El Imperio de los Austrias: Política Exterior y Colonización de las Indias

La política exterior bajo Carlos I y Felipe II

La herencia recibida por Carlos I le impulsó a intentar crear una “monarquía universal” católica, pero chocó con Francia, los turcos y la Reforma protestante. Estos conflictos frustraron sus planes y obligaron a los Habsburgo a gastar enormes recursos, empobreciendo a Castilla.

  • Guerras contra Francia por el dominio de Italia: Carlos V venció en Pavía y aseguró la hegemonía española con la Paz de Madrid (1526). Con Felipe II la guerra se reanudó y, tras la victoria de San Quintín, se firmó la Paz de Cateau-Cambrésis (1559).
  • Enfrentamientos con los turcos en el Mediterráneo: Se conquistaron algunas plazas norteafricanas como Túnez, aunque la piratería continuó. Con Felipe II, la Liga Santa derrotó a los turcos en la batalla de Lepanto (1571).
  • Unión con Portugal (1580): La muerte del rey portugués sin heredero permitió a Felipe II reclamar el trono e incorporar Portugal y sus colonias, logrando así la unidad ibérica y un imperio aún mayor.
  • Problemas con Inglaterra y derrota de la “Armada Invencible” (1588): Tras el apoyo inglés a Flandes y la piratería contra España, Felipe II intentó invadir Inglaterra con la Armada, pero fracasó por mala organización y tormentas. La posterior Contraarmada inglesa fue derrotada, aunque la propaganda inglesa ocultó este fracaso.

Conflictos religiosos y la Reforma

  • Apoyo a la Contrarreforma: Defensa del catolicismo y apoyo al Concilio de Trento para combatir a los protestantes.
  • El problema protestante en el Imperio alemán: El emperador Carlos V se enfrentó a los príncipes protestantes alemanes porque una parte de ellos había aprovechado la reforma religiosa para hacerse independientes. Aunque los protestantes fueron derrotados en la batalla de Mühlberg, ningún bando pudo imponerse y se firmó la Paz de Augsburgo. Paralelamente, en España, la Inquisición persiguió los inicios protestantes con gran represión.
  • Sublevación de los Países Bajos: Ante la expansión del protestantismo en este territorio, Felipe II envió tropas, pero la violencia radicalizó a los rebeldes y no se logró pacificar el territorio. Finalmente, los Países Bajos acabaron divididos en dos zonas: el Sur, católico, siguió fiel a Felipe II (la actual Bélgica); el Norte, de mayoría protestante, constituyó un nuevo estado, las Provincias Unidas (actual Holanda o Países Bajos).

División de la herencia de Carlos I

Consciente de la imposibilidad de gobernar un imperio tan extenso y diverso, Carlos dividió sus posesiones. A su primogénito, Felipe II, le entregó los reinos hispánicos con sus posesiones italianas y americanas, así como Flandes. La corona imperial y el reino de Austria pasaron a su hermano Fernando; desde entonces, hubo dos ramas de la dinastía Habsburgo: la de Madrid y la de Viena.

La política exterior bajo los «Austrias Menores» (1598-1700)

Felipe III y la búsqueda de la paz

Felipe III tuvo un reinado pacífico donde se evitaron las guerras debido a la crisis económica. Así, se firmó la paz con Inglaterra y con los rebeldes de los Países Bajos.

Felipe IV y la Guerra de los Treinta Años

En 1618 estalló la Guerra de los Treinta Años, que comenzó como un conflicto entre protestantes y católicos en Alemania y derivó en una lucha entre Francia (Borbones) y España (Habsburgo) por la hegemonía europea. El conflicto se extendió por el reinado de Felipe IV, que fue muy agitado y donde la agresiva política exterior acabó por arruinar al reino; la decadencia económica y social española tocó fondo. Así, se produjo la pérdida de la hegemonía europea tras la Guerra de los Treinta Años, donde la entrada de Francia en el conflicto inició el declive español, simbolizado en la derrota de Rocroi (1643). La Paz de Westfalia (1648) y la de los Pirineos (1659) supusieron la pérdida del Rosellón (Cataluña norte) y consagraron la primacía de los Borbones sobre los Habsburgo.

Carlos II y el problema sucesorio

En el reinado de Carlos II, la cuestión más importante fue el problema sucesorio porque, ante la imposibilidad del rey para tener descendencia, las cortes europeas planearon en secreto el reparto de la monarquía española. El testamento debía decidirse entre tres candidatos, de los que destacaban el Borbón Felipe de Anjou y Carlos de Habsburgo. A su muerte, se inició una Guerra de Sucesión en la que se implicaron las potencias europeas que querían aprovecharse de la decadente España.

Las Indias bajo los Austrias: Colonización y organización

Los principales episodios de la expansión española tras la llegada de Colón (1492) y el Tratado de Tordesillas fueron la conquista de México por Hernán Cortés, la de Perú por Francisco Pizarro y la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano. Las Indias pasaron a ser parte de Castilla y su colonización se desarrolló bajo los siguientes ejes:

Explotación económica

Se utilizaron sistemas de trabajo forzoso como la encomienda y la mita, que permitieron a los colonizadores obtener mano de obra indígena y explotar los recursos.

Organización político-administrativa

La administración americana se estructuró mediante instituciones como la Casa de Contratación de Sevilla, el Consejo de Indias y los virreinatos, encargados del control político y comercial.

Cultura, religión y consecuencias de la conquista

La evangelización justificó la presencia española. La Iglesia colaboró en la colonización, aunque voces como la de Bartolomé de las Casas denunciaron los abusos, logrando las Leyes de Indias (1542), que apenas frenaron la explotación indígena. Para España, las consecuencias fueron positivas por la llegada de nuevos productos y metales preciosos, aunque esto provocó inflación. Para América, las consecuencias fueron muy negativas: epidemias, violencia, explotación y destrucción de culturas.

Las Indias en el siglo XVII

Franceses, ingleses y holandeses se establecieron en zonas caribeñas y norteamericanas de menor interés para España; aunque no redujeron el imperio español, el contrabando y la piratería debilitaron el monopolio comercial hispánico.

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