Se prohíbe la reelección de presidente en chile

REPÚBLICA LIBERAL O ETAPA DE EXPANSIÓN (1861-1891).
Introducción: Este período de la Historia nacional comprende 30 años, el cual es
posterior a aquel en que se logró la organización política del país; se aseguró el
poder de la aristocracia; se echaron las bases de una nueva cultura y los
fundamentos de su desarrollo económico. Es así como en estos 30 años se inició
un período de extraordinario desenvolvimiento en todas las esferas de la vida
nacional, que puede ser considerado como una etapa de «expansión». En tal sentido,
el término «expansión» no debe ser entendido sólo en el aspecto geográfico, sino
que debe ser aplicado a los más diversos aspectos, puesto que los cambios que se
produjeron afectaron tanto al aparato administrativo como a los aspectos
doctrinarios derivados del emergente pensamiento liberal de la época.
El liberalismo, doctrina política de origen europeo que alcanzó una amplia difusión
en la clase dirigente chilena.
Los liberales perseguían los siguientes ideales:
1.- Disminuir la autoridad del poder ejecutivo.
2.- Disminuir la influencia de la Iglesia Católica.
3.- Aumentar el respeto por los derechos y las libertades de las personas.
® Los liberales aspiraban una sociedad libre, progresista y racional.
® Por estas razones la educación era muy importante ya que era la única
vía capaz de transformar la mentalidad atrasada de los chilenos.
® Los presidentes de este periodo están inspirados en estos ideales, es
por ello que se llama “Republica liberal”.
I.- EVOLUCIÓN POLÍTICA E INSTITUCIONAL:
Los presidentes del período fueron:
José Joaquín Pérez (1861 – 1871). El presidente Pérez formó su primer gabinete
dando cabida en él a los elementos moderados y conciliadores, para así superar
las divisiones existentes como consecuencia de 1a guerra civil de 1859. Con este
propósito, se dictó una ley de amnistía (1861) que favoreció a «todos los individuos
que desde el año 1851 hasta la fecha hubiesen sido o pudieren ser enjuiciados por
razón de delitos políticos».
Sin duda que desde el decenio de Montt, la aristocracia compartía el poder con un
nuevo grupo social, la burguesía, que en los 30 años siguientes continuó
afianzando su riqueza y poder político. La misma naturaleza de sus negocios, en
especial el contacto con Europa, hizo penetrar en Chile ideas de corte liberal que
en el ejercicio práctico de la política fortalecieron el poder del congreso y la
organización de los partidos. Fue, pues, cada vez más difícil para los presidentes
contar con mayorías parlamentarias, viéndose en la obligación de recurrir al
sistema de alianzas políticas.
Pérez gobernó con la fusión liberal-conservadora, que se había formado a fines
del gobierno anterior, lo que contribuyó a darle a su administración una línea
moderada. La oposición quedó integrada por los nacionales, que hasta el año 1864,
fueron mayoría parlamentaria; los radicales o liberales rojos, fracción escindida
del partido liberal, ahora en el gobierno; y grupos de liberales, sin filiación a
partidos.
En 1862, los radicales abandonaron el gobierno, debido a que no aceptaban la
fusión con los conservadores. Sus líderes fueron Manuel Antonio Matta y Pedro
León Gallo. Las aspiraciones del nuevo partido se concentraban en cuatro
principios:
1°. Reforma de la constitución.
2°. Enseñanza laica.
3°. Descentralización administrativa.
4°. Libertad electoral.
La actividad política cobró cada vez mayor fuerza, y mientras la oposición se
organizaba al interior de la fusión se daba una tenue lucha entre liberales y
conservadores por el acceso a cargos de influencia; lucha que se agravaría al
extremo de llegar a romper esta alianza política en 1873.
