El Nuevo Orden Mundial: La Formación de Bloques
Acabada la Segunda Guerra Mundial, las diferencias entre los países aliados provocaron la división del mundo en dos bloques con sistemas económicos, políticos y sociales opuestos: el capitalista, liderado por Estados Unidos, y el socialista, liderado por la URSS. En los años de posguerra, las intervenciones de las dos potencias en sus respectivas áreas generaron una escalada en la tensión. El primer conflicto de la Guerra Fría estalló cuando EE. UU., Gran Bretaña y Francia unieron las tres áreas de Alemania que administraban. Esto fue contestado por la URSS con el bloqueo de Berlín. Al año siguiente, Alemania quedó dividida en dos estados: la República Federal Alemana (RFA) y la República Democrática Alemana (RDA).
La Guerra Fría
Con la expresión Guerra Fría se define el sistema de relaciones internacionales que se caracterizó por el estado de tensión permanente y la desconfianza entre los dos bloques. Aunque nunca llegó a estallar un conflicto generalizado entre ambas superpotencias, sí hubo una situación permanente de enfrentamiento diplomático, ideológico, político, cultural y económico. EE. UU. y la URSS se disputaron las áreas de influencia a través de los conflictos en terceros países, a los que dieron apoyo militar y financiero. Los dos bloques difundieron un conjunto de valores que ensalzaban el propio sistema y rechazaban el del contrario. Internamente, ejercieron un gran control social y político y reprimieron las opiniones críticas.
La Coexistencia Pacífica
A finales de los años cincuenta se inició una nueva etapa marcada por un clima de distensión. Una nueva generación de dirigentes, encabezada por Jruschov en la Unión Soviética y Kennedy en EE. UU., mostraron una actitud más abierta y tolerante y una voluntad de entendimiento. Diversas iniciativas buscaron evitar el enfrentamiento directo. En 1963 se puso en funcionamiento el teléfono rojo, una vía de comunicación directa entre ambas presidencias. Se firmaron varios acuerdos para tratar de controlar la carrera de armamentos, como el Tratado de No Proliferación Nuclear. A pesar de todo, el estallido de nuevos conflictos y la voluntad de las dos potencias de equiparar su arsenal nuclear contribuyeron a mantener un equilibrio internacional muy precario.
La Segunda Guerra Fría
A finales de los años setenta aparecieron nuevos focos de tensión que revitalizaron la Guerra Fría. Se intensificaron las intervenciones militares de las potencias en terceros países, así como los apoyos a los regímenes favorables a sus intereses. Paralelamente, se produjo una nueva escalada armamentística y ambas potencias desplegaron misiles nucleares en Europa. EE. UU. diseñó la Iniciativa de Defensa Estratégica (IDS), también llamada Guerra de las Galaxias. La IDS pretendía establecer un sistema de satélites que, con armas láser, destruyera los misiles soviéticos al poco de ser lanzados. Los elevados costes de esta política de rearme provocaron grandes problemas a las economías de las grandes potencias. Sin embargo, las consecuencias fueron mucho mayores para la Unión Soviética, que entró en una gravísima crisis que llevaría a su desintegración a principios de los años noventa. Con el fin de la URSS finaliza también la Guerra Fría.
La Descolonización
Causas de la Descolonización
Entre 1945 y 1970, los territorios asiáticos y africanos que formaban parte de los imperios europeos consiguieron su independencia política. Los factores que explican el proceso de descolonización son:
- Los movimientos de liberación nacional en las colonias, que se habían iniciado en el periodo de entreguerras, se intensificaron después de la Segunda Guerra Mundial. Reivindicaban que los principios de los aliados también deberían regir en los pueblos colonizados.
- Una minoría de la población autóctona, educada con valores y formas de vida occidentales, tomó conciencia de su marginación política y lideró la lucha por la independencia.
- El impacto de la Segunda Guerra Mundial demostró la vulnerabilidad de los europeos y acabó con el mito de su superioridad. Las potencias europeas no estaban en condiciones, ni económica ni militarmente, de mantener sus imperios.
- El apoyo de las Naciones Unidas a los movimientos anticoloniales. La declaración de la ONU en 1946 reconoció el derecho de autodeterminación de los pueblos.
- El contexto de la Guerra Fría. Las dos superpotencias apoyaron los procesos de independencia en su propio beneficio, pues los nuevos países podían formar parte de su área de influencia política y económica.
Consecuencias
Los procesos de independencia pusieron en evidencia las condiciones de explotación en las que se encontraban las antiguas colonias. Los nuevos países tuvieron que afrontar una serie de condicionantes:
- Dependencia económica del exterior y mantenimiento de los intereses de las antiguas metrópolis.
- Inestabilidad política, causada por la creación de fronteras artificiales, que dividieron nacionalidades y causaron guerras civiles.
- Intervencionismo de las superpotencias, que tutelaron muchos procesos y actuaron militarmente para asegurar sus intereses.