La Dictadura de Primo de Rivera
La dictadura de Primo de Rivera contó con el apoyo de las organizaciones patronales (empresas) y de la extrema derecha, además de la actitud pasiva que adoptaron los partidos monárquicos. El dictador anunció que su gobierno provisional pretendía restaurar el orden, pero pronto quedó demostrado que quería instaurar un nuevo sistema político inspirado en el fascismo italiano.
Dicho sistema se inició con la formación de un directorio militar que suprimió la constitución, prohibió partidos y sindicatos, y destituyó a todos los cargos electos, además de reprimir a la CNT, el nacionalismo, la prensa y a los intelectuales. Más tarde fue sustituido por un directorio civil formado por políticos de extrema derecha como Calvo Sotelo. Se copiaron las instituciones italianas y la Unión Patriótica no llegó a ser un partido de masas.
La oposición a la dictadura por parte de políticos monárquicos, parte del ejército y Unamuno, provocó un movimiento universitario. La dictadura suprimió la Mancomunidad de Cataluña y prohibió hablar catalán y bailar sardanas, lo que radicalizó los movimientos nacionalistas. También resolvió la cuestión del Rif con la ayuda del ejército francés. El éxito del desembarco de Alhucemas permitió el control del protectorado hacia 1927 y se consolidaron las fuerzas militares establecidas en el Rif (Los africanistas).
Política Económica de la Dictadura
La política económica acentuó las tendencias básicas del capitalismo con un nacionalismo económico que se vio reforzado con la creación de un monopolio estatal del petróleo (CAMPSA), con prácticas monopolísticas, concediéndose amplios monopolios (tabaco, telefonía…) y se continuó con una política proteccionista.
También se produjo una concentración financiera, y los grandes bancos continuaron su expansión. El intervencionismo del Estado se manifestó en una serie de acciones para mejorar el país con carreteras, ferrocarriles y un plan hidráulico. Los años de dictadura fueron años de crecimiento económico, favorecidos por la coyuntura internacional (felices años 20) y la creación de puestos de trabajo. Sin embargo, también se generaron deudas y el nivel de vida subió, aunque los agricultores mantenían un poder adquisitivo bajo. La llegada de la Gran Depresión de 1929 demostró que los éxitos económicos de la dictadura eran coyunturales. Ante esta situación, las organizaciones patronales y el ejército dejaron de dar apoyo al régimen, y en 1930 dimitió el Dictador.
La II República (1931-1936)
1. La Caída de la Monarquía de Alfonso XIII y la Proclamación de la II República
Tras la dimisión de Primo de Rivera en 1930, el nuevo gobierno presidido por el general Berenguer pretendía la vuelta a la normalidad constitucional. Sin embargo, para la opinión pública, el papel moderador del Rey durante la dictadura fue insuficiente y la monarquía era cuestionada.
Los republicanos, junto a los socialistas, se erigieron como la única fuerza renovadora. En agosto de 1930, Republicanos, Socialistas y Catalanistas de Izquierdas firmaron el Pacto de San Sebastián para iniciar un proceso constituyente que instaurase una República. El general Berenguer se negó a ello. Ante esta negativa, los republicanos recurrieron a las conspiraciones: en diciembre se produjo la insurrección de Jaca, que fue reprimida violentamente, aumentando el desprestigio del gobierno y la Monarquía.
El nuevo gobierno, dirigido por el Almirante Aznar en abril de 1930, aceptó convocar elecciones municipales, en las que se decidiría la continuidad de la monarquía. El triunfo republicano en las ciudades significó la caída de la Monarquía. El 13 de abril, las multitudes tomaron las calles; el ejército y la Guardia Civil no intervinieron, y Romanones aconsejó al Rey que abandonara el país.
El 14 de abril, tanto en Éibar como en Barcelona, Sevilla y Valencia, se proclamó la República por miembros del Pacto de San Sebastián. El rey Alfonso XIII partió hacia Cartagena al exilio, al tiempo que se constituía un Gobierno Provisional de la República sin derramamiento de sangre.