En el ambiente de la época, de una mayor acentuación de las ideas liberales y
laicas, se consiguió dictar una ley interpretativa del artículo 5° de la constitución
de 1833, que en la práctica establecía la libertad de cultos. Promulgada el 27 de
julio de 1865, su texto señalaba:
– Articulo 1°: se declara que por el artículo 5° de la constitución, se permite a los
que no profesen la religión católica, apostólica, romana, el culto que practiquen
dentro de edificios de propiedad particular.
– Artículo 2°: es permitido a los disidentes fundar y sostener escuelas privadas
para la enseñanza de sus propios hijos en la doctrina de sus religiones.
Una creciente actividad política dio tono muy característico a los últimos años del
decenio de Pérez. Sobre todo, una intensa crítica originada en los sectores
radicales, nacionales y liberales opositores al gobierno, a quien acusaban de
favorecer una política conservadora.
Era evidente que se vivía una época de transición entre las ya viejas formas y
estilos de los pelucones con las impulsadas por los liberales. Dentro de éstas se
destacó la sustentada por los clubs de la reforma, que surgieron en diferentes
ciudades de chile en 1868 y extendieron su acción política hasta 1871, sostenidos
por el partido radical, la juventud nacional y grupos liberales.
La influencia de los clubes en la vida política chilena fue decisiva. Fueron los
eficaces vehículos de propagación de las ideas liberales. Su programa fue el punto
de partida a todas las reformas político-constitucionales del último cuarto del
siglo XIX. Siendo además una escuela cívica que introduce diversas prácticas
democráticas como convenciones, reuniones, conferencias, etc., además de
organizar una oposición seria y fiscalizadora.
En este ambiente de intensa promoción política, el año 1871 fue promulgada la
primera reforma constitucional que prohibió la reelección presidencial para el
período inmediato.
Federico Errázuriz Zañartu (1871 – 1876). Durante su administración, creó el
Ministerio de Relaciones Exteriores, al que organizó como una Cancillería Europea;
dotó al país de un fuerte poder naval; estableció un arbitraje con Argentina y firmó
un tratado con Bolivia.
En materia de obras públicas, se preocupó del avance del ferrocarril, que se
extendió hasta Angol, e impulsó la construcción del malecón de Valparaíso, el
edificio del Congreso Nacional y el de la Universidad. Junto al intendente de
Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, remodeló el cerro Santa Lucía. También
construyó hospitales como El Salvador y el San Vicente.
En 1874 promulgó el Código Penal y, al año siguiente, la Ley Orgánica de Tribunales.
También promulgó las leyes sobre libertad de prensa y libertad de culto, y 1° ley
sobre entierro de disidentes (1871), que reglamentó el entierro de disidentes en
lugar separado de los católicos en los cementerios fiscales y municipales; permitió
la fundación de cementerios privados; y estableció que los que en adelante se
fundaran con fondos fiscales o municipales, garantizarían el libre entierro según
los ritos del fallecido.
Junto a ello, Errázuriz introdujo importantes cambios a la Constitución de 1833,
entre las que destaca la reforma al sistema electoral.
Aníbal Pinto Garmendia (1876 – 1881). Su gobierno se inició en medio de una
aguda crisis económica agravada por las fuertes lluvias de 1876, que botaron
puentes, cortaron caminos y destruyeron vías férreas. A esto se sumó el
terremoto del 9 de mayo de 1877, que destruyó los puertos del norte y numerosas
poblaciones.
Fue en este contexto que se dictó la Ley de Inconvertibilidad del Billete Bancario, a
fin de enfrentar la depreciación de los títulos de crédito del Estado y los de
® José Joaquín Pérez Mascayano (1861-1871)
® Federico Errázuriz Zañartu (1871-1876)
® Aníbal Pinto Garmendia (1876-1881)
® Domingo Santa María González (1881-1886)
® José Manuel Balmaceda Fernández (1886-1891)
2
créditos bancarios, lo que ocasionó más de alguna molestia opositora. Pese a ello,
Pinto logró promulgar una importante reforma constitucional y preparar la ley de
cementerios laicos. Sin embargo, fue el tema internacional el que marcó el
Gobierno de Pinto. Durante su administración estalló la Guerra del Pacífico,
enfrentando exitosamente la primera etapa del conflicto. Logró la neutralidad de
Argentina y derrotó en la guerra a Bolivia y Perú. Ocupó Antofagasta y Tarapacá e
incorporó la riqueza salitrera a las arcas fiscales chilenas.
