El Alzamiento Militar y el Desarrollo de la Guerra Civil Española
El siglo XX español, inaugurado con el reinado de Alfonso XIII, se vio marcado por la inestabilidad política que culminó en la dictadura de Primo de Rivera y la posterior II República. Este periodo de tensiones desembocó en el estallido de la Guerra Civil Española (1936-1939), un conflicto cuyas raíces se encuentran en la profunda violencia callejera, la marcada bipolarización social y la radicalización política que asolaban el país.
El Inicio de la Sublevación
Los asesinatos de José Castillo y Calvo Sotelo actuaron como detonante de los acontecimientos. El 17 de julio de 1936, la guarnición de Melilla se sublevó, un levantamiento que se replicó en Ceuta y Tetuán. Al día siguiente, el general Franco viajó desde Canarias hasta Tetuán para asumir el mando del ejército de África. En los días subsiguientes, el alzamiento se extendió por la península: Queipo de Llano se sublevó en Sevilla, el general Mola en Navarra, y Cabanellas en Zaragoza. Castilla y León, Galicia, Mallorca y Extremadura también se unieron a la sublevación. Lamentablemente, el general Sanjurjo falleció en un accidente aéreo el 20 de julio.
La Respuesta Republicana
En el bando republicano, el 18 de julio, el gobierno de Quiroga dimitió. Martínez Barrio, como nuevo jefe de gobierno, intentó negociar con Mola sin éxito. Tras su renuncia, José Giral asumió la jefatura del Gobierno. La rebelión fracasó inicialmente en el norte, centro y este de España gracias a la rápida coordinación y reacción de las fuerzas republicanas y la lealtad de la Guardia Civil.
División de España y Apoyos
Para el 20 de julio, España se encontraba dividida en dos zonas. El gobierno republicano controlaba 21 ciudades importantes, incluyendo Madrid, Barcelona y Valencia, además de las reservas de oro del Banco de España. Contaba con la lealtad de la aviación, la marina, una parte significativa de los oficiales del ejército, la Guardia de Asalto y la mitad de la Guardia Civil. El gobierno procedió a distribuir armas entre las milicias populares de partidos y sindicatos de izquierdas.
Por otro lado, los militares sublevados dominaban 29 capitales y las zonas agrarias. Recibieron el apoyo del ejército de tierra, la Iglesia, la CEDA, Renovación Española, los carlistas y la Falange, conformando el bando nacional.
Apoyo Internacional al Conflicto
La década de 1930 en Europa estuvo marcada por una clara división ideológica entre países totalitarios y republicanos, cada uno buscando la erradicación del régimen contrario. A pesar de que ambos bandos solicitaron ayuda militar, las potencias europeas acordaron inicialmente la no intervención. Gran Bretaña y Francia declararon su neutralidad, una postura que Alemania, Italia y la URSS no respetaron.
- Apoyo a la República: La URSS, bajo el mandato de Stalin, proporcionó armamento, carros de combate y aviones, a cambio del pago con oro español. Las Brigadas Internacionales también ofrecieron su apoyo, aunque de manera irregular.
- Apoyo a los Nacionales: Italia y Alemania brindaron un respaldo constante con aviones, armas y barcos. Para Hitler, la victoria nacional suponía alejar a Francia de un aliado y le permitía probar su material militar (Legión Cóndor). Mussolini buscaba asegurar un aliado en el Mediterráneo (Corpo di Volontaire y Aviación Legionaria). Esta ayuda fue regular y se pagó con materias primas como cereales y minerales.
- Otras Intervenciones: Estados Unidos se mantuvo al margen, limitándose a vender gasoil a los nacionales. Portugal facilitó el paso de mercancías y organizó a los voluntarios conocidos como «Viriatos».
Desarrollo de la Guerra
La fase inicial de la guerra se caracterizó por la definición de las zonas de control y el uso de la táctica de columnas, lo que implicaba la ausencia de un frente estable.
Batalla por Madrid (Julio 1936 – Marzo 1937)
El objetivo principal de los sublevados era la conquista de Madrid. Mola, desde el norte, y Franco, desde el sur, avanzaron con rapidez y dureza hacia la capital. En septiembre, las tropas de Franco liberaron el Alcázar de Toledo, asediado por los republicanos y comandado por el general Moscardó. Esta acción supuso un importante triunfo propagandístico para Franco, quien fue nombrado Generalísimo.
Mientras tanto, en Madrid, los republicanos organizaron la defensa y formaron el ejército regular de la República. A finales de octubre, el gobierno fue evacuado a Valencia, y la defensa de la capital quedó bajo la dirección del general Miaja y el teniente Rojo. Franco modificó su estrategia, lanzando dos maniobras envolventes (batalla del Jarama y de Guadalajara) que resultaron infructuosas.
La Caída del Norte (Abril – Octubre 1937)
Ante los fracasos en Madrid, Franco cambió su estrategia, reduciendo el frente andaluz e iniciando una guerra de desgaste para conquistar el territorio del norte. Un evento trágico de esta fase fue el bombardeo de Guernica el 26 de abril por la Legión Cóndor. El 3 de junio, Mola falleció en un accidente aéreo, y el 19 de junio se conquistó Bilbao, asegurando el control del norte, sus minas y la industria siderometalúrgica.
El Frente Popular intentó lanzar tres ofensivas de distracción en Segovia y La Granja, Brunete y Belchite, pero todas fracasaron.
Ofensiva de Teruel y la Batalla del Ebro (Diciembre 1937 – Noviembre 1938)
El gobierno de Negrín decidió lanzar una ofensiva en Teruel, anticipándose a los planes del Generalísimo de retomar el ataque sobre Madrid. La ciudad aragonesa fue reconquistada por Franco en la Batalla de Teruel (27 de diciembre de 1937 – 27 de enero de 1938) en condiciones meteorológicas extremadamente adversas. Tras esta victoria, el territorio republicano quedó dividido en dos. Los nacionales iniciaron el ataque sobre Valencia, mientras Negrín desarrollaba una ofensiva en el Ebro: la batalla del Ebro (julio-noviembre 1938), que significó la derrota definitiva de la República.
El Fin de la Guerra (Diciembre 1938 – Abril 1939)
Franco tomó Barcelona el 26 de enero de 1939. El gobierno de la República se vio dividido entre los partidarios de resistir y los que abogaban por firmar un armisticio. El 4 de marzo, el general Casado se sublevó contra el gobierno republicano e intentó negociar una paz con Franco, quien mantuvo una postura inflexible, exigiendo la rendición incondicional.
El 28 de marzo cayó Madrid, seguida por Cuenca, Albacete, Ciudad Real, Jaén y Almería el 29. Valencia fue tomada el 30 y Murcia el 31. Finalmente, el 1 de abril de 1939, se anunció la victoria de las tropas nacionales, marcando el fin de la Guerra Civil Española.