El Fin del Bienio Reformista
El primer gobierno de la II República, presidido por Manuel Azaña y que ocupó varios años, no tuvo el apoyo necesario. Por un lado, los republicanos de izquierdas y los socialistas no tenían un programa unitario y pronto marcaron sus diferencias. Por otro lado, las reformas que había llevado a cabo el gobierno de Azaña durante el llamado Bienio Reformista tuvieron la oposición de distintos grupos y el descontento de gran parte de la sociedad.
Pero los hechos que llevaron al jefe del gobierno a dimitir fueron los movimientos sociales, especialmente el caso de Casas Viejas.
El Bienio Radical-Cedista (1933-1936)
En las elecciones de 1933, el PSOE se hundía y los republicanos se convertían en marginales. El Partido Radical gobernó solo, pero con el apoyo de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) en el Congreso. Esta decisión dio como resultado un gobierno débil. Este periodo se divide en dos fases bien diferenciadas:
- Primer periodo (Noviembre de 1933 – Mayo de 1934): Participan solo miembros del partido de Lerroux.
- Segundo periodo (Mayo de 1934 – Febrero de 1936): Se produce la entrada en el gobierno de miembros de la CEDA.
La Política Rectificadora del Gobierno
El nuevo gobierno llevó a cabo una política rectificadora de las medidas más contestadas del gobierno de Azaña. Las principales medidas que se implementaron fueron:
- Paralización de la reforma agraria: Se devolvieron las tierras que se habían expropiado.
- Paralización de la reforma militar: Se designaron militares conservadores para puestos clave.
- Materia religiosa: Se llevó a cabo un acercamiento a la Iglesia católica.
- Nacionalismos periféricos: Se produjo un enfrentamiento con los movimientos nacionalistas.
Polarización Política y Auge de los Totalitarismos
Se produjo una grave polarización de la derecha y la izquierda en España, siguiendo la línea de lo que estaba ocurriendo en el resto de Europa con el triunfo de los totalitarismos. Aparecieron grupos de corte fascista que veían en los fascismos europeos una solución a la situación española.
Igualmente, surgieron grupos totalitarios comunistas que seguían las directrices de Moscú. Nos referimos al Partido Comunista de España (PCE), del que destacamos entre sus dirigentes a Dolores Ibárruri. Este grupo, siguiendo las normas de Stalin, realizó una depuración de los miembros anarquistas de sus filas. Los depurados formaron el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) en 1935, cuyo dirigente más importante fue Andreu Nin.
Mientras tanto, el PCE suavizó sus posiciones buscando un acercamiento de los partidos de izquierda de tendencia próxima al marxismo a fin de configurar una opción electoral denominada Frente Popular.
El Levantamiento Revolucionario de Octubre de 1934
Con esta radicalización se produjo uno de los acontecimientos más graves: el Levantamiento revolucionario de octubre de 1934. La decisión de Lerroux de introducir en el gobierno a tres ministros de la CEDA provocó la reacción de la izquierda más radical, que entendió este hecho como una traición a la República.
Todo empezó cuando el PSOE convocó una huelga general revolucionaria. Mal organizada y sin el apoyo de los anarquistas, apenas tuvo repercusión en la mayor parte de España. La excepción estuvo en Cataluña y en Asturias:
Cataluña
La rebelión fue más una revolución política que social. El Presidente de la Generalidad, Lluís Companys, proclamó la República catalana dentro de la República Federal española. El levantamiento fue sofocado rápidamente.
Asturias
Su carácter fue social y revolucionario. Su objetivo era sustituir la República burguesa por un estado proletario. Para ello unieron sus fuerzas la CNT y la UGT. Miembros civiles de la sociedad se hicieron con armas del ejército, de las fuerzas del orden y de la dinamita de las minas, provocando una verdadera revolución que tuvo en vilo al país durante varios días. Finalmente, el gobierno envió un cuerpo del ejército para reprimirla.
Crisis de Gobierno y Convocatoria Electoral
Tras la Revolución de Octubre de 1934, entraron en el gobierno cinco miembros de la CEDA. A estas alturas, la situación del gobierno de Lerroux era insostenible. Comenzaron a hacerse públicos una serie de escándalos de corrupción política, entre los que destacamos el Escándalo del Estraperlo. Este escándalo, producido en relación con un juego de ruleta eléctrica que en realidad era una estafa, obligó al presidente Alcalá Zamora a nombrar a Chapaprieta nuevo jefe de gobierno.
En enero de 1936, Alcalá Zamora disuelve las Cortes y convoca Elecciones generales para febrero de 1936, que darán el triunfo a la nueva coalición de izquierdas: el Frente Popular.
El Frente Popular y la Antesala de la Guerra Civil
El Frente Popular se trataba de una coalición creada en enero de 1936 por Izquierda Republicana, PSOE, PCE, POUM, ERC, nacionalistas catalanes y gallegos, y estuvo apoyada por la CNT. Por la derecha se presentó la CEDA y el partido de José Calvo Sotelo.
Las elecciones del 16 de febrero de 1936 dieron el triunfo al Frente Popular. Tras las elecciones, se produjo un cambio en la Presidencia del Estado.
Las Reformas del Frente Popular y la Inestabilidad
El nuevo gobierno llevó a cabo una política reformista inmediata:
- Amnistía para los presos de octubre de 1934.
- Restablecimiento del Estatuto catalán.
- Alejamiento de Madrid de militares que podrían considerarse peligrosos para el gobierno del Frente Popular.
- Se reanudó la reforma agraria, produciéndose una ocupación de fincas ilegal por los jornaleros.
- Se tramitaron nuevos estatutos de autonomía.
La situación en la primavera de 1936 era de gran inestabilidad política y radicalización. Las causas principales fueron:
- La destitución de Alcalá Zamora, que fue sustituido por Azaña, dejándolo fuera del juego político debido a las escasas competencias. El nombramiento de Casares Quiroga como jefe del gobierno mostró un político débil y poco representativo.
- La reforma agraria radicalizó la situación en el campo.
- El creciente deterioro del orden público y la ineficacia del gobierno para mantener el orden llevaron a continuos enfrentamientos, en los cuales la Iglesia volvió a ser el sector más afectado.
Este acontecimiento de inestabilidad creciente fue el detonante de la sublevación del día 18 de julio de 1936 y el comienzo de la Guerra Civil Española.
