Expansión Europea y Rutas Comerciales (Siglos XV-XVI)
Las nuevas rutas y relaciones comerciales surgieron por la necesidad de los europeos de buscar especias, la búsqueda de oro y metales preciosos, los avances técnicos (como el uso del astrolabio y la brújula), el espíritu aventurero y el afán de enriquecimiento. La tradición marítima portuguesa y castellana fue clave. En el siglo XV, portugueses y castellanos exploraron nuevas tierras a través de dos rutas principales: la ruta del Este y la ruta del Oeste. Esto generó el enriquecimiento de navegantes y la explotación de Brasil por parte de Portugal.
Castilla siguió la propuesta de Cristóbal Colón. El 3 de agosto de 1492, Colón y sus hombres partieron de Palos. El 12 de octubre llegaron a las islas Guanahani. Luego descubrió Cuba y Haití. En 1494, las potencias firmaron el Tratado de Tordesillas para repartirse las zonas de influencia.
Las consecuencias de esta expansión fueron profundas: en la economía, se produjo una subida de precios y la introducción de nuevos cultivos; a nivel social, se estableció una nueva hegemonía comercial, un impacto demográfico significativo, el mestizaje cultural y una revolución en la geografía mundial.
Teorías Económicas de la Edad Moderna
Mercantilismo
Se puede entender al mercantilismo como un conjunto de políticas o ideas económicas que se desarrollaron durante los siglos XVI, XVII y la primera mitad del XVIII en Europa. Se caracterizó por una fuerte injerencia del Estado en la economía. Consistió en una serie de medidas tendientes a unificar el mercado interno y tuvo como finalidad la formación de Estados-nación. Esta doctrina sostiene que la riqueza de una nación o estado depende del capital que pueda poseer, y que el volumen global de comercio mundial es inalterable.
El capital, que está representado por los metales preciosos que el estado tiene en su poder, se incrementa sobre todo mediante una balanza comercial positiva con otras naciones (es decir, que las exportaciones sean superiores a las importaciones). El mercantilismo sugiere que el gobierno dirigente de una nación debería buscar la consecución de esos objetivos mediante una política proteccionista sobre su economía, favoreciendo la exportación y desfavoreciendo la importación, sobre todo mediante la imposición de aranceles. La política económica basada en estas ideas a veces recibe el nombre de sistema mercantilista.
Aunque todos los economistas europeos de entre 1500 y 1750 se consideran hoy en día como mercantilistas, el término fue acuñado por Victor Riquetti, Marqués de Mirabeau en 1763, y fue popularizado por Adam Smith en 1776 en su libro La Riqueza de las Naciones.
Fisiocracia
La fisiocracia o fisiocratismo era una escuela de pensamiento económico del siglo XVIII fundada por François Quesnay, Anne Robert Jacques Turgot y Pierre Samuel du Pont de Nemours en Francia. Afirmaba la existencia de una ley natural por la cual el buen funcionamiento del sistema económico estaría asegurado sin la intervención del gobierno. Su doctrina queda resumida en la expresión laissez faire.
El origen del término fisiocracia proviene del griego y quiere decir «gobierno de la naturaleza», al considerar los fisiócratas que las leyes humanas debían estar en armonía con las leyes de la naturaleza. Esto está relacionado con la idea de que solo en las actividades agrícolas la naturaleza posibilita que el producto obtenido sea mayor que los insumos utilizados en la producción, surgiendo así un excedente económico. Los fisiócratas calificaron de estériles las actividades como la manufactura o el comercio, donde la incautación sería suficiente para reponer los insumos utilizados.
Estructuras Políticas de la Edad Moderna
Monarquías Autoritarias
Las monarquías autoritarias estuvieron presentes en Inglaterra, Francia y España. A su vez, existían dos casas reinantes de gran influencia: la Casa de Borbón y la Casa de Austria.
Pueden calificarse de monarquías autoritarias, sin poderse considerar como representantes de un sistema político completamente articulado y definido con validez general, las monarquías de Europa Occidental (que también suelen designarse como monarquías nacionales o primeros estados-nación) entre finales de la Edad Media y comienzos de la Edad Moderna, en el surgimiento de lo que se ha venido en llamar el Antiguo Régimen.
Su propia naturaleza hace a las monarquías autoritarias ser una forma de transición, si bien muy prolongada en el tiempo, entre el concepto de monarquía feudal (con un poder que solo se deriva del cumplimiento de las obligaciones de vasallaje de la nobleza) y el de monarquía absoluta (que no reconoce superiores ni comparte el poder con sus súbditos).
