Los cambios en la propiedad de la tierra en España, desamortización

PROCESO DE DESAMORTIZACIÓN Y CAMBIOS AGRARIOS
La desamortización fue un largo proceso histórico-económico iniciado en España a finales del siglo XVIII. Los políticos liberales eran conscientes de que los cambios en la estructura de la propiedad de la tierra habían favorecido en otros países una gran expansión de la producción agrícola. Pensaban que la primera medida que había que adoptar para poner fin al atraso del campo español era eliminar los restos del régimen señorial y vender las tierras para que los nuevos propietarios modernizasen el campo. Las propiedades de la Iglesia estaban amortizadas, es decir, no podían ser parceladas, ni vendidas. Las inmensas propiedades de la nobleza tampoco podían ser divididas ni enajenadas y pasaban. Las propiedades municipales tampoco podía ser anejadas. Así pues la mayor parte de las mejores tierras estaban fuera del mercado.

1. ETAPAS DEL PROCESO DESAMORTIZADOR

1.1. REINADO DE Carlos IV
La primera desamortización fue realizada en el reinado de Carlos IV. Durante el mismo se dictan tres Reales Cédulas» por las que se restringe el derecho de establecer nuevos mayorazgos. Al mismo tiempo, se procede a la venta de ciertos bienes raíces bienes raíces que habían sido de los jesuitas y se declararon incorporados a la Corona.

1.2. GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y CORTES DE CÁDIZ
Durante el periodo 1808-1814. En la España bajo poder francés, José I Bonaparte realizó también una pequeña desamortización de determinadas órdenes o comunidades religiosas, lo que no implicó la supresión de la propiedad, sino la confiscación de sus rentas para el avituallamiento y gastos de guerra de las tropas francesas, de forma que se devolvieron en 1814.
Por su parte, las Cortes de Cádiz disponen la incorporación a la Corona de los bienes de la Inquisición, la de todos los Señoríos jurisdiccionales, la anulación de los viejos privilegios señoriales, así como la reducción a un tercio del número de monasterios y convento.
En 1813 las Cortes aprueban la ley de baldíos, la cual permite que los terrenos comunales pasen a propiedad particular.

1.3. REINADO DE Fernando VII
En el trienio constitucional (1820-1823) se decreta la prohibición de llevar a cabo nuevas amortizaciones, la disolución, de las Órdenes monásticas y el paso de sus bienes a propiedad del Tesoro. Todas estas medidas serán también derogadas por Fernando VII en 1823.

1.4. REINADO DE Isabel II

1.4.1. DESAMORTIZACIÓN ECLESIÁSTICA O DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL
En la Regencia de
María Cristina (1833-1840) se dispone la venta de los bienes de propios Y la posibilidad de que los propietarios puedan enajenar sus bienes si lo desean.
Los cambios más importantes en la estructura de la propiedad de la tierra se produjeron años 1836 y 1855. Estas desamortizaciones consistieron en la apropiación por parte del Estado de gran parte de los bienes de la Iglesia y vendidos a particulares en pública subasta.
La primera desamortización o desamortización eclesiástica (1836) se llevó a cabo durante la regencia de María Cristina y fue inspirada por Juan Álvarez Mendizábal.
Los bienes de las ordenes religiosas fueron vendidos a precios muy bajos. Con los ingresos obtenidos fue posible afrontar el problema de la deuda publica y financiar el ejercito contra los charlistas.

1.4.2. DESAMORTIZACIÓN CIVIL O DESAMORTIZACIÓN DE Madoz
Realizada durante el Bienio Progresista por Pascual Madoz, tenía como objetivos subvencionar el Plan de Ferrocarriles y reducir la Deuda pública. Para ello, se pusieron a la venta todas las tierras.
Consistía en tasar las propiedades, hacer una subasta pública y adjudicarlas al mejor postor. El pago se podía efectuar de dos formas: o bien en efectivo, dando un primer plazo correspondiente al valor de la quinta parte de la propiedad y el resto en quince años, o bien pagando una parte con títulos de Deuda pública y el resto en plazos durante ocho años.
Por otra parte se revitaliza la desamortización eclesiástica, lo que provoca la ruptura con la Santa Sede, que entiende que las medidas adoptadas infringen los acuerdos establecidos en el Concordato de 1851.
Además la desamortización causa conflictos con la reina, que finalmente se ve obligada a firmar el decreto que la desarrolla, al tiempo que pide perdón al Papa, comunicándole que lo ha hecho bajo coacción.

2. CONSECUENCIAS LAS CONSECUENCIAS DE LAS DESAMORTIZACIONES FUERON DIVERSAS

2.1. POLÍTICAS
Se creó una masa de adheridos a la causa liberal; pero también esta causa se creó enemigos entre aquellos más afines a la Iglesia, provocando una escalada de tensiones entre la Iglesia y el Estado liberal, cuyas relaciones quedaron rotas hasta la firma del Concordato de 1851, en que el Estado moderado se declaraba confesionalmente católico.

