Texto reforma agraria Manuel Azaña

En 1935 hubieron varios escándalos de corrupción del partido lerrouxista que fue suficiente para deshacer su alianza con los cedistas y demostrar la fragilidad de la coalición derechista que había gobernado desde principios de 1934.
De este modo, el adelantamiento de la convocatoria electoral se hizo inevitable.

A pesar de sus diferencias ideológicas, los partidos republicanos de izquierdas y las fuerzas obreras se presentaron unidos a las decisivas elecciones de Febrero de 1936. (Conocido como Frente Popular)

 Los dos artífices del acuerdo frentepopulista fueron Manuel Azaña y el socialista Indalecio Prieto.

 Con este pacto de izquierdas se pretendía arrebatar el gobierno a los partidos derechistas  y también evitar la repetición de nuevas y violentas intentona. La finalidad principal del acuerdo consistía en asegurar el triunfo electoral para facilitar la formación de un gobierno constituido por republicanos y burgueses de centroizquierda.

 Finalmente, los grupos que se incorporaron al frente común de izquierdas en Enero de 1936 fueron Izquierdas Republicana, la Uníón Republicana, el PSOE, el PCE, el Partido Sindicalista, el sindicato socialista UGT y el POUM.

 El contenido del programa repetía las propuestas del plan reformista del gobierno que había presidido Azaña: aceleración de la reforma agraria, impulso a la construcción de obras públicas)

 La tensión y la agresividad predominaron durante la campaña electoral. Los dirigentes políticos derechistas desataron un durísimo ataque contra la alianza frentepopulista. Sin embargo, los líderes de los distintos grupos derechistas no llegaron a concretar acuerdos sólidos y concurrieron a las urnas desunidos, lo que facilitó la victoria del Frente Popular

El general Franco y José María Gil presionaron y amenazaron al jefe de Gobierno –Manuel Portela – para que declarar el estado de guerra y se negara a ceder el poder a los vencedores en las elecciones.


Sin embargo, estas iniciativas fracasaron y en medio de insistentes rumores de sublevación militar. Azaña fue normado jefe de Gobierno. Según el plan trazado y acordado previamente por Azaña todos los ministros pertenecían a los partidos republicanos burgueses de centro e izquierda.
El restablecimiento del Estatuto de autonomía de Cataluña y la puesta en libertad de los revolucionarios del 34 y el arresto de López Ochoa fueron las primeras medidas.

Otra de las iniciativas gubernamentales más importantes fue la aceleración en la aplicación de la Ley de Reforma Agraria, de manera que más de 500000 hectáreas fueron expropiadas y repartidas entre los 150000 campesinos en pocas semanas y las Cortes comenzaron a preparar la aprobación de un significativo aumento de los impuestos a los propietarios de tierras.

 Azaña también tomó la decisión de alejar de los principales centros de poder en Madrid a los mandos del ejército que eran considerados peligrosos por su vinculación con las tramas golpistas antirrepublicanas. Como el general Francisco Franco fue cesado como Jefe del Estado Mayor y enviado a un destino en las islas Canarias

 El 10 de Mayo de 1936, Manuel Azaña, que se sentía cada vez más fatigado y desgastado, pasó a ocupar la Presidencia de la República en sustitución del anterior Jefe del Estado. La presidencia del gobierno fue asumida entonces por Santiago Casares Quiroga.

Los problemas pronto desbordaron al gobierno formado tras el triunfo del Frente Popular, que demostró su completa incapacidad para mantener la tranquilidad ciudadana, encontrar soluciones y afrontar las graves dificultades del momento.

 Los conflictos ocasionados por la agudización de los antagonismos sociales aumentaron de manera imparable. Así, se produjeron invasiones masivas de propiedades en pueblos de Madrid, Salamanca, Toledo, Murcia y Extremadura. Los enfrentamientos entre propietarios y obreros rurales llegaron a ser tan graves que muchos latifundistas estuvieron dispuestos a dejar que sus cosechas  se pudrieran antes que pagar los salarios que reclamaban unos jornaleros a quienes consideraban peligrosos revolucionarios. Por su parte, los campesinos respondieron segando los campos


por su cuenta y sin autorización de sus dueños, presentándose posteriormente ante los terratenientes para exigir el pago de los jornales.

Se produjo un aumento en el número de atentados como consecuencia de la violencia callejera desplegada por los cada vez más agresivos grupos de extrema izquierda y de extrema derecha. La brutalización de la política llegó incluso hasta el parlamento, donde fue necesario cachear a todos los diputados ante de las sesiones para impedir que introdujeran pistolas. Aunque sin duda alguna, el hecho más grave fue el asesinato del dirigente derechista José Calvo Sotelo.

 Finalmente una parte importante de los mandos del Ejército estaban firmemente decididos a derribar la república y acabar con el gobierno frentepopulista mediante un golpe de fuerza. La sublevación militar antirrepublicana se puso en marcha el 17 de Julio y así comenzó la Guerra Civil.

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