La Restauración Borbónica: Implantación y Afianzamiento de un Nuevo Sistema Político (1874-1902)
En 1874, mientras estaba el gobierno provisional presidido por el general Serrano, Cánovas del Castillo fue preparando la vuelta al trono del hijo de Isabel II, quien ya había abdicado en él en 1870. Cánovas del Castillo no quería un pronunciamiento militar y por ello fue preparando el camino, tanto desde dentro como desde fuera de España. Hizo firmar el Manifiesto de Sandhurst al príncipe, en diciembre de 1874. Este recogía el carácter abierto de la monarquía constitucional, aunó la tradición católica con la libertad y planteó la superación de las Constituciones de 1845 y 1869. Los militares se adelantaron y el 29 de diciembre de 1874, Martínez Campos se levantó en Sagunto y nombró rey de España a Alfonso XII.
Con la Restauración de los Borbones, comenzó un nuevo sistema político que se conoce como el sistema canovista, inspirado en el modelo inglés del bipartidismo: el Partido Conservador, liderado por Cánovas, y el Partido Liberal, liderado por Sagasta. Con ello, se buscaba la estabilidad política.
La Constitución de 1876
Se elaboró una nueva Constitución, la de 1876, de ideología moderada y con base en la de 1845. Fue una Constitución elástica, ya que sus artículos, redactados de forma imprecisa, eran compatibles con los diferentes gobiernos en el poder. Algunos de sus principios fueron:
- Soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.
- Aumento de las prerrogativas reales (incremento del poder del Rey).
- El poder legislativo recaía en Cortes bicamerales: el Congreso se elegía por sufragio (sin especificar el tipo), y el Senado, elitista y conservador, estaba formado por senadores vitalicios (por derecho propio), otros elegidos por el Rey y una parte por los mayores contribuyentes del reino.
- En cuanto a la declaración de derechos, en apariencia, era similar a la de 1869 (la que más derechos recogía), pero se recogía la potestad de limitarlos si el gobierno lo deseaba.
- El Estado era confesional, aunque se reconocía la libertad de culto, si bien no se podía manifestar públicamente.
El Funcionamiento del Sistema Canovista: Turno Pacífico y Fraude Electoral
El sistema canovista funcionaba a través del turno de partidos, que se relevaban de forma pacífica y ambos aceptaban mantener los cambios realizados por el otro partido. Pactaban, junto con el Rey, el momento de alternancia en el poder, lo que hacía necesarias unas elecciones manipuladas.
Cuando se iban a convocar nuevas elecciones, el Rey disolvía las Cortes y convocaba las elecciones. Este llamaba al Ministro de Gobernación, quien a su vez comunicaba a los gobernadores civiles los resultados deseados. Estos se encargaban de elaborar la lista de los candidatos (el encasillado) de cada localidad y, posteriormente, contactaban con los caciques, verdaderos protagonistas, quienes presionaban a las personas que dependían de ellos laboralmente, indicándoles a quién debían votar. Cuando el sistema fallaba, recurrían al pucherazo: cambiaban urnas enteras, introducían votos de más o, incluso, aparecían personas fallecidas que habían votado. Toda esta trama era más fácil de implementar en el campo que en la ciudad, lo que permitía que algún escaño pudiera ser ocupado por otro partido.
Alternancia de Gobiernos
Siguiendo el sistema canovista, se turnaron el Partido Conservador y el Liberal:
- Gobierno Conservador (1876-1881): Presidido por Cánovas del Castillo, quien recortó libertades, impuso la censura de prensa e intentó acallar los movimientos sociales. Puso fin a la Guerra Carlista y a la Guerra de Cuba en 1878 con la firma de la Paz de Zanjón.
- Gobierno Liberal (1881-1883): En 1881, los liberales, presididos por Sagasta, llegaron al poder. Este aprobó más derechos y libertades, reorganizó el ejército, amplió la base electoral, mejoró las finanzas de ayuntamientos y diputaciones y concedió la libertad de prensa.
- Gobierno Conservador (1883-1885): Una sublevación militar republicana provocó la convocatoria de elecciones y el regreso de Cánovas al poder.
- Regencia de María Cristina y el Pacto de El Pardo (1885): En este año, murió Alfonso XII y la regencia fue ocupada por su esposa, María Cristina. Ella tenía dos hijas y estaba embarazada de tres meses. Ante la incertidumbre sobre el sexo del futuro heredero y el temor a un nuevo levantamiento carlista, Cánovas y Sagasta firmaron el Pacto de El Pardo. En él, Cánovas cedió el gobierno a Sagasta, dando lugar al gobierno largo liberal (1885-1890).
- Gobierno Liberal (1885-1890): Sagasta aprobó la Ley de Asociaciones, legalizó los sindicatos, la libertad de prensa, la Ley del Sufragio Universal para varones mayores de 25 años, creó un nuevo Código Civil y modernizó el ejército.