Asimismo, logró manejar adecuadamente las relaciones con Argentina, firmando,
el 23 de julio de 1881, el tratado en virtud del cual se reconoció la soberanía
chilena sobre el Estrecho de Magallanes, la parte occidental de la Tierra del Fuego,
las islas al poniente de ella, el canal Beagle y las islas ubicadas al sur de él.
Domingo Santa María (1881 – 1886).
Condujo brillantemente la guerra del Pacífico en su segunda etapa y consiguió
concluirla con logros importantes para el país. Ocupó Lima y firmó el 29 de
octubre de 1883 el tratado de Ancón, que puso término al conflicto. Un año más
tarde se firmó una tregua con Bolivia y Chile se retiró victorioso de la Guerra.
En cuanto a los conflictos entre Estado e Iglesia, se llegó a un rompimiento de
relaciones con El Vaticano. Por lo que agilizó la Ley de Cementerios Laicos y se
dictaron las leyes de matrimonio civil y de registro civil. (Leyes Laicas)
1.- Ley de Cementerios Laicos (1883): Estableció que en todos los cementerios
fiscales y municipales se garantizaría el libre entierro sin considerar el credo
religioso ni las circunstancias de la muerte; terminando con la discriminación de
1871.
Frente a esta disposición, el Vicario capitular de Santiago declaró «execrados»
(malditos) todos estos cementerios, ordenó, además, cerrar sus capillas y
prohibiendo a los sacerdotes acompañar a los cadáveres a sus sepulturas para
rezarles los responsos correspondientes. Esta medida casi obligó a los católicos a
sepultar sus deudos en cementerios parroquiales a lo que el Gobierno contestó
prohibiendo dicha práctica, dictando la Ley de Registro Civil, cuyas disposiciones
exigen que para sepultar un cadáver se debía presentar un certificado de
defunción emitido por un Oficial del Registro Civil.
2.- Ley de Matrimonio Civil (1884): Con esta ley la Iglesia perdió la facultad para
establecer la familia y esta función a partir de entonces pasó a ser desempeñada
por el Estado.
3.-Ley de Registro Civil (1884): Fue un complemento necesario de las dos leyes
anteriores. Se creó un Servicio de Registro Civil con funcionarios del Estado para
constituir legalmente la familia; sus inscripciones fundamentales serían:
nacimientos, matrimonios y defunciones. Este Registro Civil era independiente de
los registros parroquiales.
Cabe agregar que logró pacificar la Araucanía, modificó la Constitución Política y
organizó la administración centralizada del ferrocarril; inauguró la telefonía con
una línea entre Santiago y Concepción e introdujo el alumbrado eléctrico.
José Manuel Balmaceda (1886 – 1891).
En la primera parte de su Gobierno, dio gran impulso a la enseñanza pública,
edificó escuelas en casi todas las ciudades del país y fundó el primer liceo de
niñas (actual Liceo 1 «Javiera Carrera»). Fundó también el Instituto Pedagógico,
destinado a formar profesores para la enseñanza secundaria, inició la
construcción del Internado Nacional Barros Arana, contrató profesores alemanes
e implantó el sistema concéntrico en reemplazo del viejo sistema de ramos sueltos,
promocionando el conocimiento científico por sobre el concepto de “la letra con
sangre entra”.
