La Segunda República Española: De la Dictablanda a la Constitución de 1931

La Segunda República Española

Transición a la República

El rey Alfonso XIII, en un intento de retornar a la normalidad constitucional, encargó el gobierno al General Berenguer, iniciando un periodo conocido como la “Dictablanda”. Sin embargo, las fuerzas antimonárquicas ya se estaban organizando. En agosto de 1930, firmaron el Pacto de San Sebastián, un programa con el objetivo de presentarse a las elecciones, derrocar la monarquía e instaurar la república.

Existían dos líneas de acción principales:

  • Revolucionaria: Con el pronunciamiento militar de Jaca en diciembre de 1930, que lamentablemente acabó con el fusilamiento de los capitanes Galán y García Hernández.
  • Política: Se llevó a cabo una intensa campaña de prensa y se organizaron motines antimonárquicos.

Ante la creciente presión, Berenguer intentó convocar elecciones generales a finales de 1930. Esta decisión provocó la protesta de los partidos monárquicos, quienes exigieron elecciones municipales previas. La oposición forzó la dimisión de Berenguer, siendo sustituido por el almirante Aznar, quien finalmente convocó elecciones municipales para el 12 de abril de 1931.

La victoria aplastante de los republicanos en las principales capitales de provincia marcó un punto de inflexión. Berenguer, en calidad de ministro de guerra, envió una circular al ejército reconociendo la derrota y aconsejando orden y sumisión a la voluntad nacional. Sin embargo, el general Sanjurjo respondió que no podía movilizar a la guardia contra la revolución.

El 14 de abril, tras negociar su salida del país con Alcalá Zamora, se aconsejó al rey Alfonso XIII que abandonara España. El Comité Revolucionario, actuando como gobierno provisional, contaba con un amplio apoyo popular. La República ya se había proclamado en Éibar y Barcelona. Esa misma tarde, tras el último Consejo de Ministros, Alfonso XIII abandonó el poder y partió hacia Cartagena para embarcar rumbo a Marsella. A las nueve de la noche, Alcalá Zamora proclamó la República en todo el país.

Proclamación de la República

Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 supusieron un cambio radical en España. Los acontecimientos se precipitaron y las calles se llenaron de manifestantes. Berenguer, ante la contundencia de los resultados, ordenó a los gobernadores militares que aceptaran el resultado de las elecciones. En la mañana del 14 de abril, la República se proclamó en Éibar y otras ciudades. El general Sanjurjo se puso a disposición del Comité Revolucionario. Al atardecer, los miembros del Comité tomaron posesión del gobierno y proclamaron oficialmente la Segunda República. Alfonso XIII, por su parte, partía hacia el exilio.

Gobierno Provisional y Constitución de 1931

El 14 de abril de 1931, el Comité Revolucionario se constituyó en gobierno provisional, proclamándose la Segunda República Española. El gobierno provisional, bajo la presidencia de Niceto Alcalá Zamora, estaba compuesto por una coalición de republicanos y socialistas, reflejo del Pacto de San Sebastián. Quedaron fuera la derecha monárquica, los nacionalistas vascos y los grupos comunistas y anarquistas.

El gobierno provisional se marcó como objetivos principales:

  • Convocar elecciones a Cortes Constituyentes para el 28 de junio.
  • Elaborar un proyecto de reforma agraria.
  • Iniciar negociaciones con catalanes y vascos para buscar una solución autonómica.

La joven República tuvo que enfrentarse desde el principio a numerosos desafíos: conflictos sociales, la creciente animadversión de empresarios y propietarios agrícolas, y la oposición de parte de la jerarquía católica.

Las elecciones a Cortes Constituyentes dieron la mayoría a la coalición republicano-socialista. Bajo la presidencia de Julián Besteiro, se elaboró una nueva Constitución. El proyecto generó una gran controversia, especialmente en lo referente al ámbito religioso y la organización territorial, lo que provocó la retirada de los conservadores del debate. Finalmente, la Constitución de la República Española fue aprobada el 9 de diciembre de 1931.

Entre sus características principales destacan:

  • España se constituía en una República democrática de trabajadores de toda clase.
  • Se reconocía a España como un estado integral, contemplando la posibilidad de aprobar Estatutos de Autonomía. El castellano se establecía como lengua oficial, pero se abría la puerta a las lenguas regionales.
  • Incluía una declaración de derechos muy amplia, reconociendo el sufragio universal femenino.
  • Establecía unas Cortes unicamerales elegidas por sufragio universal. El poder ejecutivo recaía en el presidente de la República, quien nombraba al Consejo de Ministros. El poder judicial residía en los tribunales.
  • Decretaba la separación Iglesia-Estado y la prohibición a los religiosos de ejercer la enseñanza. Se aprobaba el matrimonio civil y el divorcio.
  • Se establecía la subordinación de la propiedad privada al interés público.
  • Se proclamaba la orientación pacifista del Estado, renunciando a la guerra como instrumento de política.
  • Se reconocía la cultura como función primordial del Estado.
  • Se modificaron los colores de la bandera.

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