La Monarquía Hispánica: Esplendor y Crisis del Imperio de los Austrias (Siglos XVI y XVII)

1. Introducción

Entre los siglos XVI y XVII, España fue la primera potencia mundial gracias a su gran imperio. La unión de los Reyes Católicos unió las Coronas de Castilla y Aragón, formando la Monarquía Hispánica. Con los Habsburgo (o Austrias), España vivió su mayor esplendor en el siglo XVI, pero en el XVII empezó una fuerte crisis y su poder decayó. En esta unidad se estudiará a los reyes de esa dinastía, la sociedad, la economía y la conquista de América.

2. Los Reyes Católicos

En 1469, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón se casaron y, al subir al trono, formaron la Monarquía Hispánica. Castilla y Aragón fueron gobernadas por la misma dinastía, pero cada una mantuvo sus propias leyes y costumbres. Castilla, al tener más población y una economía más fuerte, fue la más importante. Esto provocó la castellanización: las leyes, costumbres y el idioma castellano se extendieron por todos los territorios. Sin embargo, este poder también hizo que Castilla tuviera que soportar más gastos para mantener la Corona.

2.1. Política Interior: La Formación de la Monarquía Autoritaria

El objetivo principal de la política fue fortalecer el poder del rey. En la Edad Media, el rey era un primus inter pares (“primero entre iguales”), es decir, tenía autoridad, pero no poder absoluto. La nobleza mandaba en sus tierras, con sus propias leyes, impuestos y ejércitos. La Iglesia también tenía mucho poder, y las ciudades algo menos. Los Reyes Católicos quisieron que el poder real estuviera por encima de todos, creando instituciones que formaron las bases del Estado moderno y una monarquía autoritaria.

  • Tribunal de la Inquisición: Vigilaba la religión y castigaba la herejía. Era común en Castilla y Aragón y dependía de los reyes.
  • Santa Hermandad: Actuaba como policía y juez para mantener el orden.
  • Consejo Real de Castilla: Ayudaba a los reyes a gobernar. También se crearon otros consejos (Aragón, Indias, Hacienda, Inquisición…).
  • Nuevo ejército: Profesional, permanente y al servicio de los monarcas.

Para lograr la unidad religiosa, en 1492 se expulsó a los judíos: unos 70.000 se fueron a Portugal y Marruecos, y unos 50.000 se convirtieron al catolicismo, aunque muchos fueron perseguidos por la Inquisición. En 1502, los musulmanes de Castilla tuvieron que convertirse, y en 1525 también los de Aragón.

2.2. La Política Exterior

La política exterior de los Reyes Católicos buscó unir la península ibérica y expandirse por el Mediterráneo y el Atlántico. Tuvo tres objetivos principales:

  • Granada: Último territorio musulmán. Fue conquistado en 1492, cuando el emir Boabdil se rindió. Así terminó la Reconquista y Granada pasó a la Corona de Castilla.
  • Navarra: Conquistada por Fernando el Católico en 1512, tras la muerte de Isabel. Se unió a Castilla, aunque conservó sus leyes y fueros.
  • Portugal: Se intentó unir con un matrimonio entre su hija Isabel y el heredero Manuel, pero no se logró porque su hijo murió joven.

Aragón siguió con su expansión por el Mediterráneo, que ya hacía desde la Edad Media, y consiguió incorporar el Reino de Nápoles. Castilla, en cambio, miró hacia el Atlántico y terminó la conquista de las Islas Canarias en 1496 (había empezado a comienzos del siglo XV). Desde allí partirían las expediciones hacia América.

