La Revolución Rusa: De la Caída del Zar a la URSS de Stalin

La Revolución Rusa: Orígenes, Desarrollo y Consecuencias

Contexto Prerrevolucionario: Descontento Político y Social

El descontento político en la Rusia de principios del siglo XX se debía al gobierno autocrático* de los zares. Nicolás II mantenía una monarquía absoluta y para gobernar se apoyaba en la nobleza, la Iglesia ortodoxa, el Ejército y la burocracia. Aunque existía un Parlamento, llamado Duma, sus poderes eran muy limitados, pues el zar podía convocarlo o disolverlo cuando quisiera. Además, no se reconocían las libertades políticas ni los derechos de las personas, y los opositores eran perseguidos por la policía política.

A finales del siglo XIX, existían distintas fuerzas políticas opuestas al zarismo que representaban a diferentes grupos sociales e ideas:

  • El Partido Socialista Revolucionario: Consideraba que la verdadera fuerza revolucionaria era el campesinado.
  • El Partido Constitucional Demócrata: Era partidario de derrocar el absolutismo zarista e instaurar un régimen liberal.
  • El Partido Obrero Socialdemócrata Ruso: De ideología marxista, se dividió en 1903 en dos grupos: los mencheviques (moderados) y los bolcheviques, liderados por Lenin, quienes rechazaban cualquier forma de colaboración con el sistema burgués y querían implantar la dictadura del proletariado.

El descontento económico y social se debía al enorme contraste existente entre una minoría rica, dueña de la tierra y de las fábricas, y la miseria generalizada del campesinado y del proletariado industrial. La economía seguía siendo fundamentalmente agraria. Aunque se había abolido la servidumbre, en el campo se mantenía una estructura feudal de la propiedad, las herramientas eran muy rudimentarias y la productividad, muy baja. Por todo ello, el campesinado vivía en la miseria.

A finales del siglo XIX se inició una tímida industrialización. La instalación de algunas industrias pesadas y la construcción del ferrocarril hicieron crecer el proletariado, aunque la burguesía empresarial era escasa.

La Revolución de 1905: El Ensayo General

En 1905, el ejército zarista fue derrotado por las tropas japonesas en una guerra motivada por los intentos rusos de expansión en Asia. Se produjeron disturbios, provocados tanto por el descontento que causó la derrota como por la crisis económica que se vivía en ese momento.

La Revolución de 1905 se desencadenó el 9 de enero, cuando las masas populares se dirigieron al Palacio de Invierno en San Petersburgo, residencia del zar, para hacerle llegar sus peticiones. Los manifestantes no pretendían destruir el zarismo, sino tan solo mejorar sus condiciones de vida y forzar el inicio de reformas políticas. La respuesta de las autoridades fue una violenta represión que se saldó con numerosos muertos y heridos. Este día se conoce como el Domingo Sangriento.

La oleada de protestas y huelgas duró varios meses. Los campesinos y obreros se agruparon en sóviets (consejos), creando así un modelo de organización que tendría gran importancia en el futuro. El zar se vio obligado a hacer algunas concesiones, que se recogieron en el Manifiesto Imperial de octubre de 1905. La principal fue la elección por sufragio universal masculino de una Duma. Rusia parecía convertirse en una monarquía parlamentaria, pero el zar incumplió pronto sus compromisos y volvió a gobernar sin contar con la Duma.

La Revolución de 1917: La Caída del Zarismo

La Revolución de Febrero

En 1914, Rusia entró en la Primera Guerra Mundial. Las derrotas en el frente y el desabastecimiento en la retaguardia crearon un gran malestar que provocó huelgas y manifestaciones, reprimidas con gran dureza, lo que favoreció la unión de la oposición al zar.

La revolución comenzó tras la manifestación del 23 de febrero (8 de marzo en el calendario occidental) en Petrogrado, bajo el lema “paz y pan”. El 25 estalló una huelga general. El día 26 se produjeron motines en los cuarteles y las tropas se negaron a disparar contra los huelguistas. El 27 de febrero se creó un Gobierno Provisional, en el que el moderado Kerensky era la figura más destacada. El Gobierno pretendía instaurar un sistema político liberal y, finalmente, el zar abdicó.

