Absolutismo vs liberalismo

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Una vez concluida la guerra en contra de la ocupación napoleónica, en España, se vivíó el enfrentamiento entre liberales y absolutistas. Desde 1813 se preparó el regreso de Fernando VII. Estando el en Valencia un grupo de 69 diputados absolutistas de las Cortes entregaron al monarca un documento, el Manifiesto de los Persas, donde se pedía la derogación de la Constitución de 1812, así como de toda la labor legislativa de las Cortes gaditanas. Con este y otros apoyos, Fernando VII se decidíó a publicar el decreto de Valencia, en el que se declaraban nulas todas las leyes de las Cortes de Cádiz, incluida la Constitución. A partir de ese momento se procedíó a restaurar el Antiguo Régimen, comenzando una política represiva contra el liberalismo. Algunos liberales fueron encarcelados y otros apostaron por el exilio.

El sexenio absolutista (1814-1820): Fernando VII vuelve a Madrid y para restaurar el Antiguo Régimen, restablecerá antiguas instituciones como la Inquisición, la Mesta o el Consejo de Castilla. También censuró todo tipo de manifestaciones liberales progresistas. Esto lo hizo tomando como ejemplo lo que estaba ocurriendo en España tras la Restauración del Congreso de Viena, donde se creó la Santa Alianza formada por Austria, Prusia, Rusia, Francia y España, fue creada con la intención de sofocar cualquier tentativa revolucionaria. Sin embargo, no fue posible restaurar completamente el Antiguo Régimen e incluso los estamentos que apoyaban al absolutismo no pudieron recuperar todos sus privilegios. La Iglesia y la nobleza, que fueron apoyos fundamentales a la Corona perdieron tierras que fueron vendidas anteriormente por el régimen francés. Sin embargo, debido a las hambrunas provocadas por la guerra, a la inestabilidad política, a las de Hacienda, y el hecho de mantener una política innovista hizo que España no evolucionase y se quedase retrasado frente al continente europeo. Durante esa época hubo numerosos pronunciamientos pero fueron todos sofocados y castigados, hasta que el general Riego se levantó a favor de la Constitución de 1812 en 1820 en Cabezas de San Juan y se iniciase una nueva etapa.

El trienio liberal (1820-1823):significó el restablecimiento del orden constitucional surgido de las Cortes de Cádiz. Así se restituyeron los derechos y libertades de los ciudadanos; además quedaron suprimidos los señoríos, se restauró el sistema fiscal aprobado en Cádiz y se decretó la libertad de contratación. También se abolíó la Inquisición, se redujo el diezmo, se derogó el fuero eclesiástico y se ordenó la expulsión de los jesuitas. Debido a esto surgieron tertulias, cafés y centros de debate, y la prensa se convirtió en un instrumento de acción y opinión política. Estos tres años estuvieron marcados por las disputas entre los propios liberales que se dividieron en dos grupos:


 –Moderados: eran defensores de los principios de Cádiz y controlaron las Cortes y el Gobierno hasta 1822. Pensaban que había que actuar despacio y con el consentimiento del rey para evitar rupturas que provocasen un regreso del absolutismo.

-Exaltados: buscaban la radicalización del liberalismo con el apoyo de la Milicia Nacional y de la prensa liberal

Los Gobiernos liberales tuvieron una orientación moderada, pero a pesar de ello fueron constantemente hostigados por el absolutismo, y por el propio rey, que mantuvo una postura hostil. Finalmente, la Santa Alianza reunida en el Congreso de Verona en 1822 decidíó acabar con el régimen constitucional. En el 1823 cruzaron la frontera los Cien Mil Hijos de San Luis para restablecer el absolutismo. Su avance se realizó sin apenas resistencia debido a la escasa identificación popular del régimen liberal.

Década absolutista (1823-1833): nuevamente quedó abolida la Constitución y se volvíó al Antiguo Régimen. Fueron tomadas medidas represivas que supusieron el encarcelamiento o la ejecución de muchos liberales y que animaron a otros a tomar el camino del exilio. Los elementos más radicales del liberalismo conspiraron para derrocar el absolutismo, pero todos los intentos fracasaron; como fue el caso del general Torrijos que terminó fusilado. Pese al restablecimiento del absolutismo, tanto el rey como un sector cercano a él introdujeron tímidas reformas que alejaron la amenaza revolucionaria y ayudara a sanear la Hacienda. Los realistas puros acusaban a Fernando VII de ceder demasiado ante los liberales, por lo que cambiaron a identificarse con Carlos María Isidro; fueron posteriormente llamados los carlistas. El movimiento realista más importante fue la rebelión de los malcontents, una sublevación campesina financiada por los sectores más conservadores de los absolutistas y animada por el clero. Fernando VII publicó la Pragmática Sanción antes del nacimientos de su hija María Cristina, donde se permitía reinar a las mujeres, de modo que Carlos María Isidro quedaba fuera de las aspiraciones al trono. Los absolutistas presionaron al rey para que aboliera la Pragmática Sanción y debido a la enfermedad del rey, su hija María Cristina se hizo cargo del Gobierno permitiendo el retorno de los liberales.

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