El Inicio de la Restauración Borbónica (1874)
Tras el golpe de Estado del general Pavía en 1874, se estableció una dictadura bajo la presidencia del general Serrano. Serrano se concentró en mantener el orden, pero cada vez más españoles eran atraídos a la causa alfonsina. El futuro rey publicó el *Manifiesto de Sandhurst* el 1 de diciembre de 1874 desde Gran Bretaña, poniéndose al servicio de los españoles. El pronunciamiento del general Martínez Campos adelantó la llegada de Alfonso XII.
El Diseño del Sistema Canovista
El nuevo régimen fue diseñado por Cánovas del Castillo con el objetivo de superar los problemas del reinado de Isabel II. La base de este nuevo gobierno fue una Constitución moderada y el modelo bipartidista inglés. La monarquía sirvió como garantía de estabilidad.
Características de la Constitución de 1876
La Constitución, aunque conservadora, se redactó pensando en la alternancia de los partidos para que no tuviesen que cambiarla en cada relevo. Sus características son:
- Se inspira en el texto constitucional de 1845.
- Tiene una amplia declaración de derechos y libertades, las cuales en la práctica se regulan mediante leyes ordinarias.
- Soberanía compartida entre Cortes y Corona. El poder legislativo era compartido y las Cortes bicamerales:
- Senado: Estaba constituido por tres tipos de senadores: por derecho propio, por designación real y elegidos por corporaciones.
- Congreso: Con diputados elegidos por votación, pero con un sistema fijo.
- La Corona tenía la potestad de disolver las cámaras, pero en ese caso se debían convocar elecciones; también tenía derecho a veto.
- El Poder Ejecutivo recae en los ministros y el rey tiene un papel moderador.
- El Poder Judicial era independiente.
- Se reconoce la confesionalidad del Estado y se le atribuye a la Iglesia la enseñanza.
- Recoge un modelo unitario y centralista de Estado.
El Bipartidismo y el Turno Pacífico
El modelo bipartidista en la práctica fue un sistema donde los partidos se turnaban pacíficamente, aunque la elección no era determinada por los electores. Solo habría dos partidos principales:
- Partido Conservador: Liderado y fundado por Cánovas hasta su asesinato en 1897.
- Partido Liberal: Fundado por Sagasta en 1880, con un programa más progresista.
Ambos partidos coincidían ideológicamente en la defensa de la Monarquía, la Constitución y la propiedad privada, así como en la consolidación de un Estado liberal.
Funcionamiento del Sistema de la Restauración
La alternancia entre los partidos era la clave en el nuevo sistema de gobierno. Cuando uno de los partidos experimentaba el desgaste de su gestión o cuando consideraban necesario un cambio, se sugería al rey el nombramiento de un nuevo gobierno.
El nuevo presidente era el líder de la oposición y recibía el derecho para disolver las Cortes y convocar elecciones. Los resultados de estas eran previamente acordados por ambos partidos. Por tanto, la alternancia entre partidos se cumplía, pero de una manera artificial y de mutuo acuerdo entre los jefes.
El Fraude Electoral y el Caciquismo
El fraude en los resultados se conseguía principalmente mediante el **caciquismo**, que era un sistema que se basaba en que el cacique, el hombre más influyente de la localidad, se aseguraba de que los votantes de esa zona votaran al partido que ellos querían. Esto lo hacía mediante su influencia en la Administración local. Tuvo su principal fortaleza en el mundo rural, aunque también actuó en el ámbito urbano.
El Proceso del Fraude
El proceso de preparación de las elecciones comenzaba con el **encasillamiento**, que consistía en la planificación de los resultados por las altas cúpulas de los partidos, que acordaban los escaños correspondientes a cada formación.
El Ministro de la Gobernación rellenaba las casillas correspondientes a cada distrito electoral con los resultados que el gobierno tenía planeados. Posteriormente, el Gobierno Civil de cada provincia buscaba el acuerdo con los caciques para conseguir los resultados previstos.