El concepto de monarquía autoritaria se reserva para los sistemas políticos en los que el poder político se concentra en el rey, pero este ha de mantener, de un modo pactista o en equilibrio, las peculiaridades territoriales y los privilegios individuales, familiares, territoriales (fueros) y de grupos de muy variada naturaleza (gremios, universidades, municipios). De la naciente burguesía, enriquecida por el comercio y las actividades urbanas, el rey extrae buena parte de su poder económico; sin embargo, la monarquía autoritaria actúa como el mejor garante del predominio social y económico de la nobleza y el clero (los estamentos privilegiados).
Parlamentarismo
El Parlamentarismo, también conocido como sistema parlamentario, es un mecanismo en el que la elección del gobierno (poder ejecutivo) emana del parlamento (poder legislativo) y es responsable políticamente ante este. A esto se le conoce como principio de confianza política, en el sentido de que los poderes legislativo y ejecutivo están estrechamente vinculados, dependiendo el ejecutivo de la confianza del parlamento para subsistir.
Dos modelos de parlamentarismo
El distinto origen del parlamentarismo dará lugar a diferenciar dos modelos básicos:
- El modelo inglés surge antes de los movimientos obreros y es una conquista de la burguesía frente al absolutismo y al feudalismo.
- En el modelo continental, la burguesía no tardó en encontrarse con la respuesta de los grupos socialistas, y el parlamentarismo se mitigó en sus primeros intentos por temor a que las propias teorías permitieran el acceso de una mayoría de trabajadores a las instituciones.
Absolutismo
El absolutismo es una forma de gobierno en la cual el poder del dirigente no está sujeto a ninguna limitación institucional que no sea la ley divina. Es un poder único desde el punto de vista formal, indivisible, inalienable, intranscriptible y libre. Los actos positivos del ejercicio del poder (legislación, administración y jurisdicción) se apoyaron en la última instancia de decisión: la monarquía, emanando de ella, no estando por encima.
En términos kantianos, el poder absoluto consiste en que «el soberano del Estado tiene con respecto a sus súbditos solamente derechos y ningún deber (coactivo); el soberano no puede ser sometido a juicio por la violación de una ley que él mismo haya elaborado, ya que está desligado del respeto a la ley popular (populum legis)». Esta definición es compartida por todos los naturalistas como Rousseau o Hobbes.
Abarcó los siglos XVI, XVII, XVIII y la primera mitad del XIX, cuando las revoluciones burguesas de 1820, 1830 y 1848 acabaron con la Restauración del Congreso de Viena. Como excepción a esta caducidad del absolutismo se debe citar al Imperio ruso, donde los zares mantuvieron su práctica hasta la Revolución Bolchevique de 1917.
La teoría del derecho divino del poder real o del absolutismo teológico nació en Francia en el último cuarto del siglo XVI y en el ambiente de las guerras de religión. Aunque en Europa la divinización del monarca nunca llegó tan lejos como en Asia, el rey siempre tuvo cierto poder sobre las iglesias nacionales a través del regalismo.
Despotismo Ilustrado
El despotismo ilustrado es un concepto político que se enmarca dentro de las monarquías absolutas y que pertenece a los sistemas de gobierno del Antiguo Régimen europeo, pero incluye las ideas filosóficas de la Ilustración, según las cuales, las decisiones del hombre son guiadas por la razón.
También se le suele llamar despotismo benevolente o absolutismo ilustrado; y a quienes lo ejercen, dictador benevolente.
Orígenes y desarrollo
Algunos reyes intentaron conciliar el absolutismo con las ideas de progreso de la Ilustración. Surgió así el despotismo ilustrado, una forma de gobierno resumida en el principio: «todo para el pueblo, pero sin el pueblo». En ella, el monarca siguió concentrando todos los poderes, pero se consideró el primer servidor del Estado, llevando a cabo ciertas reformas para alcanzar el progreso y la felicidad de sus súbditos.
El despotismo ilustrado se impuso en numerosos estados, como Francia con Luis XV, España con Carlos III, Portugal con José I, Rusia con Catalina II, Austria con José II y Prusia con Federico II. Estos monarcas ilustrados llevaron a cabo diversas reformas:
- Centralizaron la administración, unificando la legislación y las instituciones.
- Modernizaron la economía, fomentando la agricultura, la industria y el comercio.
- Mejoraron las condiciones de vida del tercer estado.
- Intervinieron en los asuntos de la iglesia (regalismo), permitiendo la venta de algunos de sus bienes o expulsando a órdenes religiosas que se oponían a sus principios, como los jesuitas.
- Fomentaron la instrucción pública, las ciencias y las artes.