El Gobierno Provisional y el Doble Poder

Obreros, campesinos y soldados formaron sóviets por todo el país, que incluso llegaron a tener sus propias milicias armadas (la Guardia Roja). Pronto, los sóviets fueron controlados por los bolcheviques, que pedían la salida de Rusia de la guerra, la mejora de las condiciones de vida de los obreros, el reparto de tierras y el reconocimiento de las minorías nacionales.

La existencia de un doble poder (Gobierno Provisional y sóviets) creó una gran inestabilidad política. El Gobierno decidió que Rusia siguiera en la guerra, pero las derrotas continuaron. El protagonismo de los sóviets creció. Lenin, líder de los bolcheviques, regresó de su exilio y planteó un programa plasmado en las Tesis de Abril. Sus puntos principales eran la retirada de Rusia de la guerra, la redistribución de la tierra, el control de las fábricas por los comités de obreros, la autonomía para las nacionalidades y la entrega de todo el poder a los sóviets.

Las derrotas en la guerra y el descontento de la población civil provocaron una insurrección popular en julio en Petrogrado. El Gobierno acusó a los bolcheviques de haberla organizado y Lenin tuvo que exiliarse de nuevo. En septiembre, el Gobierno Provisional se enfrentó a un golpe de Estado del sector más conservador del Ejército, liderado por el general Kornilov, que fracasó gracias a la colaboración de los bolcheviques.

La Revolución de Octubre: Los Bolcheviques al Poder

La noche del 24 de octubre de 1917, Lenin se instaló en la sede del sóviet de Petrogrado. El día 25, los sóviets, controlados por los bolcheviques, se apoderaron de los puntos estratégicos de la capital, asaltaron el Palacio de Invierno y detuvieron al Gobierno Provisional. La revolución había triunfado.

Se creó el primer Gobierno bolchevique, presidido por Lenin. Inmediatamente, negoció la salida de la guerra (Tratado de Brest-Litovsk, marzo de 1918), decretó la expropiación sin indemnización de los grandes latifundios para repartir la tierra a los campesinos y estableció el control de las fábricas por los trabajadores. También reconoció el derecho a la soberanía de los pueblos de Rusia.

La Guerra Civil y la Consolidación del Poder (1918-1921)

Los partidarios del zarismo y los defensores del sistema liberal intentaron acabar con la revolución. Los contrarrevolucionarios crearon el Ejército Blanco y los bolcheviques, el Ejército Rojo, que se enfrentaron en una cruenta guerra civil (1918-1921). El Ejército Blanco contó con la ayuda de varias potencias extranjeras, que temían que la revolución se extendiera por sus países. La guerra terminó con la victoria de los bolcheviques.

Para abastecer el frente y las ciudades durante la contienda, el Gobierno adoptó una política económica conocida como “comunismo de guerra”. Se nacionalizó la industria y se requisaron las cosechas para alimentar al ejército. Durante esta etapa se sentaron las bases del nuevo Estado: todas las decisiones quedaron en manos de los bolcheviques, que pasaron a denominarse Partido Comunista. Los restantes partidos fueron prohibidos y se instauró una férrea dictadura comunista. Tanto las medidas económicas como las políticas provocaron huelgas y revueltas, que el Gobierno reprimió con violencia.

La Creación de la URSS y el Ascenso de Stalin

Tras la guerra, Lenin concentró en su persona todo el poder político. En 1922 creó una organización política, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), integrada por Rusia y otras repúblicas asiáticas. Se organizó como un Estado federal* y adoptó una Nueva Política Económica (NEP) que combinaba elementos comunistas y capitalistas. Gracias a ello, la economía soviética se recuperó.

El Gobierno de Stalin y el Totalitarismo

El sucesor de Lenin, Stalin, inició una nueva etapa, el “estalinismo”. En ella se impuso un sistema político totalitario que reprimió cualquier oposición mediante purgas. La economía pasó a manos del Estado. Se colectivizó la tierra, trabajada mediante cooperativas campesinas o por asalariados en granjas estatales. La industria creó grandes complejos estatales metalúrgicos, químicos y de armamento; y la banca y los demás servicios se mantuvieron nacionalizados.

Además, el Estado planificaba cada rama productiva mediante planes quinquenales*, planes económicos a cinco años en los que se marcaban los objetivos. Como resultado de todo ello, la URSS se convirtió en una gran potencia económica y militar.

Punto 2: Causas de la Crisis

La prosperidad económica finalizó en 1929. Se inició una crisis económica provocada por el exceso.

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