2.2. ECONÓMICAS
El proceso desamortizador favorecíó una considerable expansión de la superficie cultivada y de la producción agraria, aunque estuvo acompañada frecuentemente de un efecto negativo: la deforestación. Los compradores que adquirieron pequeños lotes de monte para convertirlos en tierras de labor u obtener un beneficio inmediato con la venta de leña y madera, talaron los árboles indiscriminadamente.
El 40% de la tierra cambió de manos y tres quintas partes de las propiedades de la Iglesia fueron vendidas. Se acrecentó la concentración de la tierra en pocas manos, porque las familias más poderosas conservaron intactos su patrimonios: sus tierras fueron desvinculadas, pero no expropiadas. Tampoco se obtuvieron los resultados financieros que se esperaban, porque los fondos, tardaron en llegar y se desvalorizaron.

2.3. SOCIALES.
La desamortización no consiguió crear una amplía clase media agraria, aunque sí contribuyó a sustituir la estructura social señorial campesina, heredada del Antiguo Régimen, por una estructura capitalista. Hubo pequeños y medianos compradores locales que constituyeron el núcleo de una clase modesta o media de propietarios rurales.

La roturación de la vieja propiedad municipal empobrecíó a los ayuntamientos, privándolos de su autonomía económica; asentó a campesinos empobrecidos sobre tierras no aptas para el cultivo en propiedad individual, al tiempo que les privó de los escasos beneficios, secularmente obtenidos, de las tierras de aprovechamiento común, así muchos agricultores que tenían pocas tierras, perdieron los derechos de uso de los bienes comunales. También contribuyeron a la desaparición de la pequeña nobleza y del clero secular, así como el empobrecimiento de la iglesia.

2.4 URBANAS
Las desamortizaciones de fincas urbanas (casas y edificios conventuales) contribuyeron a la transformación del modelo de ciudad del Siglo XIX: de la ciudad conventual, a la ciudad burguesa, caracterizada por la desaparición del viejo caserío, su crecimiento en altura, la apertura de nuevas vías, la presencia de los edificios públicos y los ensanches.
Sirva de ejemplo el caso de Sevilla, donde el antiguo convento del Carmen pasó a ser cuartel, el convento de la Merced destinado a Museo de Bellas Artes

2.5. Culturales
Asimismo, las desamortizaciones ejercieron una decisiva influencia en la cultura. La legislación prevíó para los edificios conventuales destinos tan diversos como la conservación para uso parroquial o público, la demolición para la apertura de nuevas calles o el ensanche de las existentes.

3. CONCLUSIÓN
La desamortización se convirtió en una frustrada reforma agraria que hizo más mísera la condición del campesino, creando una oligarquía agraria llamada a ejercer, por largo tiempo, el poder político y económico de España.

4.CAMBIOS AGRARIOS

España seguía siendo durante el Siglo XIX y el primer tercio del Siglo XX un país esencialmente agrario, tanto por la importancia de la agricultura en la economía por el número de personas que trabajaban en el campo.
Hasta mediados de los años treinta del Siglo XIX el sector agrario se caracterizó por el estancamiento de su producción y la existencia de una productividad agrícola mayoritariamente vinculada. Sus propietarios no las explotaban directamente, sino mediante arrendatarios. Además, la supremacía de la actividad ganadera frente a la agrícola, limitaba la libertad de los cultivos.
Desde mediados de los años treinta se produjo una profunda transformación en la agricultura por la modificación del régimen de propiedad de la tierra y la introducción de innovaciones técnicas, de cultivos y de gestión organizativa.
El régimen de la propiedad de la tierra fue modificado por las desamortizaciones eclesiásticas y civiles que fueron realizándose desde finales del Siglo XVIII.
A pesar de sus propósitos, la desamortización no permitíó la creación de una clase media en el campo; sin embargo perjudico a muchos campesinos que desde entonces dejaron de disfrutar del cultivo de tierras de propiedad eclesiástica y comunal, y además consolido una estructura agraria latifundista.
No obstante, se produjo un aumento de la superficie cultivada y un incremento de los rendimientos y de la productividad. La ampliación de la superficie cultivada fue especialmente significativa en los cultivos del trigo, de la vid, del olivo y de las leguminosas.
Con esto también aumento la especialización regional: maíz y patata. Los productos más exportados fueron el vino, el aceite y lo cítricos. La extensión de tierras dedicadas al cultivo afecto a la cría de ganado: los pastos fueron sustituidos por piensos.
El sector agrícola se vio afectado en el último cuarto del Siglo XIX. El escaso nivel técnico, el bajo rendimiento y la mejora en las comunicaciones abarataron las importaciones de cereal, que acabaron por provocar la crisis. La respuesta de los cerealistas fue la aprobación de tarifas arancelarias y el aumento de la emigración a las colonias de ultramar.

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