La Guerra Fría: Un recorrido por sus primeros conflictos, la coexistencia pacífica y su desenlace.
Primeros Conflictos de la Guerra Fría
Tras la terminación de la II Guerra Mundial, el equilibrio internacional quedó pendiente de dos hechos que iban a seguir siendo fundamentales hasta la caída de los regímenes comunistas en torno a 1989:
- La bipolarización del mundo entre los Estados Unidos y la URSS.
- El subsiguiente desencadenamiento de tensiones entre ambas potencias, como consecuencia del afán de sus gobernantes de incorporar a otros estados en sus respectivas esferas de referencia.
En los llamados países del Este, el proceso fue simple: inmediatamente después de la guerra se celebraron elecciones generales y, allí donde no vencieron los comunistas, se produjo un golpe de Estado que los llevó al poder.
Cada una de las superpotencias configuró una zona de influencia propia donde la rivalidad y las amenazas caracterizaban el equilibrio de poder. La Guerra Fría es una situación de tensión continua en las relaciones internacionales, de tensión ideológica y militar entre los dos bloques (capitalista y comunista) encabezados, respectivamente, por EE. UU. y la URSS. Se produjeron conflictos localizados, pero nunca el enfrentamiento directo entre las dos superpotencias, que trataron siempre de evitar una guerra general.
Los dos bloques representaban mundos diferentes y opuestos en lo político, económico y militar, separados por lo que Winston Churchill llamó en 1946 el «Telón de Acero». El rasgo más característico de la Guerra Fría fue la carrera de armamentos, sobre todo los nucleares, que emprendieron los EE. UU. y la URSS, y que significó el peligro constante de guerra atómica; de haberse llevado a término, habría supuesto la destrucción de gran parte de la humanidad.
La Coexistencia Pacífica
La Crisis de Suez (1956)
Desde el primer deshielo (1953-1956), los gobernantes de las grandes potencias pusieron buen cuidado en evitar otra conflagración mundial. Pero las dificultades no tardaron en llegar. En la última fecha citada (1956), el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, nacionalista y socialista, anunció la nacionalización del Canal de Suez, que estaba bajo administración inglesa y francesa. De inmediato, ambas potencias movilizaron sus tropas contra él, al mismo tiempo que los israelíes penetraban por la península del Sinaí.
En esta delicada situación, se puso de manifiesto, con todo, la enorme voluntad de mantener la paz que predominaba en las grandes potencias. Fueron de hecho soviéticos y norteamericanos quienes disuadieron a unos y a otros de seguir adelante. El canal se puso bajo la vigilancia de fuerzas internacionales de la ONU. De esta forma no se alteró el equilibrio entre los dos bloques.
La Segunda Crisis de Berlín (1959-1961)
Todavía en 1959 se produjo la Segunda Crisis de Berlín, cuando los soviéticos decidieron cerrar la comunicación entre los dos sectores de la ciudad y llegaron, ya en 1961, a levantar el famoso Muro de Berlín.
Berlín era un lugar de contacto entre dos formas de vida diferentes y opuestas: la comunista y la capitalista. Existían cada vez más claras diferencias en los niveles de vida y de consumo de los sectores oriental y occidental de Berlín. La atracción del Berlín occidental o capitalista propició un verdadero éxodo de berlineses orientales, desde mayo de 1953, hacia el otro sector. Esta situación migratoria se acompañaba de huelgas y conflictos hasta que, el 13 de agosto de 1961, por sorpresa, miles de obreros de la Alemania comunista levantaron un muro de alambradas de 160 km a lo largo de la línea divisoria entre las dos zonas de Berlín. El Muro de Berlín, que caería en 1989, se convirtió en el símbolo más palpable de la bipolarización del mundo en dos bloques y de la intransigencia.
La Crisis de los Misiles en Cuba (1962)
Ya en 1962 se produjo la Crisis de los Misiles en Cuba. Fidel Castro había puesto fin a la dictadura de Fulgencio Batista en 1959 y, en los años siguientes, derivó hacia un régimen comunista. Los soviéticos proyectaron construir en la isla una base de misiles y, al enterarse, el presidente estadounidense John F. Kennedy dio orden a la marina de detener los barcos soviéticos que transportaban material hacia Cuba. En último extremo, el presidente soviético Nikita Jruschov dio orden de que volvieran, a cambio de que los estadounidenses desmantelaran sus bases de misiles en Turquía. En la resolución de este conflicto quedó demostrado que el respeto al espacio geográfico del bloque contrario era un requisito imprescindible en las relaciones entre las dos superpotencias.
Con la Crisis de Cuba y los Misiles comenzó el segundo deshielo. La voluntad de evitar el conflicto seguía siendo evidente en ambas partes. En 1963, estadounidenses y soviéticos llegarían a auspiciar el Acuerdo de Moscú sobre la Limitación de Armas Nucleares. Se abría con él una línea de actuación que seguiría durante el resto del siglo.
El Fin de la Guerra Fría
La subida de Mijaíl Gorbachov al poder en la Unión Soviética en 1985 significó un punto de inflexión decisivo en el curso de la Guerra Fría. Además de las reformas internas, Gorbachov intensificó una política de diálogo con Estados Unidos, bien recibida en Washington. Ambos países mostraban señas inequívocas de agotamiento económico, sobre todo la Unión Soviética.
Este país inició el abandono progresivo del Tercer Mundo, y en 1989 retiró el ejército de Afganistán. Además, se normalizaron las relaciones con China, con una cumbre en 1989.
Este nuevo ambiente culminó en acuerdos sólidos. Por ejemplo, en 1987 se estableció la «Opción Cero», es decir, el desmantelamiento de los euromisiles, materializado en el Tratado de Washington del mismo año.