Introducción: El Siglo XVIII y la Llegada de los Borbones
El siglo XVIII fue una etapa de grandes transformaciones en Europa, marcada por el auge de la razón, el reformismo y las ideas ilustradas. En España, estos cambios comenzaron con la llegada de la dinastía borbónica tras la Guerra de Sucesión (1701-1715), que supuso el fin de los Austrias y el inicio de un nuevo modelo político inspirado en el absolutismo francés. La victoria de Felipe V trajo una reorganización completa del Estado, que puso fin al sistema de la Monarquía Hispánica y buscó centralizar, unificar y modernizar el país. Durante el siglo, los monarcas borbones impulsaron reformas políticas, económicas y administrativas con el objetivo de fortalecer el poder del Estado e impulsar el progreso, siguiendo las ideas del reformismo ilustrado.
La Guerra de Sucesión Española (1701-1715)
La Guerra de Sucesión Española comenzó tras la muerte sin descendencia de Carlos II, último rey de los Austrias. En su testamento nombró heredero a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, lo que provocó la oposición del archiduque Carlos de Austria y el inicio de un conflicto. La guerra tuvo un alcance internacional, porque Europa temía que la unión de las coronas de Francia y España desequilibrara el poder en el continente.
Así, se formaron dos grandes bandos:
- La Gran Alianza, que apoyó al archiduque Carlos: Austria, Inglaterra, las Provincias Unidas, Saboya y Portugal.
- Los partidarios de Felipe V: Francia y Castilla.
En España, también fue una guerra civil: Castilla permaneció fiel a Felipe V, mientras que Aragón y Cataluña apoyaron a Carlos por miedo al centralismo borbónico. Las batallas se desarrollaron principalmente en España, aunque también hubo enfrentamientos en Italia y Flandes.
Destaca la batalla de Almansa (1707), que permitió a los Borbones controlar Valencia y Aragón. En 1711, con la coronación del archiduque Carlos como emperador del Sacro Imperio, la Gran Alianza comenzó a retirarse. El conflicto terminó con el Tratado de Utrecht (1713), que reconoció a Felipe V como rey de España, aunque España perdió la mayoría de sus posesiones europeas:
- Austria recibió Flandes y territorios italianos (Milán, Nápoles y Cerdeña).
- Saboya obtuvo Sicilia.
- Inglaterra se quedó con Gibraltar y Menorca.
La resistencia catalana y de las Baleares continuó hasta 1714 y 1715. La victoria de Felipe V permitió fortalecer la dinastía borbónica y poner en marcha un programa de reformas centralizadoras y modernizadoras, inspiradas en el modelo francés, que marcarían el inicio del Estado moderno español.
Felipe V (1715-1746): El Inicio del Absolutismo
Reformas Políticas y Centralización del Estado
Tras el triunfo de Felipe V, España inició una profunda reforma política para construir un Estado centralizado, absolutista y más eficaz, inspirado en el modelo francés y en las ideas del conde-duque de Olivares. Las principales medidas fueron:
- Sistema de Secretarías: Se sustituyen los antiguos consejos por secretarías más ágiles y profesionales (Guerra, Marina e Indias, Justicia, Estado y Hacienda), dirigidas por secretarios nombrados por el rey. Algunos consejos se mantuvieron con funciones simbólicas.
- Decretos de Nueva Planta (1707-1715): Implantaron la centralización del territorio, extendiendo las leyes e instituciones castellanas. Entre sus medidas destacaron:
- Eliminación de instituciones propias de Aragón y Valencia (Generalitat, diputaciones, virreyes).
- Se aplica el derecho penal castellano.
- Implantación del régimen municipal castellano, con corregidores elegidos por el rey.
- Unificación fiscal con impuestos iguales para todo el reino, salvo Navarra y Provincias Vascas, que conservaron sus fueros.
- Regalismo: El rey aumentó el control sobre la Iglesia, nombrando altos cargos eclesiásticos y gestionando sus rentas. Estas medidas se consolidaron con el Concordato de 1737.
