Orígenes de la Revolución Industrial
La Revolución Industrial fue el proceso de cambio de una economía agraria y artesanal a otra dominada por la industria y la producción mecanizada. El crecimiento de la producción estuvo determinado por profundas transformaciones económicas, técnicas y sociales.
Este proceso, que tuvo lugar por primera vez a mediados del siglo XVIII en Gran Bretaña, se difundió de formas y en tiempos distintos por Europa y el resto del mundo a lo largo del siglo XIX. La industrialización provocó transformaciones económicas y sociales fundamentales, extendiéndose primero por Europa occidental y mediterránea en la primera mitad del siglo XIX y llegando a Norteamérica, Japón y Europa oriental en la segunda mitad.
Factores Clave del Cambio
Los avances en la agricultura aumentaron la producción de alimentos en cantidad y calidad. Esto, junto con una mejor alimentación e higiene, provocó un gran crecimiento de la población. Apareció el sistema fabril, que cambió la organización del trabajo y creó una sociedad urbana e industrial. La máquina de vapor y otros avances tecnológicos transformaron el transporte terrestre y marítimo, ayudando a difundir la revolución industrial y el capitalismo en el mundo.
La Europa Preindustrial
En la Europa del siglo XVIII, la riqueza provenía principalmente de la tierra. La agricultura de subsistencia, frecuentemente afectada por crisis agrarias, limitaba el crecimiento poblacional. Las grandes ciudades y puertos tenían actividades artesanales restringidas por la tecnología de la época. La producción de alimentos y bienes era baja, lo que limitaba los precios y el comercio. La protoindustrialización inició cambios en algunas regiones, donde los campesinos comenzaron a complementar su actividad con la producción manufacturera artesanal.
Gran Bretaña: La Cuna de la Industrialización
Europa occidental se convirtió en el siglo XVIII en la primera región del mundo en industrializarse, destacando por su gran prosperidad material y desarrollo cultural, impulsados por la Revolución científica del siglo XVII y la Ilustración. Este éxito se basó en un fuerte poder comercial, derivado de sus imperios coloniales controlados por naciones como Gran Bretaña, Francia, los Países Bajos, Portugal y España.
Gran Bretaña se destacó como pionera de la industrialización gracias a varios factores:
- Imperio colonial y dominio comercial: Su vasto imperio, especialmente en Asia, le proporcionó acceso a materias primas y mercados.
- Facilidades de transporte: Una extensa red de ríos y canales favoreció el comercio interior, potenciada por la llegada del ferrocarril en 1830.
- Poder naval y legislación: Su poder naval le permitió dirigir el mercado de materias primas. Desde 1651, las Leyes de Navegación limitaron el comercio a barcos británicos, reforzando su industria y finanzas y prohibiendo la venta de tejidos indios competidores.
- Sistema político favorable: Un parlamento que limitaba el poder real facilitó la influencia de la burguesía en la toma de decisiones económicas.
- Crecimiento demográfico: El aumento de la población, gracias a mejores cosechas y alimentación, generó una mayor demanda de productos y una abundante mano de obra.
- Recursos energéticos: El carbón se convirtió en la principal fuente de energía para la nueva industria.
- Espíritu de innovación: Un ambiente propicio para la invención ayudó al desarrollo de avances tecnológicos y dinámicas de mercado.
La Revolución Agrícola: El Motor del Cambio
La revolución agrícola del siglo XVIII fue fundamental para abastecer a una población en crecimiento. Esto se logró mediante cambios en la propiedad de la tierra, nuevas formas de cultivo, avances tecnológicos y la introducción de nuevos cultivos.
Estas transformaciones tuvieron consecuencias cruciales:
- Aumentaron la producción de alimentos.
- Liberaron mano de obra campesina para el emergente sistema fabril.
- Estimularon la demanda de productos elaborados.
- Generaron capital para invertir en el comercio y la industria.
Innovaciones Agrícolas
Los cambios más significativos incluyeron:
- Leyes de cercamiento (Enclosure Acts): Transformaron campos comunales en parcelas privadas, concentrando la propiedad en grandes terratenientes que las arrendaban a campesinos.
- Nuevas tecnologías: Se introdujeron herramientas como sembradoras en hilera y trilladoras mecánicas que facilitaron el trabajo agrícola.
