La Guerra de Independencia en España

Orígenes y causas

La Guerra de Independencia hay que entenderla como un conflicto europeo, donde el ejército napoleónico tiene que atender a numerosos puntos de conflicto y, entre ellos, a la necesidad de cerrar las costas portuguesas al comercio inglés. La rebelión española contra Napoleón impidió el bloqueo continental a Gran Bretaña y sirvió de ejemplo a otros pueblos europeos en la lucha contra Napoleón. Fue una guerra nacional y popular, pero no revolucionaria, ya que el ideario que hizo posible el levantamiento partía de la defensa de la religión y la monarquía.
El Decreto de Berlín, firmado por Napoleón, prohibía el comercio con Gran Bretaña, intentando un bloqueo continental que obligase a los ingleses a firmar una paz favorable a Napoleón. Para lograr este bloqueo precisaba ocupar aquellos países aliados de los británicos y que no respetarían el Decreto. Para lograr un bloqueo efectivo de Gran Bretaña, se firma el Tratado de Fontainebleau entre España y Francia: permitía el acantonamiento de tropas francesas en España, que un ejército francés de 28.000 hombres atravesase España para conquistar Portugal, y dividía Portugal en: Lusitania septentrional, la zona centro y la zona sur.
En pocos días las tropas de Junot tomaron Lisboa, pero en España se acantonan más de 100.000 hombres al mando de Junot y Murat.
Se produce el Motín de Aranjuez. Godoy encarga al General Castaños formar un ejército para repeler a los franceses, y organiza la huida de la familia real desde Aranjuez. Al mismo tiempo, un grupo de nobles partidarios de Fernando 7 organizan el Motín de Aranjuez, planeado por el Partido Cortesano liderado por el Conde de Montijo. En una noche, grupos organizados de cuatro a seis hombres armados de palos, recorren Aranjuez y asaltan la casa de Godoy. Se presenta como una rebelión popular. Carlos 4 destituyó a Godoy y dos días después abdicó a favor de su hijo Fernando, ante la presión popular. El 23 de marzo Fernando entra a caballo en Madrid por la puerta de Toledo, al tiempo que Murat entra por la puerta de Chamartín.

Las abdicaciones de Bayona

Carlos 4 comunicó a Napoleón que su abdicación había sido forzada, y el Emperador se ofreció como mediador, invitando a Fernando 7 y Carlos 4 a Bayona. Ante la imposibilidad del acuerdo, Napoleón consiguió la abdicación de Fernando 7 a favor de su padre, quien al día siguiente abdicó a favor de Napoleón imponiendo dos condiciones: Respetar la integridad de España y las Indias, y la confesionalidad católica del estado. Fernando permaneció recluido con su hermano Carlos Mª Isidro y su tío Antonio Pascual hasta el fin de la guerra. Napoleón proclama Rey de España a su hermano José 1 Bonaparte y sus tropas conquistan toda España.

El dos de mayo

La presencia de tropas francesas, el traslado de los miembros de la familia real a Francia y las noticias que llegaban a Bayona sobre los reyes provocaron el Motín del pueblo Madrileño. Se extendió por España y se crearon Juntas Locales, Provinciales, y la Junta Suprema Central, frente a la Junta de Gobierno y al Consejo de Castilla, dirigidos por Murat. Era el inicio de la guerra peninsular de independencia.

La España de Napoleón

Durante la guerra habrá dos Españas, cada una con su gobierno: El de José Bonaparte y el de Las Juntas.
Con el apoyo de españoles “afrancesados”, José Bonaparte gobernará la parte dominada por los franceses. El “Estatuto de Bayona” servirá de base legal. El Estatuto abolía el Antiguo Régimen, definía el Estado como confesional-católico, el Gobierno se apoyaba en el Consejo de Estado, suprimía los gremios, aduanas,…
Los “afrancesados” apoyaron las reformas del Estatuto y juraron fidelidad a José I. La mayoría eran aristócratas, clérigos, altos funcionarios,… Ideológicamente estaban próximos a los liberales moderados Novella sigas. El pueblo les consideró traidores, y al finalizar la guerra, muchos se exiliaron y otros fueron encarcelados. José I decreta la desvinculación de tierras señoriales, la desamortización eclesiástica y la abolición del régimen señorial, y divide el territorio en provincias similares a la futura división de Javier de Burgos. Suprimió la Inquisición, intentó convocar Cortes Generales y creó la Junta de Instrucción Pública para desarrollar la educación. Algunas veces se enfrenta a su hermano. José I sufrió el escarnio de la propaganda enemiga.

La España no ocupada

Ante el vacío de poder tras las abdicaciones de Bayona, surgieron las Juntas locales formadas por los vecinos con mayor ascendencia que lideraron el levantamiento contra los franceses. Estas Juntas dieron lugar a las Juntas Provinciales, y los delegados de las Juntas Provinciales constituyen la Junta Central Suprema, compuesta por 34 miembros y presidida por Floridablanca. La Junta tuvo que refugiarse en Cádiz, hasta que la Junta se transforma en Regencia. La presión de liberales y la aparición de Juntas Locales en América, fuerzan a la Regencia a convocar Cortes democráticas.
La Junta será apoyada por liberales y por absolutistas. Los primeros se dividen en: Jovellanistas moderados y Liberales radicales. Los absolutistas rechazaban las reformas liberales. Tendrán apoyo popular en su rebelión contra los franceses y el de unos 12.000 afiliados huidos de la “España Francesa” instalados en Cádiz. Todos estaban en contra de los invasores franceses, de José I y de los españoles afrancesados.

