Movimientos de oposición y logros del régimen de la Restauración

La oposición política al régimen de la Restauración

El funcionamiento del sistema político de la Restauración impedía el acceso al poder de amplios sectores ideológicos y sociales del país; de ellos procedía la oposición política al régimen de la Restauración:

El movimiento republicano

Tras el fracaso de la Primera República, el rasgo más característico del republicanismo fue la división interna en multitud de tendencias irreconciliables. En realidad, eran partidos de intelectuales sin apenas afiliados que casi siempre se limitaban a actuar en épocas de elecciones. Siempre obtuvieron representación parlamentaria, pero sus posibilidades de éxito eran limitadas por la rivalidad entre sus dirigentes, porque no tenían el respaldo de importantes sectores obreros y de la burguesía catalana y vasca, y por el funcionamiento del sistema.

El movimiento obrero

El socialismo

Un grupo de socialistas madrileños fundaron en 1879 el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) bajo el liderazgo de Pablo Iglesias. Su programa recogía los principios marxistas: propiedad colectiva, sociedad sin clases con una fase transitoria hasta llegar a ella denominada dictadura del proletariado. En 1891, el PSOE consiguió su primera concejalía y en 1910 su primer diputado, Pablo Iglesias, por Madrid, en alianza con los republicanos. En 1888, se fundó la Unión General de Trabajadores (UGT). Su número de afiliados era escaso y arraigó sobre todo entre los medios obreros de Madrid y País Vasco.

Los anarquistas

Fundaron en Barcelona la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE) en 1881, cuyos afiliados fueron muy numerosos en Cataluña y Andalucía. El anarcocomunismo y las tácticas de acción directa arraigaron principalmente en el campo andaluz, que sufrió una gran represión al identificarlo con una sociedad revolucionaria secreta llamada La Mano Negra (1883). La FTRE se desmarcó del anarquismo andaluz y terminó por disolverse en 1888. Entre los años 90 y primeros años del siglo XX, se impuso la tesis de la propaganda por el hecho. Así se suceden las acciones de terrorismo en Cataluña: el atentado contra Martínez Campos y la explosión de una bomba en el Liceo, también el asesinato de Cánovas. La represión de los anarquistas fue sistemática y brutal, especialmente en Barcelona. También el anarquismo desarrolló una importante acción educativa y propagandística, por ejemplo, el periódico Tierra y Libertad.

Los nacionalismos

Frente al nacionalismo español que defendió un proyecto unitario y centralista del Estado, surgieron movimientos políticos de carácter nacionalista en la periferia.

El nacionalismo catalán

Su origen se encuentra en el nacimiento de la lengua y cultura catalanas y en una burguesía muy activa y descontenta con los gobiernos de la Restauración. Los primeros grupos nacionalistas catalanes surgieron a finales de los años 70 en torno a intelectuales federalistas como Valentí Almirall. En los años 90, se impuso un nacionalismo conservador en el que destacaron figuras como Prat de la Riba y grupos como La Unió Catalana (1891). Su ideario se muestra en las Bases de Manresa, que plantean un sistema federal en el que las regiones obtuvieran un régimen de autogobierno, pero no plantean la secesión-separación de España. En 1901, se formó el primer gran partido nacionalista catalán, la Lliga Regionalista, liderada por Prat de la Riba y Francesc Cambó.

El nacionalismo vasco

Surgió como reacción a la abolición de los Fueros en 1876 y a la industrialización que provocó la inmigración masiva de trabajadores no vascos. Sabino Arana es el máximo líder e ideólogo del nacionalismo vasco. Procedía del carlismo y en 1895 fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Sus planteamientos son muy racistas y xenófobos. Su ideología nacionalista se basaba en la singularidad y superioridad étnica de los vascos y en la existencia de una lengua y unas costumbres propias. Rechazaba lo español y reivindicaba los fueros, la unidad católica y la independencia. La gran burguesía al principio no apoyó al PNV; sin embargo, el naviero Ramón De la Sota contribuyó a moderar el discurso fanático de Sabino Arana, ganando el apoyo burgués para el PNV. Hasta los años 20, no se convirtió en un partido de masas y con una orientación democrática. Otros nacionalismos periféricos tuvieron menos peso: el regionalismo gallego. Otros casos son el valenciano y el andaluz.

Éxitos políticos de la Restauración

Los éxitos políticos de la Restauración fueron:

  • La estabilidad y consolidación del poder civil: El régimen político de la Restauración fue un sistema oligárquico, caciquil, corrupto e incapaz de instaurar una auténtica democracia; sin embargo, proporcionó un periodo largo de estabilidad política y la consolidación del poder civil.
  • La liquidación del problema carlista: La Tercera Guerra Carlista terminó con la derrota de Carlos VII y la abolición de los Fueros de las provincias vascas. Los soldados carlistas que depusieron las armas pudieron incorporarse al ejército gubernamental con el mantenimiento de todos los grados y condecoraciones, pero pocos lo hicieron. El carlismo entró en decadencia. El carlismo fue el germen del nacionalismo vasco.
  • La solución temporal del problema de Cuba: La Guerra de Cuba iniciada en 1868 acabó con la firma de la Paz de Zanjón (1878). Hubo mejoras como la abolición de la esclavitud y la amnistía de los sublevados, pero las promesas de autonomía no se cumplieron y Cuba mantuvo su estatus colonial.

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