2.3. El Descubrimiento de América

En los últimos siglos de la Edad Media, creció el comercio exterior y en Europa se deseaban muchos productos asiáticos. Antes, los comerciantes pasaban por el Imperio Bizantino para llegar a la India, pero tras su caída en 1453 ante los turcos, hubo que buscar nuevas rutas. Los portugueses, con Vasco da Gama, llegaron a la India rodeando África. Mientras tanto, Castilla aceptó la idea de Cristóbal Colón de ir hacia el Oeste, creyendo que la Tierra era redonda. En 1492, con las Capitulaciones de Santa Fe, se aprobó su viaje y se le dieron tierras y privilegios a cambio de dirigir la expedición. Colón salió de Palos de la Frontera en agosto de 1492 y llegó a América el 12 de octubre, después de un viaje más largo de lo pensado. La primera isla fue Guanahaní (San Salvador), en las Bahamas, y también visitó Cuba y La Española. Volvió a las Antillas tres veces más antes de morir en 1506, creyendo que había llegado a Asia. Más tarde, Américo Vespucio descubrió que eran tierras nuevas, y por él se llamó América.

3. Los Austrias Mayores: Carlos V y Felipe II

3.1. La Herencia de Carlos V

Los Reyes Católicos casaron a su hija Juana con Felipe el Hermoso, hijo del emperador Maximiliano I del Sacro Imperio Romano Germánico. Cuando Isabel la Católica murió en 1504, Juana era la heredera, pero por sus problemas mentales fue apartada y llamada Juana la Loca. Su marido Felipe I fue rey en 1506, pero murió ese mismo año, y Fernando el Católico volvió a gobernar como regente. De este matrimonio nació Carlos, que heredó un gran imperio y trajo a España la dinastía de los Habsburgo (Austrias).

  • De su abuela Isabel, heredó la Corona de Castilla y los territorios americanos conquistados.
  • De Fernando el Católico, Aragón y sus territorios italianos (1516).
  • De su padre Felipe el Hermoso: los territorios borgoñones: Flandes y el Franco Condado.
  • De su abuelo Maximiliano, heredará el trono imperial y los territorios austríacos (1520).

3.2. La Política Interior de Carlos V

Carlos se crió y educó en Flandes. Cuando fue nombrado rey de España, llegó en 1517, sin saber casi castellano y rodeado de consejeros flamencos. Esto causó malestar y desconfianza entre los españoles, y pronto hubo revueltas en la península.

Las Comunidades (1520-1521)

En 1520, Carlos fue a Alemania para ser coronado emperador del Sacro Imperio tras la muerte de su abuelo Maximiliano. Mientras tanto, muchas ciudades de Castilla se rebelaron formando la Liga Santa. Las protestas fueron:

  • Patrióticas: Porque veían a Carlos como un rey extranjero que usaba el dinero de Castilla para su imperio.
  • Sociales: Porque las ciudades querían más libertades y menos poder de la nobleza y el rey.
  • Económicas: Por la inflación que afectaba al país.

La rebelión terminó con la derrota en Villalar (1521) y la ejecución de sus líderes, como Juan Padilla.

Las Germanías (1520-1521)

Al mismo tiempo, en la Corona de Aragón hubo una revuelta parecida, pero más social que política. Fue una lucha entre la burguesía y la nobleza: los burgueses querían más libertades y poder para las ciudades. También fueron derrotados por Carlos V. Aunque las revueltas fracasaron, fueron muy importantes porque reforzaron la monarquía y ayudaron a la castellanización del reinado de Carlos V, que decidió vivir en España, aprendió castellano, se rodeó de asesores castellanos y se casó con Isabel de Portugal.

3.3. La Política Exterior de Carlos V

La política exterior de Carlos V se basó en la idea de una “Monarquía Universal Católica”, donde él quería gobernar casi toda Europa y, junto al papa, defender el catolicismo. Fue una política imperial, más centrada en los intereses de su familia que en los de España, y también ofensiva, porque abrió varios frentes de guerra importantes.