En Santiago canalizó el Mapocho y ordenó la construcción de la Cárcel Pública y
del Hospital Clínico para mujeres. En el resto del país, mejoró la infraestructura
portuaria con la instalación de grandes grúas; construyó más de mil kilómetros de
vías férreas y realizó notables obras de ingeniería, tales como los viaductos de
Malleco y Bío-Bío.
En el orden internacional, restableció las relaciones con la Santa Sede, lo que
permitió que se nombrara a Mariano Casanova como Arzobispo de Santiago.
También durante su gobierno se incorporó a Isla de Pascua al territorio nacional.
En materia política, desde 1890 se fueron gestando fuertes discusiones entre el
Presidente y el Parlamento, cuya mayoría deseaba interpretar la Constitución de
1833 como Parlamentarista en contra de la voluntad del Presidente. Además, se
fueron dividiendo las opiniones en torno a la política salitrera de la Presidencia y
el dinero de los capitalistas salitreros compró más de una voluntad en contra del
Ejecutivo. Los ánimos se fueron encendiendo, el Presidente no deseaba gobernar
con el Parlamento y ellos le negaban a Balmaceda cualquier propuesta.
Las diferencias se profundizaron a tal punto, que el Parlamento no aprobó la ley de
Presupuesto para 1891 y el Presidente respondió validando el presupuesto del año
anterior. Ello lo ponía al margen de la Constitución. El Parlamento lo destituyó y el
Presidente respondió disolviendo el Congreso. La Guerra Civil de 1891 estalló.
Tras ocho meses de combates en tierra y mar, los partidarios del Congreso
triunfaron. Balmaceda debió entregar el poder al general Baquedano, quien se
había mantenido neutral, y se asiló en la legación argentina. Restablecido el orden,
Balmaceda se quitó la vida el 19 de septiembre de 1891, fecha de término de su
mandato constitucional como Presidente.
La Guerra Civil de 1891: Entre los antecedentes hay a lo menos dos que se
definen con claridad, uno de corte político y otro económico. El primero, era el
deseo largamente expresado de poner término a los gobiernos fuertes y dar
mayor participación al Congreso en la planificación de la política de estado. El
segundo dice relación con la lesión inferida a diversos intereses creados que se
perjudicaban con las renovaciones propuestas por Balmaceda (latifundistas,
banqueros y salitreros).
(a) Causa inmediata: La oposición, desde el Congreso, hostigó la gestión
Balmaceda hasta el punto de obligarlo doce veces a cambiar de ministerio. En 1890,
negándose Balmaceda a acceder a un nuevo cambio, el Congreso respondió no
aprobándole la ley del presupuesto para 1891. Como el Estado no puede funcionar
sin una ley que autorice sus gastos e inversiones, Balmaceda estableció por
decreto que, en 1891, regiría la misma ley aprobada para 1890. Esto era, sin duda,
inconstitucional. La mayoría del Congreso destituyó al presidente y solicitó a la
Armada para que prestara su respaldo ante esta deposición. La escuadra zarpó al
norte llevando a bordo a los principales opositores del presidente. El ejército se
mantuvo leal al gobierno.
(b) Episodios de la Guerra: En el Norte del país los «constitucionalistas» se
apoderaron de la principal fuente de recursos del Estado. Ahí, a las órdenes de una
Junta de Gobierno presidida por el Almirante Jorge Montt e integrada además por
el Vicepresidente del Senado, don Waldo Silva y por el presidente de la Cámara de
Diputados, don Ramón Barros Luco, formaron un ejército organizado, por el asesor
alemán, el Coronel Emilio Körner. En la región nórtica hubo diversos y sangrientos
enfrentamientos entre las guarniciones militares leales al gobierno y los
constitucionalistas, imponiéndose estos últimos. Entre los principales
enfrentamientos tenemos los dos combates de Huara y de Iquique en febrero de
1891 y de Pozo Almonte en marzo del mismo año. De esta manera, el Norte de Chile
quedó en poder de los revolucionarios, lo cual les permitió disponer de los dineros
provenientes de las ventas del salitre y adquirir buen material bélico.
