOS FACTORES DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA DE ESPAÑA EN EL PRIMER TERCIO DEL Siglo XX

En las primeras décadas del Siglo XX se inició un proceso de transición demográfica hacia una demografía propia de las sociedades contemporáneas. Fue paralelo al incremento de la industrialización y se inició con un descenso de la mortalidad (del 28,9 ‰ en 1900 al 21,3 ‰ en 1930) que provocó un gran crecimiento de la población. A medida que también descendía la natalidad (del 33,8 ‰al 30,3) ‰, tenía lugar una mayor estabilidad demográfica. El descenso de la mortalidad se debíó a la mejora de alimentación y de la higiene pública (obras de alcantarillado y conducción de agua potable) que redujo las enfermedades infectocontagiosas (salvo la mortífera epidemia de gripe española que causó la muerte al 1% de la población). La mortalidad infantil también se redujo y la esperanza de vida aumento desde los 35 a los 50 años. El descenso de la natalidad se inició lentamente a partir de 1910 y coincidíó con el incremento de la tasa de urbanización y las prácticas de planificación familiar. A pesar del descenso, la mitad de las provincias españolas presentaban en 1930 valores por encima de 30 ‰. A consecuencia de todo, la población española experimentó un gran crecimiento: 18,6 millones en 1900 pasó a 23,5 en 1930.

Desde finales del Siglo XIX tuvo lugar un importante incremento de la emigración exterior, con destino a América del Sur y Cuba. Afectó a población joven y poco cualificada (alrededor de 1 millón). Las causas fueron el aumento de la población, el lento crecimiento del empleo y el desigual reparto de la industria. La mejora de las comunicaciones marítimas favorecíó esta emigración hasta el estallido de la 1ªGuerra Mundial. La emigración interior afectó a la población agrícola de las provincias castellanas, Murcia, Aragón y Andalucía Oriental y tenían como destino Madrid, Barcelona, Bilbao o Sevilla. Desde Aragón, Valencia, Murcia o Almería tenían destino Barcelona. Desde las regiones atlánticas y el centro, Madrid.

El incremento de la población se concentró en las zonas urbanas, lo cual redujo el peso del mundo rural. En 1930, los municipios de más de 10000 habitantes habían doblado su población. Las migraciones aceleraron la desigual distribución de la población: se incrementó en las zonas costeras y se redujo en el interior (salvo Madrid, Zaragoza y Valladolid). En 1930, Madrid y Barcelona alcanzaron casi 1 millón de habitantes. Otras ciudades también crecieron de forma notable por el auge la industria y minería: Badalona, Terrassa, Sabadell, Baracaldo, Sestao, Mieres, Langreo, etc. Estos movimientos cambiaron la fisionomía social de las grandes ciudades.

A pesar del incremento de población urbana, el 70% de la población seguía residiendo en núcleos de menos de 20000 habitantes. España seguía siendo un país escasamente poblado, con un desigual reparto de la población y con una baja densidad demográfica, y una baja tasa de urbanización.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *