Liberales isabelinos grupos sociales

Napoleón DEL CONSULADO AL Imperio

Tras el Golpe de Estado se establecíó un gobierno, conocido como el Consulado, formado por tres cónsules, entre los que se encontraba Napoleón Bonaparte. Para asegurar todavía más esa concentración del poder en su persona, Napoleón consiguió ser nombrado cónsul vitalicio en 1802 y se proclamó emperador en 1804 Pero también actuó contra los radicales, limitó las libertades públicas y restablecíó un Concordato con la Santa Sede. Por último, garantizó, en el interior y en los territorios que con-quistó, las oportunidades de negocio para la burguésía y consolidó, en el campo, a la clase de medianos y pequeños propietarios nacidos con la Revoluci


EL DOMINIO DE Europa

La guerra fue el otro gran componente del gobierno napoleó-nico. Napoleón emprendíó una política de conquistas que lo llevó a dominar una buena parte de Europa. Sin embargo, la invasión de Rusia acabó en un fracaso, pues aunque el ejército alcanzó Moscú, no fue capaz de soportar el crudo invierno y tuvo que retirarse. Napoleón fue confinado en la isla de Elba, pero el descontento popular con la restauración del absolutismo favorecíó un retorno efímero del emperador para ponerse al frente de miles de voluntarios y la mayoría de sus oficiales.Pero las potencias aliadas lo derrotaron definitivamente en Waterloo (18 de Junio de 1815). Napoléon fue enviado a la isla de Santa Elena, hasta su muerte.


LA Restauración EN Europa

Los monarcas del Reino Unido, Prusia, Austria y Rusia, vencedores de Napoleón en Waterloo , mostraron su decisión de restaurar las monarquías tradicionales e impedir la expansión de las ideas liberales, nacidas con la Revolución francesa.
Metternich.
Se procedíó a la reestructuración del mapa de Europa en beneficio de las grandes potencias, con el objetivo de buscar un equilibrio entre ellas y dominar los territorios que podían ser origen de movimiento 

Además, se establecieron dos principios
que regirían la política internacional: la celebración de congresos para arbitrar soluciones ante posibles conflictos y el derecho de intervención de un ejército de la Santa Alianza (Prusia, Rusia y Austria) en aquellos países amenazados por una revolución liberal.


LIBERALISMO Y NACIONALISM Revolución francesa y las guerras napoleónicas habían difundido por Europa una serie de principios que conformaron las bases ideológicas del liberalismo libertad individual de pensamiento, de expresión, de reuníón, de religión y de propiedad. Habían asentado también el liberalismo como una doctrina política que defendía el sistema parlamentario, la limitación del poder de los monarcas, la separación de poderes, el derecho al sufragio y la existencia de constituciones Pero, además, la idea de que la autoridad solo podía provenir de la nacíón (soberanía nacional)
, formada por ciudadanos iguales ante la ley, asoció el liberalismo a la defensa de la creación de Estados nacionales y animó a muchos pueblos sometidos a reivindicar su derecho a constituirse como naciones independientes El Congreso de Viena rechazaba todos esos principios. Sin em-bargo, las aspiraciones liberales y nacionales continuaron difundíéndose y, en sucesivas oleadas revolucionarias, los pueblos y las naciones lucharon para acabar con el Antiguo Régimen.


LAS APIRACIONES DE LIBERTAD

Durante la década de 1820, la represión ejercida por las autoridades absolutistas obligó a los partidarios del liberalismo y el nacionalismo a organizarse en sociedades clandestinas, como los carbonarios, en Italia, y los decembristas, en Rusia.Solo en Grecia, una insurrección nacional contra el dominio turco
consiguió, tras una guerra, la independencia y la constitución de un gobierno liberal .Una segunda oleada revolucionaria se originó en la década de
1830. En esta ocasión se abandonó la estrategia minoritaria insurreccional para conformar grupos y partidos liberales que se unieran a amplios sectores burgueses, intelectuales y a las capas populares.


Revolución LIBERAL Democrática  Aunque la revuelta fue sofocada, el orden liberal burgués comenzó a sentirse amenazado por primera vez, no por los defensores del Antiguo Régimen, sino por los grupos sociales con ideas democráticas. De este modo, en Marzo de 1848, una revolución en Viena obligó al emperador de Austria a promulgar una constitución liberal y abolir la servidumbre. También el rey de Prusia, bajo la presión de un levantamiento en Berlín, prometíó una constitución liberal que garantizase libertades políticas a sus súbditos. En la península italiana, aunque se produjeron revueltas en la Tos-cana, los Estados Pontificios y Nápoles, fue en el Piamonte donde la casa de Saboyá introdujo una serie de reformas y promulgó una constitución liberal.De este modo, en la década de 1850, se convirtió en un ejemplo de monarquía liberal para el resto de Estados Italianos.


EL DESPERTAR DE LAS NACIONES

En algunos países de Europa, las naciones se correspondían con las fronteras políticas de los Estados y sus procesos de afirmación nacional se produjeron al mismo tiempo que los de la revolución liberal.
Estado.
Entre 1820 y 1848 ya se habían producido, como hemos visto, procesos de independencia nacional ligados a revoluciones liberales .
Pero la revolución de 1848 comportó la emergencia de los naciona-Tismos, especialmente en el Imperio austriaco. El fervor nacionalista se produjo de manera paralela a la agitación liberal y social e hizo florecer una «primavera de los pueblos» de magnitud desconocida.


FRACASO Y PERVIVENCIA DE LOS IDEALES 1848

Fracaso y pervivencia de los ideales de 1848 La mayoría de movimientos revolucionarios surgidos en 1848 fue-con sofocados. En el Imperio austriaco, el ejército tomó Praga en Junio de 1848; en Octubre, establecíó el orden en Viena; en 1849, reconquistó el Norte de Italia y acabó con la resistencia de Hungría. El rey de Prusia suprimíó la asamblea constituyente establecida en Berlín y rechazó la corona y cualquier acuerdo con el Parlamento de Frankfurt.
Pero a pesar de su fracaso, los ideales y movimientos iniciados en 1848 dieron origen a unificaciones nacionales como las de Italia y Alemania , a reformas liberales en los sistemas políticos de Europa oriental y, hacia finales de siglo, a la evolución del liberalismo hacia la democracia, con la imposición del suFragio universal y el aumento de los derechos sociales.

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