El Golpe de Estado de Primo de Rivera: Causas, Objetivos y Consecuencias

Causas del Golpe de Estado de Primo de Rivera

La crisis y degeneración del sistema político de la Restauración. Los partidos dinásticos que se turnaban en el poder – conservador y liberal – se habían mostrado incapaces de acabar con el viejo sistema caciquil y estaban fragmentados. Se habían sucedido numerosos gobiernos de concentración que también habían fracasado.

El descontento del ejército por la guerra de Marruecos. El desastre de Annual (1921) desprestigió al ejército y el expediente Picasso que investigaba las causas y responsabilidades en el mismo, aumentó la desconfianza de los militares hacia los políticos.

La agudización de los conflictos sociales. Desde la crisis de 1917 y debido a los efectos de la 1ª Guerra Mundial y al impacto de la Revolución rusa (1917), numerosas huelgas y protestas de las clases trabajadoras alteraban el orden público.

El auge y la radicalización de los nacionalismos periféricos, en especial el catalán.

El triunfo del fascismo en Italia. La Marcha sobre Roma en 1922 llevó a Mussolini al poder. También en otros países europeos se impusieron dictaduras autoritarias; por entonces, la dictadura de Primo de Rivera no es una excepción.

Objetivos del Golpe de Estado

Acabar con el sistema parlamentario, al que Primo de Rivera tachaba de “inmoral y corrupto”, garantizar el orden público, terminar con el separatismo y solucionar el problema marroquí. Primo de Rivera combinaba las ideas regeneracionistas (se veía como el “cirujano de hierro” del que hablaba Joaquín Costa) con la influencia del fascismo italiano de Mussolini, a quien admiraba.

El Pronunciamiento y las Reacciones

Miguel Primo de Rivera, capitán general en Cataluña, decidió pronunciarse. Con el apoyo de la burguesía empresarial catalana y de un sector del ejército, el día 13 de septiembre de 1923 reclamó el poder desde Barcelona. La inoperancia del gobierno llevó al rey a aceptar el golpe.

El nuevo dictador estableció un Directorio Militar, compuesto por generales del ejército, en lugar del gobierno. Su proyecto inicial fue resolver rápidamente los graves problemas militares, políticos, sociales y económicos del país, antes de volver a la legalidad. El dictador concentraba en sus manos todos los poderes, siendo asesorado por el resto de los militares. Colocó en los puestos claves de la Administración a militares.

Las reacciones oscilaron entre la indiferencia y el apoyo, al considerar la dictadura como un medio necesario para eliminar la vieja política corrupta, con una duración limitada. El aplauso fue general entre las clases altas y la élite económica, y desde la Lliga hasta el PSOE hubo una cierta complacencia. Sólo los anarquistas y algunos políticos dinásticos desplazados e intelectuales manifestaron desde el primer momento su rechazo a la dictadura. La oposición sólo comenzó a aumentar más adelante, especialmente desde la creación de un Directorio Civil en 1925. Primo quiso permanecer en el poder e institucionalizar la dictadura, darle apariencia democrática. En diciembre de 1926 entraron seis civiles en el Directorio; todos de extrema derecha.

La Guerra de Marruecos

Primo de Rivera había sido partidario de abandonar Marruecos, pero tras el golpe cambió de opinión y consideró que no podía abdicar de sus compromisos internacionales. Inicialmente se llevó a cabo un repliegue hasta posiciones seguras, y aprovechando el temor del gobierno francés a un contagio anticolonialista en su zona de protectorado, en 1925 se llevó a cabo una operación conjunta que se inicia con el desembarco de Alhucemas y que resultó un éxito. Al año siguiente Abd el-Krim se entregó a los franceses, y en 1927 se pudo dar por realizada la ocupación de la zona española.

Las Reformas Políticas

Inicialmente, Primo de Rivera disolvió las instituciones representativas (Cortes, Ayuntamientos), suspendió la Constitución de 1876 y la actividad de partidos y sindicatos, y militarizó el Estado. La primera reforma de importancia fue el Estatuto Municipal, aprobado en 1924. Se consagra la autonomía económica y administrativa de los ayuntamientos, que les permite municipalizar servicios, realizar infraestructuras, y gestionar sus propios recursos, con el resultado de una importante modernización.

Inicialmente, el dictador es partidario de la descentralización: logra el apoyo de fuerzas regionalistas conservadoras y se elaboran varios proyectos de mancomunidades y estatutos. Pero progresivamente se limitarán estas expectativas, hasta el definitivo Estatuto Provincial de 1925; de este modo se producirá la ruptura de la dictadura con la Lliga.

Política Social

Primo de Rivera tiene como objetivo prioritario la paz social, y para ello utilizará una doble táctica. Por un lado, se disolverá y reprimirá duramente a la CNT impidiendo toda actuación de signo anarquista. Por otro, se crearán unos Comités Paritarios (con representantes de los obreros y de los patronos bajo la presidencia de un representante del Estado) que se encargan de solucionar los conflictos laborales. La dictadura logrará la participación de la UGT, que de este modo llegará a controlar el 60 % de los vocales obreros y logrará un enorme crecimiento en su afiliación. También se desarrollará la legislación social con el establecimiento de un subsidio familiar, de los seguros de maternidad y de retiro, etc. Asimismo, se realizó un plan de construcción de viviendas baratas para obreros, y se creó un plan de Enseñanza Profesional.

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