Francia

Francia, vecina y gran enemiga de España, estaba gobernada por Francisco I, que se sentía amenazado porque los territorios de Carlos V casi rodeaban su reino. Ambos países lucharon por Milán, Navarra, el Franco Condado y algunas ciudades flamencas. Hubo cuatro guerras entre Carlos V y Francia, todas en Italia. En la batalla de Pavía (1525), los tercios españoles vencieron y Francisco I fue capturado, consiguiendo Carlos V el Milanesado. Más tarde, Francisco I se unió al papa Clemente VII para recuperarlo, y en respuesta ocurrió el saqueo de Roma (1527). Las guerras siguieron hasta la Paz de Crépy (1544), cuando Francia renunció a Milán.

Imperio Otomano

Desde la conquista de Constantinopla en 1453, los turcos se convirtieron en una gran amenaza para Europa, al expandirse por el continente y el Mediterráneo, conquistando los Balcanes bajo el mando del sultán Suleimán el Magnífico. Para Carlos V, esto no era solo un peligro político, sino también una amenaza para la unidad del cristianismo, del cual quería ser el defensor en Europa. Por ello, Carlos V lanzó dos ataques contra los turcos.

  • Campaña de Túnez (1535): Donde logra expulsar a Barbarroja, quien controlaba la región, aliado con los turcos.
  • Campaña de Argel (1541): Territorio también bajo dominio turco, fracasando en esta ocasión.

El Protestantismo

En 1517, el monje Martín Lutero publicó sus 95 tesis en la iglesia de Wittenberg, donde criticaba los malos comportamientos del clero, sobre todo la venta de indulgencias, y proponía cambios como el sacerdocio universal y la sola scriptura. Sus ideas se extendieron rápido por el Sacro Imperio y fueron apoyadas por algunos príncipes alemanes. Esto fue una amenaza para la unidad católica que defendía Carlos V, quien primero intentó solucionarlo pacíficamente, declarando el luteranismo herejía en la Dieta de Worms (1520). Al no lograr frenarlo, hubo guerra, y Carlos V venció a los protestantes de la Liga de Esmalcalda en la batalla de Mühlberg (1547). A pesar de la derrota militar, el luteranismo siguió extendiéndose, incluso fuera de Alemania. Ante esta situación, Carlos V decidió aceptarlo mediante la Paz de Augsburgo (1555), que estableció que el luteranismo sería la religión oficial en los territorios del Imperio cuyos príncipes la adoptaran.

3.4. División del Imperio

Cansado de tantas guerras y al ver que no podía lograr su Monarquía Universal, Carlos V abdicó en 1556 después de la Paz de Augsburgo (1555) y se retiró al monasterio de Yuste (Extremadura), donde murió en 1558. Al dejar el poder, dividió su imperio: su hermano Fernando recibió el trono imperial y los territorios de Austria, y su hijo Felipe los territorios de España y Borgoña.

3.5. Felipe II (1556-1598)

Felipe II heredó de su padre el imperio más grande y poderoso del momento, manteniendo su dominio y ampliando sus fronteras. Fue un rey muy castellanizado, porque nació y se educó en España. En 1561 fijó la capital en Madrid y pasó casi toda su vida en el palacio de El Escorial, desde donde gobernaba el imperio.

3.5.1. Política Interior

Felipe II fue un rey muy religioso y preocupado por defender el catolicismo. Por eso creó los índices de libros prohibidos y usó la Inquisición para perseguir la herejía. Tuvo que enfrentar varias revueltas, siendo la más importante la Rebelión de las Alpujarras (1568-1571). En Granada vivían muchos moriscos (antiguos musulmanes convertidos), pero se sospechaba que eran falsos cristianos y ayudaban a turcos y piratas. Por la discriminación, se levantaron en 1568, dirigidos por Aben Humeya, que llegó a proclamarse califa. La rebelión fue derrotada por Juan de Austria, hermano del rey y su principal jefe militar.