- Sistema Norfolk: Este sistema de rotación de cultivos eliminó el barbecho, aumentando la productividad de la tierra.
- Mejoras en cultivos y ganadería: La selección de semillas y la mejora en la cría de ganado aumentaron la producción de carne y leche. Se incorporaron cultivos americanos como la patata y el maíz, y se empezó a usar guano como abono en el siglo XIX.
Como resultado, se produjo un excedente de mano de obra agrícola que emigró a las ciudades, convirtiéndose en el proletariado urbano que nutriría las nuevas fábricas.
El Nuevo Orden Político: La Restauración en Europa
Tras la derrota de Napoleón, las grandes potencias vencedoras se reunieron en el Congreso de Viena (1814-1815) para establecer un nuevo orden político en Europa. Este orden se basó en tres principios fundamentales:
- Legitimidad: Sostenía que los monarcas gobernaban por derecho divino, restaurando así los tronos perdidos durante las guerras napoleónicas.
- Equilibrio: Promovido por figuras como Metternich y Castlereagh, buscaba mantener la estabilidad entre las potencias mediante reuniones periódicas.
- Intervención: Impulsado por el zar Alejandro I, estableció la Santa Alianza para intervenir militarmente en reinos europeos que enfrentaran revoluciones liberales.
Las conferencias del Congreso de Viena no fueron un encuentro único, sino una serie de reuniones bilaterales y actividades sociales. Su enfoque era absolutista, defendiendo la monarquía y la religión católica y rechazando las ideas liberales y los movimientos republicanos. Grupos como los antiesclavistas y los emigrados franceses que buscaban recuperar sus derechos no tuvieron éxito en sus reclamaciones.
El Surgimiento del Nacionalismo y la Unificación Alemana
El Concepto de Nación
El concepto moderno de nación surge durante la Revolución francesa y se consolida en la segunda mitad del siglo XIX con la creación de estados nacionales y el auge del nacionalismo en Europa. Una nación se define como un grupo humano con lazos económicos, sociales, un pasado compartido y un sentido de pertenencia único.
El liberalismo político y el nacionalismo a menudo avanzaron juntos, dando lugar a la creación de nuevos estados, ya sea mediante la unificación de territorios (como en Italia y Alemania) o la emancipación de grandes imperios (como Rumanía, Bulgaria y Serbia). El nacionalismo es una ideología que defiende el derecho de un pueblo a tener un estado independiente. Se distinguen dos corrientes principales:
- Nacionalismo liberal: Busca la libertad de los individuos para formar comunidades políticas soberanas.
- Nacionalismo cultural: Considera que cada pueblo posee un «espíritu colectivo» (Volksgeist) que define su identidad única.
Cronología de la Unificación de Alemania
El canciller prusiano Otto von Bismarck, mediante una política agresiva conocida como Realpolitik, unificó Alemania en tres fases bélicas:
- 1834: Creación de la unión aduanera (Zollverein), que potenció las relaciones comerciales y reforzó el sentimiento de unidad alemán.
- 1848: Intento fallido de unificar los estados desde el Parlamento de Fráncfort. Se le ofrece la corona al rey de Prusia, quien la rechaza por provenir de una constitución liberal con sufragio universal masculino.
- 1861: Guillermo I asciende al trono de Prusia con firmes ideas nacionalistas y nombra canciller a Bismarck en 1862.
- 1864 – Guerra de los Ducados: Prusia, con ayuda austríaca, vence a Dinamarca y se anexiona los condados de Schleswig y Holstein.
- 1866 – Guerra austro-prusiana: La aplastante victoria prusiana en la batalla de Sadowa, liderada por el general von Moltke, resulta en la disolución de la Confederación Germánica y la exclusión de Austria.
- 1870 – Guerra franco-prusiana: Desencadenada por el telegrama de Ems, Prusia ocupa Alsacia y Lorena. El conflicto provoca la caída del Segundo Imperio francés de Napoleón III y la adhesión de los estados del sur.
- 1871 – Proclamación del II Reich: Guillermo I es nombrado káiser de Alemania en Versalles, consolidando al nuevo imperio como una gran potencia continental e industrial, con una política autoritaria y militarista.
