Totalitarismos en Europa: Fascismo Italiano y Nazismo Alemán (1919-1939)

Contexto de la Europa de Entreguerras

Este texto se encuadra en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. Tras el conflicto, las autocracias fueron sustituidas por regímenes democráticos en gran parte de Europa del Este y los Balcanes. Sin embargo, las dificultades económicas de posguerra, las tensiones sociales, la pérdida de confianza en los valores liberal-democráticos y las repercusiones del Crack del 29 favorecieron el surgimiento del fascismo italiano y el nazismo alemán. A esto se sumó el deseo de Stalin de construir la URSS, convirtiendo al país en una dictadura totalitaria.

El Ascenso del Fascismo en Italia

Contexto de Posguerra y Descontento

La posguerra en Italia provocó 600.000 muertos y heridos, entre otros, fuertes deudas, paro e inflación. Los aliados no cumplieron la ampliación territorial prometida a Italia, y la provincia de Dalmacia fue cedida a Yugoslavia. Esto provocó el resentimiento de muchos italianos que hablaban de una victoria mutilada, un sentimiento que impulsó un movimiento nacionalista dirigido por Gabriele D’Annunzio.

Los obreros y muchos soldados apoyaron a las izquierdas. En 1919, los socialistas fueron la fuerza más votada y, al año siguiente, dominaban 25 de las 69 provincias. Aunque se vivía una situación revolucionaria, la burguesía temía la toma del poder por parte de los obreros.

Surgimiento y Consolidación del Fascismo

En 1919, surge el movimiento fascista cuando Benito Mussolini funda bandas de ciudadanos unidos por el gusto a la vida militar y al riesgo. El ultranacionalismo fue la principal ideología, y la actividad de este grupo fue sembrar el temor y el terror en provincias enteras con violencia contra líderes sindicales o periódicos de izquierdas, aunque la alta burguesía y pequeños comerciantes apoyaron a los fasci.

La Policía y el Ejército no intervenían, por ello estas bandas crecieron sin cesar. En 1921, Mussolini fundó el Partido Nacional Fascista. Al año siguiente, los socialistas convocaron una huelga general en contra de los actos violentos de estos grupos. No obstante, este grupo ya había adquirido mucha fuerza, convirtiéndose en un ejército a las órdenes del partido que actuaba contra los huelguistas, apaleando obreros, entre otras cosas. Se presentaban como los garantes del orden y eran apoyados por la burguesía y la clase media.

En octubre de 1922, Mussolini se presenta como el salvador de la monarquía y decide dar un golpe de Estado para forzar su entrada en el gobierno. El 27 y el 28 de octubre de ese año, organiza la Marcha sobre Roma de miles de camisas negras. El rey, presionado por el ejército y temeroso de los socialistas, cedió y encargó a Mussolini la formación del nuevo gobierno.

Mussolini colocó a las camisas negras en puestos clave, como la propaganda, y promovió una ley electoral favorable a su partido. En 1924, los fascistas ganaron las elecciones gracias a la violencia. Un diputado socialista, Giacomo Matteotti, denunció la manipulación electoral y la violencia; fue secuestrado y asesinado por el grupo de las camisas negras. Mussolini aceptó su responsabilidad. Las protestas se extendieron por Italia, y los diputados no fascistas abandonaron el Parlamento en señal de protesta.

Mussolini convirtió Italia en un Estado totalitario. El poder recayó en el Duce, quien acaparaba los poderes ejecutivos y legislativos.

El Ascenso del Nazismo en Alemania

Crisis de Posguerra y Orígenes del Partido Nazi

La Gran Depresión de 1929, con seis millones de parados en Alemania, propició que la población se dejara influir por ideologías radicales como el comunismo y el nazismo. En 1920, se formó el Partido Nazi con una ideología racista, antiliberal y anticomunista. Al año siguiente, Adolf Hitler fue nombrado líder. En 1923, intentó un golpe de Estado fallido (el Putsch de Múnich), lo que le llevó a la cárcel, donde pudo escribir su libro Mein Kampf.

Consolidación del Poder Nazi

A partir de 1925, Hitler creó grupos paramilitares, como las Tropas de Asalto (SA), formadas por individuos marginales y violentos que sembraban el terror en las calles para apoyar al partido. También se crearon las SS, la guardia personal del Führer.

Los nazis utilizaron la propaganda para atraer a diversos sectores sociales, argumentando el miedo al comunismo y denunciando el humillante Tratado de Versalles. Hitler consiguió el apoyo económico de los grandes empresarios, ya que prometió acabar con los sindicatos y los líderes socialistas. Llegaron a ser el partido más votado, pero lejos de la mayoría absoluta. El anciano Hindenburg nombró a Hitler canciller, pensando que el poder controlaría a los nazis y a los grupos violentos.

La primera acción de Hitler fue convocar nuevas elecciones para asegurar una mayoría, pues pensaba destruir el parlamento democrático. Una semana antes de las elecciones, se produjo el incendio del Reichstag (Parlamento). Hitler culpó a los comunistas y aprovechó para perseguir a sus enemigos políticos. El nuevo Parlamento otorgó a Hitler poderes excepcionales, denominados Acta Habilitante, que le permitían crear sus propias leyes. Ilegalizó los partidos políticos y los sindicatos, y se inició la creación de campos de concentración. El Partido Nazi se convirtió en el único partido.

Purga y Totalitarismo

Hitler eliminó a los miembros de su propio partido en la Noche de los Cuchillos Largos, incluyendo a Ernst Röhm y varios miembros de las SA, ya que estos podían representar una amenaza a su poder. En 1934, murió el presidente Hindenburg, y Hitler asumió la Presidencia de la República como máxima autoridad de un Estado unitario y, posteriormente, totalitario.

El Tercer Reich inició una persecución sistemática contra los judíos. Estos fueron privados de sus derechos, expulsados de los cargos públicos y despojados de sus bienes. La Noche de los Cristales Rotos fue el punto de partida de la persecución que llevó a millones de judíos a campos de concentración y de exterminio.

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