Ley de bases de reforma agraria 1932 comentario

LEY DE BASES DE LA REFORMA AGRARIA (1932)


Identificación
El texto que comentamos se compone de dos tipos de fuentes distintas. La primera, unos apartados de la base 5 de la Ley de Bases de la Reforma Agraria, aprobada por las Cortes el 9 de septiembre de 1932, refrendada por el presidente de la República y el ministro de Agricultura, y publicada en la Gaceta de Madrid el 21 de septiembre de 1932; es una ley y, por tanto, una fuente primaria. Las dos tablas recogen los resultados de la ejecución de dicha ley, a partir de datos del Instituto de Reforma Agraria (IRA), recogidas en el libro de texto que se cita.
Resumen
En el fragmento de la Ley de Bases de la Reforma Agraria aparecen tres de los trece tipos de tierras susceptibles de expropiación (no explotación, como erróneamente reproduce el texto): las vendidas al IRA por sus dueños voluntariamente, las no cultivadas directamente o usadas para especular, y las cultivadas inadecuadamente con menos productividad de la posible. Las dos tablas de datos muestran el volumen de tierras expropiadas y el número de campesinos asentados en los dos períodos de ejecución de la ley (muy superiores en el segundo, sobre todo si consideramos su menor duración en el tiempo).
Aclaración de términos
El Instituto de Reforma Agraria era la institución que se ocupaba de todas las cuestiones técnicas y legales del proceso de la reforma agraria, evaluaba la productividad de las tierras, dictaminaba las que eran susceptibles de expropiación, abonaba las indemnizaciones y facilitaba el asentamiento de los campesinos. El Frente Popular era una coalición electoral integrada por los partidos de izquierda de cara a las elecciones de febrero de 1936, que, tras su victoria y hasta la guerra, apoyaron al gobierno de republicanos de izquierda presidido por Azaña, primero, y Casares Quiroga, después.
Tema
España en 1931 era un país rural, con más del 45% de la población activa ocupada en el campo. La agricultura española presentaba importantes problemas:

– El tamaño de las propiedades.- La mitad eran obreros agrícolas sin tierra o pequeños agricultores. Mientras que en el norte predominaban los pequeños propietarios, en el sur convivía el latifundio en manos de grandes terratenientes, muchas veces absentistas, al lado de una masa de jornaleros siempre en el umbral de la pobreza.
– La ineficiencia técnica.- El absentismo de los propietarios de las grandes fincas, la existencia de un mercado interior protegido y una abundante mano de obra barata explicaban que la mayoría de los propietarios (grandes y pequeños) y de los arrendatarios tuviesen escasos incentivos para modernizar sus técnicas.

La necesidad de una reforma agraria aparece ya en el pensamiento de los ilustrados y se plantea en firme en los gobiernos liberales progresistas de Isabel II; pero la desamortización de Mendizábal (1836) no sólo no redistribuyó la propiedad, sino que la concentró, y la de Madoz (1855) eliminó el uso de las tierras comunales para los campesinos, aumentando su miseria.
La reforma agraria emprendida a partir de 1932 fue el proyecto de mayor envergadura que acometió la Segunda República. Tuvo dos fases:

En la primera fase (1932-1933) se aprobó la ley después de grandes discusiones entre los dos partidos mayoritarios que formaban parte del gobierno: socialistas y republicanos. Había dos proyectos: el republicano, partidario de respetar la propiedad privada y a los cultivadores directos y, en caso de expropiación, indemnizar a los afectados; y el socialista, que suponía más expropiaciones y menos indemnizaciones. Se impuso el proyecto más moderado, el de los republicanos. Pero la ley aprobada era extraordinariamente compleja
y de difícil aplicación práctica. La reforma consistía básicamente en la expropiación de fincas no explotadas directamente por sus propietarios y su entrega a los campesinos en régimen de arriendo. Se indemnizaría a los afectados (excepto a los Grandes de España). Las expropiaciones se realizaban siempre dentro del marco legal con lo que la lentitud del proceso comenzó a exasperar al campesinado. Controlados por las organizaciones anarquistas, no soportaron la espera y pronto se inició un clima de violencia social en el campo (por ejemplo, los sucesos de Casas Viejas, en 1933). Los resultados de esta primera etapa no fueron de gran envergadura porque se expropiaron menos hectáreas y se asentaron menos campesinos de los previstos
Durante el Bienio radical-cedista (tras la victoria del centro-derecha en las elecciones de noviembre de 1933) se paralizó todo el proceso.
La segunda fase de la reforma agraria se reemprendió a partir del mes de febrero de 1936 cuando el recién elegido gobierno del Frente Popular acometió de nuevo el proceso con más intensidad. Nuevamente, y en un clima social muy deteriorado, los campesinos se adelantaron a las medidas legales y ocuparon las tierras.
Valoración
La reforma agraria fue el proyecto que más debates suscitó y uno de los que contó con más oposición en el Congreso de Diputados. Pero sus resultados fueron muy limitados.

Causas del fracaso de la reforma agraria



– Su breve período de vigencia (insuficiente para completar una reforma de tal envergadura).
– Los escasos recursos financieros con los que contó (la cifra de 50 millones de pesetas anuales asignados al IRA era una cantidad absolutamente desproporcionada a la tarea que se le encomendaba).
– La complejidad del procedimiento para su aplicación y la existencia de notables deficiencias técnicas (inventario de las fincas expropiables, trámites burocráticos…).
– Se puso en marcha de manera igualitaria en toda España (en lugar de aplicarse o ceñirse a solucionar, de momento, el problema urgente del latifundismo meridional y de la miseria de los jornaleros, se hizo extensiva a todo el país, alarmando a pequeños y medianos propietarios).

Las consecuencias del fracaso fueron graves. El Gobierno había atemorizado a los grandes propietarios sin satisfacer tampoco las demandas de los jornaleros, que se sintieron profundamente decepcionados con la República y empezaron a pensar que la vía reformista republicana podía resultar insuficiente para solucionar sus problemas.

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