El Establecimiento del Estado Liberal en España: Regencias, Conflictos y Reformas (1833-1843)

La Revolución Liberal en España (1833-1843)

El Inicio de la Regencia de María Cristina y el Estatuto Real (1833-1834)

Tras la muerte de Fernando VII, se creó un Consejo de Gobierno para asesorar a la regente María Cristina, que estuvo presidido por Cea Bermúdez y compuesto por absolutistas moderados. La única reforma impuesta por este gobierno fue la división provincial de tipo administrativo. El trono isabelino empezó a temblar por falta de apoyo de los suyos, ya que una parte de la población reclamaba un Estado absoluto.

Ante esta situación, algunos militares incitaron a la regente a la necesidad de formar un gobierno capaz de conseguir la adhesión de los liberales. Para ello se escogió a Francisco Martínez de la Rosa, que llevó a cabo la primera reforma política promulgando el Estatuto Real (1834). Este documento no era ni una constitución ni una carta otorgada, sino un conjunto de reglas para convocar unas Cortes.

Estas reformas eran insuficientes para una parte del liberalismo, lo que provocó la división de los liberales entre:

  • Doceañistas (moderados)
  • Exaltados (progresistas)

La Corona apoyaba a los moderados, pero la necesidad de conseguir apoyos sociales firmes y recursos financieros contra el carlismo forzó a la monarquía a aceptar un gobierno progresista que inició un proceso de reformas liberales.

El Ascenso Progresista y las Revueltas Urbanas

Los progresistas, descontentos con las reformas iniciales, tenían su fuerza en el dominio del movimiento popular, influenciado por la Milicia Nacional y las juntas revolucionarias. Los progresistas iniciaron revueltas urbanas expresando sus principales demandas:

  • Reunión de Cortes.
  • Libertad de prensa.
  • Extinción del clero.
  • Reorganización de la Milicia Nacional para hacer frente a la guerra carlista.

María Cristina llamó a formar un gobierno en manos de Mendizábal, quien inició reformas progresistas para obtener dinero y hacer frente a la guerra, como la desamortización de bienes del clero. Por tal hecho, los privilegiados apremiaron a María Cristina para que lo destituyese.

Además, una serie de revueltas en muchas ciudades reclamaban el restablecimiento de la Constitución de 1812. Tuvo lugar el levantamiento de los sargentos de la guarnición de La Granja. Ante tanta presión, María Cristina restableció la Constitución de Cádiz y entregó el poder a Calatrava.

El Desmantelamiento del Antiguo Régimen (A.R.)

Los progresistas querían acabar con el Antiguo Régimen (A.R.) e implantar un sistema liberal, constitucional y de monarquía parlamentaria. Para ello se llevaron a cabo unas reformas agrarias. La reforma agraria liberal se ejecutó a partir de 1837 mediante tres grandes medidas:

  1. La disolución del régimen señorial: Esto afectaba directamente a los campesinos.
  2. La desvinculación: Las tierras ya no serían para los descendientes (mayorazgos), permitiendo su mejor reparto.
  3. La desamortización: Para conseguir recursos para el Estado.

Los bienes desamortizados fueron puestos a la venta mediante subasta pública. Mendizábal pretendía así conseguir los recursos necesarios para financiar al ejército liberal. Junto a estas reformas, se unieron medidas encaminadas al libre funcionamiento del mercado: la abolición de la Mesta y la eliminación de las aduanas interiores, entre otras. Todo esto completó el marco jurídico del liberalismo económico de España.

La Constitución de 1837

El gobierno progresista convocó unas Cortes con el objetivo de adaptar un texto constitucional, el de 1812, a los nuevos tiempos. El documento fue aprobado en junio de 1837 con la finalidad de fijar un texto aceptado tanto por progresistas como por moderados.

La Constitución de 1837 proclamaba algunos de los principios básicos del progresismo, como:

  • La soberanía nacional.
  • La división de poderes.

También recogía algunos elementos moderados, como:

  • La existencia de dos cámaras colegisladoras.
  • La concesión de amplios poderes a la Corona.
  • La financiación al culto católico.

La Alternancia en el Poder (1837-1843)

El modelo político se vio fuertemente mediatizado por la intromisión constante de los militares.

El Gobierno Moderado (1837-1840)

Aprobada la Constitución, se convocaron nuevas elecciones y ganaron los moderados, quienes intentaron desvirtuar los elementos más progresistas. Prepararon una ley electoral más restrictiva, limitaron la libertad de imprenta y propusieron una Ley de Ayuntamientos que permitía al gobierno nombrar alcaldes de provincias. Esto enfrentó a progresistas y moderados y se impuso un movimiento insurreccional que hizo que María Cristina dimitiera, dejando a Espartero en el poder.

La Regencia de Espartero (1840-1843)

Espartero actuó con autoritarismo. Fue incapaz de cooperar con las Cortes y gobernó sin colaboradores, solo con su camarilla de militares, lo que provocó su aislamiento. Aprovechando el levantamiento en Barcelona, los moderados conspiraron liderados por Narváez y O’Donnell. Espartero abandonó la regencia e Isabel II fue proclamada reina a los 13 años.

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