- Gobierno Conservador (1890-1897): En 1890, Sagasta abandonó el gobierno y volvió Cánovas. Durante este periodo, se creó en Cuba el Partido Revolucionario Cubano de José Martí y en Filipinas la Liga Filipina de José Rizal.
- Gobierno Liberal (1897-1902): En 1897, Cánovas fue asesinado, y Sagasta tuvo que volver al gobierno. Intentó una política más moderada con Cuba, pero ya era tarde. En 1898, se perdieron Cuba y Filipinas, y en 1902, Alfonso XIII fue nombrado Rey.
Los Nacionalismos y la Oposición al Sistema de la Restauración
A finales del siglo XIX, surgieron en Cataluña y Vascongadas unos partidos que apoyarían la idea del nacionalismo, unos buscando una mayor autonomía y otros la independencia.
Nacionalismos Periféricos
Nacionalismo Catalán
El nacionalismo catalán comenzó como un movimiento literario en los años treinta, conocido como la Renaixença, y se restauraron los Juegos Florales (concursos poéticos). Tras la Restauración, aparecieron dos ramas:
- Por un lado, los republicanos y federalistas, que pedían la soberanía de Cataluña (independencia), y cuyo principal defensor fue Valentí Almirall. Organizó el primer Congreso Catalanista y creó el Centre Català.
- Por otro lado, estaba la rama conservadora y tradicionalista, que fundó la Lliga de Catalunya, la cual a su vez dio origen a la Unió Catalanista. Estos defendían que Cataluña tenía un carácter especial dentro de una España plural. Destaca Prat de la Riba, quien en 1901 creó la Lliga Regionalista.
Nacionalismo Vasco
El nacionalismo vasco apareció por dos causas: la primera, su oposición a la rápida industrialización de Vizcaya; y la segunda, la abolición de los fueros tras la Tercera Guerra Carlista. Surgió el Partido Nacionalista Vasco (PNV); su fundador fue Sabino Arana. Tenía raíces carlistas, xenófobas y conservadoras; su lema era «DIOS Y LEY VIEJA». Su discurso se fue moderando cuando fue elegido diputado en 1898.
Regionalismo Gallego
En cuanto al regionalismo gallego, era un movimiento cultural y no político, que se implantó a mediados del siglo XIX con O Rexurdimento. Durante la Restauración, destacamos a Murguía, marido de Rosalía de Castro, quien fundó la Asociación Regionalista Galega.
Oposición al Sistema de la Restauración
Partidos Republicanos
En cuanto a la oposición al sistema de la Restauración, en primer lugar, desarrollaremos los partidos republicanos:
- Tenemos a los federalistas, con Pi i Margall, cuya base de apoyo era urbana; apoyaban el laicismo y eran partidarios de la descentralización.
- En segundo lugar, estaban los centralistas de Salmerón, que apoyaban el triunfo de la república por medio de un motín popular; se vinculaban a la Institución Libre de Enseñanza y al krausismo (filosofía basada en la educación a través de la experiencia).
- En tercer lugar, los posibilistas de Castelar, que eran los más moderados y cuya base social era la clase media y la burguesía.
El Movimiento Obrero
Para entender el nacimiento del movimiento obrero, hay que conocer en qué condiciones trabajaban los obreros y campesinos durante el siglo XIX:
- Obreros: Sus condiciones eran jornadas superiores a 12 horas, trabajo de mujeres y niños con menos salario, inseguridad laboral, falta de higiene y sin prestaciones sociales.
- Campesinos: Tenían peores salarios que los obreros, tenían paro estacional y no poseían tierras propias.
Ante estas condiciones, tanto los obreros como los campesinos comenzaron a defenderse. En Barcelona, surgió el Ludismo, con la quema de máquinas en la fábrica El Vapor, y empezaron a surgir las mutualidades de socorro obrero. En Andalucía, los campesinos comenzaron a ocupar las tierras, y ante ello, en 1844, se creó la Guardia Civil.
Durante el Sexenio Democrático, en la Constitución de 1869, se reconoció la libertad de asociación. Bakunin envió a Fanelli a España para que organizara una sección de la AIT (Primera Internacional), siguiendo los principios del anarquismo. En 1871, Marx, viendo que el anarquismo estaba ganando adeptos en España, envió a Lafargue, quien implantó el marxismo más en Madrid y el País Vasco. Destaca Pablo Iglesias en Madrid, quien fundaría el PSOE.
Cuando se separaron anarquistas y socialistas (marxistas), en 1872 se creó la Federación Regional Española de línea anarquista. Apoyaron el cantonalismo y, tras el fracaso de este movimiento, el general Serrano decretó la ilegalidad de la Primera Internacional e impuso el fin de la libertad de asociación. Las asociaciones obreras vivieron en la clandestinidad hasta que Sagasta, en 1881, legalizó de nuevo la asociación, permitiendo su resurgimiento.