La guerra

El levantamiento popular Madrileño se extiende por toda España e inicia The Peninsular War, como conflicto militar dentro de la guerra internacional contra Napoleón y como conflicto civil entre españoles. También fue conocida como “Guerra del francés”. La guerra propiciará la existencia de una España Napoleónica gobernada por José I y una España “liberada” gobernada por la Junta Central Suprema, primero, y por la Regencia después, que no podrán evitar el surgimiento de una revolución política en las llamadas Cortes de Cádiz. Será el resultado de unas causas profundas resumidas en la decadencia española y su dependencia de Francia.
Los Madrileños se levantan contra el ejército francés y contra el supuesto secuestro de Fernando 7 por Napoleón y para impedir el intento de llevarse a Francia al infante Francisco de Paula. Murat se hizo con el control y reprimió la revuelta fusilando a centenares de madrileños como escarmiento. El resto de la familia real española partía hacia Bayona, con el infante Antonio Pascual que presidía la Junta de Gobierno. Esta guerra se dividirá en tres grandes etapas:
1ª fase: El avance francés y la Batalla de Bailén.
Un ejército francés de 170.000 hombres intenta desplegarse en abanico por toda la Península, pero la resistencia de las Juntas, la reorganización del Ejército Español y la resistencia heroica de Zaragoza y Girona dificultó el avance francés.
El mariscal DuPont conquistó el centro de Castilla pero en Andalucía fue derrotado en Bailén por la Junta de Granada y Sevilla al mando del General Castaños. Supuso la primera derrota de Napoleón en Europa y la rendición de 20.000 soldados. José I tuvo que retirarse de Madrid a Vitoria y las tropas francesas retrocedieron hasta el Ebro.
2ª fase: la ocupación napoleónica.
Napoleón llega a España, con sus principales generales, y un ejército de 250.000 hombres. Logra las victorias de Tudela, Burgos y Somosierra, y en menos de un mes derrota al ejército español y entra en Madrid con José Bonaparte. La Junta Central se refugió en Cádiz. Napoleón dictó 4 Decretos reformistas antes de marcharse.
Los franceses dominan toda España mediante una guerra de desgaste a lo largo de tres años, contra un ejército español de apenas 100.000 soldados y las guerrillas. Las guerrillas surgen con grupos de 100 hombres o menos formadas por antiguos soldados del ejército español, voluntarios civiles, campesinos, bandoleros y curas. Cada con ideologías distintas: El absolutista Cura Merino se rebeló en Villoviado cuando le obligaban a servir, pero en la 1ª Guerra Carlista luchó en el bando absolutista; mientras que El Empecinado era liberal, y después participó en el levantamiento de Riego y fue ahorcado por los absolutistas. Los guerrilleros atacaban por sorpresa, aprovechando el conocimiento de terreno y el apoyo de la población. Dificultaron las comunicaciones entre Madrid y París, obtuvieron mucha información, y se integraron en el ejército franco británico liderado por Wellington.
El general Maddens trata de conquistar Portugal. Massena conquistó Ciudad Rodrigo y Almeida, pero se estancó ante la táctica anglo-Lisa y construyó la línea de Torres Vedras. El general Soult conquistó toda Andalucía y sitio Cádiz con 20.000 soldados, pero fracasó ante la flota hispano-británica y el ejército del duque de Albuquerque. A pesar de todo, solo partes de Portugal estaban libres de franceses( Galicia y la España insular).
3ª fase: derrota francesa y retirada.
Debido a la campaña de Rusia Napoleón retira a sus mejores tropas de España, por lo que los ingleses y españoles pasan al ataque. Wellington desembarca en Lisboa y logra la victoria de Albuera en Badajoz, ocupando Extremadura, Ciudad Rodrigo y Salamanca después de la victoria de Arapiles. Libera Madrid, obligando a José I y el General Suchet a huir a Valencia, y a Soult a retirar el cerco de Cádiz y retirarse de Andalucía. El contraataque francés recuperará Madrid y obliga a Wellington a retirarse a Salamanca. Wellington reúne un ejército y expulsa a los franceses a Madrid, y José I se refugia en Vitoria. José I y su Corte abandonan España y Napoleón firma el Tratado de ValenÇay, devolviendo La Corona a Fernando 7.
La Guerra de la Independencia provoca 300.000 muertos, multitud de heridos, hambre, epidemias,… Los británicos destacan la actuación militar de Wellington. El exilio de los afrancesados provoca la marcha de más de 10.000 ciudadanos. Además, los españoles se acostumbraron a resolver sus conflictos por la violencia. La guerrilla fue una auténtica escuela de rebelión colectiva. En lo positivo cabe destacar las Cortes de Cádiz: Primera Constitución Española.

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