3.5.2. Política Exterior

Felipe II dejó la idea de la Monarquía Universal y se centró en defender su Imperio y mantener su poder. Cambió la política ofensiva de su padre Carlos V por una más defensiva, aunque siguió teniendo muchas guerras. Bajo su reinado, el Imperio Español llegó a su máxima expansión:

  • Conquista de Filipinas (1565): Realizada por López de Legazpi, con poca resistencia.
  • Anexión de Portugal (1580): Ya que al morir sin herederos el rey Sebastián I, Felipe II se proclamó rey de Portugal por ser hijo de Isabel de Portugal.
Francia

Felipe II siguió con los conflictos contra Francia que había empezado su padre y venció en la batalla de San Quintín (1557). Después se firmó la Paz de Cateau-Cambrésis (1559), que fue más pacífica: Felipe II se casó con Isabel de Valois (princesa francesa) y ayudó a Francia en sus guerras de religión entre el rey y los calvinistas. Más tarde, cuando el calvinista Enrique IV llegó al trono, los conflictos volvieron, pero acabaron con la Paz de Vervins (1598), cuando Enrique IV se convirtió al catolicismo.

Imperio Otomano

Los turcos seguían avanzando por el Mediterráneo junto a los piratas berberiscos, que atacaban barcos europeos. Para detenerlos, se creó la Liga Santa (Monarquía Hispánica, Venecia y la Santa Sede), que venció en la batalla de Lepanto (1571), dirigida por Juan de Austria. Esta victoria detuvo su avance, pero la amenaza turca continuó.

Flandes

La hispanización del Imperio con Felipe II provocó deseos de independencia en la región. Además, en el norte muchas provincias eran calvinistas, y con la alta presión de impuestos, comenzaron las revueltas. El rey mandó al duque de Alba para reprimirlas, creando el Tribunal de los Tumultos, que impuso muchas penas de muerte. Esto hizo que las tensiones crecieran y en 1568 empezó la Guerra de los Ochenta Años (1568-1648). Los flamencos fueron dirigidos por Guillermo de Orange, mientras que Felipe II envió a sus tercios, liderados por Juan de Austria y Alejandro Farnesio, que lograron grandes victorias. Las provincias del sur católico (actual Bélgica) se unieron en 1579 con la Unión de Arrás, jurando lealtad al rey a cambio de mantener su autonomía. En 1580, la guerra parecía favorable a España, pero la intervención de Inglaterra, que apoyó a los flamencos, cambió la situación. Las provincias del norte lograron su independencia, formaron las Provincias Unidas, una república que se convirtió en una gran potencia marítima.

Inglaterra

Cuando Felipe II llegó al trono, tenía buenas relaciones con Inglaterra porque estaba casado con María I Tudor. Pero tras su muerte en 1558 y la subida al poder de su hermana Isabel I, que era anglicana, la situación empeoró. Las tensiones crecieron cuando Inglaterra apoyó a los rebeldes flamencos y empezó a atacar barcos españoles, rechazando el monopolio comercial de España en América. En este contexto, Felipe II, aunque solía tener una política defensiva, declaró la guerra a Inglaterra y organizó una invasión en 1588 con la Armada Invencible. Sin embargo, por errores y un fuerte temporal, la flota fue derrotada por los ingleses.

4. Los Austrias Menores: Felipe III, Felipe IV y Carlos II

A la muerte de Felipe II (1598), su hijo Felipe III hereda el imperio más extenso y poderoso del momento, y tratará de mantener la hegemonía de sus antecesores, mediante una política pacifista.

4.1. Felipe III (1598-1621)

Política Interior

Durante el reinado de Felipe III surgió la figura del valido, persona de confianza del rey que gobernaba en su nombre y tomaba las decisiones importantes. Era un cargo no oficial, elegido por el monarca. Su valido fue el duque de Lerma. El hecho más importante del reinado de Felipe III fue la expulsión de los moriscos (1609). Eran sospechosos de falsa conversión y de colaborar con turcos y berberiscos, además de mantener sus propias costumbres y lengua, sin integrarse. Por eso, en 1609, Felipe III ordenó su expulsión, lo que eliminó el problema, pero causó graves consecuencias económicas y demográficas, sobre todo en Valencia, donde se expulsaron unos 300.000 moriscos, dejando zonas totalmente despobladas.

