El Reinado de Alfonso XIII y el Fin de la Regencia (1902-1931)
La Regencia de María Cristina finalizó en 1902, al alcanzar la mayoría de edad Alfonso XIII, su hijo, y ser proclamado como rey de España. Este periodo abarcó la Regencia de 1885 a 1902 y el Reinado de Alfonso XIII desde 1902 hasta abril de 1931, cuando se proclamó la Segunda República.
Características de la Crisis Política durante el Reinado de Alfonso XIII
El reinado del rey Alfonso XIII se caracterizó por una crisis política de carácter permanente, motivada por diversos factores:
- Injerencia del rey en asuntos políticos.
- Inestabilidad de los partidos del turno, con falta de unidad interna entre los nuevos líderes.
- Debilitamiento del caciquismo y del turno, y la aparición de nuevas fuerzas políticas (socialistas, nacionalistas y republicanos).
- Aumento de la conflictividad social y movilización de las fuerzas obreras en un estado de base rural, marcado por la desigualdad social y económica.
- Creciente protagonismo del ejército, que buscaba recuperar su influencia tras el desastre del 98, con nuevos frentes como la Guerra de Marruecos.
- Afianzamiento de los nacionalismos en Cataluña y el País Vasco.
- Anticlericalismo entre las clases populares.
Partidos Dinásticos, Regeneracionismo y la Quiebra del Sistema de la Restauración
El sistema de la Restauración intentó mantenerse mediante la revitalización del turno de partidos, el apoyo de las clases medias y la respuesta a las reivindicaciones populares, que se canalizaban a través de nuevas fuerzas como socialistas, regionalistas o republicanas. El sistema del turno se mantuvo hasta 1917, experimentando un cambio generacional en sus líderes:
- Conservadores: Manuel Silvela (sustituto de Cánovas, asesinado en 1897), Fernández Villaverde (desde 1905) y Antonio Maura (desde 1907 hasta 1912).
- Liberales: Tras la muerte de Sagasta en 1903, el partido fue liderado por Montero Ríos, Segismundo Moret o José Canalejas.
Reformas y Gobiernos Clave: Maura y Canalejas
Los dos políticos más destacados de esta etapa, Antonio Maura (conservador) y José Canalejas (liberal), aplicaron medidas reformistas cercanas al regeneracionismo, aunque sin la profundidad que España realmente necesitaba.
a. Gobiernos de Silvela y Fernández Villaverde (Conservadores)
- Acabar con el déficit económico generado por la guerra y la pérdida colonial.
- Sofocar las protestas en Cataluña que provocaron un estado de guerra.
- Crisis interna que llevó a la dimisión de Silvela.
b. Gobierno de Antonio Maura (1907-1909)
Este gobierno representó los primeros intentos modernizadores, bajo el concepto de «regeneracionismo desde arriba» (para impedir una revolución popular):
- Plan de reconstrucción naval para potenciar la industria y la economía.
- Regulación del descanso dominical y del derecho de huelga.
- Creación del Instituto Nacional de Previsión (INP), la primera institución oficial encargada de la Seguridad Social y la asistencia sanitaria.
- Ley Electoral de 1907, que, aunque no era plenamente democrática, buscaba combatir el fraude electoral.
- Elección de alcaldes por sufragio universal masculino y una Ley de Administración Local que otorgaba cierta autonomía a ayuntamientos y diputaciones (buscando acuerdos con el nacionalismo moderado).
- Maura pretendía un acercamiento a las clases medias, no al proletariado.
La Semana Trágica de Barcelona (1909)
Alfonso XIII, aún adolescente, tuvo que enfrentarse a una compleja realidad española, tardando en tomar contacto con ella. España era un estado con una notable complejidad interna y con unos partidos del turno poco cohesionados. Uno de los problemas crecientes era el catalanismo. En 1905, la Lliga Regionalista triunfó en las elecciones catalanas; aunque sus demandas iniciales eran de garantías regionalistas, su victoria despertó una euforia secesionista en ciertos sectores. Durante el gobierno de Maura («revolución desde arriba»), se hizo evidente el distanciamiento entre la realidad política, dominada por las oligarquías, y la realidad social. Barcelona, en particular, era un foco de tensión debido a las fricciones por la presencia militar, la fuerte presencia anarquista entre el proletariado y un marcado anticlericalismo.
En julio de 1909, tras el desastre del Barranco del Lobo (donde las tropas españolas fueron derrotadas por los rifeños en Marruecos, con 153 muertos y 600 heridos), Maura decidió enviar refuerzos movilizando a reservistas catalanes. Como consecuencia, se produjo:
- Anarquistas y socialistas propusieron una huelga general.
- Una respuesta popular revolucionaria y anticlerical (con quema de iglesias), que fue sofocada con una represión dura y arbitraria, resultando en más de cien muertos (entre ellos el reconocido ideólogo anarquista Francisco Ferrer i Guardia), miles de detenidos, juicios y ejecuciones.
