El desarrollo y ocaso del franquismo en España (1960-1975)

La España del desarrollo (1960-1972)

Pasados los años de “posguerra” (década de los 40) y del “aperturismo” (década de los 50), el régimen franquista afronta una segunda etapa de consolidación (años 60) y posterior crisis (años 70).

Entre 1962 y 1975, tres Planes de Desarrollo indicaban el camino para que España saliera adelante. El cerebro de estos cambios fue Laureano López Rodó. Estos planes buscaban el crecimiento del producto nacional, mejor reparto de renta y mayor integración española en la economía mundial.

Auge económico

En España, las tasas de crecimiento fueron de las más elevadas del mundo. La producción industrial aumentó un 10%, sobre todo en el sector del automóvil (SEAT y Renault) y electrodomésticos. Para ello, tuvieron que importar bienes de equipo y tecnología. Las inversiones para el desarrollo las sacaron del turismo y del dinero enviado por los emigrantes (de Francia y Alemania mayormente). A ello hay que añadir que, con la inversión del capital extranjero alemán y estadounidense, aumentaron las exportaciones. Los que más se beneficiaron de esto fueron la banca y los grandes grupos industriales.

Desigualdades y problemas sociales

La otra cara del desarrollo es la de las desigualdades personales de las rentas. Fracasó la política de descentralización. Por otro lado, se creó un urbanismo incontrolado y especulativo, hasta crear la Ley de Costas que prohibía levantar edificios al borde del mar.

Avances sociales

En 1963, para el bienestar de los ciudadanos, se aprobó la Ley de Bases de la Seguridad Social. A partir de ésta, se accedió a las pensiones y a la cobertura sanitaria. Poco después, en 1970, se aprobó la Ley General de Educación, impulsada por Villar Palasí. En este año se produjo una evasión cultural (Televisión Española).

Relaciones exteriores

En cuanto a las relaciones con el exterior, en los 70 se produjeron nuevos pactos con EEUU, ratificando su amistad con los países árabes. En 1957, nació la Comunidad Económica Europea (CEE). En 1959, España pidió la entrada y, en 1962, le comunicaron que solo entraban los países democráticos, con lo cual la admisión fue rechazada. En 1970, se firmó el Acuerdo Preferencial que permitía que la CEE y España importasen productos industriales.

Movimientos sociales y oposición

Entre los movimientos sociales y la oposición del régimen, cabe destacar el Partido Comunista, dirigido desde el exilio por Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo, quienes sufrieron grandes brigadas policiales, hasta llegar a la ejecución de Julián Grimau en 1963, acción que tuvo resonancia internacional.

En 1967, se produjo una progresiva politización del movimiento en Barcelona, Madrid, Asturias y el País Vasco. Además, se produjeron movilizaciones universitarias, por la incorporación de profesores por méritos intelectuales y no políticos. En 1965, el gobierno destituyó a varios prestigiosos catedráticos universitarios por apoyar las manifestaciones estudiantiles.

Por otro lado, los movimientos nacionalistas vascos (ETA) y catalanes (Asamblea de Cataluña) también se opusieron al régimen. Aunque también surgieron manifestaciones culturales nacionales en Andalucía, Galicia, Valencia y Canarias.

La Iglesia y el régimen

En la Iglesia, en 1968, también se encontraron obispos rojos y sacerdotes comunistas. Además, el clero joven y los católicos progresistas también se enfrentaron a la jerarquía franquista. Como consecuencia de esto, se produjo un desgaste en las relaciones Iglesia-Estado.

El ocaso del franquismo (1969-1975)

.En 1969, con 77 años y un Parkinson avanzado, Franco declaro el Estado de excepción, sobretodo en el País Vasco donde ETA imponía con su actividad terrorista. Ese mismo año, el príncipe Juan Carlos fue nombrado sucesor de la jefatura del Estado asegurándose del mantenimiento del régimen. Esta decisión fue apoyada por el Opus Dei, que vino acompañada de un escándalo: el caso Matesa. Matesa era una empres textil subvencionada por operaciones no realizadas. Con Carrero Blanco de vicepresidente, Franco se alejó de las decisiones políticas, debatiendo entre el aperturismo y inmovilismo. Sin duda, poco después, Carrero Blanco tomó las riendas del poder con dos objetivos: mantener la unidad de las fuerzas franquistas e impedir el crecimiento de la oposición demócrata. Este nuevo gobierno contaba con Carlos Arias como ministro de Gobernación y Torcuato Fernández Miranda como vicepresidente. Pero contaron con dos problemas: la apertura que debía pasar por la legislación de las asociaciones políticas y el orden público. En 1973, la preparación del Proceso 1001 contra 10 miembros de comisiones obreras, ETA asesino a Carrero Blanco. Tras este suceso, se colocó en el poder un gobierno en funciones, presidido por Fernandez Miranda. Poco después en 1974, Arias Navarro fue elegido presidente, y fue en su presidencia cuando se comenzaron a ver las contradicciones del propio gobierno del caudillo. Se libero la prensa (diarios:

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