Política Exterior

A diferencia de sus antecesores, Felipe III aplicó una política pacifista, convencido de que tantas guerras llevarían al reino a la ruina, ya que había heredado una Hacienda en crisis de Felipe II, que terminó su reinado en bancarrota. Por eso, firmó la paz en los dos conflictos abiertos, en una etapa llamada “Pax Hispánica”:

  • Paz de Londres (1604): Con Inglaterra, sin perder territorios.
  • Tregua de los Doce Años (1609): Con las Provincias Unidas, que fue una pausa temporal en la Guerra de los Ochenta Años.

4.2. Felipe IV (1621-1665)

Felipe IV subió al trono en 1621, tras la muerte de su padre, con solo 16 años. Durante su reinado empezó la decadencia de la Monarquía Hispánica, con graves crisis, derrotas militares y pérdidas de territorios. Su gobierno se caracterizó por los intentos de reforma impulsados por su valido, Gaspar de Guzmán, el Conde-Duque de Olivares.

Política Interior

El Conde-Duque de Olivares destacó por su intento de reforma, con el objetivo de recuperar la hegemonía internacional y mejorar la administración. Para lograrlo, buscó la centralización y unificación de los reinos, eliminando las diferencias de leyes e instituciones que tenía la Monarquía Hispánica. En su “Gran Memorial” (1624) propuso dos medidas importantes:

  • Unión de Armas: Crear un ejército permanente de 140.000 hombres, formado y financiado por todos los reinos.
  • Juntas: Sustituir los consejos por órganos más técnicos y eficientes, parecidos a los ministerios actuales.

Sin embargo, las dificultades económicas y la oposición de los reinos, temerosos de perder su autonomía, impidieron que se aplicaran estas reformas.

La Crisis de 1640

En 1640 comenzaron revueltas en varios territorios de la Monarquía Hispánica:

  • Cataluña: Las medidas centralistas de Olivares causaron tensiones por miedo a perder su autonomía, agravadas por la guerra hispano-francesa. En junio de 1640 ocurrió el Corpus de Sangre, donde mataron al virrey catalán. Francia apoyó la rebelión, pero los catalanes fueron derrotados y en 1652 Cataluña volvió a reconocer a Felipe IV.
  • Portugal: Desde que Felipe II lo unió a la Monarquía Hispánica en 1580, existían deseos de independencia. Aprovechando las revueltas, Juan IV se proclamó rey y consiguió la independencia tras una guerra con España.

También hubo revueltas en Andalucía, Navarra, Nápoles y Sicilia, con un carácter social, por la mala situación económica del país. Aunque solo la revuelta portuguesa tuvo éxito, todas significaron el fracaso de Olivares y de su proyecto centralizador y reformista. Finalmente, dimite en 1643 y es sustituido por su sobrino Luis de Haro como valido.

Política Exterior

Felipe IV y Olivares intentaron recuperar la hegemonía del siglo XVI con una política ofensiva, pero solo lograron derrotas y pérdidas territoriales, lo que marcó la decadencia final del Imperio Español.

  • Guerra de los Ochenta Años: Se reanudó en 1621 al acabar la Tregua de los Doce Años. Aunque hubo victorias como la toma de Breda por Spínola, en 1648 España fue derrotada, y con la Paz de Westfalia se reconoció la independencia de las Provincias Unidas.
  • Guerra de los Treinta Años (1618-1648): Empezó como un conflicto religioso en el Sacro Imperio, pero se extendió por toda Europa. España apoyó a los católicos, y Francia, aunque católica, ayudó a los protestantes para debilitar a los Habsburgo, causando derrotas españolas como las Dunas y Rocroi. Terminó con la Paz de Westfalia (1648), sin un vencedor claro.
  • Guerra Hispano-Francesa (1635-1659): Terminó con la derrota de España y la Paz de los Pirineos, donde cedió el Rosellón, la Cerdaña y ciudades flamencas. Este tratado marcó el fin del poder español y el inicio del dominio de Francia con Luis XIV.

