La Guerra Civil Española: Dimensiones Políticas, Internacionales y Legado del Conflicto

La Guerra Civil Española: Dimensión Política e Internacional del Conflicto y sus Consecuencias

La Guerra Civil Española (1936-1939) fue un conflicto de profundas implicaciones políticas, tanto a nivel interno como internacional, cuyas consecuencias marcaron el devenir de España durante décadas. Este documento explora la evolución política de ambos bandos y la crucial intervención extranjera.

1. Evolución Política durante la Guerra

1.1. La España Republicana

  1. Desarticulación del Estado y Revolución Social (Julio-Septiembre 1936)

    La sublevación militar puso de manifiesto todas las diferencias y tensiones existentes en el Frente Popular. Sindicatos y organizaciones obreras reclamaron al gobierno la entrega de armas para defender la República, pero Casares Quiroga (Presidente del Gobierno) se negó. Un nuevo gobierno, de izquierda republicana, ordenó la distribución de armas entre los obreros. En consecuencia, la sublevación militar supuso el desplome del Estado republicano, que perdió el control de la situación. La revolución social, defendida por la UGT, la CNT y el POUM, tuvo un carácter caótico.

  2. El Gobierno de Largo Caballero (Septiembre 1936-Mayo 1937)

    El nuevo gobierno incluía comunistas y ministros anarquistas (como Federica Montseny). El objetivo era restablecer la autoridad del Estado republicano, reencauzando la revolución. Exigía la disolución de los consejos y comités surgidos desde el comienzo de la guerra, e intentaba crear un verdadero ejército con mando unificado.

    En octubre se aprueba el Estatuto de Autonomía del País Vasco. Ante el avance franquista, el gobierno se trasladó a Valencia el 6 de noviembre de 1936. En Madrid se creó una Junta de Defensa a cargo del general Miaja.

    La marcha negativa de la guerra, los problemas económicos, el aumento de la influencia de los comunistas (gracias a la ayuda soviética al gobierno republicano) y los enfrentamientos dentro de la izquierda (PCE, POUM, CNT) culminaron en los Sucesos de Barcelona de mayo de 1937. Largo Caballero se vio obligado a dimitir.

  3. El Gobierno de Negrín (Mayo 1937-Marzo 1939)

    La prioridad de Negrín fue acabar con el caos revolucionario. Su gobierno estaba integrado por el PSOE, los republicanos, nacionalistas y el PCE. En el verano de 1937, el gobierno logró disolver el único poder revolucionario que sobrevivía fuera del control del Estado.

    En 1938, la guerra, el agotamiento económico y el creciente aislamiento internacional aumentaron el desánimo entre los republicanos y plantearon dos posibles estrategias frente a la guerra:

    • Postura oficial: Negrín, con el apoyo de los comunistas y parte del PSOE, defendía la “resistencia a ultranza” con la esperanza de que estallara la Segunda Guerra Mundial en Europa.
    • Postura negociadora: Dirigentes anarquistas, socialistas (como Indalecio Prieto) y republicanos (como Manuel Azaña) se inclinaban a favor de negociar la paz.

    Se impusieron las tesis de Negrín y los comunistas, aunque en mayo de 1938, Negrín publicó sus Trece Puntos, una oferta de paz al bando franquista que incluía el mantenimiento de la República, la convocatoria de elecciones libres y la formación de un nuevo gobierno democrático al acabar la guerra.

    La caída de Barcelona en enero de 1939 condujo al exilio a Azaña y a parte del Gobierno. Francia y Gran Bretaña reconocieron el gobierno de Franco, lo que aumentó la desmoralización. El 5 de marzo de 1939, el coronel Casado, jefe del Ejército del Centro, apoyado por el socialista Julián Besteiro, intentó negociar con Franco, pero este solo aceptaba una rendición incondicional. El 28 de marzo, las tropas de Franco entraban en Madrid y, tras tomar los últimos focos republicanos (Valencia y Alicante), el 1 de abril Franco declaró el final de la guerra.

1.2. La España Nacional

  1. La Junta de Defensa Nacional (Julio-Septiembre 1936)

    Los militares adquirieron protagonismo. En Burgos se constituyó la Junta de Defensa Nacional. Su misión era la gobernación de los territorios sublevados, aunque el verdadero poder lo ejercía cada general en su sector: Franco, en África; Queipo de Llano, en el sur; y Mola, en el norte.

    Las primeras medidas buscaron acabar con la política de la República: prohibieron los sindicatos y partidos políticos, impusieron la censura de prensa y destituyeron los cargos públicos republicanos. La represión fue brutal, con detenciones masivas y ejecuciones.

  2. Franco, Jefe del Estado y Generalísimo (Septiembre 1936)

    La muerte de Sanjurjo y el éxito de Franco en la liberación del Alcázar de Toledo aumentaron la popularidad de este. El 1 de octubre de 1936, Franco fue nombrado Generalísimo de los Ejércitos y Jefe de Gobierno del Estado Español: todo el poder político y militar se concentraba en él.

  3. La Unificación Política e Ideológica (1937)

    Franco promulgó el Decreto de Unificación del 20 de abril de 1937, por el cual se fusionaban todas las organizaciones políticas en una: Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS), conocida como el “Movimiento Nacional”, y en la que Franco se convertía en jefe supremo.

    El 1 de julio de 1937, Franco recibió el apoyo de la Iglesia española, que defendió la rebelión del ejército y la Guerra Civil como una cruzada religiosa en defensa de la fe y contra el comunismo ateo de la República.

  4. El Primer Gobierno de Burgos y el Nuevo Estado Totalitario (1938)

    El primer gobierno incluía a monárquicos, conservadores católicos, tradicionalistas, falangistas y militares. Franco era jefe de Estado y presidente del Gobierno. El régimen era marcadamente personalista, de inspiración fascista y católica.

    Su programa político se dirigió a anular toda la legislación de la República: restableció la confesionalidad del Estado, anuló la Reforma Agraria, devolvió las industrias y empresas incautadas, prohibió las libertades civiles y políticas, y abolió los estatutos de autonomía.

    La represión fue implacable: todo individuo sospechoso de simpatizar con la República fue perseguido; decenas de miles de personas fueron ejecutadas y encarceladas.

2. La Internacionalización del Conflicto

La intervención extranjera tuvo una enorme importancia en el desarrollo del conflicto.

2.1. El Fallido Comité de No Intervención

En relación con la “política de apaciguamiento”, Francia y Gran Bretaña intentaron aislar el conflicto español creando un Comité de No Intervención, con el fin de evitar que el conflicto se internacionalizara, impidiendo la entrega de armas a los rebeldes. Fue un fracaso.

2.2. Las Ayudas a los Sublevados

Los países que ayudaron de forma directa a los militares sublevados fueron los que mantenían regímenes fascistas o similares (Alemania, Italia o Portugal).

  • Las razones de Hitler fueron estratégicas y militares, y su ayuda fue la más determinante: incluyó la participación de la Legión Cóndor de aviación, el envío de soldados y oficiales, tecnología industrial y ayuda económica.
  • La Italia de Mussolini aportó tropas (CTV) y su aviación en acciones concretas (como la Batalla de Guadalajara).
  • Los rebeldes contaron también con la colaboración del Gobierno portugués, soldados mercenarios marroquíes y el apoyo de voluntarios anticomunistas de Irlanda, Rumanía o Portugal.
  • Por su parte, el Papa Pío XI reconoció en agosto de 1937 al nuevo régimen franquista.
  • También recibieron abastecimientos de grandes empresas americanas (como Ford, General Motors o Texaco).

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