Tema 10. Transformaciones económicas del Siglo XIX.

La economía de este siglo se caracteriza por un crecimiento lento y un atraso respecto a otros países europeos. Una primera etapa la economía estuvo estancada e incluso entró en recesión, pero luego, comenzó una lenta recuperación favorecida por el refuerzo del monopolio comercial.

TRANSFORMACIONES AGRARIAS

La economía española dependía de la agricultura, pero algunos factores limitaron su modernización.

La desamortización: una falsa reforma agraria

Desamortizar era nacionalizar los bienes de la Iglesia para luego ser vendidos y con éste dinero sanear la Hacienda pública. El conjunto de leyes desamortizadores se conoce como reforma agraria liberal, porque los gobiernos liberales llevaban a cabo la distribución de la propiedad y poner en circulación tierras sin explotar. Existen tres etapas desamortizadoras:

• • Primera etapa

    
    Empezó con Godoy y afectó a la Iglesia, favoreciendo a la Hacienda real. Le siguió José I sobre los bienes del clero y aristocracia. Las Cortes de Cádiz aprobaron un decreto de desamortización y su aplicación estuvo entendida como una reforma fiscal, y no agraria, de hecho, la desamortización del trienio favorecíó a las clases media y alta perjudicando a los pobres.
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    Segunda etapa

    Comenzó con Mendizábal hasta el gobierno de Narváez, y afectó al clero regular y secular y su objetivo era sanear la Hacienda pública y crear una “familia de propietarios”.
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    Tercera etapa

    Comenzó con Pascual Madoz, al cuál se le atribuye la ley Madoz, que afectó a los bienes de la Iglesia y de los municipios y comunales.

Las consecuencias de este gran proceso y su venta fueron:

• • Incrementó el número de grandes terratenientes

    
    Nuevos propietarios invirtieron su dinero en tierras y casas lo que produjo que la tierra cambiara de dueño, pero no se modificara el tamaño ni la modernización de las formas de explotación.
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    Los compradores fueron gente adinerada

    Viejos aristócratas y burgueses, el ejército o la Iglesia.
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    Permitíó poner en cultivo gran cantidad de tierras abandonadas

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    Los grandes perdedores fueron los campesinos, la Iglesia y los municipios

    Los campesinos pagaban rentas más elevadas, la Iglesia perdíó gran parte de su patrimonio y los municipios perdieron su principal fuente de ingresos.

Todo esto explica el apoyo que recibieron los carlistas del mundo rural y campesino.

Efectos sobre la producción y la productividad

Este proceso provocó que las tierras cambiaran de dueño más de 10 millones de hectáreas.
El paso de las manos muertas a los propietarios deberían haber potenciado el crecimiento. Otros factores ayudaron al desarrollo de la agricultura como el aumento de la población y la mejora de las comunicaciones.

En general, la producción crecíó de forma modesta hasta el último cuarto de siglo.
El trigo, maíz, leguminosas y frutales aumentaron y el cereal se estancó.

La política proteccionista pretendíó frenar la gran crisis agraria, pero esta política ocultaba la baja productividad agrícola y poco a poco se fue abandonando.

La aportación de la agricultura al crecimiento económico

Apenas se modificó la población dedicada a estas tareas, y los niveles de consumo y de productividad fueron muy bajos.
La producción agraria no crecíó por la escasa capacidad de demanda, la reducida población urbana y por la baja calidad de la dieta.

A pesar de ello, España pasó de ser exportadora de trigo y harina a ser importadora neta.
La producción nacional, pues, no bastaba para satisfacer la demanda de una población en rápido crecimiento.

Por último, tampoco la agricultura fue motor de arrastre y no aportó capital de forma notable, ni el textil, ni la siderúrgica.

Podemos concluir, con que el estancamiento de la agricultura es una de las causas de atraso económico español.

INDUSTRIA Y MINERÍA

La industrialización en la España del Siglo XIX ha sido calificada de fracaso relativo, pues aunque construyó la red ferroviaria, surgíó la banca, una nueva moneda y se extendíó la educación, España era un país agrario.
El algodón y el hierro fueron los dos sectores que iniciaron la industrialización española.

Industria del algodón

Cataluña fue el centro de esta actividad. Las razones de esto es el dinamismo económico, gran actividad comercial con América y abundante mano de obra. El desarrollo industrial se basó en la introducción de máquinas como las mulas, movidas por ruedas hidráulicas o máquinas de vapor.
Posteriormente, tuvo lugar la primera protesta contra las máquinas por parte de los obreros, ya que se introdujo las selfactinas, máquinas más efectivas.

En la etapa del 1830-55 se produjo una recesión de la economía por diversos problemas como la guerra de sucesión en EE. UU, el mayor productor de algodón. A partir del 68 se produjo un período de recuperación.
Hubo también industrias de lana, de seda y de lino, en menor cantidad y algunas llegando a extinguirse.