Que objetivos pretendía el gobierno republicano

TEMA 10 SELECTIVIDAD: LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939)

La Guerra
Civil española es uno de los acontecimientos políticos de nuestra Historia reciente. Representa una confrontación de ideologías muy diversas. Ha sido interpretada de formas muy diversas:

-Visión maniquea del conflicto: Para unos, la guerra se hizo inevitable y se justifica por la necesidad de poner fin al desorden reinante y al peligro inminente de la fragmentación del Estado, para otros, las razones profundas del conflicto residen en el temor de las clases dominantes a ser desplazadas de su posición hegemónica.

-La lucha de clases y enfrentamiento de las dos Españas

-Prólogo de la Segunda Guerra Mundial

1.- La conspiración y la sublevación militar

El golpe de Estado de julio de 1936 fue organizado, liderado y planeado exclusivamente por militares descontentos. El estratega y jefe de la operación fue el general Mola. El general Sanjurjo, era la persona designada para presidir el Directorio militar que se debía crear tras el golpe, sin embargo, falleció en los primeros días. El general Franco, se incorporó a la conspiración en el último momento.

Mola pretendía instaurar un modelo de Gobierno idéntico al de la Dictadura de Primo de Rivera. Los sublevados preveían un golpe breve y rotundo que durase horas o días, pero no una guerra civil.

El Gobierno de la II República, presidido entonces por Casares Quiroga, confió excesivamente en sus fuerzas y en sus posibilidades. La guerra fue consecuencia de un golpe militar mal ejecutado y de un gobierno demasiado débil para atajarlo.

La sublevación comenzó en la tarde del 17 de julio de 1936 en Marruecos.

Franco, tras controlar la situación en Canarias, se trasladó a Marruecos y se puso al frente de la rebelión. Entre el 18 y 19 de julio se incorporaron a ella Sevilla  y Cádiz. Se sumaron, además, a los sublevados numerosas ciudades. La zona leal al Gobierno quedó dividida en dos,la cornisa cantábrica y el País Vasco por un lado y Madrid, Cataluña, Castilla, Valencia, Málaga por otro lado. Los obreros armados constituyeron las primeras milicias espontaneas a favor de la República.

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.1.- La “guerra de columnas” (de julio a noviembre de 1936)

Al principio de la guerra el objetivo principal de los sublevados fue la toma de Madrid, para lo que el ejército operó al modo colonial empleado en la Guerra de Marruecos: pequeñas columnas avanzaban a pie o eran transportadas en avance rápido por carretera mediante camiones. La operación fue facilitada por milicias populares ineficaces. No obstante, el bando rebelde tuvo que vencer varias dificultades: una, la escasez de recursos de Mola en el norte, que hizo recaer el avance hacia Madrid sobre las fuerzas del ejército del sur; otra, el inconveniente de que este ejército se encontrara en África y hubiera necesidad de transportarlo a Andalucía

Las columnas de legionarios y de regulares –llamados “moros”- mandadas por el coronel Yagüe, marcharon velozmente por Extremadura sobre Madrid, tomando Badajoz; pero el desvío desde Talavera a Toledo para liberar el Alcázar, defendido por el coronel Moscardó, permitirá a los generales republicanos José Miaja y Vicente Rojo reorganizarse y detener las columnas del general Varela a las puertas de Madrid. El frente se estabiliza en la Ciudad Universitaria y aledaños y surge el grito ¡No pasarán!, lanzado por Dolores Ibárruri “Pasionaria.

2.2.- La guerra total y la modernización de la estrategia noviembre de 1936 a abril de 1939)

Los movimientos de pequeñas columnas se pasa a las grandes ofensivas y contraofensivas. Desde el punto de vista militar, la guerra adquirió un carácter moderno, la aviación comenzó a ser el arma fundamental, se llegó al concepto de “guerra total” y se intensificó la guerra psicológica.

En la ofensiva de Franco sobre Madrid se dieron las grandes batallas del Jarama, con combates aéreos, y de Guadalajara. Franco abandonó la idea de tomar Madrid y determina concentrar los efectivos militares en el norte.

Tras la caída del norte, en octubre de 1937, proyecta la marcha hacia el Mediterráneo, con el fin de dividir a la zona republicana en dos. Para contrarrestar la ofensiva franquista e impedir su avance hacia Cataluña, la República inicia la llamada batalla del Ebro. El camino de Cataluña queda así expedito y, en enero de 1939, toman Barcelona.