Este primer gobierno republicano fue una coalición entre republicanos católicos de derecha, republicanos de centro-izquierda, socialistas y nacionalistas catalanes y gallegos. Representaba a la pequeña burguesía y a parte de la clase obrera, obteniendo un gran apoyo. Al margen de la República quedaron grandes propietarios, la oligarquía financiera, parte del ejército, la Iglesia y los anarquistas (la CNT).
2. El Periodo Constituyente
El Gobierno Provisional convocó Cortes Constituyentes. En esos meses, Azaña, Largo Caballero y Marcelino Domingo redactaron los nuevos decretos. En mayo de 1931 se produjo la quema de conventos. En junio se celebraron elecciones, con una participación del 70%, en las que ganó la coalición republicano-socialista. Las Cortes Constituyentes elaboraron la nueva constitución. Niceto Alcalá Zamora fue nombrado Presidente de la República y Azaña, Presidente del Gobierno, formado por republicanos, socialistas y nacionalistas.
3. El Bienio Reformista
El nuevo gobierno afrontó reformas que pretendían la separación radical entre Iglesia y Estado y la redistribución de la tierra. Esto provocó una división del país en dos sectores enfrentados.
a) La Cuestión Religiosa
La separación de la Iglesia y el Estado en una sociedad de mayoría católica fue una fuente inagotable de conflictos, ya que la Iglesia no estaba de acuerdo con dicha separación. Quienes sí estaban interesados eran gran parte de la pequeña burguesía. Se tomaron varias medidas: se disolvió la Compañía de Jesús, se confiscaron fincas, se estableció el matrimonio civil, el divorcio y la secularización de los cementerios, y se prohibió a las órdenes religiosas la enseñanza.
b) Hacia la Modernización del Ejército
Azaña pretendía que la función de las fuerzas armadas se redujera a la defensa exterior. Para ello, era necesario reducir los mandos. El ejército colonial era un instrumento en manos de sus jefes, los africanistas. Se permitió la jubilación a los mandos con el sueldo íntegro y se cerraron academias militares como la de Zaragoza, dirigida por el general Franco.
La derecha respondió con un golpe de Estado liderado por el general Sanjurjo en 1932, que fracasó.
c) Descentralización
Cataluña tenía aspiraciones de autogobierno. El gobierno nunca pretendió crear una organización política y administrativa de carácter federal. En Cataluña se reconoció un gobierno autónomo que elaboraría un Estatuto que sería aprobado por las Cortes: el “Estatuto de Nuria”. Macià fue elegido presidente de la Generalitat.
d) La Cuestión Agraria
La importancia del sector primario era muy grande, con un latifundismo muy extendido, especialmente en el sur. El Gobierno Provisional promulgó una serie de decretos para protegerlo: Decreto de Términos Municipales, de prórroga automática de contratos de arrendamiento o jornada laboral de 8 horas. La Ley Agraria fue aprobada por las Cortes en septiembre de 1932, y permitía la expropiación de tierras a los grandes propietarios, pero presentaba problemas como mucha burocracia, indemnizaciones muy caras, la reunificación de la derecha y la retirada del apoyo de los campesinos a la República.
4. El Bienio de Derechas
a) La Crisis de la Coalición Republicano-Socialista
A lo largo de 1933 se evidenció el desgaste de los políticos del bienio reformador. Importantes grupos de las clases medias se desplazaron hacia la derecha con la aparición de fuerzas nuevas, como la CEDA (demócrata-cristiana) de Gil Robles, que defendía la Iglesia, o la Falange Española de Primo de Rivera. El centro-derecha se agrupó en el Partido Radical de Lerroux, con comerciantes, industriales, liberales y grandes propietarios, con los cuales establecieron contactos los monárquicos alfonsinos Calvo Sotelo y también los Carlistas. La ineficacia de las reformas restó apoyos al gobierno, y las fuerzas de izquierda se radicalizaron: la UGT se desplazó a posiciones más radicales, mientras que en la CNT se impusieron las corrientes insurreccionales de la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Entonces, Alcalá Zamora aceptó la dimisión de Azaña y disolvió las Cortes en octubre de 1933. En las elecciones del 18 de noviembre, con la izquierda dividida y la abstención de importantes masas obreras, la CEDA y los radicales de Lerroux alcanzaron la mayoría parlamentaria.
