El Antiguo Régimen en Europa
El Antiguo Régimen es el sistema de organización política, social, económica y poblacional que rige en los gobiernos europeos desde el siglo XV hasta la Revolución Francesa en 1789 y las revoluciones burguesas del siglo XIX. Durante el reinado de Carlos IV y de Fernando VII se dio la crisis del Antiguo Régimen.
En 1788, Carlos IV accede al trono después de la muerte de su padre, y España entra en conflicto ya que el nuevo rey era beato, y el reino lo controlaba su mujer. Después de que estallase la Revolución Francesa, el gobierno español cerró fronteras y prohibió todo lo francés. Carlos IV mantiene a Floridablanca, valido del rey, y la política reformista de su padre, pretendiendo seguir con el Despotismo Ilustrado.
Tras el estallido de la Revolución Francesa, Floridablanca estableció un “cordón ideológico sanitario”, con el fin de aislar España y su imperio de las ideologías de la revolución. Sin embargo, Floridablanca fracasa y es sustituido por el conde de Aranda. A la vez que le cortaban la cabeza a Luis XVI, Manuel Godoy es nombrado nuevo valido y entró en guerra junto a la Coalición Antifrancesa. España declaró la guerra a Francia (Guerra de la Convención 1792), y tras su derrota, se firmó la Paz de Basilea en 1795. Godoy se proclama “Príncipe de la Paz”.
Tras volver a ser aliados de Francia, España quedó sancionada con el tratado de San Ildefonso en 1796, por lo que se enfrentaba a Inglaterra y Portugal. En este conflicto, se produjo la derrota naval de San Vicente en 1797. En 1799, Napoleón dio un golpe de estado y proclamó el Consulado en Francia.
Conflictos y Alianzas
España se alió con Francia, y en 1801, se produjeron la Guerra de las Naranjas y la conquista de Olivenza contra Portugal. En 1805 se dio la batalla de Trafalgar, donde la flota franco-española fue derrotada por los ingleses. Se formó un partido fernandino, que se dedicó a conspirar en la Conspiración de El Escorial en 1807 contra Carlos IV.
En 1807, los ejércitos napoleónicos entraron en España tras el Tratado de Fontainebleau, firmado por Godoy, para que atacasen a Portugal. El 18 de marzo de 1808, estalló el Motín de Aranjuez, que perseguía la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV. Godoy huye y Carlos IV es obligado a abdicar en su hijo Fernando. Carlos IV escribió a Napoleón haciéndole saber lo sucedido, y este los reúne, consiguiendo que Fernando abdicase en su padre, y este a su vez en el hermano de Napoleón, José I Bonaparte en las abdicaciones de Bayona.
José I llevó a cabo una reforma que rompía las bases del Antiguo Régimen y convocó a las Cortes, abolió el Antiguo Régimen. El Estatuto Real de Bayona reconocía la igualdad de los españoles ante la ley, estableciendo un régimen autoritario reformista. José Bonaparte fue odiado por toda la población, excepto por los afrancesados.
La Guerra de Independencia
La Guerra de Independencia: A los civiles se le unieron tropas militares, que opusieron resistencia a los franceses. Ese fue el inicio de la Guerra de la Independencia (1808-1813). Comenzaron a formarse Juntas Locales y Provinciales, que depusieron las autoridades dependientes de Carlos IV y Fernando. La Guerra de la Independencia se convirtió en una guerra civil, dividida en afrancesados que apoyaban la Constitución de Bayona, y el bando patriótico, formado por la mayor parte de la población, que deseaba el regreso de Fernando VII. La guerra se convirtió en un conflicto internacional, civil y tuvo carácter religioso.
Se distinguen 3 fases:
- 1ª fase: junio-octubre 1808: En este periodo, la resistencia española es mayor y los ejércitos franceses eran incapaces de controlar todas las plazas fuertes. En junio tuvo lugar el sitio de Zaragoza, donde la ciudad resistió heroicamente mientras que los franceses fueron frenados en el desfiladero de Bruch.
- 2ª fase: noviembre 1808-1812: Después de la batalla de Bailén, Napoleón entró a España al frente de la Grand Armée y en 4 semanas su avance se hizo imparable. Lo más importante fue la guerra de guerrillas, que se trataba de partidas locales que hostigaban al ejército por sorpresa, sometiendo a los franceses a una presión. En la Junta Central Suprema convocaron unas cortes extraordinarias para dotar a España de un nuevo sistema político. Así, la Junta Central se disolvió y se formaron las Cortes de Cádiz en 1810.
- 3ª fase: 1812-1813: En febrero de 1812 se producen las victorias de Wellington y el general Ayala en Ciudad Rodrigo y Badajoz. Las guerrillas pusieron fin a la presencia francesa en España en los campos de Arapiles. Con la derrota de la batalla de San Marcial se completó la derrota del ejército francés. A finales de 1813, las tropas abandonan España, firmando el 11 de diciembre de 1813 el Tratado de Valençay, nombrando rey a Fernando VII.
Las Cortes de Cádiz
Las Cortes de Cádiz elaboraron la primera constitución española. La Junta Suprema Central se disolvió en 1810, dejando el poder en manos del Consejo de Regencia, que más tarde formó las Cortes de Cádiz. Este Consejo de Regencia, que gobernó en nombre del rey ausente, remitió una Consulta al país, en la que se pedían garantías contra el poder absoluto de la monarquía.
Las Cortes de Cádiz inauguraron sus reuniones, y se produjeron elecciones. Aparecieron 4 tendencias ideológicas entre los diputados: liberales, absolutistas, ilustrados y americanos. Las Cortes querían acabar con el Antiguo Régimen y crear la primera constitución española. Las Cortes aprobaron una serie de leyes y decretos que acabaron con el Antiguo Régimen. También se abolió la Inquisición el 22 de febrero de 1812.
Constitución de 1812
Constitución de 1812: Las Cortes llevaron a cabo la tarea de elaboración de una Constitución. La Constitución de 1812, conocida como “La Pepa”, quería que el sistema político estuviera dividido en poderes, las Cortes eran unicamerales, la limitación del poder real y un sistema basado en el sufragio universal masculino, que el poder residiera en la Nación, que el monarca gobernara con un parlamento elegido por el pueblo y aparece una división de poderes.
Las Cortes de Cádiz implantaron el absolutismo y declararon nulos todas las reformas realizadas mediante el Manifiesto de los Persas en 1814. El 1 de enero de 1820, el militar Riego se sublevó con su ejército y obligó a Fernando VII a aceptarla hasta 1823.