Por su parte, en el centro y sur del país, Balmaceda estableció una dictadura que
fue acusada de feroz e implacable; clausuró la Universidad de Chile y algunos
Liceos, hizo lo mismo con centros políticos y clubes. Los enemigos al régimen
fueron apresados; se cerraron los diarios antigubernamentales; se crearon
tribunales militares para reemplazar a las cortes y se procedió al enrolamiento
forzoso para aumentar el ejército gubernamental.
En abril de 1891, las torpederas Linch y Condell cayeron por sorpresa sobre
Caldera y hundieron al blindado Blanco Encalada. En agosto del mismo año, tuvo
lugar la matanza de Lo Cañas, en la cual fuerzas gobiernistas dieron muerte a un
grupo de jóvenes aristocráticos y artesanos opositores a Balmaceda. Este
acontecimiento provocó una gran indignación y deseos de venganza entre los
revolucionarios.
La suerte final de la guerra civil se libró en las batallas de Concón y Placilla ambas
en los alrededores de Valparaíso en agosto de 1891. E1 ejército revolucionario que
previamente a estas acciones había desembarcado en Quintero, triunfó en ambas
derrotando a la flor de la oficialidad veterana del 79 (fueron asesinados los
generales Alcérrega y Barbosa). En Valparaíso y Santiago se produjeron grandes
saqueos, robos y asesinatos en contra de los balmacedistas.
(c) Consecuencias de la Guerra Civil:
a.- Se rompe el sentimiento de unidad nacional. Durante décadas las familias
quedaron divididas. Los derrotados recordarían siempre el pillaje dado contra sus
bienes, los fusilamientos, torturas, exilio, etc.
b.- El poder quedó en manos de una oligarquía, formada por mineros, banqueros y
salitreros. Estos paralizaron todo el plan progresista de crecimiento hacia la
industrialización establecido por Balmaceda.
c.- La interrupción de los planes de expansión tuvo amplias consecuencias, puesto
que se suprimió la mayoría de los impuestos y el país vivió casi exclusivamente del
salitre. Cuando este fue reemplazado por el salitre sintético, la crisis nacional fue
inevitable.
d.- Establecimiento del Gobierno Parlamentario.
3
II.- VIDA ECONÓMICA.
La minería: en 1886, el empresario chileno José Santos Ossa junto a Francisco
Puelma obtuvo del gobierno boliviano la concesión y el privilegio para explotar el
mineral del salitre en la región de Antofagasta. La Compañía de Salitre y FF.CC. de
Antofagasta fue la empresa encargada de realizar estos trabajos. Esta compañía
estaba formada por capitales y trabajadores chilenos. Los bancos comerciales de
Valparaíso dieron grandes facilidades de crédito a los salitreros chilenos.
En 1870 se descubrió el mineral de plata de Caracoles cuya explotación duró ocho
años, produjo grandes riquezas en el país, a la vez atrajo hacia esa zona una gran
cantidad de trabajadores y empresarios. Este mineral estaba ubicado en territorio
boliviano, al interior de Antofagasta, pero la mayor parte de sus riquezas afluyó
hacia territorio chileno.
E1 descubrimiento y la explotación de Caracoles permitió una ampliación del gasto
fiscal, el cual se tradujo en diversas obras públicas y en la adquisición de barcos
blindados. Al mismo tiempo, la explotación del yacimiento de cobre de Tamaya y las
fundiciones de Tongoy y Guayacán, convirtieron a Chile en el primer productor y
exportador de cobre del mundo.
En el gobierno de Errázuriz, se produjo una gran especulación financiera a través
de bancos y sociedades mineras, a menudo fraudulentas. Esto provocó una seria
crisis que estallará en el Gobierno de Aníbal Pinto.
