Los Inicios del Periodo: El Problema Sucesorio y la Guerra Carlista
La muerte sin descendencia masculina del rey Fernando VII (29 de septiembre de 1833) generó una situación de incertidumbre política en la vida española. La Ley de Partidas, promulgada en el siglo XIII, contemplaba la posibilidad de acceder al trono de la descendencia femenina. Felipe V, a través del Auto Acordado, estableció una Ley de corte Sálico por la cual quedaban excluidas del trono las mujeres siempre que hubiera varones en primera línea. En el año 1789, Carlos IV tuvo la intención de anular el Auto Acordado a través de una convocatoria de Cortes, para asegurarse la permanencia en el trono de su familia.
Finalmente, en marzo de 1830, Fernando VII hizo pública la Pragmática Sanción, estando su esposa embarazada de la futura Isabel II. Tal decisión constituyó la base jurídica que provocó la guerra civil a su muerte en 1833. Aún en 1832, enfermo de gravedad el rey, partidarios de Carlos María Isidro habían conseguido en La Granja que el rey derogara la Pragmática.
La Pragmática convirtió a la infanta Isabel, con solo tres años, en la nueva monarca. María Cristina, su madre, ocupó la regencia, mientras que la tensión política derivaba en guerra civil, al no aceptar la situación Don Carlos María Isidro. Este enfrentamiento no fue solo una lucha por la sucesión al trono de España, sino una confrontación entre absolutismo y liberalismo.
Las Facciones Enfrentadas
- Partidarios de Carlos María Isidro (carlistas): de corte absolutista; miembros de la alta nobleza y clero de las zonas rurales de las provincias vascas, Cataluña, Navarra, Aragón y Valencia.
- Partidarios de Isabel (cristinos o isabelinos): de corte liberal. Sobre todo, las clases medias urbanas y la burguesía liberal.
Los carlistas organizaron sus efectivos en grupos armados, practicando el método de guerrillas.
Fases de la Primera Guerra Carlista
El conflicto pasó por dos fases:
- Primera fase: caracterizada por la guerra en el norte peninsular y los triunfos carlistas, bajo el mando de Zumalacárregui y Cabrera, si bien no consiguieron hacerse con ninguna ciudad importante.
- Segunda fase: tras la intervención del general liberal Espartero en el sitio de Bilbao (1836), la guerra empieza a decantarse a favor de los isabelinos. Las divisiones internas surgieron entre partidarios de continuar la guerra y partidarios de negociar la paz. Finalmente, el general Maroto firma el Convenio de Vergara (1839) con Espartero. En él, además del reconocimiento de los carlistas de Isabel como reina.
Características del Periodo: Las Bases del Liberalismo Español
El régimen liberal queda configurado en España por el equilibrio entre tres fuerzas:
- La Corona: actuó como elemento moderador entre los poderes legislativo (Cortes) y ejecutivo (Consejo de Ministros).
- Los Partidos Políticos:
- El Partido Moderado: defendía una soberanía compartida por el Rey y las Cortes. Apoyaban además un estado centralizado.
- El Partido Progresista: defendía que la soberanía debía residir únicamente en las Cortes. Admitían el sufragio censitario, pero ampliando el cuerpo electoral, y amparaban la libertad de prensa y el carácter democrático de los ayuntamientos.
- Partido Demócrata (1849): formado por los sectores más radicales del partido progresista.
- Unión Liberal (1854): formada por progresistas más conservadores y moderados avanzados.
- El Ejército: constituye la tercera fuerza del sistema. A partir de 1840 será la institución más poderosa del Estado.
Evolución Histórica del Reinado de Isabel II
La Minoría de Edad de Isabel (1833-1843): Las Regencias
La Regencia de María Cristina (1833-1840)
María Cristina, para defender la sucesión de su hija frente a carlistas y absolutistas, buscó el apoyo en los liberales. Su primer gobierno fue el de Cea Bermúdez, que dejó intactas las estructuras de la monarquía absoluta; lo único que cabe destacar es la división provincial llevada a cabo por Javier de Burgos. En este contexto, se le plantea a la reina la necesidad de un cambio político, por lo que esta entrega el gobierno a Martínez de la Rosa, que elaboró el Estatuto Real, una carta otorgada que reflejaba el ideal del Partido Moderado. En él se establecía un régimen basado en la soberanía compartida de dos instituciones históricas: el Rey y las Cortes, divididas estas últimas en dos cámaras: cámara de los próceres y cámara de los procuradores.