A pesar de que los filósofos ilustrados criticaron la política y la sociedad de su época, no pretendieron que los cambios se dieran por la vía revolucionaria; confiaban más bien en un cambio pacífico orientado desde arriba para educar a las masas no ilustradas. El monarca ilustrado es un soberano que acepta los principios de la Ilustración y desea ponerlos en práctica para lograr una mayor eficacia en el Estado, en beneficio de este y de los súbditos.
Transformaciones Culturales y Religiosas
Renacimiento
Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas. El Renacimiento es fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo.
El nombre «renacimiento» se utilizó porque este retomaba los elementos de la cultura clásica. El término simboliza la reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de predominio de una mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, el interés por las artes, la política y las ciencias, revisando el teocentrismo medieval y sustituyéndolo por cierto antropocentrismo.
El historiador y artista Giorgio Vasari había formulado una idea determinante: el nuevo nacimiento del arte antiguo. De hecho, el Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición artística de la Edad Media, a la que calificó como un estilo de bárbaros (que más tarde recibiría el calificativo de gótico).
Humanismo
El humanismo es un movimiento intelectual, filológico, filosófico y cultural europeo estrechamente ligado al Renacimiento cuyo origen se sitúa en el siglo XIV en la península Itálica (especialmente en Florencia, Roma y Venecia) en personalidades como Dante Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio. Buscan la Antigüedad Clásica y retoman el antiguo humanismo griego del siglo de oro, manteniendo su hegemonía en buena parte de Europa hasta fines del siglo XVI.
La expresión studia humanitatis fue contrapuesta por Coluccio Salutati a los estudios teológicos y escolásticos. En el siglo XIX se creó el neologismo germánico Humanismus para designar una teoría de la educación, término que se utilizó después como opuesto a la escolástica.
Reforma Protestante
Durante el siglo XVI, varios religiosos, pensadores y políticos intentaron provocar un cambio profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia Católica en la Europa Occidental, especialmente con respecto a las pretensiones papales de dominio sobre toda la cristiandad. A este movimiento religioso se le llamará posteriormente Reforma Protestante, por ser un intento de reformar la Iglesia Cristiana buscando la revitalización del cristianismo primitivo y que fue apoyado políticamente por un importante grupo de príncipes y monarcas que «protestaron» contra una decisión de su emperador.
Este movimiento hundía sus raíces en elementos de la tradición católica medieval, como el movimiento de la Devoción moderna. Comenzó con la predicación del sacerdote católico agustino Martín Lutero, que revisó las doctrinas medievales según el criterio de su conformidad a las Sagradas Escrituras. En particular, rechazó el complejo sistema sacramental de la Iglesia Católica medieval, que permitía y justificaba exageraciones como la «venta de indulgencias».
La Reforma Protestante dependió del apoyo de algunas autoridades civiles para poder reformar iglesias cristianas de ámbito estatal. Los grandes exponentes de la Reforma Protestante fueron Martín Lutero y Juan Calvino. El Protestantismo ha llegado a constituir la tercera gran rama del cristianismo.
Difusión de la Reforma Protestante hacia 1560. En color rosa pálido los territorios con predominio luterano (norte, centro y este de Alemania, y países escandinavos y bálticos); en rosa más intenso, anglicano (Islas Británicas); en amarillo, calvinista (Suiza y abundantes núcleos dispersos en Francia, Países Bajos -sobre todo al norte, Holanda-, Escocia y Europa Centro-Oriental). Los católicos en azul (Europa Meridional, sur y oeste de Alemania, Países Bajos del sur -Flandes, la actual Bélgica-, Irlanda, núcleos en Gran Bretaña, Polonia y amplias zonas de Europa Centro-Oriental); y en verde los ortodoxos (su zona tradicional en los Balcanes, Rumanía y Rusia).
Contrarreforma o Reforma Católica
La Reforma Católica o Contrarreforma fue la respuesta a la reforma protestante de Martín Lutero, que había debilitado a la Iglesia. Denota el período de resurgimiento católico desde el pontificado del Papa Pío IV en 1560 hasta el fin de la Guerra de los Treinta Años, en 1648. Sus objetivos fueron renovar la Iglesia y evitar el avance de las doctrinas protestantes.
Se esforzó sobre todo en cuatro temas:
- Doctrina.
- Reestructuración eclesiástica, con la fundación de seminarios.
- Modificación de las órdenes religiosas, haciéndolas volver a sus orígenes espirituales.
- Vigilancia de los movimientos espirituales, centrándolos en la vida piadosa y en una relación personal con Cristo. Esto incluía a los místicos españoles y a la escuela de espiritualidad francesa.
