Reforma liberal de 1836

1. La primera guerra carlista: Causas y desarrollo

Los insurrectos proclamaron al rey Carlos confiando en el la defensa del Absolutismo. De esta forma se Iniciaba una Guerra Civil:

– El carlismo presentaba una ideología Tradicionalista y antiliberal. Se agrupaban los defensores de la Legitimidad dinástica de don Carlos, de la monarquía absoluta, de La preeminencia social de la iglesia, del Antiguo Régimen y de la Conservación de un sistema foral particulista. Figuraban numerosos Miembros del clero y una parte de la pequeña nobleza agraria. Además Contaba con una amplia base social campesina que desconfiaban de la reforma agraria defendida por los liberales. Los carlistas Consideraban a la Iglesia como la defensora de la sociedad Tradicional.

– La causa isabelina contó con el Apoyo de una parte de la alta nobleza y de los funcionarios, y un Sector de la jerarquía eclesiástica. Ante la necesidad de ampliar La base social, la regente buscó la adhesión de los liberales, así Que tuvo que acceder a las demandas de los liberales que exigían el Fin del absolutismo.

Los carlistas actuaban según el método De guerrillas. Don Carlos contó con el apoyo de potencias Absolutistas como Rusia, Prusia y Austria, mientras Isabel II contó Con el apoyo de G:B Francia y Portugal. El conflicto pasó por dos Fases:

– La primera etapa (1833-1835) Estabilización de la guerra en el norte y os triunfos carlistas. El General Zumalacarregui, al mando de las tropas norteñas, conquistó Muchos pueblos del norte, fracasando en la toma de Bilbao. En la zona Del Levante los carlistas estaban más desorganizados. Las Actividades estaban conducidas por el general Cabrera.

– La segunda fase (1836-1840) la guerra Se decantó hacia el bando liberal a partir de la victoria del General Espartero que puso fin al sitio de Bilbao. Los insurrectos Faltos de recursos, realizaron expediciones a otras regiones, como la De pasando por Navarra y Cataluña llegar a Madrid y conquistar la Capital, sin embargo, las fuerzas carlistas fueron incapaces. La Debilidad del carlismo causó discrepancias entre los Transaccionistas, partidarios de alcanzar un acuerdo con los Liberales, y los intransigentes, defensores de continuar la guerra. Finalmente el general Maroto, jefe de los transaccionistas acordó la Firma del Convenio de Vergara con Espartero, que establecía el Mantenimiento de los fueros en las provincias vascas y Navarra y la Integración de la oficialidad carlista en el ejército real.

3. Las regencias de Mª Cristina y Espartero

El testamento de Fernando VII Establecíó la creación de un Consejo de Gobierno para asesorar a la Regente María Cristina, compuesto en su mayoría por absolutistas Moderados para llegar a un acuerdo con los carlistas. Prácticamente La única reforma comprendida por este gobierno fue la nueva división Provincial de España que intentaba poner fin a la administración Local del Antiguo Régimen. Pero ante la extensión de la Insurrección carlista, el trono isabelino empexó a tambalearse por Falta de apoyos sólidos.

El inmovilismo del gobierno chocó con Las pretensiones de buena parte de la población que reclamaba la Reforma del estado absoluto. Se creó un nuevo gobierno presidido Por Francisco Martínez de la Rosa, un liberal moderado, que llevó a Cabo las primeras reformas, aunque muy limitadas. Su propuesta fue la Promulgación de un Estatuto Real, un conjunto de reglas para la Convocatoria de unas cortes adaptadas a los nuevos tiempos.

Pronto se hizo evidente que estas Reformas eran insuficientes para los liberales. Los progresistas, Descontentos con las tímidas reformas iniciadas, tenían su fuerza En el dominio del movimiento popular, en su fuerte influencia en la Milicia Nacional y en las Juntas revolucionarias. En 1835 y en 1836, Los progresistas organizaros una oleada de Revueltas Urbanas. La Necesidad de conseguir apoyos sociales firmes y recursos financieros Contra el carlismo forzó a la monarquía a vencer a sus reticencias Y aceptar un Gobierno Progresista.