- Intendentes: Funcionarios de origen francés, con funciones administrativas, judiciales, militares y fiscales, supervisaban a los corregidores y el poder local.
- Reforma militar: Creación de un ejército centralizado y profesional. Se introdujo un nuevo sistema de reclutamiento mediante levas (excepto la nobleza), se sustituyeron los tercios por regimientos y se unificaron las fuerzas de todo el reino.
Estas reformas fortalecieron el poder real y modernizaron el Estado español, sentando las bases del absolutismo borbónico en el siglo XVIII.
Política Exterior: Los Pactos de Familia
Con la llegada de los Borbones, España cambió su relación con Europa: Francia dejó de ser enemiga y se convirtió en su principal aliada. Los objetivos de Felipe V eran recuperar los territorios perdidos tras el Tratado de Utrecht y proteger las colonias en América.
Al principio, con el ministro Alberoni, España intentó una política ofensiva ocupando Cerdeña y Sicilia (1717-1719), pero las potencias europeas lo obligaron a retirarse. Después, adoptó una política más realista, basada en la negociación y en intervenir en conflictos ya abiertos. Para reforzar la alianza con Francia, Felipe V firmó los Pactos de Familia:
- Primer Pacto (1733): Durante la Guerra de Sucesión Polaca, apoyó a Estanislao I junto a Francia; tras la guerra, su hijo Carlos se convirtió en rey de Nápoles y Sicilia.
- Segundo Pacto (1743): Durante la Guerra de Sucesión Austríaca, su hijo Felipe recibió los ducados de Parma y Toscana.
Gracias a estos pactos, España recuperó influencia en Italia, aunque los territorios no se incorporaron directamente al reino, quedando bajo el gobierno de sus hijos.
Fernando VI (1746-1759): Paz y Estabilidad Reformista
El reinado de Fernando VI se caracterizó por la paz internacional y la estabilidad, sin participar en guerras. Aprovechó este periodo para continuar las reformas y modernizar España, con el apoyo de su ministro Ensenada. Las medidas más importantes fueron:
- Reforzamiento de la Marina y fomento del comercio, para fortalecer la economía y la presencia española en el mar.
- El Catastro de Ensenada (1749): Gran censo que recogía datos demográficos, sociales y económicos, con el objetivo de crear un sistema fiscal más justo, donde la nobleza y el clero también pagaran impuestos. Aunque nunca se aplicó por la oposición de estos grupos, es una fuente histórica muy valiosa.
- La Gran Redada (1749): Intento de ‘reeducar’ a la población gitana que vivía marginada fuera de la ciudad, deteniendo a unos 10.000 gitanos y separando hombres y mujeres y metiéndolos en prisiones. La medida provocó miles de muertes por las malas condiciones y hoy se considera un intento de genocidio.
Durante su reinado, Fernando VI consolidó la estabilidad interna y el programa reformista iniciado por los Borbones.
Carlos III (1759-1788): El Despotismo Ilustrado
Tras la muerte de Fernando VI sin hijos en 1759, su hermano Carlos, que hasta entonces era rey de Nápoles y Sicilia gracias al Primer Pacto de Familia, subió al trono español como Carlos III. Fue uno de los monarcas más importantes del siglo XVIII y un ejemplo del Despotismo Ilustrado, gobernando con la idea del “rey ideal”: justo, culto, reformista, intelectual y defensor de las artes y las ciencias.
La Ilustración en España
La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual del siglo XVIII, especialmente fuerte en Francia, con autores como Voltaire, Rousseau y Montesquieu. No era una corriente única, sino un ambiente intelectual donde diferentes pensadores compartían ideas comunes, aunque con propuestas diversas. Las ideas principales fueron:
- Confianza en la razón, frente a la superstición y el dogma religioso.
- Fe en el progreso, tanto científico como social, buscando sociedades más justas.
- Importancia de la educación, como medio para fomentar la razón y alcanzar la felicidad.
- Crítica al Antiguo Régimen, cuestionando el absolutismo y la sociedad estamental, proponiendo ideas de soberanía nacional, división de poderes y secularismo.
A mediados del siglo XVIII, algunos monarcas europeos adoptaron estas ideas sin renunciar a su poder absoluto, implantando reformas para mejorar la vida de sus súbditos. Este modelo se llamó Despotismo Ilustrado, resumido en la frase: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. En España, Carlos III fue uno de sus máximos exponentes, junto a Federico II de Prusia, Catalina de Rusia y José II de Austria.
En España, los primeros autores ilustrados fueron Gregorio Mayans y Feijoo, quienes defendían que la monarquía debía buscar la felicidad de los súbditos. Durante el reinado de Carlos III surgieron otros importantes, como Floridablanca, Olavide y Jovellanos, que promovieron la educación, la ciencia y reformas económicas más liberales. La Ilustración española fue moderada, influida por la religión y con pocas críticas al Antiguo Régimen. Se difundió principalmente a través de Reales Academias (Lengua, Historia, Bellas Artes) y sociedades económicas de amigos del país, donde se debatían ideas y se buscaba mejorar la economía local.
Las Reformas de Carlos III
Carlos III, como ejemplo del Despotismo Ilustrado, aplicó un amplio programa de reformas para mejorar la vida de sus súbditos, la economía y la organización del país. Al inicio, se apoyó en ministros italianos, especialmente el marqués de Esquilache, que impulsó reformas modernas y liberales, como la libertad comercial de cereales o la desamortización de bienes eclesiásticos. Estas medidas provocaron rechazo entre los grupos privilegiados y también entre la población, debido al estilo autoritario del gobierno.
Este descontento culminó en 1766 con el Motín de Esquilache, una revuelta popular provocada por las medidas de higiene y orden público (prohibición de capas largas, sombreros de ala ancha o máscaras en carnaval) y el aumento del precio del pan, que acabó con la destitución del ministro.
Carlos III se rodeó de ilustrados españoles, como Campomanes, Olavide y Floridablanca, que impulsaron reformas más moderadas en varios ámbitos:
- Religión: Se reforzó el regalismo, limitando el poder de la Iglesia. Destaca la expulsión de los jesuitas (1767) por su riqueza, obediencia al papa y oposición a las reformas.
- Economía: Se fomentó el liberalismo económico, con la libre circulación de cereales y vino, comercio más abierto con América, desarrollo agrícola, desamortización de bienes eclesiásticos y comunales, mejora de infraestructuras y colonización de tierras despobladas como Sierra Morena.
- Administración local: Se redujo el poder municipal, introduciendo cargos electos como los diputados del común, aunque solo podían votar los hombres padres de familia con ciertos ingresos.
Estas reformas buscaban modernizar España y fortalecer el poder real, siguiendo los principios del Despotismo Ilustrado.
Política Exterior: Enfrentamiento con Reino Unido
Carlos III retomó una política belicista, dejando la neutralidad de Fernando VI. Su principal objetivo era frenar el poder creciente de Reino Unido. Durante su reinado participó en dos grandes conflictos:
- Guerra de los Siete Años (1756-1763): Conflicto mundial entre dos alianzas: Reino Unido y Prusia frente a Francia, Austria y Rusia. España entró en 1761 mediante el Tercer Pacto de Familia, apoyando a Francia. La guerra terminó con la victoria anglo-prusiana, y España perdió Florida, aunque Francia le cedió la Luisiana como compensación.
- Guerra de Independencia de las Trece Colonias (1775-1783): Las colonias norteamericanas lograron su independencia, dando lugar a los Estados Unidos, el primer estado liberal y democrático de la Historia. España y Francia apoyaron a los rebeldes para debilitar a Reino Unido. Como resultado, España recuperó Florida y Menorca, aunque no Gibraltar.
Estas acciones mostraron que Carlos III combinaba el absolutismo interno con una política exterior activa, buscando mantener la influencia española en Europa y América.
