El Colapso del Sistema Canovista: De la Regeneración a la II República Española

Introducción

Durante las últimas décadas del siglo XIX, los regeneracionistas realizaron propuestas para la modernización de España. Maura, líder del Partido Conservador, y José Canalejas, líder del Partido Liberal, pusieron en marcha su proyecto de reformas. La Semana Trágica de Barcelona en 1909 y el asesinato de Canalejas en 1912 truncaron los dos intentos de regeneración.

Tras el desastre de 1898, España inició su penetración en el Norte de África. Estableció un protectorado franco-español en Marruecos.

Conflictos y Desastres Militares

La presencia española estuvo contestada por las tribus bereberes, organizadas en cabilas. En 1909, las tropas españolas fueron derrotadas en el Desastre del Barranco del Lobo. Se decidió entonces movilizar a una gran cantidad de reservistas, lo que provocó una protesta popular: la Semana Trágica de Barcelona.

La Crisis de 1917

La Crisis de 1917 comenzó por el descontento social y la situación de la Primera Guerra Mundial, que empeoró el nivel de vida de las clases populares. En marzo, las centrales sindicales UGT y CNT convocaron una huelga. El gobierno de Dato suspendió las garantías constitucionales, clausuró las Cortes e impuso la censura de prensa.

La situación se convirtió en una triple crisis, con protestas de:

  • Organizaciones sindicales.
  • Militares.
  • Partidos opositores.

La reacción del Gobierno fue básicamente represiva. El hecho de que no se llevara a cabo una acción conjunta fue la causa del fracaso del movimiento.

El Desastre de Annual (1921)

Por otra parte, el dominio del protectorado de Marruecos era fuertemente sostenido por una parte del ejército y por Alfonso XIII, pero tenía la oposición de las clases populares.

En verano de 1921, las tropas españolas sufrieron una derrota en Annual. Esto causó una fuerte impresión en la opinión pública y protestas en favor del abandono de Marruecos. Se organizó una Comisión militar de investigación, que puso de manifiesto las irregularidades, corrupción e ineficacia, tanto del ejército español en África como del Gobierno.

Socialistas y republicanos plantearon la responsabilidad del rey, pero un golpe de Estado impidió conocer las conclusiones de la investigación sobre el desastre de Annual.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

El Golpe de Estado de 1923

El golpe se produjo el 13 de septiembre de 1923 a manos del capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera (Mussolini fue un referente). El golpe fue justificado con el argumento de que el régimen constitucional estaba desprestigiado y que existía un grave peligro de revolución social.

Además, se había llevado a cabo para frenar las reformas impulsadas por el gobierno liberal de García Prieto e impedir el debate del Expediente en las Cortes. El rey se negó a destituir a los militares sublevados y el gobierno dimitió.

Primo de Rivera justificó su actuación en un manifiesto dirigido a la nación, donde:

  • Culpaba de desgobierno a los políticos y partidos tradicionales.
  • Declaraba su intención de regenerar la política nacional, acabar con el caciquismo y la corrupción.
  • Pretendía recuperar el orden público, poner fin a la conflictividad obrera.
  • Buscaba garantizar la unidad nacional ante el auge de los nacionalismos.

La alta burguesía, una parte de las clases medias y del ejército, y el rey y su entorno político aceptaron la dictadura como una solución a la crisis. La mayoría de la población reaccionó con indiferencia o fue favorable al golpe de Estado. Los republicanos, PSOE y UGT se mantuvieron a la expectativa, mientras que los anarquistas y comunistas reaccionaron con una huelga general demostrando su descontento.

Se esperaba que el nuevo régimen fuera temporal y pusiera fin a un sistema que se había demostrado incapaz de resolver los problemas del país.

El Directorio Militar (1923-1925)

Alfonso XIII nombró a Primo de Rivera presidente del Directorio, un gobierno integrado exclusivamente por militares.

Primeras Medidas del Directorio Militar

  • Declaración del estado de guerra en todo el país (vigente hasta 1925).
  • Suspensión de la Constitución, disolución del Parlamento e ilegalización de los partidos políticos y organizaciones obreras.
  • Liquidación de la Mancomunidad catalana, prohibición del uso de símbolos catalanistas y restricción del uso del catalán al ámbito privado.

Hubo una reforma de la administración, cuyo gran objetivo fue liquidar la vieja estructura de poder de la Restauración y organizar el nuevo régimen. Los gobernadores civiles fueron sustituidos por los gobernadores militares y se creó la figura de los delegados gubernativos, que controlaban los ayuntamientos.

Se aprobó el Estatuto Municipal (1924), para implantar una nueva administración centralizada y eliminar el caciquismo, aunque fue difícil llevarlo a la práctica. También se aprobó el Estatuto Provincial (1925) que hizo desaparecer la Mancomunidad, lo cual trajo la ruptura con el catalanismo y la radicalización del nacionalismo catalán.

La represión redujo los conflictos laborales y puso fin a la violencia social y el pistolerismo en las calles. El carácter regeneracionista del Directorio Militar se concretó en una legislación social, que reguló el trabajo de la mujer, promovió la construcción de viviendas destinadas a familias obreras e impulsó una política de inversiones en obras públicas para reducir el desempleo.

