Monarquía Hispánica: Herencia de Carlos I, Validos y la Diputación de Navarra en el Antiguo Régimen

Herencia Territorial de Carlos I: Un Imperio Global

La herencia territorial de Carlos I representa el vasto conjunto de dominios bajo la autoridad de este monarca, nieto de los Reyes Católicos, cuyo reinado se inició en 1517. Esta formidable acumulación de territorios provino de dos líneas familiares fundamentales: la de los Trastámara (Reyes Católicos) y la de los Habsburgo o Austrias.

Orígenes de la Herencia

  • De su abuela materna, Isabel I de Castilla: Heredó la Corona de Castilla, que incluía los dominios de Navarra, las plazas norteafricanas (Melilla, Orán, Argel y Bugía), las Islas Canarias y las recién colonizadas posesiones de las Indias.
  • De su abuelo materno, Fernando II de Aragón: Recibió los reinos de la Corona de Aragón (Aragón, Valencia, Mallorca y el Principado de Cataluña), así como Nápoles, Sicilia y Cerdeña.
  • De su abuelo paterno, Maximiliano I de Habsburgo: Obtuvo el Archiducado de Austria y la posibilidad (que se concretó) de ser elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (también conocido como el Primer Reich o Imperio Antiguo) en 1519.
  • De su abuela paterna, María de Borgoña: Le correspondieron los territorios de los Países Bajos, Flandes, Luxemburgo y el Franco Condado.

Características del Imperio de Carlos I

Se trataba de un territorio enorme, pero intrínsecamente fragmentario y disperso, compuesto por pueblos de diversas etnias, lenguas y religiones. Carlos I mantuvo el principio de unión dinástica, lo que significaba que cada territorio conservaba sus propias instituciones y leyes, respetando así la diversidad de su vasto imperio.

La Diputación del Reino de Navarra: Un Pilar Institucional

La Diputación del Reino de Navarra fue una institución política que representaba de modo permanente a las Cortes del Reino cuando estas no estaban reunidas. Aunque surgió tras la conquista en 1576, no fue hasta 1592 cuando Felipe II reguló su funcionamiento. Durante la Edad Moderna, las instituciones navarras continuaron su proceso de consolidación, iniciado en la Edad Media, con una clara influencia francesa. Junto a la Diputación, otras instituciones clave fueron el Virrey, las Cortes, el Consejo Real, la Corte y la Cámara de Comptos.

Composición y Funciones

La Diputación estaba formada por siete diputados elegidos por los tres estamentos o brazos de las Cortes:

  • Un representante del brazo eclesiástico (en la mayoría de ocasiones, el abad de Leire, Fitero o La Oliva, o bien el obispo de Pamplona).
  • Dos representantes del brazo militar o de la nobleza.
  • Cuatro representantes de las Merindades, por turno, que representaban a villas o ciudades.

Su misión principal era vigilar el cumplimiento de las decisiones aprobadas por las Cortes y defender la observancia de los Fueros. Denunciaba los contrafueros, publicaba las leyes y, desde el siglo XVII, intervenía en el cobro de una parte del donativo o ayuda económica otorgado por las Cortes. Con el tiempo, fue ampliando sus atribuciones e impulsó mejoras económicas y culturales. Como representante directo de los intereses navarros en Madrid, destacaba la figura del Síndico para los asuntos legales.

Desaparición y Transformación

La Diputación del Reino de Navarra desapareció como tal tras la Ley de Modificación de Fueros de 1841 (conocida como la Ley Paccionada), que implantó una Diputación Provincial con muy pocas competencias y cuyos miembros eran elegidos mediante sufragio en las merindades.

Los Validos: Poder en la Sombra de la Monarquía Hispánica

La figura del Valido fue una figura política propia del Antiguo Régimen en la Monarquía Hispánica, que alcanzó su plenitud bajo los llamados Austrias menores en el siglo XVII. Estos monarcas delegaron en sus validos o privados la práctica totalidad de las responsabilidades de gobierno. No puede considerarse una institución, ya que en ningún momento se trató de un cargo oficial; su posición dependía únicamente de la confianza del rey. Este fenómeno no fue exclusivo de España, siendo similar el ejercicio del poder por los cardenales Richelieu y Mazarino en el Reino de Francia, o por Cecil y Buckingham en el Reino de Inglaterra.

Naturaleza y Funciones del Valido

Los validos eran miembros de la alta nobleza o el clero que, tras ocupar cargos en la corte, conseguían ganarse la amistad y la confianza de monarcas incapaces o deseosos de liberarse de las cargas del gobierno. Su elección dependía exclusivamente de la voluntad real. Era el puesto de mayor confianza del monarca en cuestiones temporales, ya que las cuestiones espirituales eran competencia del confesor real, quien también ejercía gran influencia. Las funciones que ejercían eran del máximo nivel en la toma de decisiones políticas, no limitadas a las de consejero, sino extendiéndose al control y coordinación de la Administración. En la práctica, gobernaban en nombre del rey, en un momento en el que las monarquías autoritarias habían concentrado un enorme poder en su figura.

Validos Destacados en la Historia de España

  • Durante el reinado de Felipe III (1598-1621): Ejercieron el valimiento los duques de Lerma y de Uceda, quienes lo utilizaron principalmente para su enriquecimiento personal.
  • Durante el reinado de Felipe IV (1621-1665): La privanza correspondió al conde-duque de Olivares, cuyo gobierno se caracterizó por el centralismo, el autoritarismo y una ambición de poder que le llevaron al fracaso tanto en la política interior (sublevación de Cataluña y Portugal) como en la exterior (Guerra de los Treinta Años). Posteriormente, le sucedió el duque de Haro.
  • Durante el reinado de Carlos II (1665-1700): Se sucedieron varios validos, caracterizados por su mediocridad, como el padre Nithard, Fernando de Valenzuela y Don Juan José de Austria.

El Fin de la Figura del Valido

Con el cambio a la dinastía Borbón en el siglo XVIII, desaparece el uso del término valido, aunque también hubo personajes de gran ascendencia sobre los reyes. Un ejemplo claro es Manuel Godoy en tiempos de Carlos IV (1788-1808), un personaje ambiciosísimo que es, sin duda, la figura más próxima al concepto de valido, justo cuando el Antiguo Régimen tocaba a su fin.

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