Carlos IV (1788-1808) y la Crisis de la Monarquía
Carlos IV asumió el trono en 1788, en un momento de crisis económica y de subsistencia, con problemas generales en España. Durante su reinado tuvo que afrontar la Revolución Francesa (1789), que derribó el Antiguo Régimen e instauró el primer régimen constitucional en Europa. Esta situación provocó un frenazo a las políticas ilustradas en España, que fueron culpadas de la revuelta, y aumentó la censura y la actividad de la Inquisición.
En política exterior, España cambió sus alianzas, enfrentándose a la nueva Francia revolucionaria y aliándose temporalmente con Inglaterra. La combinación de crisis interna, represión y guerras continuas debilitó el país y preparó el terreno para la conquista de España por Napoleón en 1807.
El Reformismo Borbónico en América
Las reformas de los Borbones también llegaron a las colonias americanas, con el objetivo de mejorar el control y la administración. Entre las medidas más importantes destacan:
- Secretaría de Marina e Indias: Sustituyó al Consejo de Indias como máxima autoridad en asuntos coloniales, mientras el Consejo quedó con un papel casi simbólico.
- Creación de nuevos virreinatos:
- Nueva Granada (1717): Comprendía lo que hoy son Colombia, Venezuela y Panamá, con capital en Bogotá.
- Río de la Plata (1776): Agrupaba Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, con capital en Buenos Aires.
- Se promovió una mayor liberalización económica, trasladando la Casa de la Contratación a Cádiz y permitiendo intercambios directos entre colonias y el comercio interior.
Esto permitió que los criollos aumentaran su peso económico y social, aunque los altos cargos siguieron reservados a los peninsulares, generando frustración y un deseo de mayor autonomía.
Sociedad, Economía y Cultura en el Siglo XVIII
Evolución Demográfica
Durante el siglo XVIII, la población española creció de forma continua, a diferencia del descenso que se vivió en el siglo XVII, gracias a la mejora de la economía, la desaparición de epidemias como la peste y la reducción de guerras. Este crecimiento, sin embargo, no fue uniforme: fue más intenso en la periferia peninsular (Cataluña, Valencia, País Vasco), lo que cambió la distribución demográfica tradicional. Además, se observó un aumento de la población en las ciudades, con núcleos como Madrid o Barcelona que alcanzaron los 100.000 habitantes.
Estructura Social
La sociedad española seguía organizada en estamentos:
- Privilegiados: Nobleza y clero, con riqueza y exentos de impuestos.
- No privilegiados: El Tercer Estado, principalmente campesinos, que soportaban la mayor carga fiscal.
Durante el siglo XVIII, la burguesía creció gracias al comercio, aumentando su riqueza y adoptando ideas liberales. También hubo pequeños avances para las mujeres adineradas, sobre todo en educación y participación social.
Actividades Económicas
La economía seguía siendo principalmente agraria, pero con crecimiento en industria y comercio.
Agricultura
Era la actividad principal, con estructuras feudales. Se cultivaban productos tradicionales como trigo, vid y olivo, y se incorporaron productos americanos como maíz y patata. Los rendimientos eran bajos y dependían del clima. Las reformas borbónicas intentaron aumentar la productividad, pero fracasaron por el rechazo de los privilegiados.
Producción Manufacturera
La industria era limitada, con talleres artesanales y gremios. En zonas rurales se desarrolló la industria a domicilio. Felipe V y Fernando VI aplicaron políticas mercantilistas y crearon Fábricas Reales. Carlos III impulsó medidas liberalizadoras en sectores como paños, papel y seda.
Comercio
Fue el sector que más creció. El comercio interior estaba limitado por las malas infraestructuras, aunque los Borbones intentaron mejorarlas. Carlos III liberalizó el comercio de grano. El comercio exterior creció con Europa y América: con Europa era deficitario (exportando materias primas e importando manufacturas), mientras que con América se revitalizó tras suprimir el sistema de flotas y crear compañías comerciales, además de permitir el comercio con otros puertos españoles, aunque con resultados limitados.