A partir de 1879, convivieron asociaciones anarquistas, socialistas y católicas. Los anarquistas eran la corriente mayoritaria, sobre todo en el campo andaluz y en el proletariado de Barcelona.
Corrientes del Movimiento Obrero
- Anarquistas: Rechazaban el Estado y el Parlamento, por lo tanto, nunca habría un partido anarquista. Una parte de los anarquistas apoyó la acción violenta, produciéndose muchos atentados, como el de Cánovas en 1897.
- Socialistas: Con Pablo Iglesias, fundaron el PSOE en 1879. En su programa, pretendían abolir las clases sociales y terminar con la propiedad privada. En 1888, se fundó el sindicato socialista Unión General de Trabajadores (UGT). En 1890, tras el asesinato de cinco obreros de Chicago que estaban manifestándose pidiendo la reducción de la jornada laboral a 8 horas, se estableció el 1 de mayo como el Día del Trabajador.
- Movimiento Obrero Católico: Antonio Vicent fundó el Círculo Católico de Obreros en Manresa. En el año 1891, el Papa León XIII publicó la encíclica Rerum Novarum, en la que todas las organizaciones católicas de obreros tendrían una carta de derechos sociales, lo que llevó a la creación en 1895, en Madrid, del Consejo Nacional de las Corporaciones Católico-Obreras.
El Problema de Cuba y la Guerra Hispano-Estadounidense
Durante la Restauración, en 1895, comenzó una nueva insurrección nacionalista en Cuba. Este conflicto se divide en cuatro fases:
- Primera Fase (Febrero de 1895): La sublevación, liderada por José Martí, creador del Partido Revolucionario Cubano. Movilizó a los campesinos para que le apoyaran en su enfrentamiento con España.
- Segunda Fase (Octubre de 1895): El gobierno envió al general Martínez Campos, quien había logrado poner fin a la Guerra de los Diez Años tras la firma de la Paz de Zanjón. Intentó negociar de nuevo, pero no funcionó. En esta etapa, murió José Martí.
- Tercera Fase (Enero de 1896): Tras el fracaso del general Martínez Campos, Cánovas envió al general Weyler, quien apostó por la lucha militar. Aprovechando las trochas de la primera guerra de Cuba, dividió la isla en sectores, individualizando cada uno. Este sistema funcionaba porque separaba al ejército cubano para poder controlarlos y así evitar que todos los rebeldes estuvieran juntos. Sin embargo, cometió un error: encerró a los civiles para evitar que ayudaran a los rebeldes y se olvidó de ellos, lo que provocó que comenzaran a morir y a transmitir enfermedades. Este hecho fue utilizado por la prensa estadounidense para criticar la actuación española y calificar a Weyler de asesino.
- Cuarta Fase (Diciembre de 1897): El gobierno español cambió de estrategia ante la presión internacional y envió al general Blanco, intentando volver a la negociación.
En febrero de 1898, explosionó el acorazado Maine, que estaba anclado en el puerto de La Habana. El gobierno estadounidense enseguida culpó a España, y el embajador estadounidense propuso al gobierno español que, para evitar una guerra, le vendiera Cuba por 300 millones de dólares. No se aceptó, y en abril de 1898, comenzó la guerra. Posteriormente, se demostró que había sido un accidente casual y que España no había participado.
El gobierno español envió una flota a Filipinas y otra a Cuba. En Cavite, la armada estadounidense ganó rápidamente a la española, y en Cuba, en contra de la decisión del almirante Cervera, los barcos salieron de la bahía de Santiago de Cuba, siendo hundidos por los estadounidenses.
En diciembre de 1898, se firmó el Tratado de París, donde España reconoció la independencia de Cuba y cedió Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam a Estados Unidos a cambio de 20 millones de dólares. Un año después, España, por 25 millones de dólares, vendió las islas Carolinas, las Marianas y Palaos a Alemania.
La Crisis del 98
Tras la derrota, comenzó el periodo conocido como la Crisis del 98:
- Políticamente: Se criticaba el mal hacer de los gobernantes y el sistema de fraude electoral canovista; sin embargo, el sistema siguió sobreviviendo.
- Económicamente: Se perdieron los mercados coloniales, pero la industria se recuperó gracias a los capitales repatriados de las colonias, lo que también supuso un gran desarrollo de la banca española.
- Ideológicamente: Fue una etapa de crisis nacional; dominaba el pesimismo, como se puede ver en los escritos de la Generación del 98. Surgió el regeneracionismo, corriente de pensamiento que buscaba soluciones para mejorar el sistema político de la Restauración. Encontró apoyo en la clase media y la pequeña burguesía, que iban en contra de la oligarquía. Las reformas se plantearon desde dentro del sistema, con políticos como Silvela o Maura e incluso el propio Rey Alfonso XIII. Aplicaron reformas desde el gobierno, poco a poco, para evitar levantamientos sociales. Desde fuera del sistema, destacó Joaquín Costa, quien criticaba dicho sistema y consideraba que las reformas debían aplicarse «desde abajo».