El Desastre del 98: La Pérdida del Imperio Español
Antecedentes
En España creció la hostilidad antinorteamericana y se vivió un ambiente prebélico que minimizaba la potencialidad de este país. Pero Estados Unidos no dejó sus objetivos y la explosión del acorazado Maine sirvió como excusa para que, presionado por su prensa, declarara la guerra a España tras enviar un ultimátum al gobierno de Madrid.
En Filipinas, el conflicto comenzó en 1896 debido a la corrupción y a la mala administración colonial española, que no atendió los anhelos autonómicos de un partido conservador como la Liga Filipina de José Rizal, provocando la sublevación y el enfrentamiento por los independentistas encabezados por Emilio Aguinaldo. La insurrección se desarrollaba en Filipinas al mismo tiempo que en Cuba; sin embargo, en Filipinas se optó por la solución dura al mando del general Polavieja, que ejecutó a José Rizal, pero que no detuvo la rebelión. Su sucesor, Fernando Primo de Rivera, firmó con Aguinaldo la Paz de Biak-na-Bató en diciembre de 1897, que dejaba el conflicto detenido momentáneamente.
La Guerra Hispanoamericana
Al estallar la guerra, en España se vivieron días de verdadero entusiasmo patriótico. Se creía en la posibilidad de ganar a Estados Unidos pese a su potencia industrial, pero en realidad ni se podía ni se estaba capacitado. La guerra presentaba además una dificultad añadida: al realizarse en dos escenarios muy distantes entre sí, el Pacífico y el Atlántico.
El Frente del Pacífico
Los primeros enfrentamientos entre españoles y norteamericanos se desarrollaron en el Pacífico. El objetivo era Manila, donde el almirante español Montojo había refugiado sus barcos. La desigualdad naval entre los combatientes era manifiesta, ya que los barcos de la flota española tenían el casco de madera y no estaban dotados de la resistencia de los cruceros acorazados de los norteamericanos al mando del comandante Dewey. El conflicto duró tres horas y el día 1 de mayo la flota española fue aniquilada en la bahía de Manila, rindiéndose y sublevándose también los independentistas de Aguinaldo. Los españoles solo contaban con la capital, Manila, y tras librar batallas contra los norteamericanos y los independentistas, Manila capituló el 14 de agosto.
El Frente del Atlántico
En el Atlántico, la escuadra española al mando del almirante Cervera operaba cerca de las Canarias y fue mandada a proteger Puerto Rico y Cuba. Cuando la escuadra repostaba carbón en Santiago de Cuba, los rangers americanos liderados por Roosevelt desembarcaron en Cuba y se hicieron con algunos territorios. El día 3 de julio, la escuadra española salió del puerto y fue totalmente aniquilada.
El Tratado de París y sus Consecuencias
La guerra finalizó el 14 de agosto, coincidiendo con la toma de Manila. Con la firma del Tratado de París, España concedía la autonomía a Cuba, cedía Puerto Rico, la isla de Guam y Filipinas. A cambio, España recibiría una contraprestación económica de 20 millones de dólares. España perdía así las últimas partes de su imperio colonial.
Se produjeron enormes pérdidas humanas, gastos de guerra, subidas de precios, repudio de los jefes políticos por parte del ejército… Al año siguiente, España vende a Alemania las islas Marianas, Carolinas y Palaos a cambio de 25 millones de marcos.
El Impacto del Desastre
La derrota española casi sin esfuerzo, la superioridad norteamericana y la rapidez con la que se perdió el resto del imperio afectó a todos los sectores sociales. Este acontecimiento, denominado el Desastre, sumió a los españoles en una profunda crisis de conciencia que tendrá su mejor expresión en una vigorosa reacción intelectual que centrará sus objetivos en recuperar el pulso perdido y modernizar el país.
El Regeneracionismo
Analizando el fracaso del 98 están los regeneracionistas, que intentarán una política de desarrollo social y educativo. Silvela intentará en política una regeneración por la descentralización del estado y eliminar el caciquismo apoyado en la burguesía catalana, pero fracasó.
Consecuencias del Desastre en España
- El cambio de estatus internacional, por lo que España pasa de potencia con presencia a nivel mundial a una potencia regional.
- El crecimiento del antimilitarismo.
- El surgimiento de una nueva mentalidad que girará en torno al problema de España.
- La secularización social con el anticlericalismo, un republicanismo muy distinto al del Sexenio Democrático.
- Gran agitación del movimiento obrero.
- Un cambio en la economía española.
España se va integrando en la economía global cada vez más, se produce un desarrollo del sector secundario y terciario, y España tiende a las corrientes económicas de desarrollo capitalista. También podemos hablar de un 98 francés y un 98 portugués. Ambos países fueron afectados por un fenómeno similar, pero sin unas consecuencias tan devastadoras.