Turno pacifico de partidos

EL FUNCIONAMIENTO DEL TURNO DINÁSTICO

La alternancia regular en el poder entre los partidos del turno quedaba garantizada por una peculiar manera de formación del gobierno.
Mientras que en los sistemas democráticos el partido que gana las elecciones forma el gobierno, la Restauración invertía el proceso: cuando un gobierno experimentaba el desgaste de su gestión, sencillamente cuando los líderes políticos consideraban necesario un relevo, se sugería el rey el nombramiento de un nuevo gobierno. 
El nuevo presidente del Gobierno era siempre el líder de la oposición, y recibía junto con su nombramiento el decreto para la disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones, con el objetivo de conseguir el número de diputados suficiente para formar una mayoría parlamentaria que le permitiese gobernar. El mecanismo era la inversa al de la democracia, ganan las elecciones quien la convoca. 
El resultado de las elecciones era acordado de antemano por ambos partidos, por lo que la alternancia en el poder se lograba de una forma artificial y se producía de mutuo acuerdo entre sus jefes respectivos. Con ello se evitaba que uno de los partidos monopolizara el poder y que el otro partido tuviera la tentación de recurrir al ejército para obtener el poder mediante un pronunciamiento militar. Al mismo tiempo se impedía que los partidos ajenos el régimen, republicanos y carlistas, pudieran hacerse con el poder. 

Orden del sistema de fraude electoral en la época de la restauración:


I. El Rey nombraba un nuevo jefe de Gobierno (Este siempre era el Jefe o Líder de la Oposición) y le otorgaba el decreto de disolución de Cortes. 
II. El nuevo gobierno convocaba unas elecciones completamente adulteradas. El Ministro de Gobernación ‘fabricaba’ los resultados electorales mediante la asignación previa de escaños en cada circunscripción electoral (encasillado) y enviaba esa lista a los gobernadores civiles o directamente a los propios caciques. Los candidatos que no eran de la circunscripción misma se llamaba ‘cuneros’. 
III. Los gobernadores civiles de cada provincia eran informados por el ministro de Gobernación de los resultados que ‘debían’ salir en sus provincias. Éstos, a su vez, transmitían la lista de los candidatos a los alcaldes y caciques y todo el aparato administrativo se ponía a su servicio para garantizar su elección. 
IV. Los caciques, siguiendo las instrucciones del gobernador civil, amañaban las elecciones, consiguiendo los resultados esperados. 
Rey—> Gobierno—> Primer Ministro—> Ministro de Gobernación (encasillado: persona que organiza número de diputados de cada partido en una elección)—> Gobernador Provincial—> Caciques—> Pueblo/Votantes. 

EL DESARROLLO DEL TURNO DE PARTIDOS


A lo largo del periodo que transcurríó entre 1876 y 1898, el turno funciónó con regularidad: de todas las elecciones realizadas, seis fueron ganadas por los conservadores, y cuatro, por los liberales. Aunque la alternancia pasó por momentos difíciles, la primera crisis del sistema sobrevino como consecuencia del impacto del desastre de 1898, que erosión a los políticos y a los partidos dinásticos. 
La primera etapa de gobierno conservador se extendíó desde 1875 hasta 1881, cuando Sagasta formó un primer gobierno liberal que introdujo el sufragio universal masculino para los comicios municipales (1882). 






El temor a una desestabilización del sistema político, tras la muerte del rey Alfonso XII (1885), impulsó un acuerdo entre conservadores y liberales, el llamado Pacto de El Prado. Su finalidad era dar apoyo a la regencia de María Cristina de Habsburgo y garantizar la continuidad de la monarquía y la alternancia en el poder ante las fuertes presiones de callistas y republicanos. 
Una nueva etapa de gobierno liberal (1885-1890) supuso un importante avance en el terreno de las libertades individuales: se reguló y amplió la libertad de prensa, de expresión y de asociación. Una nueva Ley de Asociaciones (1887) permitíó la entrada en el juego política a las fuerzas opositoras, y una Ley de Jurado (1888) establecíó la celebración de juicios jurados. Esto va a ser importante, ya que la idea es que los independentistas cubanos no provoquen otra guerra. También se abolíó la esclavitud (1888), se redactó un nuevo Código Civil (1889), que seguía la línea de endurecer las penas, y se aprobó el sufragio universal masculino (1890) en las elecciones generales para varones mayores de 25 años. 
En la última década del siglo se mantuvo el turno pacífico de partidos: en 1890, los conservadores volvieron al poder, en 1892 regresaron los liberales, y en 1895, Cánovas asumíó de nuevo la presidencia de gobierno hasta 1897, fecha de su asesinato. Sin embargo, el personalismo deterioró a los partidos, que dependían excesivamente de la personalidad de sus líderes, provocando disidencias internas y la descomposición progresiva del sistema. 




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