Revolución cubana

La Revolución cubana cumple 60 años. Quizás la mayor gesta protagonizada por los pueblos latinoamericanos. La única que pudo conquistar entre otros muchos derechos, el pleno empleo, la tierra para quienes la trabajan, salud y educación gratuitas y universales, al igual que la vivienda.

El proceso iniciado el 1ro de Enero, significó en apenas 3 o 4 años un cambio de base y radical para un pueblo que, a excepción de la capital, vivía asolado por la desocupación masiva, el analfabetismo, la desnutrición y la muerte por enfermedades curables; donde la dependencia y sumisión al imperialismo yanqui era tal que La Habana era conocida como un “gran burdel” donde los marines y ricos estadounidenses se divertían a sus anchas con total impunidad. El triunfo en la Batalla de Bahía de los Cochinos, acción cumbre de las milicias revolucionarias, demostró que todo aquello había terminado definitivamente y que no es tan fácil derrotar a un pueblo insurrecto por más maquinaria militar que tenga el enemigo.

El 1° de Enero de 1959 las fuerzas del Ejército Rebelde encabezadas por Fidel Castro ingresan victoriosas en Santiago de Cuba y el dictador Fulgencio Batista huye hacia EE.UU. El Ejército Rebelde es recibido por grandes multitudes en La Habana.

La revolución puso fin a la dictadura de Fulgencio Batista, que había llegado al poder el 10 de Marzo de 1952, encabezando un golpe conocido como el “madrugazo”. La Habana era un gran burdel donde se divertían los norteamericanos y hacían grandes negocios los integrantes de la mafia. En el campo los terratenientes explotaban despóticamente a una masa gigantesca de campesinos despojados y peones rurales.

Los partidos opositores –entre ellos el estalinista Partido Socialista Popular- se mantuvieron pasivos frente al nuevo gobierno y declamaron su oposición sólo de palabra, sin mover un dedo contra la dictadura. Liberado al poco tiempo, conformará el Movimiento 26 de Julio (M 26).

El 2 de Diciembre de 1956 el Granma desembarca en las costas cubanas y los miembros del grupo guerrillero son emboscados por el Ejército. Paralelamente, la lucha de clases de obreros y campesinos irá horadando las bases de la dictadura de Batista. En 1957 una huelga general tiene epicentro en la ciudad de Santiago, tras el asesinato de Frank País, popular dirigente urbano del M26. Según relata Ernesto “Che” Guevara, esta huelga “… sirvió para que nos diésemos cuenta que era necesario incorporar a la lucha por la liberación de Cuba al factor social de los trabajadores inmediatamente comenzaron las labores clandestinas en los centros obreros para preparar una huelga general que ayudara al Ejército Rebelde a conquistar el poder”. Una huelga general de cinco días posibilita la entrada de los insurgentes a La Habana en Enero de 1959 y la posterior instauración del gobierno provisional de Manuel Urrutia Lleó, antiguo Presidente de la Corte Suprema.

La revolución liquidó al Ejército dejando su lugar a las milicias del Ejército Rebelde integradas por peones rurales, obreros y campesinos, que acompañarán al nuevo poder. El poder queda en manos exclusivas del Ejército Rebelde.

 “Una revolución de contragolpe” fue la forma en que Ernesto Guevara definíó a la revolución cubana, describíéndola como un proceso de ataques y contraataques. La actitud hostil de la burguésía y el imperialismo radicalizó la revolución empujando al gobierno a la ruptura con la burguésía, mientras la movilización de las masas tomaba su propia dinámica.

El Che, Fidel y el socialismo en Cuba


Seis mil obreros de la Cuban Electric Company van al paro por aumento de los sueldos, los de la petrolera Shell Oíl y los 21 ingenios azucareros que sufrieron retrasos en la zafra también salen por reclamos salariales. Suspende la compra de azúcar a Cuba como presión económica). Las milicias populares derrotan la incursión en pocos días y se proclama el carácter socialista de la revolución.

La revolución de 1959 enseñó que para lograr la liberación nacional, el fin del latifundio y la resolución del problema de la vivienda mediante la reforma urbana, hay que combatir a las burguésías criollas, destruir su aparato represivo, expulsándolas del poder político y expropiando sus propiedades. A contrapelo de experiencia histórica hoy en día el chavismo –y los partidarios de castrismo- predican el mismo tipo de pensamiento derrotado en su momento por la revolución cubana: la colaboración con las burguésías nacionales y progresistas.

A pesar de sus enormes conquistas, la revolución cubana no dio lugar a un Estado basado en el gobierno democrático de los consejos de obreros, campesinos y milicianos, sino que se creó un estado obrero deformado y burocrático que impuso el dogma del socialismo en un sólo país y el dominio bonapartista del partido único, ahogando las libertades populares y bloqueando el camino de la revolución en América Latina. Cuando el castrismo adhirió al socialismo estrechó su alianza con el estalinismo cubano y el Kremlin, lo que implicó, que luego del reflujo de la marea revolucionaria, avanzara la burocratización asfixiante del régimen político.

A 56 (60, NdE) años de una victoria fenomenal de las masas obreras y campesinas de América Latina, La revolución cubana esta acosada por su crisis y la tendencia creciente a la restauración capitalista impulsada por la propia burocracia dirigente, encabezada por Raúl Castro. La Iglesia Católica ya ha recibido un adelanto restauracionista como pago por sus favores diplomáticos, más de una docena de propiedades expropiadas le fueron devueltas.

La revolución cubana nunca pudo desarrollar su potencial emancipador por el ahogo del régimen burocrático. León Trotsky denunciaba a fines de los ’30 que la burocracia soviética, defendía el estado creado por los bolcheviques a su maner


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