Ante la situación, María Cristina Llamó a formar gobierno un liberal progresista, Mendizábal, que Rápidamente inició una reforma del Estatuto Real y tomó medidas Con el fin de conseguir recursos financieros para organizar y armar Un ejército.

Hubo protestas a favor de la constitución de 1812 y varios levantamientos de la Granja. Ante Tanta presión María Cristina, decidíó firmar la constitución de Cádiz y cedíó el poder al progresista Calatrava en 1836.

Los progresistas nada más acceder al Poder, realizaron una serie de reformas para desmantelar por completo El antiguo régimen. Entre ellas están la reforma agraria liberal, Disolución del régimen liberal, la desvinculación y la Desamortización. En 1837 se proclamó una constitución que firmaba Algunos principios básicos del progresismo, aunque también recogía Algunos elementos moderados. Otras leyes culminaron el entramado Jurídico constitucional; la ley de imprenta y la ley electoral.

Espartero disolvíó las Juntas Revolucionarias y convocó nuevas elecciones que dieron mayoría Parlamentaria a los progresistas. Durante su regencia actuó con un Marcado autoritarismo. De este modo Espartero se aisló del entorno Progresista y perdíó la popularidad que le llevó ante el poder. En 1842 firmó un arancel que abría el mercado español a los tejidos Ingleses, lo que provocó una serie de levantamientos en Barcelona Que Espartero soluciónó con fuertes represiones. En 1843, Espartero Abandonó la regencia y Isabel II con 13 años se convirtió en la Nueva reina.

4. Los partidos políticos en el Reinado de Isabel II

Los partidos políticos del Siglo XIX No eran como los concebimos en la actualidad. Constituían Agrupaciones de personalidades alrededor de algún notable, civil o Militar. Eran corrientes de opinión

– LOS MODERADOS (personas de orden): Defendían el derecho a la propiedad como garantía de orden que Querían preservar y limitaban el sufragio según la riqueza de los Electores. Concebían la libertad como bien individual, pero Antepónían los principios de autoridad y orden social. Entre sus Líderes cabe destacar a Narváez y Francisco Bravo de Murillo.

Asimismo, defendían el principio de la Soberanía compartida entre las Cortes y la Corona, a la que Otorgaban amplios poderes. También se mostraban partidarios de Limitar los derechos individuales. Por último, representaban la Opción más clerical del liberalismo.

– LOS PROGRESISTAS (defensores de la Libertad): Entre ellos predominaba la mediana y pequeña burguésía, Parte del ejército y de la sociedad popular. Defendían el principio De soberanía nacional como fuente de legitimidad del poder y el Predominio de las Cortes, mientras rechazaban la función de la Corona en los asuntos políticos. Destacaban Mendizábal, Espartero y Juan Prim.

Eran partidarios de robustecer los Poderes locales y de otorgar amplios derechos individuales y Colectivos. Defendían la necesidad de una reforma agraria para poner Fin a la propiedad vinculada y preconizaban limitar la influencia Social de la Iglesia.

En 1854 se formó la uníón liberal. Pretendían constituirse como una opción centrista entre los Partidos clásicos. Los impulsores fueron O’Donell y Serrano.

– DEMÓCRATAS Y REPUBLICANOS: Clases Populares urbanas y grados bajos de la Milicia. En 1849, una escisión De los progresistas dio origen a la formación del Partido Demócrata, Que defendían la soberanía popular y el sufragio universal Masculino. Reconocía el predominio social de la Iglesia católica Pero exigía libertad de culto para todas las religiones. Pero el Desprestigio de la monarquía de Isabel II hizo ganar fuerza al Republicanismo en detrimento del Partido Demócrata. Defendían la República como la opción verdaderamente democrática.

5. La década moderada

Las elecciones de 1844 dieron la Mayoría a los moderados, que generan un Gobierno presidido por Narváez, quien impulsó una doctrina basada en el liberalismo Moderado. Los primeros gobiernos moderados llevaron una fuerte Represión frente a los progresistas.

El régimen se asentó sobre el Predominio de la burguésía terrateniente. Para estos grupos era Necesaria la creación de un nuevo orden social. La Corona y gran Parte del ejército se mostraron fieles, y falsearon los mecanismos Electorales, dejando a los opositores sin posibilidades de alcanzar El poder.

