El Régimen de Franco en España: Fundamentos, Desarrollo Histórico y Oposición

Introducción: Las Bases del Poder Franquista

Franco tuvo que apoyarse en distintos sectores sociales y políticos para consolidar y mantener su dictadura: falangistas, monárquicos, militares, católicos, franquistas puros y, posteriormente, tecnócratas. Cada una de estas “familias” fue ganando o perdiendo influencia a lo largo de los casi cuarenta años de régimen.

Pilares Fundamentales y Grupos de Apoyo del Régimen

Instituciones Clave

Tres instituciones fueron fundamentales para el sostenimiento del régimen:

  • El Ejército: Fue hasta el último momento el defensor más leal del régimen. Poseía jurisdicción sobre los delitos políticos mediante los temidos “consejos de guerra”. La mayoría de sus miembros, sobre todo los altos mandos, compartía con Franco la ideología de la victoria de 1939: el anticomunismo, su rechazo al separatismo y su dureza en cuestiones de orden público.
  • La Falange: Propugnaba una síntesis de patriotismo tradicional y autoritarismo de corte fascista. Con el Decreto de Unificación de 1937, Franco “se adueñó del partido” y la Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET y de las JONS) pasó a llamarse oficialmente Movimiento Nacional, convirtiéndose en el partido único del régimen.
  • La Iglesia Católica: Para la Iglesia, la Guerra Civil había sido una “cruzada” contra el ateísmo marxista. El Concordato de 1953 consolidó la presencia e influencia de la Iglesia en la vida pública, especialmente en la enseñanza, convirtiéndose en una importante propagadora de la ideología del régimen. Se produjo una estrecha alianza entre la Iglesia y el “Nuevo Estado”, configurando el llamado nacionalcatolicismo.

Las “Familias” Políticas del Régimen

Dentro del régimen coexistieron diversos grupos de influencia, conocidos como “familias”:

  • Monárquicos: Estaban divididos principalmente entre carlistas (que recibieron algunos cargos, encarnando el tradicionalismo católico y conservador) y donjuanistas (partidarios de Don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII). Aunque con tensiones internas y aspiraciones de restauración, no constituyeron en general un grupo de oposición combativo desde dentro del sistema durante gran parte de la dictadura.
  • Tecnócratas: Hicieron su aparición con fuerza en la década de 1960. Muchos de ellos estaban vinculados al Opus Dei y algunos eran monárquicos “juanfranquistas” (partidarios de Juan Carlos como sucesor designado por Franco). Priorizaban el desarrollo económico y la modernización administrativa como medios para generar bienestar y estabilidad, buscando sustituir la retórica ideológica por la gestión eficiente.
  • Franquistas Puros (o Integrales): Su seña de identidad era la “adhesión incondicional” al Caudillo. Este grupo, compuesto por leales de la primera hora y convencidos seguidores de Franco, fue un pilar fundamental de apoyo personal al dictador, especialmente visible en los últimos años del régimen.

Lo único que cohesionaba a estos grupos tan diversos, con intereses a menudo contrapuestos, era la figura y la fidelidad al Caudillo. El franquismo, en esencia, no era concebible sin la autoridad personal de Franco.

Los Apoyos Sociales

El régimen contó con el apoyo de amplios sectores sociales, aunque su naturaleza y extensión variaron con el tiempo. Entre ellos destacaban:

  • Pequeños y medianos propietarios rurales, beneficiados en algunos casos por la política agraria inicial.
  • Las clases medias conservadoras de las pequeñas y medianas ciudades.
  • La oligarquía terrateniente, industrial y financiera, que recuperó y consolidó su poder económico y social.
  • Numerosos pequeños y medianos empresarios.
  • Sectores del Ejército y el Clero, como ya se ha mencionado, que fueron pilares institucionales y sociales.

Principios Ideológicos del Régimen

La dictadura de Franco no fue una dictadura fascista clásica, ni puramente militar, ni totalitaria en el sentido estricto, aunque compartió rasgos con todas ellas. Fue, ante todo, una dictadura de carácter personal y autoritario, con una ideología ecléctica que se sustentaba en varios pilares:

Nacional-Patriotismo

Una visión unitaria, centralista y tradicionalista de España, exaltando los valores patrios y la historia imperial, y rechazando los nacionalismos periféricos y cualquier forma de separatismo.

Nacional-Sindicalismo

En los inicios de la formación del Estado franquista, Franco adoptó elementos del fascismo italiano como modelo. La Falange Española Tradicionalista y de las JONS, partido único, fue la base del llamado nacionalsindicalismo. Este componente ideológico propugnaba la creación de un Estado sindicalista corporativo, que encuadrara a patronos y obreros en sindicatos verticales controlados por el Estado, eliminando la lucha de clases.

Nacional-Catolicismo

Consistía en la defensa de la religión y de la moral católica como elementos esenciales de la identidad española y del Estado. El catolicismo conservador fue la principal fuente ideológica de apoyo al franquismo. De esta corriente provinieron elementos clave de la ideología del régimen como la moral estricta, el tradicionalismo, el anticomunismo y el antiliberalismo. El control de la Iglesia sobre la educación fue completo, siendo titular de gran parte de los colegios. Se impuso una estricta moral católica en la vida pública y privada.

Instituciones Políticas del Régimen

El entramado institucional del franquismo se caracterizó por la concentración de poder en manos de Franco y la ausencia de una verdadera división de poderes. Algunas instituciones clave fueron:

  • La Jefatura del Estado: Ejercida por Francisco Franco de forma vitalicia, acumulando todos los poderes (ejecutivo, legislativo y judicial en última instancia).
  • Gobernadores Civiles: Representantes del Gobierno en cada provincia, con amplias competencias.
  • Cortes Españolas: Creadas en 1942, no eran un parlamento democrático, sino un organismo de carácter corporativo, asesor y deliberador, cuyos miembros (procuradores) no eran elegidos por sufragio universal directo.
  • Consejo Nacional del Movimiento: Órgano superior del Movimiento Nacional, con funciones consultivas y de impulso de los principios del régimen.
  • Consejo del Reino: Órgano consultivo del Jefe del Estado en asuntos de especial trascendencia.
  • Consejo Nacional de la FET y de las JONS: Máximo órgano directivo del partido único.
  • Tribunal Supremo: Cúspide del poder judicial, aunque sometido a la Jefatura del Estado.
  • Alcaldes: Designados por el Gobierno o el Gobernador Civil, no elegidos democráticamente.

La “Democracia Orgánica” y las Leyes Fundamentales

El régimen se autodefinió como una “democracia orgánica”, en contraposición a la democracia liberal o “inorgánica”. Esta concepción se basaba en la representación a través de órganos naturales de la sociedad (familia, municipio, sindicato) en lugar del sufragio universal individual. Se desarrollaron instrumentos legales como la Ley de Prensa (aunque con fuerte censura durante gran parte del periodo) y la Ley Orgánica del Estado (1967), que intentó dar una apariencia de institucionalización al régimen.

El armazón legal del franquismo se construyó sobre las llamadas Leyes Fundamentales del Reino, que actuaron a modo de constitución no codificada:

  • Fuero del Trabajo (1938): Regulaba las relaciones laborales bajo principios nacionalsindicalistas.
  • Ley de Creación de las Cortes Españolas (1942): Establecía la composición y funciones de las Cortes.
  • Fuero de los Españoles (1945): Declaración de derechos y deberes, aunque subordinados a los principios del régimen.
  • Ley del Referéndum Nacional (1945): Permitía someter a consulta popular decisiones políticas importantes, siempre a iniciativa de Franco.
  • Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947): Definía España como un Reino y establecía el mecanismo para la sucesión de Franco.
  • Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): Sistematizaba los principios ideológicos del régimen, de obligado acatamiento.
  • Ley Orgánica del Estado (1967): Introdujo algunas modificaciones en la estructura del Estado, como la separación teórica entre Jefe del Estado y Jefe de Gobierno (aunque Franco ocupó ambos cargos hasta 1973).

Evolución del Régimen Franquista

Los Años 40: Autarquía y Aislamiento Internacional

Durante la Segunda Guerra Mundial, la España de Franco se debatió entre la intervención y la no intervención, mostrando hasta 1944 un decidido apoyo diplomático y material (con la División Azul) a las potencias del Eje. La derrota del Eje en 1945 fue también una derrota política para el régimen español. Significó su aislamiento internacional, con la retirada de embajadores y la exclusión de organismos internacionales como la ONU. España fue sometida a un boicot económico y político. En este contexto, se impuso una política económica de autarquía (autosuficiencia), que pretendía reducir al mínimo la dependencia del exterior. El resultado para la economía española fue nefasto, con estancamiento, escasez, racionamiento y mercado negro (estraperlo).

