El Régimen Franquista: Orígenes, Evolución Política y Transformaciones Sociales en España (1939-1975)

La Creación del Estado Franquista

Introducción

Comenzamos con una breve introducción sobre los tres años que duró la Guerra Civil y la profunda huella que dejó en España:

  • Grandes pérdidas humanas, incluyendo muertos, exiliados y heridos.
  • Enormes pérdidas materiales, entre ellas la reducción de la superficie sembrada, la caída de la producción agrícola, la disminución del ganado y el daño a las infraestructuras industriales.
  • La pérdida de divisas, motivada por el pago de las deudas de guerra y por la salida del oro del Banco de España, enviado a la URSS y a México.
  • Profundas secuelas morales, resultado de la represión ejercida en ambos bandos.

Los fundamentos ideológicos del régimen implantado por Franco se proclamaron desde un principio antimarxistas y antiliberales, presentando afinidades con los fascismos europeos del momento. La esencia antiliberal del régimen provenía del tradicionalismo y del catolicismo.

Algunos rasgos sociales de dicho régimen eran, por ejemplo:

  • El gran apoyo ideológico que recibió de la Iglesia católica. En compensación, el Estado se declaró católico y la Iglesia obtuvo varios beneficios económicos, políticos y sociales. También recuperó su influencia en la enseñanza, el control sobre la cultura y su prestigio social.
  • El Ejército se convirtió asimismo en la columna vertebral del Estado; sus miembros desempeñaron importantes tareas y se hicieron cargo del orden público.
  • El sistema de Franco contó con el apoyo de una élite administrativa y el respaldo de las fuerzas económicas tradicionales. En la cúspide de la pirámide social se situó la oligarquía financiera y terrateniente.

Etapas, Política y Sociedad

I) Etapa Azul: Predominio Falangista (1939-1945)

Esta etapa se sitúa desde 1939 hasta 1945 y se caracterizó por la intensa represión ejercida sobre los vencidos en la Guerra Civil. En esta época se elaboraron y aprobaron numerosas leyes fundamentales:

  • En 1938, en plena guerra, se estableció el Fuero del Trabajo, que pretendía regular las relaciones laborales bajo principios nacionalsindicalistas.
  • En 1939 se promulgó la Ley de Responsabilidades Políticas, con carácter retroactivo, para juzgar a quienes se habían opuesto al Movimiento Nacional.
  • En 1940, la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo.
  • En 1942, se crearon las Cortes Españolas, concebidas como un órgano de colaboración y deliberación, no legislativo en el sentido democrático.
  • En 1945, se promulgó el Fuero de los Españoles, una suerte de declaración de derechos y deberes, y la Ley de Referéndum Nacional, que permitía someter a consulta popular ciertas leyes.
  • En 1947, entró en vigor la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado, que declaraba a España como un reino, si bien Franco, como Jefe del Estado vitalicio, se reservaba la potestad de proponer, en su momento, a la persona que debería sucederle a título de rey o de regente.
  • En 1958, se publicó la Ley de Principios del Movimiento Nacional, que sistematizaba los fundamentos ideológicos del régimen.

II) Gobierno Católico (1946-1957)

Época que abarca desde 1946 hasta 1957, durante la cual Franco se fue distanciando del falangismo más radical y dio entrada en su gobierno a personalidades procedentes del mundo católico, como por ejemplo miembros de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP), siendo un referente el Cardenal Ángel Herrera Oria.

III) Política Exterior

Durante la Segunda Guerra Mundial, España se mantuvo oficialmente neutral, aunque con una postura inicial de no beligerancia favorable al Eje. El país acababa de salir de su propia guerra y carecía de medios y fuerzas para enfrentar una nueva contienda. El ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer (cuñado de Franco), pretendió una mayor implicación, pensando que con la caída de Francia se podrían obtener dominios en el norte de África, pero Franco optó por la prudencia.

Aunque Franco no involucró a España directamente en la guerra, creó la División Azul, una unidad de voluntarios falangistas que fueron a luchar a Rusia contra el comunismo en el frente oriental. No obstante, en 1943, ante el cambio de rumbo en la guerra, Franco ordenó su retirada paulatina. En 1945, se rompieron las relaciones diplomáticas con Japón. Por el contrario, se fortalecieron las relaciones con Portugal mediante el pacto conocido como el “Bloque Ibérico”.

Tras la Segunda Guerra Mundial, comenzó una política de aislamiento internacional hacia el gobierno español. Todo se intensificó en 1946, cuando Francia cerró sus fronteras y las potencias vencedoras exigieron cambios políticos en España, incluyendo la retirada de Franco. España fue considerada una amenaza para la paz, fue excluida de organismos internacionales y la mayoría de los embajadores abandonaron Madrid. España solo contaba con el apoyo explícito de Portugal, Argentina y el Vaticano.

Sin embargo, a partir de 1947, el panorama internacional empezó a cambiar debido al inicio de la Guerra Fría y la política de bloques, que enfrentó a EE. UU. y la URSS. La posición geoestratégica de España y el acentuado anticomunismo del régimen franquista propiciaron el apoyo de Estados Unidos. En 1953, ambos países firmaron los Pactos de Madrid (acuerdos bilaterales de cooperación económica y militar). Ese mismo año se firmó también el Concordato con la Santa Sede. Gracias a ambos hechos, España fue admitida en la ONU en 1955.

IV) Economía: Autarquía e Intervencionismo

El caos económico de la posguerra, agravado por la política intervencionista, la autarquía (autosuficiencia económica) y el aislamiento político internacional, obligó a exprimir los escasos recursos económicos. En 1937 (en zona nacional) se creó el Servicio Nacional del Trigo, medida que pretendía garantizar el abastecimiento de pan a las ciudades a precios tasados, pero que tuvo efectos negativos, como el surgimiento del estraperlo (mercado negro), ya que los agricultores ocultaban parte de su producción para venderla a precios más altos. Esto, unido a las malas cosechas y las sequías, provocó una gran escasez de alimentos, lo que obligó a la creación de la cartilla de racionamiento.

El hambre y las necesidades generalizadas hicieron que se creara el Auxilio Social, organización que repartía comida y ropa a los más necesitados.

En 1941, se creó el INI (Instituto Nacional de Industria), con el objetivo de promover la creación de nuevas empresas en sectores estratégicos y reducir la dependencia exterior. El Estado a menudo cubría las pérdidas de estas empresas públicas, lo que en algunos casos mermó su competitividad y rentabilidad. Aparecieron grandes empresas estatales como Iberia, SEAT, Endesa o Renfe.

Los Años 60: Desarrollo y Apertura Limitada

I) Estabilización y Crecimiento Económico

Un grupo de ministros, conocidos como los tecnócratas (muchos de ellos vinculados al Opus Dei), pusieron en marcha el Plan de Estabilización de 1959. Con él se consiguió la moderación de precios y gastos, y se fomentó la apertura al exterior, aumentando las exportaciones, las importaciones y la inversión extranjera. Sin embargo, esto se logró a costa de grandes sacrificios para la población, como la congelación salarial y el aumento del desempleo a corto plazo.

Los años 60 y principios de los 70 fueron conocidos como la “Década Prodigiosa” debido al notable crecimiento económico y la modernización del país.

A partir de 1962, bajo la dirección de Laureano López Rodó, se pusieron en marcha los Planes de Desarrollo Económico y Social, una serie de medidas de planificación indicativa destinadas a estimular la economía española. Dichos planes tenían como finalidad crear polos de desarrollo industrial (como el de Huelva o Burgos) para industrializar zonas deprimidas, evitar su despoblación y aumentar su actividad económica. Esta política fue impulsada por los tecnócratas para lograr la estabilización económica y preparar al país para la modernización tecnológica.

Esta situación de cambios, aunque conllevó mejoras, también generó malestar: los salarios reales tardaron en subir, el nivel de vida mejoraba lentamente para muchos y numerosos jóvenes vieron en la emigración a países europeos más industrializados su única oportunidad, ya que en España no encontraban un futuro prometedor. Este fue un aspecto negativo importante, ya que aproximadamente 1.000.000 de personas emigraron, aunque para España supuso una válvula de escape (redujo el paro) y una fuente de divisas por las remesas enviadas por los emigrantes a sus familias.

También hay que destacar que España se convirtió en uno de los grandes destinos turísticos de Europa, lo que supuso una importante fuente de ingresos.

II) Conflictividad Política y Social

Mientras tanto, la agitación estudiantil en las universidades reclamaba libertades y cambios democráticos. Los nacionalismos históricos, especialmente el vasco y el catalán, también resurgieron con fuerza. En este contexto, surgió ETA (Euskadi Ta Askatasuna) en 1959, que evolucionaría hacia la práctica del terrorismo.

La oposición política en el exilio y en el interior realizó el llamado Contubernio de Múnich (1962), una reunión de políticos de diversas tendencias que emitieron un comunicado instando al gobierno de Franco a tomar medidas para democratizar el país. Franco reaccionó enérgicamente, suspendiendo algunos artículos del Fuero de los Españoles y desatando una campaña de descrédito contra los participantes.

Comenzaron a aparecer síntomas de resquebrajamiento del régimen, como la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 (impulsada por Manuel Fraga Iribarne), que suprimía la censura previa, aunque mantenía mecanismos de control y sanción a posteriori.

Franco decidió nombrar al príncipe Juan Carlos de Borbón como sucesor a título de rey en 1969. Aunque había contemplado esta posibilidad durante 22 años (desde la Ley de Sucesión de 1947), finalmente las consideraciones políticas prevalecieron y lo designó su sucesor; el príncipe se había educado bajo su tutela desde joven.

III) Oposición Exterior y Exilio

Al terminar la Guerra Civil, España se convirtió en una «España peregrina», puesto que muchos miles de personas emigraron a otros países. Fue un exilio masivo y, a la vez, de personas pertenecientes en muchos casos a los ámbitos intelectuales, científicos y artísticos de la sociedad española. Se trataba, pues, de una emigración cualificada; entre los exiliados se encontraban algunas de las figuras más destacadas de la cultura española.

El sector monárquico no afín a Franco se agrupó principalmente en torno a la figura de don Juan de Borbón (padre de Juan Carlos I), quien desde el exilio defendía una restauración monárquica de corte liberal. El PSOE (Partido Socialista Obrero Español) se reorganizó lentamente en el exilio y en la clandestinidad interior. El PCE (Partido Comunista de España) propugnó inicialmente la oposición armada al franquismo, por lo que alentó la penetración desde Francia de unos 10.000 guerrilleros (los maquis) en los años posteriores a la guerra, en un intento que resultó en gran medida infructuoso y fue duramente reprimido.

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