LA CONSTITUCIÓN DE 1845

El Gobierno preparó una reforma de la Constitución de 1837 y aprobó la Nueva Constitución de 1845, que Recogíó las ideas básicas del moderantismo. La nueva constitución Manténía gran parte de la Constitución de 1837, pero su regulación Se remitía a las leyes restrictivas de las libertades. El decreto de 1845 significó el control gubernamental sobre la prensa. Al año Siguiente, la ley electoral de 1846 planteó un sufragio censitario Muy restringido.

EL CONCORDATO CON LA SANTA SEDE

Se firmó para establecer un acuerdo Con la Iglesia, para tenerla a favor. En 1851 se firmó, en el que se Establecía la suspensión de la venta de los bienes eclesiásticos Desamortizados.

A cambio, la Santa Sede reconocía a Isabel II y aceptaba la obra desamortizadora, mientras el Estado se Comprometía al sostenimiento de la Iglesia española.

LA Institucionalización DEL ESTADO LIBERAL

El moderantismo pretendíó consolidar La estructura del nuevo Estado Liberal bajo los principios del Centralismo, la uniformidad y la jerarquización. Por un lado el Gobierno emprendíó la reforma fiscal. Para poner fin a las leyes del Antiguo Régimen se aprobó el código penal y se elaboró un Proyecto de código civil. Por otro lado se elaboró la reforma de la Administración pública, reorganizando los cargos del Estado y Creando una ley de funcionarios que regulaba su acceso. Además, se Puso especial atención en el control del poder municipal mediante la Ley de Administración Local.

LA CRISIS DEL GOBIERNO MODERADO

La vida política no se desarrollaba en Las Cortes, sino alrededor, y a partir de la influencia de las Distintas camarillas. El autoritarismo se aguzó durante el gobierno De Bravo Murillo de 1852, que propuso una reforma constitucional que Transformaba al Estado en una dictadura tecnocrática.

La propuesta fracasó por la aposición De un amplio sector, que consiguió desplazar a Bravo Murillo del Poder, pero agudizó la descomposición interna del partido y aumentó El descontento. De esta manera, en 1854 una nueva revolución Permitíó a los progresistas recuperar el poder y puso fin a la Década moderada.

6. El bienio progresista (1854 – 1856)

La uníón de demócratas, progresistas Y algunos otros sectores, desembocó en el pronunciamiento de Vicálvaro a cuyo frente se colocó un moderado descontento, el General O’Donnell, que fundó la uníón liberal.

La presidencia recayó de nuevo en Espartero. El nuevo gobierno intentó restaurar los principios del Progresismo. También preparó una nueva constitución (1856), que no Llegó a ser pronunciada. La actuación de mayor trascendencia fue un Ambicioso plan de reformas económicas en defensa de los intereses de La burguésía urbano y de las clases medias.

LA LEGISLACIÓN ECONÓMICA

La nueva Ley Desamortizadora de 1855, a Cargo de Madoz afectó a los bienes del Estado, la Iglesia y sobre Todo de los Ayuntamientos (bienes de propios y comunales). Esta Ley Tenía la función de obtener recursos para la Hacienda, cuyos Beneficios fueron destinados en parte a la red de ferrocarriles.

La construcción de las líneas de Ferrocarril comenzó en 1855 con la Ley General de Ferrocarril. La Preocupación de las Cortes por fomentar el desarrollo económico en España se reflejó en las leyes para reestablecer la reforestación, Poner en marcha el sistema del telégrafo, ampliar la Ley de Carreteras, crecimiento de las sociedades por acciones y de la banca Y desarrollar la minoría.

LA CRISIS DEL BIENIO

En Cataluña, la delicada situación Económica produjo huelgas obreras en 1855. El malestar social Condujo también a un importante levantamiento campesino. El gobierno Acabó presentando la Ley de Trabajo, que introducía algunas Mejoras. La creciente conflictividad social, retrajo y atemorizó a Las clases conversadoras. Además, las discrepancias dentro de la Coalición gubernamental, acabaría con la uníón liberal. Espartero Dimitíó, y el propio O’Donnell destruyó su partido.

