Sociedad estamental y sociedad de clases en el Antiguo Régimen

Sociedad estamental:

Sociedad organizada por estamentos. Estos eran grupos cerrados a los que se accedía al nacer, y era muy difícil acceder a otro estamento. En el Antiguo Régimen en el siglo XVIII, la sociedad estaba dividida en dos estamentos: los privilegiados (Rey, nobleza y clero) y los no privilegiados (pequeña burguesía y campesinos).

Sociedad de clases:

Sociedad organizada por agrupaciones de individuos según su poder económico. Esta sociedad estaba dividida en tres clases: la clase alta (aristocracia y alta burguesía), la clase media (comerciantes y artesanos) y la clase baja (proletariado). En España se encuentra en el siglo XIX con el régimen capitalista.

Alta burguesía:

La burguesía es una clase social de comerciantes caracterizada por poseer los medios de producción necesarios para establecer una relación de explotación con el proletariado, quienes servían de mano de obra para esta y le permitían enriquecerse mediante el intercambio mercantil de los productos obtenidos y ofreciendo préstamos.

Burguesía industrial:

Se concentraba en Cataluña y el País Vasco, donde predominaba en el siglo XIX la industria. Se ocupaban principalmente en dirigir sus industrias y ocuparon un segundo plano en el Estado, preocupándose por conseguir medidas proteccionistas para sus industrias como el Memorial de agravios 1875.

Clases medias:

La clase media en el siglo XIX era reducida y estaba compuesta por comerciantes, terratenientes, funcionarios, profesiones liberales, etc. Vivían con estrechez pero con un cierto bienestar. Llevaban una vida obrera pero con un objetivo de prosperidad y aprecio hacia la cultura. Su ideología era conservadora y defendía el orden y el poder.

Proletariado industrial:

El proletariado pertenece a la clase obrera del siglo XIX y poseía características comunes. Estaban concentrados en las ciudades, donde se ubicaban las industrias, diferenciándose claramente de los trabajadores agrarios por su forma de vida e intereses. Padecían duras condiciones de trabajo e inseguridad. La concienciación de su precaria situación los condujo a la protesta y la reivindicación organizada. Al carecer de propiedades, se veían obligados a vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario.

Pero también tenían diferencias. Unos pertenecían a la industria fabril, otros trabajaban en el sector servicios. Abundaban los niños y las mujeres, peor consideradas y remuneradas que los hombres.

Marxismo:

Doctrina de Karl Marx y de sus seguidores, basada en la explicación de los hechos históricos por causas fundamentalmente económicas y en la oposición entre grupos humanos de intereses económicos encontrados; prevé la desaparición del régimen capitalista por efecto de la concentración de capitales, de las crisis económicas y de la dictadura del proletariado. Karl Marx también fue el máximo representante del socialismo científico que se contrapone con el utópico. La primera formulación de esta teoría se puede observar en el Manifiesto Comunista de 1848.

Anarquismo:

Doctrina política que rechaza todas las formas de autoridad establecida y preconiza la liberación del individuo de la tutela del Estado. Uno de sus principales teóricos fue P.J. Proudhon (1809-1865). Ciertos revolucionarios, alegando el anarquismo, no han dudado en basar su acción en el asesinato de personalidades políticas y jefes de Estado. Hay dos tendencias: el anarcosindicalismo y el anarcocomunismo. En España destaca la FTRE como órgano principal y, posteriormente, la CNT, fundada en 1910. El anarquismo en España de mano de la AIT fue introducido por Fanelli.

Socialismo utópico:

Aparecido en el siglo XIX, los primeros teóricos del socialismo fueron los pensadores utópicos. Estos condenaban la injusticia de la sociedad industrial y criticaban con fuerza los principios del capitalismo liberal. Rechazaban una sociedad que tenía un fuerte crecimiento económico, pero que reservaba una suerte miserable a los trabajadores, y pedían una transformación radical de la sociedad, la conquista de la igualdad social. Así, los socialistas utópicos se oponían al derecho a una existencia digna y aspiraban a una sociedad que asegurara un reparto más equitativo de la riqueza. Creían en una moral colectiva. Un ejemplo de socialismo utópico en España fue el de Joaquín Abreu, que aplicó el modelo de los falansterios de Fourier.