La crisis económica de 1878: Gestada en el período de prosperidad minera del
gobierno de Errázuriz tiene por causa principal el abuso del crédito y de la
especulación financiera. Durante la guerra contra España se había establecido en
forma temporal la inconvertibilidad del billete de banco. Pinto debió hacer lo
mismo en 1878 con el fin de evitar la quiebra del sistema bancario, sobregirado en
su real capacidad para otorgar créditos e incapaz de enfrentar una crisis de
confianza de los depositantes. Esta ley, que debió durar sólo un año, se fue
aplazando por la Guerra del Pacífico y posteriormente se hizo eterna, a excepción
de un breve período durante la República Parlamentaria.
Causas del desarrollo económico: Al estudiar el desenvolvimiento de la
agricultura hay que considerar la importancia que ha tenido en su desarrollo la
minería, sobre todo en el período de las administraciones de Pérez, Errázuriz
Zañartu y Pinto, o sea, entre los años 1861 y 1891. La producción de metales
preciosos en esa época salvó al país de la crisis económica que comenzó en los
principios de la administración de Pérez y que se prolongó hasta después de la
Guerra Franco-alemana de 1870. La mayor producción de oro, plata y cobre
corresponde al año 1873.
Las provisiones que alimentaban toda esa activa población minera salían
especialmente del Valle Central. La riqueza del Norte repercutió luego sobre el
resto del país. Las familias enriquecidas por las minas de Copiapó, Coquimbo y
Carrizal vinieron a establecerse en Santiago y Valparaíso, e invirtieron su dinero
en compra de haciendas y edificios. Como el golpe de una varilla mágica fue
cubriéndose de ferrocarriles nuestro territorio, numerosos canales cruzaron los
campos, aumentaron los sembrados y la población ganadera creció en tal forma
que una hacienda cualquiera podía reunir piños de tres, cinco o diez mil vacas.
Pero aún hay más; gracias a la minería, prosperó el comercio, se desarrolló la
Marina Mercante y los gobiernos contaron con recursos para continuar avanzando
por el camino del progreso.
III.- LA EVOLUCION SOCIAL.
Los profundos cambios que en todo sentido experimentaba el país, repercutieron
en la estructura y el modo de ser de la sociedad, que pasó del carácter
paternalista propio de un régimen agrario a una sociedad de carácter
capitalista basada en la gran explotación de la minería, el comercio y la banca.
(a) Los nuevos grupos dueños del dinero: en la transformación de la sociedad
la mayor fuerza dinámica provino del sector de la minería. El auge de la plata,
cobre y carbón y más tarde del salitre, que dio riquezas e influencia a gente que
como técnicos, ingenieros, empresarios y capitalistas, quienes amasaron grandes
fortunas con su esfuerzo. Eran personas que hasta entonces habían carecido de
figuración, muchos de origen modesto, y que paulatinamente se vieron elevados al
primer plano no sólo de la actividad económica sino social y política. La actividad
bancaria desarrollada notablemente, dio origen a la formación de núcleos de gran
peso dentro de la economía y de la sociedad del país que disponían del crédito y lo
manejaban en beneficio propio o de grupos afines, donde solían entrar en
convenios con el gobierno. Sus vinculaciones con el comercio y la banca
internacional eran también fuertes. El trabajo y las operaciones de este grupo
estaban muy vinculados con las explotaciones mineras del norte.
El activo comercio nacional e internacional, con sus grandes agencias ligadas a la
agricultura, a la minería y a ciertas industrias livianas de bienes de consumo, dio
prosperidad a círculos de empresarios y agentes comerciales. Este grupo,
íntimamente ligado entre sí, formó la burguesía, que por su riqueza y poder
comenzó a rivalizar con la antigua aristocracia terrateniente.