- Maura dimitió, lo que llevó al traspaso de poderes a los liberales y a la convocatoria de elecciones para 1910 (en las que la coalición entre republicanos y socialistas permitió a Pablo Iglesias obtener un escaño).
c. Gobierno Liberal de José Canalejas (1910-1912)
El programa regeneracionista de Canalejas puso en marcha leyes de carácter social y de reordenación administrativa:
- Ley del Candado (1910): Puso fin a la proliferación de órdenes religiosas y reordenó las relaciones Iglesia-Estado, separando el poder religioso del político.
- Impulso y creación de la Mancomunidad de Cataluña (1914): Se trató de una asociación libre de las cuatro provincias catalanas, impulsada por la Lliga Regionalista, con el fin de construir el primer órgano de autogobierno con carácter económico y administrativo.
- En política social: fin a los impuestos de consumo, medidas de regulación del mundo laboral, Ley de Reclutamiento (servicio militar obligatorio y regulado por el sistema de quintas) y reforma educativa.
- En 1912, Canalejas fue asesinado por un anarquista, lo que puso fin a su programa regeneracionista e inició una etapa de inestabilidad política que se prolongaría hasta 1923.
El Fin de la Alternancia y las Fuerzas de Oposición
El sistema de alternancia de partidos entró en crisis con la desaparición de sus promotores, Cánovas y Sagasta. Sus sucesores (Silvela, Maura, Canalejas o Romanones) experimentaron el declive de los partidos y el incumplimiento del turno. El fin del turno se debió a las rivalidades internas entre conservadores y liberales, así como a la falta de carisma político de sus líderes. La descomposición del caciquismo y del sistema se atribuye a una modernización de la política que propició la elaboración de programas políticos, un mayor interés ciudadano en las cuestiones políticas, la aparición de nuevas opciones políticas alternativas y una prensa más activa en la difusión de ideas.
Las Fuerzas Políticas de Oposición
- Republicanos: Defensores del federalismo y nostálgicos de la Primera República.
- Nacionalistas catalanes: Destaca la actuación de la Lliga Regionalista, influyente en eventos como la Semana Trágica de 1909 y la crisis política de 1917, con la creación de la Asamblea Nacional.
- Socialistas: La convocatoria de la Primera Internacional (AIT) en 1864 difundió las ideas socialistas y anarquistas. En 1879 se fundó el PSOE y en 1888 la UGT. Tuvieron mayor presencia en Madrid, Bilbao y Asturias. Su primer diputado lo obtuvieron en las elecciones de 1910, tras la Semana Trágica de Barcelona, concurriendo en coalición con los republicanos.
- Anarquistas: Con fuerte presencia en Andalucía, Aragón, Cataluña y Valencia. Se dividían en:
- Grupos de acción directa: Grupos clandestinos (como la Mano Negra) que utilizaban la violencia para conseguir el cambio político. Sus objetivos eran las élites económicas y políticas (terratenientes, empresarios, políticos), siendo responsables de actos como el asesinato de Cánovas o atentados contra Alfonso XIII. Se asoció a ellos el ‘pistolerismo obrero’.
- Tendencia Anarcosindicalista: Grupo pacífico que proponía la huelga general revolucionaria como instrumento de transformación social. Terminó por disolverse debido a la persecución a la que fue sometida (incluyendo la acción de grupos como la Mano Negra) y la creación de la CNT en 1910.
Transformaciones Culturales y Educativas
Durante este periodo, España experimentó importantes transformaciones culturales:
- Corrientes intelectuales burguesas vinculadas al arte y la literatura: Neoclasicismo, Romanticismo, Realismo y Naturalismo.
- Esplendor científico y cultural: Destacan figuras como Ramón y Cajal y las Generaciones del 98 y del 14. Los intelectuales encontraron proyección en la firma de manifiestos, la colaboración en prensa o la celebración de conferencias (como en el Ateneo de Madrid).
- Generación del 98: Críticos con el sistema oligárquico de la Restauración, aunque sin presentar una alternativa coherente.
- Generación de 1914: Liderada por figuras como Ortega y Gasset, propuso una nueva política con el objetivo de modernizar y europeizar España.
- Educación: La Ley Moyano dividía la enseñanza en tres niveles: primaria, secundaria y universitaria. Establecía la obligatoriedad de la primaria y su financiación por parte de los ayuntamientos, con el objetivo de combatir el analfabetismo. La Ley Moyano también posibilitaba la enseñanza en centros privados financiados por la Iglesia y establecía la obligatoriedad de la asignatura de religión, todo ello en el marco del Concordato de 1851.
- Creación de la Institución Libre de Enseñanza (ILE): Una alternativa a la cultura oficial con el objetivo de formar personas libres, fomentando la tolerancia y el espíritu crítico. Un ejemplo de su influencia fue la Residencia de Estudiantes, un importante centro de intercambio cultural.