7. La descomposición del sistema Isabelino: La Uníón Liberal y la vuelta al moderantismo

LOS GOBIERNOS UNIONISTAS (1856 – 1863)

El nuevo gobierno unionista liderado Por O’Donnell intentó un equilibrio político combinando los Elementos fundamentales del proyecto moderado. De este modo se Consiguió una relativa estabilidad política interior. Se intentó Revitalizar el parlamentarismo. Aunque las elecciones eran amañadas Por el gobierno, también se fijaba una minoría opositora.

Una de las actuaciones más relevantes Del gobierno fue su política exterior activa que buscaba recuperar El prestigio internacional:

– La expedición de Indochina (1858-1863) Motivada por el deseo de castigar la matanza de Misioneros realizada en 1858, junto con Francia.

– La intervención en México (1862) Junto a franceses y británicos para exigir al gobierno el cobro de La deuda atrasada con ese país.

– Las campañas militares de Marruecos (1859-1860) Motivadas por disputas fronterizas, donde se llevaron Unos triunfos, y un militar progresista, el general Prim, adquiríó Un gran prestigio.

Pero en 1863 se evidenció la Descomposición interna de la coalición gubernamental, y hubo una Rápida sucesión de gobiernos inestables. O’Donnell dimitíó y la Reina entregó el poder a los moderados.

LOS GOBIERNOS MODERADOS

Los años que transcurrieron entre 1863-1868 supusieron el retorno de Narváez al poder y la reposición De los antiguos principios del moderantismo, que impuso de nuevo la Forma autoritaria de gobierno y ejercieron una fuerte represión Sobre sus opositores.

En 1866 tuvo lugar la sublevación de Los sargentos del cuartel de San Gil, que contó con la adhesión de Progresistas y demócratas. Una buena parte de los unionistas se Pusieron en contra del gobierno y se acercaron a las posiciones Progresistas, mientras O’Donnell se exiliaba

La situación del gobierno empeoró a Raíz de la crisis de subsistencias iniciadas en 1866, que provocó El aumento de los precios y el descontento popular.



8. La revolución de 1868. El Gobierno provisional y la constitución de 1869

Gran parte del último periodo del Reinado de Isabel II estuvo caracterizado por una fase de expansión Económica. Pero a mediados de la década de 1860, la situación Empezó a cambiar y en 1866 se hizo patente una importante crisis Económica. La recesión se manifestó a un nivel financiero e Industrial, y constituyó la primera gran crisis a nivel Internacional, pero también coincidíó con una crisis de Subsistencias.

El 19 de Septiembre de 1868, la Escuadra concentrada de Cádiz, a manos del general Topete, Protagonizó un alzamiento militar contra el gobierno de Isabel II. Prim y Serrano se reunieron con los sublevados. El gobierno de la Reina Isabel II se aprestó a defender el trono con armas. La Victoria de los sublevados frente al gobierno en Córdoba, dio como Consecuencia la dimisión del gobierno y el exilio de la reina Isabel II en Francia.

En muchas ciudades españolas se Constituyeron Juntas revolucionarias que organizaron el levantamiento Y lanzaron llamamientos al pueblo. Ahora bien, el radicalismo de Algunas propuestas de las Juntas revolucionarias no era compartido Con los dirigentes unionistas y progresistas. La Junta revolucionaria Propuso la creación de un Gobierno provisional de carácter Centralista. El general Serrano fue proclamado regente y el general Prim, presidente de un gobierno liberal.

LA CONSTITUCIÓN DE 1869

El nuevo gobierno provisional promulgó Una serie de decretos para dar satisfacción a algunas demandas Populares y convocó elecciones a Cortes constituyentes.

La constitución de 18869 significó la Primera democrática de la historia de España, y establecíó un Amplio régimen de derechos y libertades. La Constitución también Proclamaba la soberanía nacional. El Estado se declaraba monárquico, Pero la potestad de hacer las leyes residía en las Cortes.

9. La regencia de Serrano y la Monarquía de Amadeo I

Proclamada la Constitución y el trono Vacante, las Cortes establecieron una regencia, que recayó en el General Serrano, mientras Prim era designado jefe de Gobierno. Su Tarea no era fácil: los republicanos mostraban su descontento, la Situación económica era grave, y además, había que encontrar un Monarca para la Corona española.