4.3. Carlos II (1665 – 1700)

Carlos II fue nombrado rey con solo cuatro años, quedando su madre, Mariana de Austria, como regente. Debido a sus problemas de salud, no pudo gobernar, y el poder lo ejercieron sus validos y ministros, que tuvieron que enfrentar la decadencia del Imperio.

  • En política interior, Carlos II tuvo que enfrentar varias revueltas, como la Segunda Germanía (1693) en Valencia y el motín de los gatos (1699) en Madrid, que reflejaban la debilidad del rey y el descontento social.
  • En política exterior, Carlos II se enfrentó cuatro veces con la Francia de Luis XIV, siendo derrotado en todas. La consecuencia más importante fue la Paz de Nimega (1678), donde España perdió el Franco Condado.

En 1697, enfermo y sin herederos, surgió el conflicto sucesorio con dos candidatos: Felipe de Borbón, nieto de Luis XIV, y Carlos de Habsburgo, bisnieto de Felipe III. Al morir Carlos II en 1700, comenzó la Guerra de Sucesión española (1701-1715), que terminó con la victoria de Felipe, iniciando la dinastía Borbón en España.

5. Conquista y Colonización de América

5.1. Conquista

  • Primera fase de la conquista (1492-1519): Se ocuparon las Antillas, donde se ensayó el modelo que luego se aplicaría en América. La mayoría de los indígenas caribeños murió por enfermedades.
  • Conquista de los grandes imperios:
    • Azteca (1519-1521): En el actual México, Hernán Cortés conquistó el imperio azteca aliándose con pueblos sometidos como los tlaxcaltecas.
    • Inca (1530-1531): En los Andes, Pizarro y Almagro derrotaron a Atahualpa, incorporando el imperio inca a la Monarquía Hispánica.
  • Después de conquistar los grandes imperios, se exploraron y dominaron otras zonas como el Amazonas, Chile, Argentina y Norteamérica.

Las conquistas fueron privadas mediante capitulaciones, donde la Corona daba permiso a particulares para conquistar tierras a cambio de privilegios. Así, la Corona no asumía gastos y los conquistadores buscaban riqueza y poder. Tradicionalmente se atribuía el éxito de la conquista a la superioridad militar española, por sus armas de fuego y tecnología avanzada. Sin embargo, los indígenas tenían ventaja numérica y conocían mejor el territorio, por lo que estudios recientes destacan otros factores que también influyeron. Los factores que facilitaron la conquista fueron:

  • Conflictos internos: En las sociedades prehispánicas, como las luchas de otros pueblos nativos contra los grandes imperios o los conflictos sucesorios, como el que atravesaba el Imperio Inca.
  • Impacto psicológico: Ya que la llegada de los españoles con armas y animales desconocidos (como caballos o perros) causó un gran shock. Además, muchas culturas tenían profecías apocalípticas y creyeron que los españoles formaban parte de ellas.
  • Impacto epidemiológico: Porque las enfermedades traídas por los europeos, desconocidas para los indígenas, provocaron la muerte de gran parte de la población, especialmente en las Antillas.

5.2. Gobierno y Administración

Incorporados a la Corona de Castilla, se crearon dos instituciones para su administración:

  • El Consejo de Indias: Encargado del gobierno y la justicia en las colonias.
  • La Casa de la Contratación: Con sede en Sevilla, que regulaba el comercio con las Indias.

En América también se crearon instituciones importantes:

  • Virreinatos: Que dividían el territorio y eran gobernados por un virrey con poderes amplios. Al principio hubo dos: Nueva España y Perú.
  • Cabildos: Que cumplían funciones de administración local, como en Castilla.

