Liberalismo y las Cortes de Cádiz
A lo largo de la guerra, en la España no ocupada por los franceses, los españoles se agruparon en unas instituciones llamadas Juntas para coordinarse política y militarmente. La Junta Suprema Central pretendía realizar reformas políticas; para ello, se consultó al país sobre qué reformas eran necesarias y se eligieron representantes de importantes ciudades que se trasladaron a Cádiz, la única ciudad libre de los franceses.
En Cádiz se abrieron las Cortes, que se reunieron desde 1810 hasta 1814 en la iglesia de San Felipe Neri. Había representantes de toda la sociedad: clero, nobleza, burguesía y ciudadanos importantes de Cádiz. Se formaron dos grupos de diputados: absolutistas y liberales (que eran más numerosos y lograron que sus ideas triunfaran). En esta época hubo libertad total de imprenta.
Decretos y Reformas
El primer decreto de las Cortes fue en 1810 y promulgaba la soberanía nacional, representada en las Cortes, otorgando al rey un poder constitucional. Otros decretos importantes fueron:
- Se promulgaba la igualdad ante la ley, acabando con la sociedad estamental y los privilegios de la nobleza y el clero.
- Se promulgaba la libertad de propiedad, de industria y de comercio.
- Estos decretos también recogían la desaparición de la Inquisición.
- También se eliminaba la tortura.
Estas leyes se aprobaron, pero no se pudieron aplicar en el resto de España, ya que estaba ocupada por los franceses.
La Constitución de 1812
La reforma más importante que se llevó a cabo en las Cortes de Cádiz fue la Constitución de 1812, aprobada el 19 de marzo y conocida popularmente como “La Pepa”. Esta Constitución era la más avanzada de su tiempo y fue la primera de la historia de España. El Estado se establecía como una monarquía parlamentaria con soberanía nacional, ya que el poder recaería en la totalidad de la nación y no solo en el rey. Se establecía la división de poderes en tres: legislativo, ejecutivo y judicial, así como el sufragio universal masculino. El catolicismo era la religión oficial del Estado. Se establecía la elección de ayuntamientos y diputaciones. Lo que pretendía esta Constitución era que el Estado fuera centralizado e igualitario. Se creaba la figura del jefe político, un representante del gobierno elegido por la población.
La Crisis de 1808 y la Guerra de la Independencia
Causas de la Crisis
Los inicios de la crisis del Antiguo Régimen coincidieron con el reinado de Carlos IV (1788-1808). En este periodo surgieron tres circunstancias clave:
- Crisis socioeconómica.
- Influencia de la Revolución francesa.
- Dificultades políticas de la monarquía.
En cuanto a la crisis económica, los problemas más graves se manifestaron en la agricultura, donde las crisis de subsistencia se hicieron más frecuentes. Con el estallido de la Revolución francesa en 1789, se intentó atajar las ideas revolucionarias mediante la censura a nivel interno, y a nivel internacional, las principales monarquías europeas se unieron para luchar contra Francia. En España, la guerra concluyó con la derrota y la Paz de Basilea (1795). Mediante el Tratado de San Ildefonso (1796), España volvió a la alianza con Francia y entró en guerra con Inglaterra. Godoy firmó un pacto con Napoleón. La derrota de Trafalgar (1805) significó la pérdida del potencial naval español.
El Motín de Aranjuez y las Abdicaciones de Bayona
En 1807, Godoy firmó de nuevo un acuerdo con Francia, el Tratado de Fontainebleau, permitiendo la entrada de tropas francesas en España para ocupar Portugal. En marzo de 1808, el descontento popular por la presencia de tropas extranjeras provocó el Motín de Aranjuez, en el que se asaltó la casa de Godoy, quien fue arrestado y destituido. La caída de Godoy y Carlos IV agravó la crisis de la monarquía.
Mientras tanto, tuvieron lugar las Abdicaciones de Bayona: Carlos IV y Fernando VII cedieron obligados el trono a Napoleón, quien lo entregó a su hermano José Bonaparte. Este le hizo redactar a Napoleón el Estatuto de Bayona.
Desarrollo de la Guerra
Se desató la Guerra de la Independencia, caracterizada por varios hitos:
- La ocupación española no fue tan rápida como Napoleón creía.
- La victoria española en la Batalla de Bailén obligó a José I a abandonar Madrid.
- En 1808, Napoleón llegó con un ejército de 150 000 hombres y ocupó casi toda España. Solo quedó libre Cádiz.
La guerra terminó en diciembre, cuando Napoleón firmó con Fernando VII el Tratado de Valençay, que devolvía a Fernando VII el trono español. España tuvo tres centros de acción: las Juntas (con la Junta Central para organizar el gobierno y la defensa) y las guerrillas (instrumento del pueblo llano para luchar contra el invasor mediante ataques por sorpresa).
Desarrollo de la Guerra Civil Española
Tras el fracaso del golpe de Estado del 17 de julio de 1936, se produjo una guerra civil que duró casi tres años.
