Las elecciones generales de noviembre de 1933 se celebraron con una nueva ley electoral que favorecia la formacion

Este período histórico duró tan solo dos años (1933-35), pero el Frente Popular lo alargó hasta el año 1936. Las elecciones generales de 1933 se celebraron con una nueva ley electoral que favorecía la formación de amplias alianzas electorales, en la que las mujeres votaron por primera vez. Los partidos de centro-derecha se llevaron la victoria y su gobierno se estructuró alrededor de dos partidos políticos, el Partido Radical de A. Lerroux (más conservador) y la CEDA, un partido de la derecha católica y liderada por J.M. Gil Robles, con un programa que proponía la revisión de la constitución y la legislación social. Fue un período de marcha atrás tras las reformas del anterior bienio. Hubo un desorden público, lo que provocó la revolución de 1934. En 1936, se creó el Frente Popular, una coalición electoral entre los partidos de izquierda, para ganar las elecciones.
Hubo un golpe de Estado, liderado por Emilio Mola, que fracasó y degeneró en una sangrienta guerra civil.

Las elecciones de noviembre de 1933 se hicieron una ley electoral que favorecía las coaliciones, y en ellas se ejerció el voto femenino por primera vez, además se celebraron en un ambiente de confrontación política e importante despliegue de propaganda. La CEDA, trató de actuar sobre los sectores católicos para que apoyaran el orden y la religión. Mientras el sector radical socialista mostró su deseo de separarse de los republicanos y llevar a cabo una revolución social si vencía la derecha, al igual que los anarquistas de la CNT y la FAI. Por su parte, Primo de Rivera fundó la Falange Española, de carácter cercano al fascismo. La CEDA y la Renovación Española ganaron las elecciones y revisaron las formas aprobadas en el bienio anterior (reforma agraria, religiosa, liberación de los condenados tras el intento de golpe de Estado de Sanjurjo y revisión de la Constitución).Los socialistas no aceptaron restablecer la antigua coalición y los partidos de izquierda se mantuvieron divididos. El Parlamento estaba dividido entre los partidos fundadores de la República y los que cuestionaban el régimen republicano.

Los gobiernos del Partido Radical se formaron en coalición con los partidos republicanos de centro y con el apoyo de la CEDA, para que se revisasen las reformas del bienio anterior. Consiguieron que no se aplicase la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas, los colegios católicos siguieron funcionando y aprobaron una ley para que los sacerdotes recibieran  un sueldo. Se dio más poder a los empresarios que a los sindicatos, se anuló la ley de términos municipales, y se devolvieron las tierras expropiadas a la aristocracia. La ley de amnistía permitió que los generales condenados tras el intento de golpe de Estado se reintegraran. Estas reformas hicieron que se dividiera el Partido Radical, los más izquierdistas formaron la Unión Republicana y los republicanos de izquierda formaron la Izquierda Republicana, liderada por Azaña. Y los gobiernos radicales tuvieron que afrontar que los propietarios agrarios incumpliesen las reglas laborales y bajasen los salarios. Se llevó a cabo una huelga general de campesinos que se extendió por Andalucía, Extremadura, Castilla la Mancha y Valencia. También estalló un conflicto de competencias con la Generalitat pues el Parlamento catalán aprobó la Ley de Contratos de Cultivo, a la que se oponían los propietarios. Y tras no apoyarse el Estatuto de autonomía vasco, se produjo un acercamiento entre nacionalistas vascos y socialistas.


 En octubre de 1934, se produjo una revolución, pues la UGT, controlada por el sector revolucionario dirigido por Largo Caballero, llevó a cabo un programa revolucionario y se alió con el PSOE para luchar contra el fascismo y crear una república federal socialista. La CNT rechazó sumarse. La CEDA exigió entrar en el gobierno para aplicar políticas más decididas contra el desafío de los movimientos izquierdistas. Los socialistas justificaron su acción ilegal con la excusa de que era necesaria para impedir que Gil Robles destruyese la república, por medios legales. La revolución comenzó cuando Largo Caballero convocó la huelga general, pero obtuvo pocos apoyos. Companys, presidente de la Generalitat estableció el Estado catalán dentro de la República Federal Española, y no fue respaldada por los sindicatos izquierdistas. En Asturias se produjo una gran revolución social, pues comunistas, UGT y CNT formaron una coalición. La revolución se inició cuando los mineros ocuparon Oviedo y el Comité Regional de la Alianza Obrera adoptó medidas de castigo a quienes se opusieran a la revolución. El gobierno recurrió al ejército del Protectorado de Marruecos y a la Guardia Civil. Azaña, a pesar de ser inocente, fue encarcelado suspendiéndose la autonomía de Cataluña y la Ley de Contratos de Cultivo se anuló. Lerroux formó un gobierno con bastantes ministros de la CEDA, se abolieron las reformas sociales y laborales, aprobándose la ley para la Reforma de la Reforma Agraria. Gil Robles hizo que los mandos militares fuesen ocupados por militares antiazañistas. Mola asumió la jefatura del ejército en Marruecos, y Franco pasó a ser jefe de Estado Mayor. Gil Robles y la CEDA planeaban una reforma constitucional. Pero antes, hubo una crisis en el Partido Radical por la corrupción de straperlo y el asunto Nombela. Alcalá Zamora disolvió las Cortes para convocar elecciones en febrero de 1936, en las que triunfó por escasa mayoría el Frente Popular, una coalición electoral, pero no de gobierno entre republicanos de izquierda, socialistas y comunistas. Su objetivo principal era frenar el avance fascista. Se estableció la amnistía general que liberó a los encarcelados por motivos políticos, se restableció la autonomía catalana y se reanudó el proceso reformista agrario, social, religioso y militar. Se aceleró la Reforma Agraria, por los conflictos sociales, se expropiaron fincas con indemnización, y la presión de sindicatos y campesinos llevó a la ocupación de latifundios, que legalizó el IRA. Alcalá Zamora fue reemplazado por Azaña, que formó un gobierno presidido por Casares Quiroga, quien se enfrentó a una crisis económica por el aumento de precios, la reducción de la producción y el aumento del desempleo. El gobierno se debilitó por los conflictos y la violencia política. El PSOE y la CEDA contribuyeron también a la inestabilidad de la república. Detuvieron a J.A Primo de Rivera y cerraron las sedes de la Falange. Puesto que seguía la violencia, Franco fue enviado a Canarias y Mola a Navarra. Entre varios generales acordaron un golpe de Estado y contaron con el apoyo de alfonsinos, carlistas y milicias de la Falange Española. Este proceso se aceleró tras el asesinato de Calvo Sotelo. El alzamiento fracasó y degeneró en una larga y sangrienta guerra civil que duró tres años.
En definitiva, el bienio de centro-derecha fue una etapa breve y complicada en la que se intentó eliminar todas las reformas llevadas a cabo durante el bienio reformador. En la etapa del F.Popular se produjo una coalición electoral para frenar el avance fascista. Se intentó la democratización de España, pero el país estuvo dividido y empobrecido. Finalmente, se llevó a cabo un golpe de Estado que desencadenó en una guerra civil y abrió paso a la dictadura de Franco.

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