2.3.- El final de la guerra

Entre febrero y abril de 1939 se desarrollaron los últimos episodios de la Guerra Civil. Juan Negrín, presidente del Gobierno, y el PCE propusieron una política de resistencia a ultranza. Esta actitud chocó, sin embargo, con la oposición de importantes militares y políticos republicanos, que buscaron una salida negociada al conflicto. Este grupo, encabezado por el coronel Casado, el general Miaja y algunos políticos socialistas, como Julián Besteiro, y republicanos y anarquistas, como Cipriano Mera, organizó un golpe de Estado en marzo de 1939. Este acontecimiento provocó una breve guerra civil entre los republicanos, de la que salieron triunfantes el coronel Casado y sus partidarios, quienes decidieron entregar a Franco toda la zona que aún estaba en manos de los republicanos.

3.- La dimensión internacional del conflicto

La guerra obligó a las grandes potencias a adoptar posiciones individuales, pero también una postura conjunta que se conoció con el nombre de no intervención.

Los motivos de Italia y Alemania para prestar apoyo a los sublevados fueron de tipo político y estratégico:

▪El conflicto español les servía para realizar una puesta a punto de sus ejércitos de cara a la guerra mundial.

▪Los alemanes e italianos simpatizaban ideológicamente con los sublevados.

▪El apoyo a los sublevados abría la posibilidad de ejercer influencia sobre un nuevo aliado que podía ser útil para la política internacional en el futuro.

▪La mayor parte de las ayudas italogermanas fueron a crédito y se convirtieron en semigratuitas.

Aparte del apoyo italogermano, los sublevados contaron con el apoyo de Portugal, gobernado por Oliveira Salazar. Franco contó también con el apoyo de los fascistas irlandeses, que organizaron la Legión de San Patricio.

El Estado vaticano reconoció al régimen franquista ya en el verano de 1937.

Los gobiernos conservadores de Gran Bretaña no solo se abstuvieron de apoyar al Gobierno de la II República.

En Francia se permitieron todo tipo de adhesiones colectivas y actos de apoyo al Gobierno republicano español, aunque no hubo ningún pronunciamiento oficial. El gobierno francés se limitó a cerrar las fronteras para evitar la entrada de armas en España.

Por último, las razones de EE. UU. Para  mantenerse neutral fue explícitamente no alentar el “comunismo europeo”.

El Gobierno republicano español, por consiguiente, solo contó con el apoyo de la URSS a partir de septiembre de 1936 y con una minúscula ayuda de México.

El apoyo soviético fue impulsado por una política de acercamiento a los gobiernos democráticos para hacer frente a la amenaza del nazismo y se concretó en dos aspectos fundamentales:

*La ayuda directa con la entrega de armamento.

* El reclutamiento de voluntarios de todo el mundo, las Brigadas Internacionales,

3.1.- El acuerdo colectivo de no intervención

Todas las potencias acordaron la no injerencia diplomática y militar en los asuntos españoles y prohibieron las exportaciones de armamento a España.

Para que el acuerdo de no intervención fuera efectivo, se encargó a un comité que velara por su cumplimiento. Pero fracasó en lo fundamental, pues reforzó el fascismo. La causa republicana atrajo de una manera espectacular las simpatías de toda la izquierda mundial y de la mayoría de los intelectuales.

4.1.- La impotencia del poder legal republicano

Entre julio y septiembre de 1936, el Estado republicano se colapsó. Nada más producirse el golpe militar, se llevó a cabo un intento frustrado de constituir un Gobierno de conciliación con los rebeldes liderado por el más centrista de los políticos del Frente Popular, Diego Martínez Barrio. Al fracasar esta opción, el Gobierno presidido por José Giral armó a las milicias obreras.

Esta revolución fue acompañada también de una dura e indiscriminada represión sobre políticos y personas sospechosas. Las tropas republicanas combinaron milicias políticas de partidos y sindicatos con soldados del Ejército. El esfuerzo posterior de los distintos gobiernos republicanos se encaminó a la reconstrucción del Estado y de un ejército popular disciplinado. Los defensores de esta reconstrucción progresiva eran partidarios de ganar la guerra y dejar la revolución para más adelante.

4.2.- El Gobierno de coalición de Largo Caballero

Entre septiembre de 1936 y mayo de 1937 se logró la colaboración de los sindicatos y partidos obreros en un Gobierno de coalición que aportara la necesaria unidad. El único líder capacitado para presidirlo era Largo Caballero.

El Gobierno presidido por Largo Caballero adoptó las siguientes medidas:

▪Legalizó las incautaciones realizadas por los campesinos de las propiedades de aquellos que hubiesen apoyado la rebelión militar.

▪Las milicias fueron militarizadas con el fin de reconstituir el Ejército

▪Fueron instituidos tribunales populares de justicia

Entre tanto adquirió gran prestigio la Junta de Defensa de Madrid. También alcanzaron mucha popularidad los comunistas.

Los enfrentamientos internos entre las fuerzas gubernamentales estallaron en mayo de 1937 a causa de la pugna por el control de los servicios públicos de Barcelona, que se encontraban en manos de la CNT desde la sublevación.