(b) El aporte extranjero: Desde que el país obtuvo la independencia, el número de
extranjeros comenzó a aumentar. Primero llegaron como marinos y agentes de
comercio, pero el establecimiento de casas comerciales europeas trajo consigo el
arribo de comerciantes y administradores que se quedaron permanentemente en
los puertos. De esta manera se formaron «colonias» que, sin ser exactamente
cerradas, pues muchos de sus miembros contrajeron enlace con las hijas del país,
tuvieron características singulares. Formaron sus propios clubs, asociaciones
deportivas, sociedades de beneficencia y colegios.
Además de las tareas del tráfico de importación y exportación, los extranjeros
establecieron toda clase de negocios, tales como tiendas, almacenes y ferreterías
y crearon talleres, fundiciones y fábricas que elaboraban productos alimenticios,
cerveza, jabones, géneros, herramientas, etc. Muchos tuvieron también
participación descollante en la minería y o tras actividades económicas.
(c) Desarrollo de los grupos medios: Los grupos medios residían esencialmente
en las ciudades. Dentro de la escala social estaban subordinados a la aristocracia
y la burguesía, dueñas del poder político y económico y que además con su tono de
vida y sus valores, daban un ejemplo que los grupos subordinados trataban de
imitar. Despectivamente se designaba a los miembros del sector medio como
gente de medio pelo, porque trataban, inútilmente de imitar la vestimenta y los
modales de las damas y caballeros de familia, eran así considerados como siúticos.
(d) Surgimiento del proletariado: El desarrollo económico del país provocó la
concentración del elemento obrero en algunos núcleos. En la región de los
desiertos se formaron campamentos junto a las grandes minas y salitreras, que
albergaban principalmente a hombres solteros; aunque había hombres casados
que residían con sus mujeres y sus hijos. La aparición de los grupos proletarios se
realizó a través de un importante movimiento migratorio dentro del país. La
población flotante de mineros y desocupados de Atacama y Coquimbo, los obreros
urbanos y los campesinos de la región central, proporcionaron un grueso
contingente que se trasladó al interior de Iquique y Antofagasta a trabajar en las
salitreras; los contratistas de las empresas les ofrecían salarios subidos y los
tentaban con una mejor situación.
Sin embargo, la situación del bajo pueblo era deprimente. Las jornadas de trabajo
duraban 12 horas o más; no se respetaban los días festivos ni se otorgaban
vacaciones. Muchas faenas requerían de un esfuerzo físico sobrehumano y hasta
las mujeres y los niños eran empleados en tareas superiores. La falta de
seguridad en las faenas solía provocar accidentes en que los operarios perdían la
vida o quedaban inválidos, sin ninguna protección e impedidos para ganarse la vida.
En los centros mineros los obreros estaban obligados premunirse de todo lo que
necesitaban en las pulperías de las compañías mediante fichas que les eran
entregadas en parte de pago, con las cuales sólo podían comprar en la pulpería
respectiva. De esta manera las compañías recuperaban parte del salario
entregado a los obreros y los mantenían vinculados a sus actividades.
En las ciudades, el elemento proletario vivía en las rancherías de los suburbios o
en los conventillos, donde numerosas familias convivían en un ambiente insalubre
y triste. Las condiciones antihigiénicas; la mala calidad de vida y el trabajo
agotador, causaban enfermedades que azotaban permanentemente a los sectores
más modestos; la tuberculosis, la viruela, eran las más frecuentes. La mortalidad
infantil llegaba a cifras cercanas al 50%. La incultura, el analfabetismo, los vicios
y los crímenes componían el cuadro de la postración moral del proletariado.
En las últimas décadas del siglo XIX el elemento obrero comenzó a manifestar
conciencia de clase y luchó por reivindicaciones mínimas. Numerosas sociedades
de socorros mutuos protegían a sus miembros, al cabo que otras organizaciones
de carácter gremial se empeñaban en conseguir condiciones más humanas en el
trabajo y mejores salarios.
Fuentes:
– http: //www.presidencia.gob.cl

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *