Territorios heredados por Carlos I

Los Reyes Católicos: La construcción del Estado Moderno


Fueron el ejemplo de la Monarquía autoritaria en hispania. Con ellos, finalizó el tiempo bajomedieval. Los monarcas unieron sus Coronas para ganar así poder y construir las instituciones del Estado Moderno. Impusieron su poder político estableciendo una política de alianzas otorgando poder e influencia.  

1.1 La uníón dinástica

El matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón (1469), dio origen, al acceder al trono, a una nueva entidad política: la monarquía hispánica.


Esta, se entiende como una uníón dinástica de dos Coronas, en la que cada reino siguió rigiéndose por sus leyes e instituciones, formando un Estado plural integrado por los territorios de Castilla, Aragón, Cataluña y Valencia. Los Reyes Católicos, no usaban el nombre de Reyes de España, sino de los diferentes reinos que la formaban.


Las leyes, la moneda y las instituciones, y las Cortes de cada reino permanecieron diferenciadas y las fronteras provocaron al pago de los derechos sobre las mercancías. En la nueva monarquía, las leyes y disposiciones reales se firmaban por los representantes de ambos reinos, jurándose mutua lealtad.


El peso territorial demográfico y económico de Castilla originó una creciente castellanización de la monarquía y un descenso del peso político de la Corona de Aragón.

1.2 La construcción de una monarquía autoritaria


Reforzamiento del poder real


Los monarcas también tenían la necesidad de imponer su autoridad a la nobleza y a parte del clero, que se enfrentaron al poder real durante la Edad Media.


Para ello, vencieron a la nobleza y a los grandes señores eclesiásticos e impusieron su autoridad. Después, recuperaron parte del patrimonio real, aunque aceptaron garantizar a la aristocracia y a la Iglesia su poder de influencia a cambio de sumisión política. De este modo, consolidaron los privilegios jurisdiccionales de nobles y eclesiásticos.

Las Leyes de Toro (1505), generalizaron las leyes del mayorazgo, vinculando las tierras a los nobles



Las instituciones de la monarquía


Los monarcas organizaron una serie de instituciones eficaces para afirmar la autoridad real, creando:



Un ejército permanente, en el que la nobleza conservó cargos y prerrogativas


Un cuerpo de embajadores, que atendía a los asuntos diplomáticos para reforzar su política exterior


Los corregidores, que eran los delegados del poder real en las villas y ciudades, presidían los ayuntamientos y tenían funciones jurisdiccionales y de orden público.


También, los Reyes Católicos formaron otras instituciones:



El Consejo Real, en el que apartaban a la gran nobleza e introducían letrados y secretarios de la baja nobleza y la burguésía.

Las Cortes, que perdieron protagonismo, sobre todo en Castilla. Los monarcas solo las reunían en caso de necesidad de recursos financieros o por la confirmación del nuevo rey.

La Audiencia de Valladolid, para administrar la justicia. Se crearon otras en Sevilla y Galicia



En la Corona de Aragón se mantuvieron las instituciones tradicionales, ahora bien, se creó el cargo de lugarteniente, que era el representante de los monarcas que ejercía la autoridad real. Continuó vigente la figura del Justicia Mayor, cuya función era ejercer de árbitro entre el rey y sus súbditos. En Cataluña y Valencia siguieron funcionando sus instituciones judiciales.


Controlar los territorios de la Corona, imponer las leyes, y controlar los excesos de la nobleza/clero no fueron fáciles. Por ello, los Reyes Católicos, se iban desplazando por todo el territorio para impartir justicia y reforzar su autoridad, sin establecer una capital en los reinos.

3. La Unificación y la expansión territorial

Ya unidas las dos coronas, los Reyes Católicos tenían la necesidad de completar la unificación de los reinos hispanos para crear un Estado Fuerte que pudiera expandirse fuera de la Península. Actuaron en:


El Reino de Granada, Se abríó las hostilidades contra el último reducto musulmán de la Península, que fue anexionado a la Corona en 1492 con la ayuda de Castilla y Aragón.

El Reino de Navarra. Fernando de Aragón, que ya era regente de Castilla tras la muerte de la reina Isabel, incorporó Navarra a Castilla (1512), pero éste, conservó su autonomía y sus instituciones.

El Reino de Portugal. Los Reyes Católicos se anexionaron a Portugal mediante una política matrimonial


3.2 La política internacional

Los Reyes Católicos dedicaron esfuerzos a la política exterior, destacando:


Sistema de alianzas y política matrimonial

Los Reyes Católicos realizaron una intensa política matrimonial con la formalización de alianzas de diversos reinos europeos:

– Con el Imperio Alemán, al casar a su hija Juana con Felipe, hijo del emperador Maximiliano I

– Con Inglaterra, al casar a otra hija, Catalina, con el futuro monarca, Enrique XVIII

– Con Portugal, a través de un proceso de firmas de tratados, junto al matrimonio de las hijas de los Reyes Católicos, Isabel y María, con el rey de Portugal, Manuel el Afortunado.


Los enfrentamientos con Francia e Italia. La diplomacia del rey Fernando hizo posible la recuperación de los territorios del Rosellón y la Cerdaña con el Tratado de Barcelona (1493). Las guerras con Francia tuvieron a Italia como escenario principal. Fernando II organizó un ejército que vencíó a los franceses y consolidó el dominio de la Corona de Aragón sobre Napolés, (1504).


La expansión en el Norte de África y el Atlántico. Para frenar el avance musulmán en el mediterráneo, los Reyes Católicos ejecutaron una actividad conquistadora que les aseguró el dominio de la costa de África: Peñón de la Gomera, Orán, Bugía y Trípoli, que se sumaron a Melilla en 1497.


Las relaciones con Portugal. La pacificación por Portugal fue un proceso dominado por la firma de diversos tratados, como el Tratado de Alcáçovas (1479). Donde los portugueses consiguieron el control de la costa africana, renunciando así a sus posesiones sobre la Corona de Castilla, y el Tratado de Tordesillas.

5.La Expansión Imperial Europea en el Siglo XVI

5.1Carlos I y Felipe II, la defensa del Imperio


Carlos I pasó a ser emperador en unas circunstancias difíciles. Se acababa de producir la rebelión religiosa y política de los protestantes en Europa central, Francia quería el dominio de Italia y en el Mediterráneo se temía la expansión del Imperio Turco. Por lo que Carlos I, tuvo que crear el mantenimiento de una monarquía cristiana y universal, frente a la amenaza de los protestantes, los turcos y Francia. El monarca se vio envuelto en continuas guerras, centrándose más en su función como emperador que como Rey de España.


En 1556, el emperador abdicó en su hijo Felipe II, a quien cedíó la corona y todos sus territorios, salvo los del archiducado de Austria y los derechos al título imperial, que fueron cedidos a Fernando, ostentando la rama austriaca de los Habsburgo el título imperial.  


A diferencia de Carlos I, Felipe II (1556 – 1598) se dedicó completamente a las funciones de su reino. Resolvía todos los asuntos con la ayuda de sus secretarios, sus viajes eran escasos, casi nunca abandonaba la Península, y establecíó como capital Madrid, en 1561. Felipe II mantuvo el ideal de defensa del catolicismo e incorporó Potugal a la Corona en 1580.

5.2 Los conflictos en el exterior


La lucha contra los protestantes


La ruptura de la unidad católica, fue el principal problema de la monarquía de Carlos I. El fraile Martín Lutero, de origen alemán, había pedido la reforma de la Igleisa en las 95 tesis. Para esto, se convocó la Dieta de Worms, (1521), presidido por el emperador y retractado por Lutero, aunque finalmente se negó y se puso bajo la protección de Federico de Sajonia. Posteriormente, el protestantismo fue adoptado por príncipes alemanes, en Flandes y también en la Inglaterra de Enrique VIII.


Carlos I, que era defensor de la Iglesia, se enfrentó al protestantismo en dos ámbitos: político – militar y religioso. Este, derrotó a los príncipes protestantes en la batalla de Mühlberg. Posteriormente, el Papa Paulo III convocó el Concilio de Trento, donde los teólogos españoles contribuyeron a la reacción católica, llegando finalmente a la Paz de Augsburgo (1555), en la que los protestantes consiguieron que cada príncipe pudiera elegir la religión en sus reinos.


Los enfrentamientos con Francia e Inglaterra


Carlos I y Francisco I de Francia se enfrentaron por el dominio de los reinos y ducados de Italia, fundamentalmente por el Milanesado y por el control de los territorios de Flandes y Borgoña. Las tropas de Carlos ganaron en la Batalla de Pavía en 1525, y más tarde, la actitud profrancesa del papa llevó al saqueo de Roma en 1527.


En el reinado de Felipe II, los conflictos con Francia seguían hasta que los españoles ganaron en San Quintín (1557), y llegó la firma de la Paz de Cateau – Cambresis (1559). Felipe II apoyó a los católicos frente a los hugonotes (protestantes calvinistas) y en 1593, Enrique IV, se convirtió al catolicismo, donde España y Francia firmaron la Paz de Vervins (1598).


Inglaterra siempre había sido aliada de la Corona española frente a Francia, pero la reina Isabel, apoyó a los protestantes Flandes y protegíó a los corsarios que atacaban los barcos españoles. Felipe II, decidíó enfrentarse a Inglaterra formando la Armada Invencible, está fue un desastre y volvíó derrotada en 1588.


El dominio del mediterráneo


El Imperio otomano era una gran potencia en el Mediterráneo oriental desde 1452 en la invasión de Constantinopla (Estambul). En el mar, los turcos practicaban la piratería, por lo que para dominarlos, Carlos I lanzó un ataque contra Túnez en 1535, pero fracasó en la conquista de Argel.


Durante el reinado de Felipe II, los otomanos amenzaron a todo el Mediterránero tras la invasión de Chipre y Túnez. Por ello, se unieron la monarquía hispánica, el Papado y Venecia en la que formaron un equipo. Este enfrentamiento dio lugar en el golfo de Lepanto (1571), con la victoria cristiana.



La rebelión de los Países Bajos


La guerra en este territorio fue el problema mayor de Felipe II, originada por el descontento ante los impuestos, por el surgimiento del sentimiento nacionalista y por el conflicto religioso al extenderse el calvinismo por la zona norte. La primera guerra fue en Flandes, en 1566, con el apoyo de Francia e Inglaterra. En el frente de los rebeldes se encontraban los condes de Horn y de Egmont, Guillermo de Nassau, príncipe de Orange. Por otro lado, Felipe II, mandó al Duque de Alba, Luis de Requenses, Juan de Austria y Alejandro Farnesio.


En 1579, el sur de los Países Bajos aceptó la obediencia a Felipe II, pero al norte, las futuras Provincias Unidas de Holanda continuaron con la lucha por la independencia. Esta, nunca fue controlada y Felipe II, le dio el trono a su hija Isabel Clara Eugenia, pero al no tener descendencia, los Países Bajos reabrieron el conflicto contra la Corona española en el Siglo XVII.

7. Conquista y colonización de América

7.1 La explotación y conquista del territorio americano


La colonización de América abarcó su totalidad a excepción de Brasil,  a manos de Portugal por el Tratado de Tordesillas. Ésta se desarrolló en dos etapas:


La primera etapa capitaneada por Hernán Cortes. Se inició en 1518, donde la expedición salíó de la isla de Cuba, desembarcó en tierras mexicanas y se adentró en el territorio de los aztecas. Se apoderaron de sus riquezas, lo dominaron militarmente y convirtieron a su emperador Moctezuma en su rehén en 1519. Éstos, se resistieron a los españoles, pero Cortés los vencíó en la batalla de Otumba (1520). Y llamó al territorio Nueva España.


En 1522, la meseta mexicana había sido conquistada y más tarde, la península de Yutacán. Cortés abandonó México en 1524, para adentrarse en la selva tropical y conquistar Honduras.


La segunda etapa fue dirigida por Francisco Pizarro en 1531. Partíó de Panamá y se dirigíó a Ecuador para conquistar el Imperio inca, que abarcaba Perú, Ecuador y parte de Bolivia. Pizarró avanzó al sur, y aprovechó los enfrentamientos entre los incas para así imponerse sobre ellos. Ajustició a su caudillo, Atahualpa en 1532. El dominio sobre este territorio se completó al año siguiente con la conquista de Cuzco.


En esa época, Cabeza de Vaca exploró Florida, Texas y California. Orellana en América del ur, fue por el Amazonas, mientras que Almagro y Valdivia conquistaron Chile, y por último Pedro de Mendoza fundó Buenos Aires. Las islas Filipinas, fueron conquistadas por Legazpi y Urdanete.

7.2 La organización y explotación del territorio


Las tierras conquistadas se introdujeron en la Corona de Castilla que controló su colonización y lo financió. Las Indias se instauraron el municipio y el virreinato, mientras que las audiencias se encargaban de las funciones judiciales y de gobierno. Se fundaron dos virreinatos, el de Nueva España al Norte,y el de Perú, que se extendía por América del Sur. Dentro de estos se crearon los virreyes, mientras que los gobernadores tenían los máximos poderes en el territorio. También, se desarrolló una legislación para la organización de los nuevos territorios, las Leyes de Indias. La primera fue la de las Leyes de Burgos 1512, que  consistía en evitar los abusos de los colonos prohibiendo la esclavitud, pero a su vez, obligaba a los índigenas a trabajar para los colonizadores.  


Estos territorios supusieron una fuente de ingresos para Castilla, que controlaba el tráfico comercial y se reservaba el quinto real de todo el metal(oro y plata), que resultaron las mayores riquezas exportadas de América, encontradas en Bolivia y en México.


Las tierras fueron repartidas por los colonizadores, que se entregaba una finca y un grupo de indios. Surgiendo así las encomiendas, difundidas en Perú y México. El indígena era ecnomendado al colono a cambio de la protección, en el que quedaba obligado a pagar tributos y a trabajar forzosamente. Las minas eran de propiedad real dominada por los particulares, donde fue común la milta, es decir, el trabajo forzoso de los índigenas, se articulaba en forma de sorteos, en el que cada comunidad indígena tenía que aportar un grupo de trabajadores.


Los índigenas eran libres y súbditos de la Corona, acabaron sometidos mediante formas semifeudales de explotación. Se crearon las Leyes Nuevas de Indias (1542), que fueron incumplidas, como las del padre Bartolomé de las Casas. Las dificultades condujeron a una autonomía de las colonizaciones frente al poder real. La corrupción y la explotación fueron rasgos destacados de la administración en América.

7.3 El impacto en los pueblos indígenas


La conquista y colonización del Nuevo Mundo tuvo consecuencias demográficas. En las Antillas, se impulsó el tráfico de esclavos negros desde África, primero bajo control portugués y luego, holandés. Las principales causas fueron la ausencia de defensas contra las enfermedades de los españoles y las duras condiciones de trabajo. La sumisión de los indígenas se explica por el convencimiento de que habían sido abandonados por sus dioses.


La mezcla de indígenas, colonizadores y población africana llevó a un mundo multirracial, formado por criollos (descendientes españoles), mestizos (europeos y nativos) y mulatos (descendencia europea y africana negra). Esto, no impidió una sociedad desigual, donde los criollos tenían las riquezas y los puestos administrativos. La influencia cultural castellana fue grande y se impuso a las poblaciones indígenas, junto con la consolidación de la lengua castellana como lengua común y las costumbres se incorporaron a la cultura americana. Pero ahora bien, se mantuvo una destacada diversidad cultural originada por los pueblos precolombinos.

9.El Siglo XVII: El declive del Imperio



Fue una época de crisis para el Imperio de los Austrias


9.1Los austrias del Siglo XVII. El gobierno de los validos



Los autrias del Siglo XVI se habían encargado personalmente del gobierno de sus reinos, mientras que los del Siglo XVII, renunciaron a él, quedando a manos del los validos o privados, (ministros omnipotentes)


Felipe III (1598 – 1621) tuvieron un reinado pacífico, aunque se produjo la expulsión definitva de los moriscos en 1609. Las tareas del gobierno quedaron a mano de su valido, duque le Lerma, que fue sustituido por su hijo el duqu de Uceda.


Le sucedíó su hijo Felipe IV (1621 – 1665), dejó el poder a Gaspar de Guzmán, el más conocido y poderoso, condeduque de Olivares, caracterizado por el autoritarismo y la centralización. Quiso poner a todos los reinos en un solo Estado, con las mismas leyes e instituciones, siguiendo el modelo castellano. Su intento fracasó y originó enfrentamientos y revueltas internas.


La dinastía terminó con el reinado de Carlos II (1665 – 1700), conocido como El Hechizado, murió sin descendencia. Su reinado significó el punto álgido de la crisis económica y social en los reinos hispánicos y la confirmación de la pérdida de la hegemonía de Europa. Fue ejercido por validos, en su minoría de edad por el padre jesuita Nithard, sustituido por Francisco de Valenzuela y, por Juan José de Austria, hijo de Felipe IV.

9.2 La Guerra de los Treinta Años


(1618 – 1648), fue un conflicto religioso al oponer a protestantes y católicos, y también una pugna contra el dominio en Europa de los Habsburgo austriacos y españoles. Se inició con la rebelión protestante de Bohemia en el Imperio de los austriacos, en el que España acudíó en su auxilio y los protestantes fueron derrotados en 1620. También afectó a Flandes, donde los españoles obtuvieron éxitos como la rendición de Breda.


Poco después del rey de Dinamarca y el de Suecia ayudaron a los protestantes de Alemania en 1630, donde la alianza fue derrotada por los españoles, pero la guerra cambió cuando Francia decidíó participar directamente en la ofensiva (1635) apoyando a los protestantes. Los enfrentamientos se desarrollaron en Flandes y en el norte de Francia, con derrotas francesas y españolas como en Rocroi (1643).


Los contendientes agotados, entablaron conversaciones de paz culminando con los Tratados de Westfalia 1648, se acordó que los intereses de los Estados y su religión prevalecieran sobre los del antiguo Imperio germánico. En 1650, España reconocíó la independencia de Flandes, pasándose a llamar Provincias Unidas de Holanda.


La guerra con Francia continuó hasta la Paz de los Pirineos 1659, en la que la monarquía española cedíó territorios del Norte de los Pirineos a Francia (Rosellón y la Cerdaña), quedando la frontera establecida en la propia cordillera pirenaica, con el declive de la monarquía hispánica.


9.3 Las revueltas de 1640


La Guerra de los Treinta Años tuvo enormes recursos y depauperó a Castilla. El conde-duque de Olivares hizo una mayor centralización y una contribución de todos los territorios de la Corona por el esfuerzo de la guerra, creando también la Uníón de Armas donde los reinos y virrrenatos tenían que aportar hombres y dinero. Pero las exigencias valoraban la tradición y las leyes de cada territorio.


La revuelta en Cataluña se produjo cuando Olivares en la Guerra de los Treinta Años, abríó un frente militar contra os franceses en los Pirineos, obliando a los catalanes a alojar a sus tropar y a contribuir en el gasto militar, a pesar de que en 1626 las Cortes se habían negado a pagar. Esto, provocó una rebelión contra la entrada de segadores armados en Bacrlona el 7 de Julio de 1640.


La revuelta generalizada en Cataluña tuvo el apoyo de Francia, nombrando conde de Barcelona al rey francés Luis XIII (1441), queriéndo integrar el Principado de Cataluña en la Corona Francesa. La lucha duró una decena de años finalizando en 1652, con la rendición de Barcelona, a mando de Juan José de Austria (ejército real).


En 1640 pasó la rebelión de Portugal, proclamada por el rey al duque de Braganza, que había reinado en Portugal ante se su anexión a la corona hispana por Felipe II en 1580.


Los sucesores de Felipe II intervinieron en aquel país con el objetivo de unirlo con Castilla, pero los portugueses no querían pertenecer a la Corona hispánica, porque la uníón les había enemistado con Inglaterra y Holanda, que atacaban sus tierras y provocaba pérdidas económicas. A la rebelión se les uníó las colonias portuguesas, dando lugar a una guerra que duró hasta 1652, logrando Portugal la independencia de la Corona Castellana.










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