Los incidentes de Barcelona tuvieron importantes repercusiones:

-Los ministros anarquistas del Gobierno tuvieron que acudir personalmente a Barcelona para que la CNT depusiera las armas

-El POUM fue juzgado y condenado por deslealtad a la República.

-La Generalitat de Cataluña perdió sus atribuciones en materia de orden público

– Largo Caballero se vio obligado a dimitir, y su Gobierno de coalición se derrumbó.

4.3.- El Gobierno de Negrín

Entre mayo de 1937 y febrero de 1939 gobernó un equipo ministerial presidido por Juan Negrín.

El Gobierno que se trasladó a Barcelona, recuperó el control del Estado. Negrín propuso la resistencia a ultranza contra Franco a lo largo de esta etapa. Negrín pasó a ocupar la cartera de Guerra. Desde ese momento contó con la oposición frontal de Prieto ,también con la de Azaña, quedándose muy aislado políticamente.

4.4.- El golpe del coronel Casado

Entre febrero y abril de 1939 se desencadenó el final del Gobierno republicano en España, aunque continuó en el exilio. La salida de España del equipo de Negrín tras la caída de Cataluña precipitó los acontecimientos

Negrín propuso nuevas medidas de resistencia. A su vuelta a España, se encontró con una avanzada  conspiración militar liderada por el coronel Casado, que había entablado negociaciones y contactos con Franco, pero también civil. Negrín y los dirigentes del PCE tuvieron que huir para salvar la vida.

5.- La evolución política en la zona sublevada

En el comienzo de la guerra la sublevación no dejó de ser un pronunciamiento militar clásico, aunque frustrado, que tenía por objeto derrocar al Gobierno. La encargada de administrar la doble política de contrarrevolución y represión fue, en un principio, la Junta de Defensa Nacional de Burgos, presidida por el general Miguel Cabanellas, aunque controlada por Mola. Franco no entró en la Junta hasta agosto. Junto al ejército se encontraban las fuerzas políticas: los milicianos carlistas y las milicias fascistas de falange.

5.1.- El mando único de Franco

El germen del nuevo Estado surgió entre septiembre y noviembre de 1936, cuando Franco fue elegido para ostentar el mando militar y político único con los títulos de Generalísimo y jefe del Gobierno del Estado español. El 1 de octubre de 1936 Franco tomó posesión de sus cargos en Burgos. La Junta tuvo su sede en Burgos, mientras que el cuartel general de Franco se estableció en Salamanca, ya que esperaba la inminente caída de Madrid.

La sublevación no tardó en ser calificada de cruzada. Al liderazgo militar y político se unió el carismático y religioso, lo que le convirtió en Caudillo.

5.2.- Hacia la unificación

Franco reconoció la necesidad de articular un Estado más coherente, de corte fascista.

Para ello utilizó a los carlistas y a la Falange Española de las JONS. Aprovechando rencillas internas entre los falangistas decretó la unificación de falangistas y carlistas en un movimiento que estaba por encima de los tradicionales partidos políticos. Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET de las JONS).

La operación seguía el modelo fascista de partido único. La oposición más fuerte procedió de la propia Falange.

5.3.- La configuración del nuevo Estado

 El poder absoluto de Franco se vio reforzado con la creación de dos nuevos organismos políticos que carecían de capacidad decisoria: la Junta Política y el Consejo Nacional de FET de las JONS. Se formó también el primer Gobierno presidido por el propio Franco, que asumía todo el poder.

La tarea del nuevo Gobierno fue la elaboración de una legislación profundamente reaccionaria que incluían nuevas medidas que todos compartían, medidas laborales e intervencionistas.

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.- Las consecuencias de la guerra

La guerra tuvo un balance trágico para España, las muertes y desapariciones, el exilio de numerosos españoles, la represión y las pérdidas económicas. Las pérdidas demográficas ascendieron prácticamente a un millón, si se suman las pérdidas por enfermedades y desnutrición derivadas de la Guerra Civil, la cifra de un millón de personas se superaría con facilidad.

Muchas personas huyeron de España, temporal o definitivamente, debido en gran parte al temor  a la cruel represión franquista.

Además de los fusilados, hay que contar con los presos e internados en campos de concentración franquista y los “topos”. Otro capítulo lo constituyeron los depurados, es decir, aquellos que fueron expulsados de la Administración y de determinadas profesiones.

 Algunos antifranquistas, para evitar la represión, constituyeron, al finalizar la Guerra Civil, una guerrilla (conocida como maquis) que se refugió en los montes.

Se produjeron innumerables pérdidas económicas con gastos ocasionados por la guerra y la destrucción de edificios públicos y privados y de las redes ferroviaria y viaria.

Hubo grupos que se beneficiaron de la nueva situación, como los terratenientes, el Ejército y la Iglesia. También se restableció la autoridad de las empresas. Entre los favorecidos surgió la figura del excombatiente.

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