b) La Etapa de Derechas: Noviembre 1933 – Diciembre 1935
Alcalá Zamora nombró a Lerroux jefe de un gobierno compuesto por radicales, pero con el apoyo de los monárquicos y la CEDA. Se paralizó la reforma agraria y se propuso la amnistía a los sublevados con Sanjurjo en 1932. El gobierno se enemistó con el gobierno de Cataluña. Mientras tanto, el paro aumentaba. El PSOE, bajo la inspiración de Largo Caballero, planteó la vía insurreccional como única respuesta al avance de la derecha.
La situación estalló cuando Gil Robles impuso la entrada en el gobierno de 3 miembros de la CEDA el 3 de octubre de 1934.
La Revolución de Octubre de 1934: Asturias y Cataluña
La llegada de miembros de la CEDA al gobierno fue interpretada por las fuerzas de izquierdas como un camino abierto al fascismo. Al día siguiente de la formación del nuevo gobierno, se produjeron huelgas generales en las grandes ciudades que fracasaron, aunque en Cataluña y Asturias alcanzaron una especial importancia.
En Cataluña, Lluís Companys, Presidente de la Generalitat, optó por encabezar la insurrección y proclamó el 6 de octubre “El Estado Catalán”. Todo el gobierno de la Generalitat fue detenido.
En Asturias, el movimiento obrero duró muchos días, creándose una situación revolucionaria. 8.000 obreros mineros ocuparon Asturias y proclamaron la Revolución Socialista de los Consejos Obreros, estableciendo una estricta organización revolucionaria, militar y económica. El movimiento fue aplastado tras una dura resistencia por el ejército el 17 de octubre.
Las consecuencias fueron:
- 1934 fue un preludio de la Guerra Civil: la brutalidad del ejército de África, el liderazgo de Franco, y el ensayo de la revolución obrera.
- 1.000 mineros muertos, 2.000 heridos y 300 soldados/guardias muertos. Miles de detenidos.
- La influencia de la CEDA en el gobierno aumentó: Gil Robles como Ministro de Guerra, Franco jefe del Estado Mayor, suspensión del régimen autonómico de Cataluña, devolución de propiedades expropiadas a los jesuitas.
- Enfrentamiento entre radicales y cedistas sobre las penas de muerte y el cumplimiento de las condenas.
5. El Frente Popular
Para las elecciones de febrero de 1936 se formó un Frente Popular con republicanos, socialistas y comunistas. Su programa era reformista. La derecha comenzó la campaña dividida, pero pronto vio la necesidad de formar alianzas, constituyendo el Frente Nacional. La Falange Española presentó candidaturas propias.
a. Las Elecciones de Febrero de 1936
Los resultados electorales prefiguraron las dos Españas que lucharían en la próxima guerra. El Frente Popular consiguió una cómoda mayoría parlamentaria. El nuevo gobierno estuvo formado por los republicanos de izquierdas. Los socialistas quedaron fuera, y el gobierno fue liderado por Casares Quiroga, mientras que Azaña fue nombrado Presidente de la República.
b. Hacia la Guerra Civil
El nuevo gobierno reinició las reformas del primer bienio republicano, especialmente la agraria. La impaciencia de los campesinos provocó la ocupación de tierras que el ministerio se vio obligado a legalizar posteriormente. La CNT planteó la jornada de 36 horas y la expropiación de las fincas de más de 50 hectáreas, lo que generó cierres patronales, fuga de capitales y un recrudecimiento del terrorismo tanto de extrema derecha como de grupos de izquierda.
Parecía claro que un alzamiento militar contra el gobierno era inminente. El gobierno reaccionó trasladando al general Mola a Navarra y a Franco a Canarias. En marzo, un grupo de generales (Mola, Saliquet y Varela), a los que en el último momento se uniría Franco, acordaron “un alzamiento que restableciese el orden”, todo ello dirigido por Mola.