5.3. Explotación de Recursos

Se establecieron relaciones coloniales donde América enviaba materias primas a España, que luego les vendía productos elaborados, manteniendo un monopolio comercial. Las principales actividades fueron:

  • La minería: Primero centrada en el oro de las Antillas y después en la plata, con minas como Potosí y Zacatecas. Se usaba el sistema de mita, un trabajo forzoso y rotativo mal pagado que causó la muerte de muchos indígenas.
  • En la agricultura: Se aplicó el sistema de encomienda, donde un colonizador cuidaba y evangelizaba a un grupo de indígenas, que a cambio le daban parte de su cosecha. Los principales cultivos eran productos americanos como maíz, cacao, tomate, pimiento, tabaco y calabaza.

5.4. Sociedad Multiétnica

Tras la conquista surgió una sociedad multiétnica y multicultural, compuesta por tres grandes grupos:

  • Españoles: Formados por nobles que ocupaban altos cargos y campesinos o hidalgos que buscaban mejorar su posición social.
  • Afrodescendientes: Traídos de África como esclavos para reemplazar a la población indígena que había disminuido. En las Antillas, llegaron a ser mayoría.
  • Indígenas: La mayoría de la población, usados como mano de obra no esclava, pero afectados por enfermedades, guerras y duras condiciones de trabajo.

Fray Bartolomé de las Casas denunció los abusos contra los indígenas y defendió que eran libres y con derechos. Gracias a él se promulgaron las Leyes Nuevas (1542), que prohibían su esclavitud, aunque muchas veces no se cumplieron. De la mezcla de pueblos surgió el mestizaje (entre españoles, indígenas y africanos) y el criollismo, formado por hijos de españoles nacidos en América con identidad propia.

6. Sociedad, Economía y Cultura

6.1. Evolución Demográfica

En el siglo XVI hubo un gran crecimiento demográfico, sobre todo en Castilla, gracias a la prosperidad económica. Pero en el siglo XVII la población disminuyó por las epidemias de peste, las crisis económicas y la expulsión de los moriscos (1609). La mayoría vivía en el campo, y pocas ciudades superaban los 25.000 habitantes, destacando Valladolid, Toledo, Valencia y sobre todo Sevilla, por su conexión con América.

6.2. La Sociedad en los Siglos XVI-XVII

La sociedad del Antiguo Régimen estaba dividida en estamentos: privilegiados y no privilegiados. Los privilegiados no pagaban impuestos, recibían tributos, tenían su propia justicia y ocupaban los cargos más importantes. Eran:

  • La nobleza (5% de la población): Dividida en:
    • Alta nobleza (Grandes de España), rica y poderosa.
    • Baja nobleza (hidalgos), más humilde.
  • El clero (5-10%): Dividido en:
    • Alto clero (cardenales, obispos) con grandes privilegios.
    • Bajo clero (curas, frailes), que vivían de forma más modesta.

La mayoría de la población no tenía privilegios, pagaba impuestos y vivía en condiciones difíciles. Los campesinos eran el grupo más numeroso, mientras que la burguesía se dedicaba al comercio y algunos lograron hacerse ricos. También había marginados como mendigos, pícaros y minorías étnicas.

6.3. Economía

En el siglo XVI hubo un gran crecimiento y expansión gracias al aumento de la población y al comercio con América, sobre todo en Castilla. La agricultura fue la actividad principal, centrada en el trigo, la vid y el olivo, junto con nuevos productos americanos. La industria, especialmente la textil, también creció, pero el mayor desarrollo se dio en el comercio, con la Carrera de Indias, que mantenía un intercambio controlado entre España y sus colonias, protegido por la Armada. Durante el siglo XVII hubo una fuerte crisis en España, unida a su decadencia política. La industria textil se hundió por la competencia extranjera y la agricultura sufrió por las malas cosechas y la baja demanda. También disminuyó la llegada de metales de América, usados para pagar deudas. La Hacienda entró en crisis por el gasto excesivo y la falta de ingresos, recurriendo a la venta de deuda y a la emisión de moneda de baja calidad, lo que causó inflación.

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