Resolución del Conflicto en Marruecos

El conflicto en Marruecos fue otro de los problemas a los que se enfrentó Primo de Rivera. Asumió el mando de Alto Comisariado en Marruecos e intentó negociar la paz con Abd-el-Krim. Debido a dos grandes hechos —el ataque en 1924 a las tropas españolas y el avance de Abd-el-Krim en el Marruecos francés— se produjo un vuelco a la situación. En 1925 España y Francia acordaron una ofensiva militar conjunta por mar y tierra. Gracias al rotundo éxito en el desembarco de Alhucemas se consiguió parar a Abd-el-Krim.

El Directorio Civil (1925-1930)

Una vez resueltos el problema del orden público y la cuestión marroquí, a finales de 1925 se estableció un Directorio Civil, con el objetivo de abandonar la “excepcionalidad” política iniciada con el golpe militar y regresar a la “normalidad”, institucionalizando el nuevo régimen y cediendo protagonismo a los civiles frente a los militares.

Primo de Rivera buscaba consolidarse en el poder con el apoyo de sectores conservadores, de la banca y de la industria. Aprovechando la prosperidad económica de la década de 1920 se reactivó la economía basada en el nacionalismo económico y el dirigismo estatal.

Instituciones del Nuevo Régimen

Se reorganizaron las instituciones del Estado:

  • Se fundó La Unión Patriótica (1924), un partido gubernamental, sin ideología clara, que buscaba dar apoyo social a la dictadura. Estaba formado por funcionarios del régimen, integrantes de organizaciones católicas, militares y propietarios de zonas rurales. Este fue el instrumento político del nuevo régimen.
  • También se reactivó la institución del Somatén, que fue una fuerza armada ciudadana para apoyar al ejército y a la policía en momentos de conflictos internos, y un órgano auxiliar del partido.

En 1926 se anunció la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva encargada de elaborar una constitución. Se reunió en 1927 y estaba integrada por representantes del Estado, la UP, sectores sociales… Su función fue meramente consultiva y siempre actuó bajo control gubernamental. Se paró el proyecto de Constitución por la oposición de los viejos políticos dinásticos, socialistas y el propio rey.

Política Económica y Social

La política económica y social se basó en:

Intervencionismo estatal y nacionalismo económico
Aplicación de aranceles para impulsar la industria nacional, ayudas a grandes empresas y aumento del gasto público; creación de grandes monopolios estatales como CAMSA.
Fomento de las obras públicas
Creación de Confederaciones hidrográficas, extensión de la electricidad al mundo rural, electrificación de la red de ferrocarriles y construcción de casi 10.000 km de carreteras.
Organización Corporativa Nacional
Creación de los Comités Paritarios para resolver pacíficamente los conflictos, regular el trabajo, los contratos y la asistencia social.

Esta política de gasto público generó un incremento del déficit presupuestario, puesto que no hubo reforma fiscal, sino que se acudió a una constante emisión de deuda pública.

El Fin de la Dictadura y la Caída de la Monarquía (1930-1931)

En 1926, la dictadura empezó a perder apoyos.

La Oposición al Régimen

Hubo un conflicto militar debido a la aprobación de una medida que suprimía los ascensos por antigüedad, que tuvo la oposición de los oficiales de Artillería. El rey se vio obligado a disolver el cuerpo de Artillería, por lo que una parte del ejército se distanció del gobierno y del rey.

Tuvo también en la oposición a los republicanos: la Alianza Republicana (1926), la Derecha Liberal Republicana (Alcalá-Zamora) y los republicanos nacionalistas y regionales. Por otra parte, la CNT se había desmoronado y radicalizado. Un sector del partido formó la Federación Anarquista Ibérica (FAI).

Los militares descontentos, junto con los dirigentes de los partidos de turno y republicanos organizaron pronunciamientos militares, como la Sanjuanada. Además, muchos intelectuales y periodistas de la época se opusieron al régimen (Unamuno, Ortega y Gasset).

Ante la falta de apoyo del pueblo, de militares y del rey, Primo de Rivera presentó su dimisión en enero de 1930.

El Camino hacia la República

Después de ese hecho, Alfonso XIII mandó a formar gobierno al general Berenguer con el objetivo de volver a la normalidad constitucional: se restablecieron las libertades políticas, se disolvió la Asamblea Nacional, etc. Sin embargo, la sociedad española, sobre todo el mundo urbano, había cambiado. El caciquismo ya no tenía tanta influencia, debido a la desconfianza en el rey y un republicanismo en auge.

En agosto de 1930 se produjo el Pacto de San Sebastián (formado por los partidos republicanos, incluidos catalanes y gallegos, y socialistas), creando un comité revolucionario para llegar a un cambio mediante un levantamiento militar y civil. Un grupo de intelectuales contribuyeron a la instauración de un régimen republicano que sustituyese a la monarquía.

Se fijó la fecha para la insurrección el 15 de diciembre, pero fracasó en Huesca y Madrid. Ante la situación de no participación política de los demás partidos, Berenguer dimitió y se formó un nuevo gobierno presidido por el almirante Aznar, el cual convocó elecciones municipales para el 12 de abril, para después convocar otras generales con carácter constituyente.

Republicanos y socialistas plantearon las elecciones como un plebiscito a favor o en contra de la monarquía. Hubo mayoría monárquica, pero en las ciudades ganó el republicanismo y se interpretaron los resultados de los pueblos como inválidos debido al caciquismo. Interpretaron los resultados como un rechazo a la monarquía y dos días después, el 14 de abril de 1931, se proclamó la II República.

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