Barroco
El Barroco fue un periodo de la historia en la cultura occidental que produjo obras en el campo de la literatura, la escultura, la pintura, la arquitectura, la danza y la música, y que abarca desde el año 1600 hasta el año 1750 aproximadamente. Se suele situar entre el Renacimiento y el Neoclásico, en una época en la cual la influyente Iglesia Católica europea tuvo que reaccionar contra muchos movimientos revolucionarios culturales, incluyendo la Reforma Protestante.
Como estilo artístico, el barroco surgió a principios del siglo XVII y de Italia se irradió hacia la mayor parte de Europa. Durante mucho tiempo (siglos XVIII y XIX) el término barroco tuvo un sentido peyorativo, con el significado de recargado, desmesurado e irracional, hasta que posteriormente fue revalorizado a fines de siglo XIX.
Manifestaciones artísticas del Barroco
- La arquitectura barroca se desarrolla desde el principio del siglo XVII hasta dos tercios del siglo XVIII. En esta última etapa se denomina estilo rococó.
- La escultura barroca se desarrolla a través de las creaciones arquitectónicas, sobre todo en estatuas, y también en la ornamentación de ciudades en plazas, jardines o fuentes. En España también se manifestó en imágenes religiosas talladas en madera, en la llamada imaginería.
- Se desarrollan nuevos géneros pictóricos como los bodegones, paisajes, retratos, cuadros de género o costumbristas. Existe una tendencia y una búsqueda del realismo que se conjuga con lo teatral y lo efectista.
Cientificismo
Cientificismo es un término que se forjó en Francia en la segunda mitad del siglo XIX (scientisme) para designar a la corriente de pensamiento que acepta solo las ciencias comprobables empíricamente como fuente de explicación de todo lo existente. De esta forma, el término se ha aplicado para describir la visión de que las ciencias formales y naturales presentan primacía sobre otros campos de la investigación tales como ciencias sociales o humanidades.
Además de su significado original, la palabra es usada también frecuentemente como un término peyorativo utilizado en contra de las explicaciones racionales dadas por ciencias empíricas, para así tratar de desacreditarlas frente a otros argumentos no científicos.
Una descripción más contemporánea del término es la ofrecida por Michael Shermer, quien define cientificismo como: «una visión del mundo científica que abarca las explicaciones naturales para todos los fenómenos, y evita las especulaciones supernaturales y paranormales; la cual abraza el empirismo y la razón, como los pilares gemelos de una filosofía de la vida apropiada para una edad de la ciencia».
Ilustración
La Ilustración fue un movimiento cultural europeo que se desarrolló –especialmente en Francia e Inglaterra– desde principios del siglo XVIII hasta el inicio de la Revolución francesa. Fue denominado así por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón. El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como el Siglo de las Luces.
Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía, y construir un mundo mejor. La Ilustración tuvo una gran influencia en aspectos económicos, políticos y sociales de la época. La expresión estética de este movimiento intelectual se denominará Neoclasicismo.
En España, la Ilustración coincidió con los reinados de Fernando VI y Carlos III. A pesar de la decadencia profunda en que se encontraba el país, el auge dinámico de algunas de sus zonas geográficas (especialmente Cataluña) y la actuación coadyuvante desde el poder político facilitaron la aparición de un nutrido y valioso grupo de ilustrados (Cabarrús, Cadalso, Campomanes, Capmany, Cavanilles, Feijoo, Hervás y Panduro, Jovellanos, Mutis, etc.). La creación de las Reales Academias de la Lengua, de la Historia, de la Medicina o del Museo de Ciencias Naturales, fueron algunos de los logros de la Ilustración española.
Impacto de las Reformas Borbónicas
Reformas Borbónicas
Las Reformas Borbónicas fueron los cambios introducidos por los monarcas de la dinastía borbónica de la Corona Española: Felipe V, Fernando VI y, especialmente Carlos III; durante el siglo XVIII, en materias económicas, políticas y administrativas, aplicadas en el territorio peninsular y en sus posesiones ultramarinas en América y las Filipinas.
Estas reformas estaban inspiradas en la Ilustración y, sobre todo, se enmarcan dentro del nuevo absolutismo monárquico. Entre 1760 y 1808 se fueron implantando cambios en materia fiscal, en la producción de bienes, en el ámbito del comercio y en cuestiones militares. Estos cambios procuraban aumentar la recaudación impositiva en beneficio de la Corona, reducir el poder de las elites locales y aumentar el control directo de la burocracia imperial sobre la vida económica.
Las reformas intentaron redefinir la relación entre España y sus colonias en beneficio de la península. Aunque la tributación aumentó, el éxito de las reformas fue limitado; es más, el descontento generado entre las elites criollas locales aceleró el proceso de emancipación por el que España perdió la mayor parte de sus posesiones americanas en las primeras décadas del siglo XIX.