Causas y Consecuencias de la Guerra Civil Española: Un Análisis Exhaustivo

1. Causas de la Guerra

Durante los años 30, la democracia en Europa vivía una profunda crisis, y España no fue la excepción. La victoria electoral del Frente Popular en 1936 intensificó la polarización social. Ante el miedo a perder privilegios y frente a la creciente conflictividad (huelgas, atentados, enfrentamientos ideológicos), sectores conservadores planearon un golpe de Estado.

El general Mola organizó la sublevación, con apoyo de militares como Franco, Sanjurjo y otros, y respaldo de la Unión Militar Española (UME). El golpe comenzó el 17 de julio en Melilla y se extendió rápidamente por zonas como Galicia, Castilla y León, Aragón, Baleares y Canarias.

España quedó dividida:

  • Zona sublevada (nacional): con base en el mundo rural, apoyada por militares conservadores, falangistas, carlistas y la Iglesia.
  • Zona republicana: concentrada en las ciudades y zonas industriales, respaldada por obreros, campesinos sin tierras y sectores de clase media. Defendía la legalidad republicana, aunque con divisiones internas.

La intervención extranjera fue decisiva: Alemania e Italia ayudaron a los sublevados desde el inicio, mientras que las democracias occidentales optaron por la no intervención. La República recibió ayuda limitada de la URSS y de las Brigadas Internacionales.

3. Consecuencias de la Guerra

  • Humanas: Aproximadamente 600.000 muertos, incluyendo bombardeos como los de Madrid, Barcelona o Guernica. Se calcula que más de 470.000 personas se exiliaron.
  • Materiales: Destrucción masiva de infraestructuras, viviendas, campos de cultivo y ganado. El país quedó devastado.
  • Políticas: Fin de la Segunda República y establecimiento de una dictadura franquista que duraría casi 40 años.

2. Evolución Militar del Conflicto

El golpe de Estado fracasó como intento rápido, convirtiéndose en una guerra civil prolongada. El conflicto tuvo varias fases:

  • 1936: intento de tomar Madrid. Tras tomar Badajoz y Toledo, Franco quiso conquistar la capital. Madrid resistió heroicamente gracias a la movilización popular y la llegada de las Brigadas Internacionales. El Gobierno republicano se trasladó a Valencia. Durante esta etapa se produjeron represalias sangrientas, como las sacas de Paracuellos.
  • 1937: guerra de desgaste. Franco abandonó el ataque directo a Madrid y lanzó una ofensiva en el Norte (Bizkaia, Cantabria, Asturias), con fuerte apoyo aéreo de Alemania e Italia. Guernica fue arrasada por la Legión Cóndor alemana. Pese a los intentos republicanos de frenar el avance con las ofensivas de Brunete y Belchite, el Norte cayó, y con él, una importante base industrial.
  • 1938: ofensiva final. La República contraatacó en Teruel y lanzó la batalla del Ebro, la más sangrienta de la guerra. Aunque inicialmente exitosa, los republicanos no pudieron mantener sus posiciones. La derrota en el Ebro dejó a la República debilitada y sin capacidad ofensiva.
  • 1939: fin de la guerra. Las tropas franquistas entraron en Barcelona sin apenas resistencia. El Gobierno republicano y miles de ciudadanos huyeron al exilio. En Madrid, el coronel Casado dio un golpe interno contra el presidente Negrín, intentando negociar con Franco, pero este solo aceptó la rendición incondicional. El 28 de marzo, las tropas franquistas tomaron Madrid, y el 1 de abril, Franco proclamó la victoria.

Fase Tecnocrática (1959-1969)

Ante la grave crisis económica de finales de los años 50, el régimen franquista impulsó el Plan de Estabilización (1959), elaborado por tecnócratas del Opus Dei. Su objetivo era modernizar y liberalizar la economía, reducir el gasto público y atraer inversión extranjera.

Gracias al plan y a una buena coyuntura internacional, España vivió un fuerte crecimiento económico (conocido como el “milagro español”), apoyado en el turismo, las inversiones, las remesas de emigrantes y las obras públicas. Entre 1962 y 1975 se aplicaron cuatro Planes de Desarrollo.

Sin embargo, esta modernización no se tradujo en reformas políticas. Persistieron grandes desigualdades sociales y regionales, y se acentuó el éxodo rural y la emigración (4 millones de personas).

La sociedad cambió: creció la clase obrera, la mujer se incorporó al trabajo, aumentó el consumo y se ampliaron los servicios sociales con la Ley de Seguridad Social (1963). También hubo cierta apertura informativa con la Ley de Prensa (1966).

La oposición comenzó a crecer: conflictividad laboral, protestas estudiantiles, distanciamiento de la Iglesia y surgimiento del nacionalismo radical (como ETA en 1959). En 1962 se produjo el Contubernio de Múnich, que mostró el rechazo de la oposición al régimen.

2. Crisis Final del Franquismo (1969-1975)

En 1969, Franco nombró sucesor al Príncipe Juan Carlos. A partir de entonces, el régimen entró en decadencia: Franco delegaba cada vez más poder (sobre todo en Carrero Blanco), y la crisis del petróleo de 1973 frenó el desarrollo económico.

La situación se agravó con el asesinato de Carrero Blanco (1973). Su sucesor, Arias Navarro, intentó una apertura que fue bloqueada por el sector inmovilista del régimen (el “búnker”), lo que llevó a más represión y malestar social. La oposición se organizó en plataformas como la Junta Democrática (PCE) y la Plataforma de Convergencia Democrática (PSOE).

En 1975, España cedió el Sáhara Occidental tras la Marcha Verde de Marruecos. Ese mismo año, se produjo una gran protesta internacional por las últimas ejecuciones del régimen. Franco murió el 20 de noviembre de 1975, dejando una España modernizada económicamente pero anclada en un sistema autoritario y sin libertades, que abría paso a la Transición Democrática.

La Oposición en los Años 70

Durante estos años, la oposición al franquismo se articuló en diversas plataformas:

  • El PSOE se reorganizó en el Congreso de Suresnes (1973), eligiendo a Felipe González como líder.
  • El PCE impulsó la Junta Democrática, mientras que el PSOE promovió la Plataforma de Convergencia Democrática.
  • La Iglesia, con figuras como el cardenal Tarancón, se alejó del régimen y pidió libertad religiosa y política.
  • Aumentaron las huelgas y protestas universitarias, reflejando una sociedad que exigía la democracia.

La Revolución de los Claveles en Portugal (1974) también influyó en España, al demostrar que era posible una transición pacífica desde una dictadura militar hacia un sistema democrático.

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