Sociedades de protección mutua:

Tras el ludismo, los trabajadores comprendieron que sus problemas no eran las máquinas sino las condiciones de trabajo. Las Sociedades de Protección Mutua funcionaban para pagar el jornal en caso de enfermedad, despido o huelga, a cambio los trabajadores pagaban una cuota mensual para poder realizar las gestiones internas. No se puede considerar un sindicato ya que carece de un programa reivindicativo propio. Tuvieron importancia a principios del siglo XIX en España.

AIT:

Es una organización internacional que une a sindicatos de diferentes países. Se creó en 1864 en Londres uniendo fuerzas del marxismo y del anarquismo. Significa “Asociación Internacional de Trabajadores”, también conocida como Primera Internacional. En España llegó de mano de Fanelli en 1868, que difundió las ideas anarquistas entre el campesinado andaluz y el proletariado catalán. Dentro de la AIT, Marx y Bakunin plantearon diferentes vías sobre el internacionalismo y sus discusiones supusieron la expulsión de los anarquistas. La AIT entró en crisis más tarde y se disolvió en 1876.

Partido Socialista Obrero Español:

Se fundó en Madrid el 2 de mayo de 1879, constituyendo uno de los partidos obreros más antiguos de Europa por Pablo Iglesias. Desde sus inicios, aspiraba a agrupar al proletariado industrial español bajo la ideología marxista. No obstante, su implementación fue muy irregular: sus principales núcleos se desarrollaron en Madrid, Asturias y el País Vasco, disponiendo de poca presencia en Cataluña, uno de los principales focos industriales de España. No fue hasta 1909 que obtuvo representación parlamentaria en las Cortes, gracias a la coalición entre socialistas y republicanos en la Conjunción Republicano-Socialista liderada por Pablo Iglesias. A partir de entonces, su presencia y su importancia en la sociedad española fue en aumento, tanto por su propia actividad como partido como por la fuerza de la Unión General de Trabajadores, sindicato socialista fundado por Iglesias en 1888 en Barcelona e íntimamente ligado al PSOE. Tuvo dos vertientes: una más ortodoxa y obrerista, de Pablo Iglesias, que buscaba hacer realidad unos objetivos máximos, y una vertiente más pragmática, la de Mora.

Unión General de Trabajadores:

Agrupación sindical española de carácter socialista. Fue fundada en 1888 por Francisco Mora, Pablo Iglesias y García Quejido. Este movimiento nació en Barcelona, pero la sede se trasladó tras las fuerzas del anarcosindicalismo de la CNT. Largo Caballero fue la gran figura de este sindicato y gracias al apoyo de la UGT escaló altos puestos en la Segunda República. Otras figuras fueron Besteiro, Indalecio Prieto, etc. La gran arma de la UGT fueron las “Casas del pueblo”, institución que proliferó en la Segunda República.

Federación de Trabajadores de la Región Española:

Organización obrera de tendencia anarquista que nace en 1881 y es la prolongación de la Asociación Internacional de Trabajadores, puesta fuera de la ley en 1874. Con el primer gobierno liberal de la Restauración, los restos de una Internacional que se habían mantenido en la clandestinidad deciden la creación de una federación pública y legal, para lo cual fundan en Madrid un semanario, titulado Revista Social, desde el cual se impulsa una campaña generalizada de creación de secciones de oficio, de federaciones locales y regionales y de uniones y federaciones de oficios por todas las regiones españolas.

Entre el 23 y el 25 de septiembre de 1881 se celebra en Barcelona un Congreso Obrero en el que se funda la FTRE. Toma fuerza sobre todo en Andalucía y Cataluña. Una parte de los afiliados optó por la vía violenta para acabar con el sistema, otros grupos optaron por fundar organizaciones anarco-sindicalistas.

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