Los movimientos revolucionarios de 1835 precipitaron los acontecimientos, obligando a la regente a recurrir a los liberales radicales. En 1836 tendrá lugar el Motín de los Sargentos de La Granja de San Ildefonso, que obligó a volver a poner en vigor la Constitución de 1812. El triunfo del progresismo se reflejó en la Constitución de 1837.
El proyecto de Ley sobre municipios de 1840 provoca que los progresistas vuelvan a recurrir al pronunciamiento, que contará con el apoyo de Espartero. María Cristina renuncia a la regencia y se exilia en París, y se hace cargo de la Regencia el General Espartero.
La Regencia de Espartero (1840-1843)
Tras el fracaso del pronunciamiento de O’Donnell en 1841, la revuelta de Barcelona (1842), condujo a la ruptura definitiva. El bombardeo de la ciudad acrecentó la impopularidad del regente. El pronunciamiento del general Ramón María de Narváez, con la ayuda de O’Donnell, consiguió la renuncia y el exilio de Espartero. Las Cortes, para evitar una nueva regencia, adelantaron la mayoría de edad de Isabel II, siendo coronada reina a los trece años.
La Mayoría de Edad de Isabel (1843-1868)
Durante este período se produjo la consolidación del régimen liberal. Se dividió en tres etapas:
La Década Moderada (1844-1854)
En este período se elaboró una nueva constitución, se normalizaron las relaciones con la Iglesia y se reformó la Administración pública. La Constitución de 1845 llevó a la práctica las doctrinas del liberalismo moderado, según las cuales, Corona y Cortes son depositarias de la soberanía nacional, compartiendo el poder legislativo.
Se firmó el Concordato de 1851, por el que quedaba zanjada la ruptura entre la Iglesia y el Estado liberal como consecuencia de la desamortización de Mendizábal. La Santa Sede aceptó la desamortización y ratificó el Patronato Regio.
El Bienio Progresista (1854-1856)
La principal amenaza hacia los moderados provenía de sus propias filas, por su ultraconservadurismo. Así las cosas, el general O’Donnell lideró un nuevo pronunciamiento -la “Vicalvarada”- en 1854. Su politización, a través de un manifiesto redactado por Cánovas del Castillo (el Manifiesto de Manzanares), movilizó a los progresistas, que incitaron a la insurrección popular.
Tres hechos relevantes marcaron la obra política desarrollada durante el bienio progresista:
- La Constitución non nata de 1856, aprobada por las Cortes, pero que no llegó a ser promulgada.
- La Ley de Desamortización General de 1855, conocida como Ley Madoz, que completaba la obra de Mendizábal. Afectó al clero secular y a los bienes municipales, y fue la de mayor volumen.
- La aprobación de una serie de leyes relacionadas con las sociedades de crédito, la banca y la minería. Entre ellas, destacó la Ley General de Ferrocarriles de 1855.
La Crisis del Moderantismo y el Final del Reinado (1856-1868)
Este período estuvo presidido por la inestabilidad. Tras un breve gobierno de O’Donnell (hasta 1857), la Reina llamó a gobernar a los moderados, quienes, dirigidos por Narváez, gobernaron hasta 1858. Se produjo un retorno a las instituciones anteriores a 1854. O’Donnell, en 1858, se hace con el poder.
Sin embargo, las divisiones internas, los levantamientos campesinos y el fracaso del programa de conciliación liberal originaron la caída de O’Donnell en 1863, tras cinco años en el poder.
El autoritarismo de los gobiernos que se sucedieron entre 1863 y 1868 acrecentó la oposición al régimen isabelino. En 1866, progresistas y demócratas acordaron un programa mínimo en Ostende (Bélgica): el destronamiento de Isabel II y la convocatoria de Cortes constituyentes por sufragio universal para decidir el futuro. La muerte de O’Donnell en 1867 empujó a los unionistas hacia la causa revolucionaria, que culminó en la revolución de 1868.