Para conseguir estos resultados se recurría sistemáticamente al **fraude electoral**, es decir, una serie de trampas que adulteraban los resultados, conocidos popularmente como **pucherazos**.
El Reinado de Alfonso XII y la Regencia (1875-1902)
La primera etapa del gobierno conservador fue desde 1875 hasta 1881, con Cánovas del Castillo al frente del gobierno.
La finalización de la Tercera Guerra Carlista (1876) y del conflicto cubano (Paz de Zanjón, 1878) dieron estabilidad al régimen. Los principales objetivos de Cánovas fueron la pacificación de la guerra carlista y la proclamación de Alfonso XII, lo que contribuyó al declive carlista.
Aprobada la Constitución, el gobierno aplicó una ley de restricción de la libertad de expresión y se estableció un sufragio muy restringido.
Cuando Sagasta ocupó el gobierno como líder del Partido Liberal en 1881, aprobó el sufragio universal masculino.
La Regencia de María Cristina (1885-1902)
Tras la muerte de Alfonso XII, se firmó entre los dos partidos el **Pacto del Pardo**. Su finalidad era dar apoyo a la regencia de María Cristina de Habsburgo para garantizar la continuidad del sistema político. La regencia duró hasta 1902. Durante esta etapa, los acontecimientos más destacados son:
- Una nueva etapa del gobierno liberal (1885-1890) supuso avances liberales importantes: la Ley de Asociaciones (1887), que permitió la entrada de otras fuerzas políticas; la Ley del Jurado (1888), que permitió los juicios con jurados; se abolió la esclavitud y se redactó un Código Civil, además de establecerse el sufragio universal masculino.
- Se mantuvo el turno pacífico de partidos, aunque este se resintió con el asesinato de Cánovas en 1897, ya que el pacto dependía de la personalidad de sus líderes.
- En los noventa hubo una sublevación cubana. Cánovas murió a manos de un insurrecto cubano y la política de Sagasta hacia la isla llegó tarde. La guerra entre EE. UU. y España estalló, culminando en el Desastre de 1898.
Fuerzas Políticas Marginadas y Oposición
La Restauración se cimentó sobre el Partido Liberal y el Conservador. También hubo una oposición formada por demócratas, republicanos, carlistas y socialistas.
- Los Republicanos: Guiados por Zorrilla y Salmerón, intentaron derrocar el régimen monárquico. Tras el sufragio universal masculino (1890), empezaron a conseguir pequeños éxitos electorales.
- El Carlismo: Tardó en reorganizarse tras el fracaso de la Tercera Guerra Carlista. La alianza entre la Iglesia y el régimen de la Restauración dejó al Carlismo sin apoyos significativos.
- El PSOE: Fundado por Pablo Iglesias en 1879, presentaba un programa cuyo objetivo era la revolución socialista. Durante la regencia de María Cristina, los obreros y políticos desconfiaron del PSOE, pero desde una posición extraoficial, los socialistas consiguieron su primer diputado en las Cortes.
- Los Anarquistas: Gracias a Fanelli, su expansión fue fulgurante. El anarquismo utópico tuvo como objetivo la destrucción del Ejército, la burguesía industrial y la Iglesia.
Nacionalismos y Regionalismos
Durante la regencia de María Cristina, aparecieron los nacionalismos y regionalismos en diversas zonas de España, como Cataluña, País Vasco y Galicia.
La idea del nacionalismo estaba basada en la recuperación y reafirmación de la lengua, la literatura, las instituciones políticas, el sistema jurisdiccional propio y el *folklore*. El nacionalismo más activo fue el **Catalán**, impulsado por las transformaciones socioeconómicas, el renacimiento cultural y el fracaso político canovista.
La burguesía permaneció ajena a los nuevos movimientos regionalistas. En el **País Vasco** también hubo movimientos regionalistas y nacionalistas, cuyos tres ejes eran la liquidación de los fueros, la crisis del carlismo y el proceso de industrialización.
Por otro lado, durante la Restauración en **Galicia** convivieron tres tendencias: el regionalismo liberal, el regionalismo tradicional carlista y el galleguismo federalista.