Primeras Operaciones y la Batalla de Madrid
El general Mola inició las primeras operaciones, pero sus tropas fueron frenadas en la Sierra de Guadarrama. Con la ayuda de aviones alemanes e italianos, se hizo un puente aéreo para trasladar el Ejército de África hasta la Península. Algunas columnas avanzaron hasta Madrid por Extremadura, ocupando Badajoz y Mérida, y por el valle del Tajo, llegando hasta Talavera. Por el norte, Mola tomó las ciudades de Irún y San Sebastián. El 9 de septiembre, las fuerzas sublevadas del norte y del sur se unieron a través de la Sierra de Gredos.
El nombramiento de Franco como jefe del Estado español el 1 de octubre de 1936 y su desvío de tropas permitieron a los republicanos organizar la defensa en Madrid. Largo Caballero inició la formación del Ejército Republicano, ordenando militarizar las milicias. A finales de octubre, las tropas de Franco se encontraban en Madrid y este ordenó una ofensiva. El gobierno republicano se trasladó a Valencia y dejó una Junta de Defensa de Madrid dirigida por el general Miaja, que contaba con la colaboración de las Brigadas Internacionales. Franco decidió cercar la ciudad mediante ofensivas por los flancos norte, noroeste y este, pero se vio obligado a abandonar la Batalla de Madrid.
El Frente Norte y el Fin de la Guerra
Las tropas de Queipo de Llano consiguieron ocupar Málaga en 1937. El 26 de abril, la Legión Cóndor alemana bombardeó la ciudad de Guernica, símbolo de la identidad vasca, que quedó arrasada. El siguiente objetivo era Bilbao y, tras su caída el 19 de junio, quedó ocupado todo el País Vasco.
En 1937, el gobierno de Largo Caballero había entrado en crisis y fue sustituido por Negrín, que contaba con el apoyo de los comunistas. Una vez tomado el norte, Franco volvió a centrarse en Madrid. Desplegó una ofensiva general en el frente de Aragón con el objetivo de llegar al Mediterráneo y cortar la zona republicana en dos. En 1938, Negrín pretendía reducir la presión sobre Valencia. El general Rojo preparó una ofensiva que dio lugar a la Batalla del Ebro. A finales de diciembre, Franco inició su ofensiva final en Cataluña; Barcelona cayó en 1939. El 1 de abril, Franco firmó su último parte oficial de guerra: la Guerra Civil había acabado.
La guerra en España tuvo graves consecuencias: un drástico descenso demográfico (con numerosos muertos, heridos y presos) y efectos económicos desastrosos. Tras la guerra, España quedó aislada de Europa Occidental.
El Primer Franquismo: Fundamentos Ideológicos y Evolución Política
Se instauró una dictadura dirigida por Franco. El franquismo era un sistema político-social que evolucionó para garantizar su permanencia. Se trataba de una dictadura personal, represora de derechos y libertades y sin una ideología elaborada.
Estructura del Nuevo Estado
El nuevo Estado contaba con un único partido político y carecía de Constitución, que fue sustituida por las Leyes Fundamentales:
- Ley Constitutiva de las Cortes (1942).
- Fuero de los Españoles (1945).
- Ley de Sucesión (1947).
La estructura jurídica del Estado se completó en 1967 con la Ley Orgánica del Estado. Franco concentró un poder absoluto: era Generalísimo de los Ejércitos, jefe del Estado, del Gobierno y del partido único. En 1942 se crearon las Cortes, que eran un órgano consultivo sin poder. Este sistema se denominó democracia orgánica.
En esta estructura del Estado, tuvo un papel importante la legislación laboral. Durante la guerra se había aprobado el Fuero del Trabajo (1938) y en 1940 se publicó la Ley de Unidad Sindical y la Ley de Constitución de Sindicatos, que dieron forma a la Organización Sindical Española.
Los Pilares del Régimen
La dictadura de Franco contó con tres pilares fundamentales: el ejército, la Iglesia y la Falange. El ejército se convirtió en la base del régimen, garantizaba el orden y los tribunales militares tenían jurisdicción sobre delitos políticos. Con el Concilio Vaticano II, se inició la separación entre Iglesia y régimen. El soporte político correspondía a la Falange. Franco la utilizó como instrumento para mantener los ideales de 1936 y para controlar la opinión pública. La dictadura de Franco también fue respaldada por la burguesía, los terratenientes, los hombres de negocios y los católicos.
Política Exterior y la Segunda Guerra Mundial
Todas las asociaciones estudiantiles se integraron en el Sindicato de Estudiantes Universitarios (SEU). Poco después de la Guerra Civil, se inició la Segunda Guerra Mundial y Franco se declaró neutral. Hitler se reunió con Franco en Hendaya, donde se firmó un protocolo secreto por el que España prometía entrar en guerra, pero Hitler prefirió la neutralidad al considerar excesivas las exigencias de Franco. Poco después se reunieron Franco y Mussolini, pero no hubo acuerdo.