Sin embargo, el nuevo gobierno fue Recibido con simpatía en Europa ya que ponía final a la gran Inestabilidad de Isabel II.

EL REINADO DE AMADEO DE Saboyá (1871-1873)

Prim fue el encargado de sondear a los Embajadores extranjeros y llevar a cabo las negociaciones. Consiguió Imponerse la candidatura de Amadeo de Saboyá, un hombre con una Concepción democrática. 3 días antes de su llegada fue asesinado Prim, su consejero más fiel. Pero la nueva dinastía contaba con Escasos apoyos. Satisfacía a progresistas y unionistas, y aun así No estaban todos de acuerdo. Además, el rey y su esposa contaron Desde el principio con la clara oposición de la aristocracia, el Clero y las camarillas cortesanas de Isabel. Tampoco obtuvo el favor Popular, por causa del arraigo del republicano.

Una vez establecido el sufragio Universal y las libertades políticas, el monarca intentó consolidar Un régimen democrático. Pero los 2 años de su reinado se vieron Afectados por dificultades constantes. Los problemas económicos y la Lucha entre los grupos políticos, así como la revitalización de la Guerra carlista, la de Cuba y las insurrecciones, acechaban Continuamente al nuevo comarca.

INESTABILIDAD

Amadeo I contó con la constante Desaprobación de los moderados, que continuaban fieles a los Borbones. De esta forma Cánovas del Castillo, convencíó a muchos Unionistas y progresistas de que la monarquía borbónica era una Garantía de orden y estabilidad frente al excesivo liberalismo de Amadeo. Esta opción fue apoyada por la Iglesia, y por la élite del Dinero. Los carlistas, beneficiados por el clima de libertad impuesto Por la “Gloriosa” se habían reorganizado como fuerza política. Así con el exilio de Isabel II, los carlistas se sublevaron en apoyo De Carlos VII. Comenzaron expandíéndose por el norte, y aunque no Eran un verdadero problema, eran foco de una inestabilidad y un foco De problemas.

Amadeo I tampoco contaba con el apoyo De sectores republicanos ni de los grupos sociales. Asimismo, en 1868, se inició un conflicto en la Isla de Cuba, uno de los últimos Territorios coloniales españoles. Ahora bien, la crisis fundamental Fue resultado de desintegración de la coalición gubernamental. Finalmente, Amadeo I, privado de apoyo, en 1873 renunció y abandono El trono.

10. La I República Española

La proclamación de la república fue La salida más fácil ante la renuncia de Amadeo. Así el 11 de Febrero de 1873 se proclamó la república. Para presidir el gobierno Fue elegido el republicano federal Estanislao Figueras.

Debido a muchas dificultades, la República nacíó con escasas posibilidades de éxito, lo que Evidencia el aislamiento interno del sistema. A pesar de todo, la República fue recibida con gran entusiasmo por las clases populares, Que creyeron que había llegado el momento de cumplir sus Aspiraciones de cambio social. En las ciudades se produjeron también Amplias movilizaciones populares.

Sin embargo, gran parte de los Dirigentes del republicanismo federal, estaban lejos de las Aspiraciones revolucionarias. Pacificado el panorama, se convocaron Elecciones a cortes constituyentes, que ganaron los republicanos.

EL INTENTO DE INSTAURAR UNA REPÚBLICA FEDERAL

Las cortes se abrieron en 1873 y el día 7 proclamaron la República Democrática federal. La presidencia Quedó en manos de Estanislao, que dimitíó, y el gobierno pasó a Manos de Pi y Margal que establecíó numerosas reformas.


EL PROYECTO DE CONSTITUCIÓN FEDERAL

La propuesta de la Constitución Republicana Federal de 1873 seguía la línea de la constitución de 1869 en relación a la implantación de la democracia y el Reconocimiento de amplios derechos y libertades. Se establecía que La Nacíón española estaba compuesta por 17 Estados. Planteaba por Primera vez un estado no centralista.

LOS CONFLICTOS ARMADOS

La primera República tuvo que Enfrentarse a graves problemas que paralizaron la acción de Gobierno. Uno de ellos fue una insurrección carlista.

Las tropas gubernamentales impidieron La extensión del conflicto a las ciudades, pero fueron incapaces de Acabar con él y se prolongó hasta 1876.

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