Los Años 50: Apertura Parcial y Reconocimiento Internacional

La década de 1950 propició una gradual apertura de España hacia el exterior. Esta fue facilitada, entre otras cosas, por el surgimiento de la Guerra Fría, que convirtió el probado anticomunismo del régimen franquista en un activo para los Estados Unidos y el bloque occidental. Se mejoraron las relaciones con El Vaticano, firmándose un nuevo Concordato en 1953, que actualizaba acuerdos previos (como el de 1851) y consolidaba la influencia de la Iglesia. Las negociaciones militares y económicas con Estados Unidos culminaron con los Acuerdos Bilaterales de 1953 (conocidos como Pacto de Madrid), que permitieron la instalación de bases militares estadounidenses en territorio español a cambio de ayuda económica y militar. España fue admitida en la ONU en 1955.

Los Años 60: Desarrollismo Económico y Cambio Social

El fracaso de la autarquía llevó a un cambio de rumbo económico con el Plan de Estabilización de 1959. Impulsado por los ministros tecnócratas, tenía como objetivo liberalizar la economía, controlar la inflación, abrirse al exterior y conseguir un fuerte ritmo de crecimiento económico. Se inició así la etapa del “desarrollismo”, caracterizada por una rápida industrialización, el auge del turismo, la emigración de españoles a Europa y una notable mejora del nivel de vida. Este crecimiento económico generó importantes transformaciones sociales: el éxodo rural, el crecimiento de las ciudades, el aumento de las clases medias, la incorporación de la mujer al mundo laboral (aunque limitada) y un cambio en las mentalidades y pautas de consumo. España dejó de ser un país predominantemente rural y agrícola para convertirse en uno más urbano e industrializado.

La Oposición Política al Franquismo

Primera Etapa de Oposición (Años 40 y 50)

Durante los primeros años del régimen, la oposición, duramente reprimida, se manifestó principalmente en tres frentes:

  • El Maquis (Guerrilla Antifranquista): Grupos armados, compuestos por excombatientes republicanos y huidos, que continuaron la lucha contra Franco, especialmente en zonas montañosas y rurales. Entre 1944 y 1950, llevaron a cabo acciones de envergadura, como la invasión del Valle de Arán (1944), aunque finalmente estas operaciones fracasaron y el movimiento guerrillero fue desarticulado a principios de los años 50.
  • Grupos Monárquicos: Aunque algunos sectores monárquicos colaboraron con el régimen, existía un núcleo, aglutinado en torno a Don Juan de Borbón (hijo de Alfonso XIII y pretendiente al trono), que aspiraba a la restauración de la monarquía parlamentaria. En 1943, un grupo de tenientes generales dirigió una carta colectiva a Franco pidiendo dicha restauración. Don Juan de Borbón hizo público en Lausana (1945) un manifiesto en el que solicitaba a Franco que abandonara el poder.
  • Actividad Clandestina y Movimiento Obrero: Partidos y sindicatos ilegalizados como el PCE (Partido Comunista de España), el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) mantuvieron una difícil actividad clandestina de reorganización y propaganda. Hacia la década de 1950, con la derrota del maquis, la oposición tendió a abandonar la lucha armada directa, centrándose en la infiltración en los sindicatos verticales y en la promoción de conflictos laborales. Las convocatorias de huelga, a pesar de ser ilegales, se convirtieron en una forma frecuente de protesta.

Segunda Etapa de Oposición (Años 60 y primera mitad de los 70)

Durante la década de 1960 y la primera mitad de la de 1970, coincidiendo con el desarrollismo y los cambios sociales, la oposición se fue fortaleciendo y diversificando. La actuación del movimiento obrero se hizo mucho más rotunda, con la aparición de nuevas organizaciones como Comisiones Obreras (CCOO), y coincidió con una creciente agitación en el ámbito universitario, donde estudiantes y profesores demandaban libertades democráticas. También resurgieron con fuerza los nacionalismos periféricos, especialmente en Cataluña y el País Vasco. En esta segunda fase, junto a la intensificación de las protestas obreras y estudiantiles, surgieron o se consolidaron grupos que practicaron la lucha armada, como el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) y ETA (Euskadi Ta Askatasuna), cuyas acciones terroristas se intensificaron en los últimos años del franquismo.

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